Partida Rol por web

Maggie juró soezmente, mientras pensaba a toda velocidad: ¡Maldita sea mi estampa, desde aqui no puedo ver a esos cabrones! Habrá que pasar al plan B.

Y arrastrándose como un gusano hacia atrás, salió del callejón en dirección al Humvee.

Mientras se echaba cuerpo a tierra alcanzó a ver el panorama del Nyala y a James con Martha. Desde la cobertura, dijo a través del InterCom: James, ponle un chute de morfina en cada pierna, cara interior del muslo. Luego hazle un torniquete justo por encima de la cada herida, rápido. En seguida voy para allá.

Después, al ver a Tyrone en el suelo, atendido por la sargento Peters: ¡Mierda, se me acumula el trabajo! Luego, al oír que la bala no ha traspasado el chaleco respira un poco mejor. Hay que acercarse al Nyala para sacar a los heridos antes de que explote, sargento. ¿Puede su gente lanzar humo entre el Nyala y los tiradores?

La sargento miró a Maggie cuando llegó, y como se cercioraba de que su superior estuviera bien. Escuchó luego su sugerencia, y asintió.

-Mejor que eso.

Se giró luego hacia sus hombres.

-¡Avanzad el LAV hasta aquí, quiero un puto muro de fuego ya! ¡Que el Cougar se adelante para recoger al herido!

Asintiendo mecánicamente, Maggie abrió la puerta del Humvee, metió el SDR en su armero y agarró con fuerza el botiquín de campaña que llevaba bajo el asiento del conductor, sacándolo fuera.

Después, se puso en cuclillas al lado de la sargento, y empezó a hiperventilar, preparándose para la carrera.

James respira agitado tras la cobertura del Nyala, sin poder creer lo que acaba de hacer, aun oyendo como las balas silbaban cerca de él, aun muy agitado para caer siquiera en la cuenta de si esta.

- ¿Que dices? Ni yo creía que iba a hacer eso... - dice serio, en un rapto de honestidad. Todavía sigue bastante ausente a lo que sucede en el tiroteo, después de todo no es que este pendiente observandolo todo a su alrededor. Quita la morfina de sus bolsillos y se la da a Martha – Toma, ya escuchaste, una en cada pierna – le dice, mientras asoma por un lado del Nyala, mirando a los tiradores, esperando una nueva oportunidad – tengo que ver si queda alguien mas adentro... ahora vuelvo – le dice a Martha, como si todo aquello fuera de los mas sencillo, aunque sabe muy bien que no es así, para luego volver a desaparecer, al ver una oportunidad, buscando una posición para echar un vistazo dentro del Nyala. Tiene que saber si sigue alguien con vida, y no puede hacer otra cosa, como si actuara por impulso, no hay nada dentro de él que le advirtiera de la situación y le obligue a hacer otra cosa.

Lo único que se escuchaba era el sonido de los disparos y los impactos. Y por fin un cojonudo LAV asomó la nariz y de él, una mujer empezó a correr hacia mi. Y ahí terminó la historia.

Sentí como si un hijo puta me hubiese golpeado con un jodido bate de baseball. Caí hacia adelante intentando apoyar inutilmente las manos, perdiendo el M16 y besando el suelo. El ruido se tornó eco lejano y por un instante lo vi todo borroso. Mi cabeza se había sacudido como una puta maraca y golpeé contra el suelo como un fardo descontrolado. Me acababan de pegar un tiro.

No sé cuánto tiempo pasó, pero en cuanto pude centrarme y darme cuenta de que seguía vivo tenía delante de mis narices un uniforme con los galones de Sargento. En otras circunstancias hubiese disfrutado del manoseo que me brindó la chica que se ocultaba bajo el uniforme y el blindaje, pero teniendo en cuenta que me acababan de alcanzar en la espalda mientras me giraba para observar el LAV, bastante tranajo tendría para recolocarme los cojones que en ese momento ejercían de corbata.

"-.... puta mierda .... - mascullé mientras me ayudaba de la Sargento para incorporarme - Esos hijos de puta me han cazado como a un pato... - añadí mientras trataba de hacerme de nuevo con mi M16."

Vuelvo a colocarme contra el humvee, buscando la cobertura y observo a James, que parecía haber llegado junto a Martha y sus muñones. Menuda putada.

"-Mi hombre se va a ganar una patada en los cojones... - añado tras el comentario de la Sargento -  Su mierda de heroicidad nos ha obligado a cubrirle arriesgando nuestra posición.... y me han pegado un tiro..... - digo mientras voy maldiciendo a James por su estupidez -  En todo caso, que su estupidez y mi balazo no sean en vano... Vamos a cubrir al Nyala y a joder a esos putos moros..."

Veo que va recuperando el aliento, señor, dice Maggie aliviada.

