Partida Rol por web

Si, tengo un cerebro cibernetico. Vosotros no lo tenéis ... bueno, no en el termino exacto. - Medio sonríe. - Tenéis el cerebro lleno de chips y cables, eso si.

Este no es mi cuerpo, yo estoy a bastante distancia de aquí ... es mas bien un cuerpo biológico remoto. Si lo destruyen puedo cambiar de cuerpo y continuar ...

Y tampoco es que todo el mundo os quiera muertos. En realidad quieren lo que tenéis en vuestra cabeza y eso es solo los malos ... los liberados no tienen nada en vuestra contra. Al menos mientras no metáis la pata.

Abre los brazos y muestra una ancha sonrisa.

¡Y yo os he venido a salvar!

"Hay que joderse, no me extraña que estuviéramos en un psiquiátrico". Pienso para mis adentros tras las explicaciones de Ramos y su especie de broma final con la cual lamentablemente no consigo reirme.

-Pero, ¿qué tenemos en nuestra cabeza que pueda ser tan importante? No lo entiendo. En teoría todo se desató el día del avión y esa tormenta de rayos, supongo que alteró nuestras... mentes cibernéticas de alguna forma. Nos despertó. ¿Es eso?- no sueno nada convencido porque resulta difícil hacer conjeturas cuando no comprendes todas las posibilidades que puede haber así que opto por centrarme en el hecho de que tanto Chloe como yo seguimos enteros. Supongo que eso ya es mucho.

Es entonces cuando me levanto con cierta parsimonia.
-¿Vamos a tener que vivir siempre huyendo y escondiéndonos?- esa idea no me resulta nada alentadora, para qué mentirnos.

La sonrisa del hombre desaparece poco a poco.

El día de la tormenta se jodió vuestro chip de control. El sistema es muy terco y por muy maldadas que vayan siempre intenta que las ovejas vuelvan al rebaño. - Suelta un bufido. - Al menos al principio ... despues de unos intentos, intenta destruir a las ovejas negras para que no afecten el funcionamiento "normal" de la sociedad.

En vuestro caso, llegó a un punto en el que el sistema se percató que estabais buscando algo ... y ese algo ... esas pistas que buscabais, el sistema no las puede entender.

Cuentos de niños ... números ... acertijos ... la mayoría de hombres del gobierno son sintéticos. Robots. Los acertijos, las expresiones, los dobles sentidos ... todo eso no lo entienden y es el código que se usa entre los liberados para pasar desapercibidos.

Los malos os querían por lo que estabais descubriendo ... querían llegar a la resistencia a través vuestro. - Hace una especie de sonrisa. - Por mala fortuna suya, no sabían que andabais bastante perdidos.

El que no os enterarais de nada os salvó el pellejo.

Se levanta, dando el descanso por terminado.

¿Huir siempre? - Sonríe con picardia. - Eso depende de ti tío. 

Si te molesta que te persigan, lleva el combate a su casa ... Kay lo hizo, Rose lo hace. Luchan por su libertad, por la libertad de todos ... para vengarse de lo sufrido y en memoria de los caídos.

Saca su pistola y te la pasa.

Si eso es demasiado para ti, pégate un tiro ... las cosas no se van a poner mas fáciles a partir de ahora.

Luego se pone a caminar.

Escucho a Ramos con atención y parece que mis teorías, a pesar de sonar totalmente descabelladas, no estaban tan alejadas de la verdad. Robots, sintéticos, acertijos... Es como en esas películas de ciencia ficción en las que la humanidad ha perdido la capacidad de sentir emociones y se prohíben. Supongo que ese planteamiento me ayudará un poco a saber como reaccionar a partir de ahora.

Me levanto en cuánto él lo hace y después me entrega su pistola demostrándome que en realidad incluso los propios rebeldes siguen teniendo una parte fría y pragmática.
-Ellas son guerreras...- musito casi para mí mismo mientras contemplo la pistola tentado. Simplemente debería apretar el gatillo y todo acabaría. El sufrimiento, el dolor, la confusión... pero se me antoja demasiado fácil. Demasiado cobarde incluso para alguien como yo.

