Partida Rol por web

Arso se mueve al escuchar gritar a Kahara.

Ensimismado con los tiburones, Rauko tardó en darse cuenta de que la cosa se calentaba. Avanzó hasta atravesar la estrecha puerta y se situó tras Arso.

Allí dentro volvió a ver la asquerosa cara del viejo y sonrió para sus adentros.

Las aguas se empiezan a remolinar de golpe, y lo que parecía la sombra de un cocodrilo, se confirma, cuando sale del agua, con sus fauces abiertas y ataca con fiereza a Rauko...

Pero para suerte del Brujo, no llega a acertale, callendo pesadamente de vuelta al agua...

El viejo, volvió a levantar su ballesta de mano, y disparo su saeta a Kahara, fallando otra vez, seguramente por su pulso tembloroso de anciano.

- Toma zorra bastarda…Maldita sea, es tu día de suerte perra, comento mientras se movía cojeando visiblemente.

En ese momento se fijó en el hombre encapuchado…Corvo.

- Pero mira que tenemos aquí, nunca olvidare aquella joven zorra que tenías como novia, las vírgenes siempre me gustaron, pero aquella fue algo especial y la recordare, por ser el único que la poseyó, al menos mientras estaba en vida ajajaj.

Por todos los dioses, ¿cómo puede ser que un tipo tan despreciable haya vivido tanto tiempo?

En su posición, el joven encocó una flecha en el arco de tejo, tensó y la descargó hacia el viejo. Pero la penumbra reinante, las aguas turbulentas, el cocodrilo... y los deseos de venganza abrumaron al joven quien desperdició el tiro fallando.

-¡Maldición!

Lejos de amilanarse, el joven se acercó más hacia Lam, para acuchillarle.

Kahara rezumaba ira por cada poro de su piel quería descuartizar a ese bastardo pero una muerte rápida sería demasiado piadosa para  tan vil criatura. Le quitaría todo lo que tenía, poco a poco, hasta que el mismo suplicara su muerte.

-¡Te lo arrebataré todo! Lo primero tus ojos.

La Barbara lanza un terrible golpe directo la los ojos del viejo con los dedos extendidos en forma de uve para tratar de cegarlo.

El Filo de Calistria caminó pausadamente pero con una impertérrita decisión. En su mente, se arremolinaban los trágicos sucesos de aquella noche fatal. Los gritos de dolor, los llantos de angustia y las lágrimas se sucedían en cada una de las visiones del joven Corvo.

Con el estoque en la mano llegó hasta la posición que ocupaba aquel viejo mortecino y enjuto. Lo odiaba. Lo odiaba más que nada en la vida. Ese hijo de puta le había arrebatado todo lo que amaba de un plumazo, sin piedad y remordimientos... 

- Mi nombre es Éneston Burmecia. Primogénito de la Casa Burmecia. Ya veo que te acuerdas de mí...- dijo a la par que hincaba su estoque entre las costillas de su lánguido cuerpo - ¡¡Hoy pagarás engendro!! ¡¡Hoy saldarás con tu vida todo el dolor que me causaste!!... ¡¡Te arrancaré cada pedazo de tu cuerpo sarnoso y lo tiraré al mar!!- Exclamó el espadachín mientras retorcía su filo en el costado del viejo Lamm. Estaba disfrutando. Estaba recreándose...

Arso rugio mientras descargaba su rabia contra el cocodrilo.

- ¡NO LO MATEIS! ¡QUIERO MIRARLE A LOS OJOS!

Reducidle y ayudadnos con esta bestia ...

Su estrella del alba habia golpeado con saña al cocodrilo.

El fuerte chasquido, de las mandíbulas del cocodrilo al cerrarse, justo a su lado, espoleó a Rauko. Tenía que apartarse de allí o acabaría siendo la merienda de ese enorme reptil.

Se concentró en Lamm mientras le dirigía unas palabras.

-¡Eh viejo! Por qué pelear cuando podrías estar descansando cómodamente...ahí mismo! 

El cocodrilo saco la cabeza para situarse y atacar de nuevo, cuando recibió un tremendo impacto por parte de Arso, hizo que se retorciera frenéticamente, mojando a Arso, Rauko y su fiel compañero emplumado Altus.

Luego se sumergió durante un instante para coger impulso y se volvió a lanzar con sus fauces abiertas. Esta vez a por el clérigo que tanto daño le había hecho.

El tremendo mordisco que recibió Arso, lo dejo atrapado entre sus enormes dientes, y lo arrastro junto a la criatura de vuelta al agua, que se tiñeron de rojo, tanto por la sangre del cocodrilo, como por la sangre de Arso.

Incomprensiblemente, una vez en el agua, el cocodrilo suelta a Arso y comienza a mirar su próxima víctima.

Cuando Querelar lanzo su flecha, llamo la atención del Viejo Lamm.

- Pero mira por donde, el hijo prodigo que mando matar a sus padres y violar a sus hermanas y hermanos… tenías que haber visto, la cara de tus familiares, cuando les dijimos que tú eras el responsable de que estuviéramos allí, no tenía precio. La mirada lasciva del viejo hacia Querelar, era vomitiva, pero fue cortada rápidamente por Kahara, que en una maniobra grutal, casi le saca los ojo, y aunque no lo logró, lo dejo ciego, almenos de momento.

- Maldita bartarda...grito dolorido, mientras se llevo las manos a la cara dolorido, frotandose los ojos.

Mientras se frotaba los ojos, sintio como algo afilado le desgarraba la carne soltando un pequeño chillido estridente...y si por no tubiera bastante el desbalido anciado, su mente se comenzo a nublar y incomprensiblemente boztezo.

Pero el viejo, se despejo rápidamente, se acabo de frotar los ojos, para recuperar la vista y viendo que estaba rodeado, saco su daga...

- