Partida Rol por web

Cuando Dora me lleva hasta la cama estoy convencido de que quiere mostrarme la mesita de noche donde guardaba sus joyas.

Me sorprende cuando hace que me siente en la cama con ella, aunque antes de que pueda reaccionar también me sorprende Ronald apareciendo en la habitación ya que pensaba que ella había cerrado la puerta.

Me dirijo a Ronald. – Disculpe señor Shaw, pero debe ser esta dama quien tome esa decisión. De todas maneras, sería una buena opción a tener en cuenta.

-"Siento mucho molestarle director Lilienthal.
Se trata de la señorita Hampton, su compañero y sus joyas han desaparecido", puso un rostro meditabundo, como teorizando las posibilidades, -"Si le soy sincero todo apunta a un robo", el gesto de Matias se volvió más sosegado, "ahora mismo uno de los huéspedes está acompañandola y parece estar más tranquila".

-"Si me lo permite, me gustaría ofrecerme a ayudar en lo que estime oportuno", así dejó que fuera Lilienthal valorara su predisposición a implicarse en los asuntos del hotel, mientras miraba de forma descarada el tatuaje de su muñeca.

Tom espera a ver si pasa Shaw a la habitación con todos, mientras acariza el cuello de su perra.

O es un flechazo o aquí se cuece algo.

-Sí, eso parece. Debería haberlo visto venir, un hombre tan joven... es evidente que iba a por su dinero.- responde el director a tu teoría del robo, baja su camisa más para tapar su tatuaje cuando se da cuenta de que se lo está mirando-  Vayase a dormir, hablaré con los de seguridad para que estén pendientes, lo que menos queremos es que cunda el pánico dentro del hotel

-Por supuesto la dama puede considerar inapropiada mi presencia...

Y hago ademan de retirarme.
 

-No hace falta joven- dice Dora a Ronald- Me siento más segura con el caballero.

La mujer acompaña a Ronald a la puerta para que la dejen sola con Edmund.

Franz lilienthal apareció acompañado por Matias

-Por favor señores, vayan a descansar, el hotel se encargará del asunto- entra en la habitación de Dora, donde ésta le cuenta que su joyas han desaparecido. Franz despide a Edmund y le pide que se vaya a descansar

Esta habitación me recuerda una película de cuando era pequeño, “El camarote de los hermanos Marx”.

Levantándome de la cama mientras suavemente me libero de su brazo. – Como indiquéis señor Lilienthal. – Me quedo un instante buscando la mirada de Dora para saber su opinión sin desafiar la autoridad del director del hotel. – Quedo a vuestra disposición, miladi.

Salgo de la habitación reuniéndome con Ronald y Thomas.

Avanzo por el pasillo cuando Lilienthal accede a la habitación de la señorita Dora Hampton y me paro frente a Thomas.

-"Deberíamos volver a la habitación, me parece que este asunto no tienen nada que ver con nosotros", susurra de forma furtiva para después seguir caminando por el pasillo como si todo hubiera sido solucionado.

El tatuaje en la muñeca de la Legión Francesa del director Lilienthal quizás no significara nada, pero no estaría de más fijarse en sus movimientos en un futuro próximo. Un enfrentamiento con alguien con entrenamiento militar podría mandar al traste toda la operación.

Asiento en silencio la propuesta de Matías preparándome para acompañarlos.

Desde luego en este hotel se esfuerza por la atención al cliente, el director acudiendo a atender a una clienta que no encuentra unas joyas, su hija a los que no sabemos esquiar…

Falta saber si es con todos sus clientes o es personalizada hacia nosotros esa atención.

Después de una ajetreada noche, amanece. Todos los miembros del hotel están en el comedor, por las ventanas se puede ver como una gran tormenta de nieve impide que nadie salga, a medida que van pasando las horas la tormenta se hace bastante salvaje

El dueño del hotel pasa la mañana en el gimnasio, después se va a su despacho a trabajar. Los demás huéspedes del hotel pasan el dia entre el spa, la piscina climatizada, el bar..., cualquier sitio que les permita estar entretenidos y pasar la tarde. 

A las ocho de la tarde todos se reunen para la cena, destaca el hombre solitario de la noche anterior, pues mientras que todos van informales, él lleva un smoking blanco, todos se sienta en sus lugares, parece que tienen los asientos escogidos, la pelirroja de la noche anterior se sienta en una mesa sola. 

Matias hoy tiene el día libre, ya que una orquesta que se alojaba en el hotel va a hacer un espectáculo, los violines echan fuego, hay brincos, volteretas, todo lo posible para amenizar la velada.