-Vamos a tener que ponernos al día muy deprisa- digo esta vez a Chloe dedicándole unos instantes de mi atención. Todavía ni hemos podido hablar aunque en realidad... ¿hay algo importante que contar? Creo que prefiero no saber lo mal que lo ha pasado estos años, básicamente porque yo he estado igual.

-He aprendido algunos trucos, supongo que una vez lleguemos hasta esa tal Rose nos enseñarán mejor como defendernos- la cojo entonces de la mano y seguimos nuevamente al "enfermero".

Cuando lo comenta Ramos Chloe no puede evitar mirar la pistola que le quitó al policía. Si, tal vez eso sería lo más fácil, y lo más cobarde. El sufrimiento y las constantes huidas al borde de la muerte terminarían de una vez por todas. Pero también ganarían los malos, si es que hay malos claramente definidos en esta historia, y además la curiosidad, y el deseo por conocer las respuestas es demasiado fuerte como para suicidarse sin más. La pelirroja guarda su arma.

-Creo que es una opción que no va con nosotros.- comenta con una sonrisa a modo de broma, aunque en la voz se nota un cierto tono de cansancio.- Al menos mientras huimos damos trabajo extra al que nos persigue. Y no me importaría fastidiar al tal Benneck.- añade exponiendo su punto de vista.

- ¿Al día?...Tengo la cabeza tan llena de...de...no se dudas, información, mil cosas...Creo que no me dolía tanto la cabeza desde hace mucho, y seguro que no sabemos nada. Ya lo has oido, nuestra ignorancia nos salvó. Tal vez esa sea la clave, aunque no tenemos manera de volver atrás. Así que...- contesta a Sam renaudando la marcha tras de Ramos. Ya les habían jodido demasiado como para rendirse tan fácilmente. Además se lo debían a Kai...

Ramos se enciende otro cigarro mientras camina.

La verdad es que me hubiera jodido bastante que alguno de los dos se hubiera pegado un tiro. - Dice con una pequeña risotada.

Continuáis caminando por los túneles sin un rumbo claro, Ramos cambia de dirección constantemente y a veces lo hace para salir solo unos metros mas adelante de donde estabais pasando.

No obstante cada 5 minutos o menos, desactiva algún mecanismo o trampa para que paséis y luego lo vuelve a activar. Es como si todo ese complejo entramado de túneles de mantenimiento estuviera lleno de explosivos.

El camino es tortuoso, con subidas y bajadas, con pasos estrechos por los que os tenéis que arrastrar por suelos sucios y llenos de sustancias desagradables ... aunque por suerte no estáis en una cloaca y no son desperdicios humanos ... es mas bien agua de lluvia estancada y mohosa, grasa o sustancias químicas que huelen fatal.

No pasa mucho hasta que parece que hagáis pasado una guerra en el vietnam.

Y cuando vuestra resistencia empieza a terminarse, el hombre se para y parece esperar ... en silencio con un cigarro en sus labios (y mandando callar a quien abra la boca) ... cuando parece convencido, abre una compuerta secreta entre unas cañerías (por las que se tiene que pasar arrastras, la entrada es de unos palmos) y llegáis a unas escaleras de mano que suben apenas iluminadas por una vieja bombilla.

Hogar, dulce hogar. - Dice el enfermero con una sonrisa mientras sube y desactiva un par de trampas explosivas mas.

Ramos abre una escotilla y subís detrás de el.

Al salir os dais cuenta que estáis en una especie de fabrica. Se oye el trabajar de maquinas y hay varios contenedores circulares de un metro de diámetro situados en soportes de aspecto futurista.

Las luces pasan de un lugar a otro y por unos segundos os da la impresión de estar en una nave espacial.

El enfermero se acerca a un terminal, una especie de ordenador raro, y allí de pie empieza a teclear cosas y mirara la pantalla en silencio, como si momentáneamente se hubiera olvidado de vosotros.

-Joder, esto es peor que un campo de minas- comento mientras observo como Ramos desactiva trampas y bombas una detrás de otra. Ni Chloe ni yo hubiéramos durado más de cinco metros recorriendo estos pasillos.