Ahora que vamos a tener fuego de cobertura, sigue, pido permiso para acudir en auxilio de los del Nyala. Kaczinsky no sabe poner una vía, y vamos a necesitar salino a chorro y mucha suerte para que Martha, digo la soldado Short, no se nos quede tiesa.

Kendrik escucha como llegan refuerzos, y deja de disparar unos pocos segundos para observar por el rabillo del ojo como se acercan varios marines acompañados de un magnífico LAV. Observa como los marines llegan, y como Jackson recibe un balazo en la espalda. No es es que sea una desgracia que se carguen a ese capullo de Jackson, pero en ese momento, entre el gilipollas del universitario que ahora le ha dado por hacerse el héroe (no le han volado los cojones de milagro) y la chica, Maggie, que todavía no ha gastado una maldita bala, y el Nyala ahí delante, lo último que necesitan son más bajas. -Joder.- Dice para sí, y se vuelve a centrar de nuevo en el edificio frente a él, disparando de nuevo con la calibre .50, intentado alcanzar a cuantos más moros mejor. Kendrik está empezando a descentrarse, y las balas a impactar sobre los muros y las columnas, sin hacer daño alguno. Y eso es malo. 

-¡Me cago en la puta! ¡Pedazo de mierda!- Grita, golpeando con la mano plana la ametralladora. 

El espectáculo dentro del Nyala era dantesco.

Una masa de hierro retorcido y quemado, con llamas y humo. Dentro, cuerpos muertos y desmembrados, algunos de ellos casi inexistentes o totalmente irreconocibles. El olor a carne quemada era nauseabundo. Reconoció parte del cuerpo de Nintendo, y se fijó en que sus manos seguían agarradas al Nyala, cercenadas por la explosión. No dejaba de ser una paradoja, que el tipo que recibió un mote por una anécdota similar, hubiera acabado así sus días.

Además, allí dentro no se podía respirar, porque el coche seguía echando humo. Mal asunto.

Las balas de Jonathan volvieron a estrellarse contra la fachada, presuntamente ineficaces.

Peters dirigía ahora el cotarro, al ser superior en rango a Tyrone. El Cougar y el LAV entraron en escena, vomitando fuego, aunque no mucho más certero que el que vomitaba el sureño. De lo que si se dieron cuenta fue que la frecuencia de disparo era menor ahora.

Quizá se estaban replegando o atrincherando. Pero conociendo el modus operandi de la insurgencia, lo primero era lo más factible. Los mártires de Alá ya se inmolan en los mercados de la ciudad, y se cotizan bastante caros.

Los chicos del cougar llegaron a la altura de Martha, abriendo la puerta y montando una camilla para transportarla. James se había metido dentro del Nyala, en busca de más supervivientes.

La sargento disparó en modo monotiro con su carabina M4, y luego habló a Tyrone.

-Cabo, llame a la artillería. Esos cerdos intentarán replegarse, y hay que seguirles con el UAV. Que manden un puto cobra, y se dejen de mariconadas.

Luego miró a Maggie.

-Adelante, corra.

Escucho a la Sargento dar órdenes concretas y precisas. Sus galones pesan más que los míos, así que ahora el mango de la sartén lo tiene ella. Y la probabilidad de que pueda acabar con huevos estrellados en lugar de una buena tortilla también es responsabilidad  suya. En cierto modo, eso me alivia.

Ella me ordena que solicite un Cobra para perseguir y localizar a esos hijos de puta. Se están replegando, y si tienen la oportunidad se ocultarán y lo tendremos jodido para cazarlos. La adrenalina, después de recibir un puto disparo, me sale por las orejas. Miro a la Sargento y no sé por qué coño se me pasa por la cabeza la idea pervertida de que me está encantando que esta rubia con galones sea mi superior y me dé órdenes. Irak me está convirtiendo en un puñetero pervertido sanguinario. Y me encanta.

Doy una zancada manteniéndome agachado y me introduzo en la cabina del humvee. Ni asomo la cabeza por el salpicadero para mirar; directamente cojo la radio y abro el canal. El ruido de la .50 me taladra el oído y espero que eso no dificulte que me escuchen al otro lado, pero necesitamos ese apoyo aéreo para ayer.

"-Aquí 2-2-4. Lluvia de acero, necesitamos apoyo aéreo - digo mientras la .50 sigue cantando y las vainas caen como gotas de lluvia metálica - Insurgentes replegándose. Necesitamos un Cobra. Coordenadas Cinco-Papa-November-Papa-Uno-Dos-Tres-Seis-Siete-Ocho. Cambio."

Acto seguido echo mano del mapa de coordenadas por si a los iluminados del Centro de Mando se les ha olvidado por qué jodida ratonera nos han hecho pasar....

Jonas seguia buscando objetivos a los que abatir, sus compañeros habian sido heridos, quizás eso sea la esencia de su heroicidad. Ellos se arriegan por lo que creen, por lo que quieren, por cada motivo que les mueve. Esa era la vida en el Infierno, la vida que tenian ahora...