No pasa mucho tiempo y dos hombres comienzan a discutir, las mujeres que las acompañaban se van corriendo, los guardaespaldas parecen nerviosos, pero llega el director del hotel y consigue calmarlos, para suavizar la tensión invita a champán francés a todo el mundo

-Señores por favor, no dejemos que esto perjudique la noche, aún queda mucha noche, ¡pasen y disfruten en el casino!

Me levanto al sonar el despertador ya que no tengo la intención de estar a la hora indicada por Anna Lilienthal, la hija del director. Al abrir las cortinas veo que hay una gran tormenta de nieve que hace que todos estemos pendientes de en que momento acabara. Van pasando las horas y sigue, y sigue…

Durante la cena hay una discusión en una de las mesas del comedor que minuto a minuto aumenta de tono, hasta que el director interviene para calmarlos. Inmediatamente ordena repartir botellas de champan. Mientras lo bebemos sugiere, como casualmente, que todos vayamos al casino para finalizar la jornada.

En un susurro les comento a los de la mesa mientras busco cruzar mi mirada con Matías. – ¿Vamos también? O habéis descubierto alguna cosa hoy.

La invitación del director Lilienthal seguro llamará la atención de los huéspedes y aprovechando esa circunstancia podría confraternizar con ellos.

Observo a Dolores Faulkner, la explosiva peligrosa, pero tras el fallido intento de aproximación preferí dejar que Thomas tomara la iniciativa.

Devolví una mirada cómplice a Edmund, si nos distribuiamos bien entre los huéspedes podíamos intentar encontrar antes al contacto de Jenner.

El señor Fiedrich Jonas se había puesto un cantoso smoking blanco simulando a Humphrey Bogart en casablanca que me resultó llamativo. Me decido a abordarle con una sugerencia cordial.

-"Buenas señor Jonas, va muy elegante esta noche. ¿Se siente con suerte para probar fortuna en el casino?", le obsequio con mi sonrisa más inocente. "Si me permite puedo asesorarle en los diferentes juegos. Esta mal que lo diga pero domino bastante bien el Blackjak".

Thomas se frotó las manos, feliz como un niño.

- Un casino, el cielo tiene que ser así...

No logro cruzar mi mirada con Matias pero oigo como intenta convencer a algunos de dirigirse hacia el casino. Y Thomas esta entusiasmado por lo que dice.

– Te acompañare. Continuando en voz baja. – Haber si descubrimos alguna cosa de la misión que nos encargaron.

El casino del Babenberg, es pequeño, pero no en modo alguno modesto. Ruleta, tragaperras y una gran variedad de juegos de cartas (Black Jack, Poker, Chemin-de-fer, Barraca, etc.)

Petrovic suda frío, Nazouf sonríe como un jugador de poker en el mejor de sus faroles y Jonas sonríe con todas las de ganar mientras se frota las manos con ansiedad. Dora Hampton lanza miradas lujuriosas a diestro y siniestro.

El banquero español, con su pareja sobre las rodillas juega al poker con otros invitados, hay mucho dinero sobre la mesa, en un momento dado uno de los cuatro jugadores se retira de la mesa, necesitan un nuevo jugador, os mira a vosotros:

-¿Se anima uno de ustedes a jugar?

Por su parte Jonas, sudoroso y temblequeante al borde de la mesa de la ruleta, goza de una enorme racha de suerte. La gnte se va arremolinando en torno suyo para poder observar lo que ocurre. La gente murmura emocionada y asombrada, las bailarinas que abandonaron al libanés buscan acomodo entre sus brazos.

-Señor Jonas, ¿por qué no me acompaña a mi despacho?- interviene el director del hotel, en su mirada y el que vaya acompañado de dos guardaespaldas indica que no se trata de una petición

Thomas asiente ante la invitación mientras esta pediente de lo que ocurre con Jonás.

- Me uno a la partida ahora.

Después se coloca al lado del director.

- ¿Que ocurre?

- Señor Aniolowsky, no se preocupe, diviértase, solo quiero hablar con el señor Jonas sobre la financiación de su premio y para eso es mejor siempre hacerlo a solas

Thomas se acerco al director y le cuchicheo al oido.

- No pretendo ser indiscreto, pero no tendrá nada que ver con el robo ¿verdad? La gente esta nerviosa ... y yo mismo podeo importante documentación relativa a mis investigaciones. Las noticias sobre la seguridad deberían compartirse para que los clientes recuperemos la confianza en el hotel.

Mientras Thomas se dedica a hablar con el director, el banquero te hace sitio en su mesa. Ves que la apuesta inicial es de 9200 dolares

-¿Comenzamos?

-Como ya le he dicho señor Aniolowsky, deseo hablar del señor Elias sobre su cheque en la partida. Si tiene pistas sobre el robo estaré encantado de escuchar lo que tenga después- sin decir más, el director se marcha del casino, le siguen sus dos guardaespaldas que hacen que Jonas le siga