Al final llegamos a un lugar demasiado extraño para definirlo con palabras así que tras mirar aturdido alrededor opto por acercarme al enfermero para observar lo que está tecleando en esa... terminal.

-¿Y ahora qué...?, ¿qué son esas cosas?- señalo con la cabeza las luces pero dudo que ahora mismo me vaya a prestar mucha atención así que me giro hacia Chloe y me encojo de hombros con resignación.

La voz de ramos suena un poco distante, como si no te prestara toda la atención.

Estamos en una fabrica automatizada de cuerpos sintéticos. Es una de mis bases, aquí dentro no entra nunca nadie y tengo hackeadas todas las puertas, accesos y cámaras.

Se queda callado unos segundos.

Mierda ... se ha desconectado ... ¿la habrán pillado? - Comenta para si mismo mientras hace una profunda calada al cigarro.

Luego deja el terminal.

De hecho, mi autentico yo está aquí.

El hombre se pone a caminar y con un gesto de mano os impulsa a seguirlo. Después de unas cuantas salas de utilidad indescifrable, llegáis a una habitación que rompe con todos los esquemas de la fabrica.

La habitación parece ser la de un hotel de lujo. Muebles de diseño, televisión enorme, luces agradables, un equipo de música automático que pone una suave melodía al entrar.

Bueno. - Sonríe mientras apaga el cigarro. - Bienvenidos a mi casa. Allí está la ducha, en esa habitación hay un vestidor con ropa de hombre y en esa otra hay ropa de mujer.

Vuelvo enseguida. - Dice el enfermero mientras sale de la habitación y os deja algo de intimidad por unos momentos.

-Supongo que eso significa que podemos relajarnos.... bien- suspiro con alivio y noto como el peso del cansancio empieza a invadirme por completo una vez la necesidad de huir se evapora.
Luego seguimos a Ramos hasta su casa y sin duda alguna me quedo sorprendido. Esperaba una ratonera como las de Kai pero por suerte todo parece limpio, espacioso e incluso confortable.

-Gracias Ramos. Te debemos un favor muy gordo- le sonrío con sinceridad aunque cuando se marcha le sigo con la mirada un poco preocupado -Creo que esa Rose se ha metido en algún lío- digo repentinamente a mi única acompañante antes de dirigirme a los armarios hasta dar con el que contiene la ropa de hombre.

-Me urge una ducha, una siesta.... y algún remiendo como en los viejos tiempos. Para que no pierdas la práctica- saco algunas prendas que parecen cómodas y poco llamativas, pues es evidente que nos conviene pasar lo más desapercibidos posible. Ya se está convirtiendo en una costumbre.

-Si tienes prisa puedes entrar conmigo...- digo a modo de invitación mientras me adentro en el cuarto que el enfermero señaló como ducha pero enseguida me río dejando claro que se trata de una simple broma.

En el vestidor puedes constatar que hay ropa de sobra y de todos tipos, y mas extrañamente, de distintas tallas.

La casa de Ramos, como era de suponer, no era una casa normal y corriente, aunque eso si, al menos no era uno de los zulos que solía escoger Kai como refugio. La idea de la fabricación de cuerpos sintéticos se le antoja a Chloe como algo totalmente surrealista, pero prefiere no hacer ningún comentario. Al fin y al cabo por la cuenta que le trae más le vale ir acostumbrándose a ese tipo de cosas, pues al parecer es la realidad que les toca vivir.

Así que sin más se deja caer en el primer sitio mínimamente cómodo que encuentra para sentarse.

-Buff estoy destrozada...- resopla a la vez que cae en su asiento. Se siente tan cansada que le da pereza hasta cambiarse de ropa, sin embargo la ducha se le antoja un placer apetecible.- No te preocupes, hay cosas que no se me olvidan.- responde a Sam sonriendo algo cansada. De repente es consciente de que este es su primer momento de intimidad desde hace años. Mientras Sam entra en la ducha Chloe piensa en todo por lo que han pasado, incluyendo los últimos acontecimientos del psiquiátrico.