- Aqui Fendrew, buscando blancos adicionales... - Sonrió.- Kendrik ten mas cuidado tio, no encuentro cabrones tan simpaticos a menudo.

Maggie sale zumbando en cuanto tiene el permiso de la sargento, llegando en unos segundos a donde está Martha. Mientras los del Cougar montan la camilla, pone un chute de morfina en cada pierna de Martha, hace sendos torniquetes en las piernas y recoge del Nyala los pies cercenados de su compañera, que embolsa y coloca dentro del Cougar por si hay oportunidad de que los reimplanten, todo eso en estado de semishock. Después, le coge una vía en el interior del codo, enchufa una bolsa de salino y le hace señal a los del Cougar de que adelante.

Una vez hecho eso, agarra el extintor del Nyala y apaga el fuego, no fuera a saltar por los aires con ellos de propina, y espera a que James saque a más heridos.

El final está cerca, y él está vivo para contarlo. Y dos de esos putos moros de mierda ya no, y eso es lo que más le alegra. El fuego enemigo disminuye, pero no por eso Kendrik deja de disparar. Aún quedan algunos de esos cabrones dentro de ese edificio, y eso se traduce en algunas oportunidades más de matar. A su izquierda, un Cougar sale hacia el Nyala, y Maggie va detrás, mientras el LAV sigue disparando al edificio. Y todo aquél estruendo es música en los oídos del sureño. Joder, aquello cada vez le gusta más. Fendrew se dirige a él. Apenas le oye, pero entiende "Cuidado, cabrones y simpáticos", así que, en un esfuerzo intelectual sorprendente, Kendrik supone cual era la frase completa. 

-¡¡Los cabrones que deberían tener cuidado son ellos, mientras yo siga a los mandos de esta monada!!- Grita, mientras de nuevo apunta con la calibre 50. -Tragad plomo, hijos de puta. Traído de américa solo para vosotros.- Abre fuego, intentado, esta vez, que los disparos sean más precisos. Sin embargo, el resultado no parece mucho mejor. Demasiadas balas se estrellan contra los muros. 

James se encentra con medio cuerpo metido en el Nyala, escuchando aun los disparos del exterior, aquel combate que se da mientras él permanece inmóvil, absorto en aquella imagen, la cual no puede sacar de su cabeza. El estomago se le revuelve al ver todo aquello, siente el impulso de vomitar, aunque algo le impide hacerlo.

No se queda mucho tiempo mirando aquel panorama, pues sabe que se encuentra en medio del fuego, pero aquellos pocos segundos en los que la vista recorre los cuerpos de los que antes eran sus compañeros se hacen eternos.

Finalmente vuelve en si, al escuchar otro disparo que pasa bastante cerca. Entonces sale, torpemente y con prisa, del vehículo y vuelve a ponerse a cubierto, donde están Martha y Maggie. Apoya la espalda contra el vehículo, tomando cobertura, con la mirada llena de pánico y terror, ligeramente perdida, mientras respira de manera agitada y aprieta el fusil a su pecho.

- Están todos muertos – dice, aunque a nadie en especial, tan solo tira aquella frase al aire – están todos muertos – vuelve a repetir, bajando la voz.

¿Seguro?, dice Maggie. ¿Les has tomado el pulso?

¡JODER, JODER, JODER!, grita desesperada.

Visto que no hay nada que hacer con los de dentro, y que Martha está ya atendida, Maggie sorbe un par de veces, y rebusca en el interior del Nyala un M16; cuando ha encontrado uno con mira, lo revisa maquinalmente, se tumba cuerpo a tierra y asoma cuidadosamente el cañón por detrás de la cobertura. Como vea a uno de esos cerdos se va a enterar, masculla entre dientes.

Jonas usó la radio:

- Chicos, hora de movernos... Y Maggie, tened cuidado.

La radio del coche sonó contestando a Tyrone.

-Diez cuatro. Cobra en posición desviado desde la Avenida 14 de julio. Cambio.

Luego sonó otro mensaje.

-Aquí Cobra uno dos cuatro, sospechosos en edad militar huyendo por la calle de atrás. Solicito instrucciones.

Vieron a un helicóptero de combate sobrevolándoles entonces, y el ruido se volvió ensorecedor.

-Aquí Papá Noel, abatan el blanco, repito, abatan el blanco.

Kendrik sufrió una erección.

El cobra comenzó a vomitar fuego por sus ametralladoras M197 gatling, y los casquillos calientes de 20mm caían cerca del humvee destrozado. Los marines del Cougar que atendían a Martha se alzaron para mirar el espectáculo con una sonrisa macabra, y los que se concentraron en buscar blancos no vieron nada asomado a las ventanas.

O se habían largado, o se habían atrincherado... o habían sido acribillados por aquella lluvia de fuego.

Aquello se parecía mucho más a la mierda para la que se habían alistado.