Un sentimiento de deseo, de anhelo, aparece desde su interior, de igual modo que cuando fueron separados tanto tiempo en el psiquiátrico. Tal vez sólo fuera por el hecho de haberla separado de la única persona en la que podía confiar, pero tal vez era algo más...

Bueno, sómos adultos, tampoco es tan raro...Además, ¿que es lo peor que podría pasar?...Rechazo, incomodidad...Saría bastante malo, pero sólo tengo una manera de hallar la respuesta.

Unos segundos después Chloe entra en el baño y cierra la puerta tras de si. De vestimenta sólo lleva la ropa interior por lo tanto se puede admirar casi todo su cuerpo. Es cierto que ha pasado momentos mejores, su pelo está alborotado y totalmente desarreglado, tiene algo de ojeras, pequeñas heridas y cortes producidas por la accidentada huída e incluso un principio de moratón en el sitio en el que el policía la golpeó. Pero a pesar de ello su belleza sigue estando presente. Su cuerpo, perfectamente proporcionado es un gozo para la vista, envuelto en una piel que se puede sentir su suavidad sólo con mirarla. Sus pechos, aunque pequeños, se puede intuir que rozan la perfección, al igual que sus caderas. Aunque está delgada resaltan algunos músculos sin marcar en exceso fruto del ejercicio que se dedicaba a hacer en el psiquiátrico. Y sus ojos, su nariz y sus labios la hacen completamente irresistible.

-Sam, tengo prisa...- dice con los ojos vidriosos en un tono que roza casi la disculpa. Mantiene sus brazos tras de sí, expectante en la puerta, observando la reacción de su amigo. Puede ser un gran error...o un gran acierto. Está claro que no se refiere a la ducha...

Me pregunto porque Ramos iba a tener ropa de ambos sexos y de distintas tallas. Parece como si ya estuviera preparado de antemano para recibir a los "recién llegados" o algo por el estilo. Supongo que después puedo preguntarle al respecto.

Una vez empiezo a quitarme la ropa me tomo algo más de tiempo para comprobar el estado de las heridas y golpes. No parece que haya ninguno mortal pero está claro que habría que coser o al menos vendar alguna después de la ducha.

-¡Joder! Qué susto- casi me da un ataque cuando oigo a Chloe detrás de mí. Una cosa es que la invitara a entrar en plan broma y otra muy distinta que haya optado por hacerme caso. Está claro que no me lo esperaba.
Me giro hacia ella y no puedo evitar quedarme mudo. Me encantaría poder mirarla sin tapujos y soltar algún tipo de piropo o frase ingeniosa pero la verdad es que no me sale.

Mi mirada se pierde entre sus curvas y su pálida piel durante segundos. En lo que anteriormente consideraba la realidad ni me hubiera atrevido a pensar que una chica como Chloe pudiera sentirse interesada por mí pero ahora todo está al revés y lo que sí tengo claro es que no estaría aquí si no quisiera. Al menos mi capacidad de lógica sigue ahí, en el fondo.

Me acerco entonces a ella y una vez uno frente al otro sujeto su rostro entre mis manos para besarla cálidamente en los labios. Por un momento parece que los tiroteos, explosiones y huidas pierden su sentido, como si no hubieran ocurrido nunca.

-Yo también te he echado de menos, ¿sabes?- le sonrío y después bajo las manos hasta su cintura, guiándola al interior de la ducha donde el agua nos empapa a los dos. Por suerte está a una temperatura agradable.

La ayudo entonces a domar un poco su revuelto pelo y una vez vuelve a su estado original empiezo a besarla por el cuello, bajando por el hombro, mientras mis manos hacen descender su ropa interior.

[...] Después de un tiempo prudencial [...]

Cuando abandonáis la ducha os encontráis a Ramos sentado en el sofá con con expresión jocosa, como si algo le hiciera gracia. El hombre ha cambiado bastante de aspecto ... mas arreglado y sin ningún rasguño.

Bien ... ¿mejor después de una ducha? - Dice haciendo una calada a uno de sus constantemente presentes cigarrillos.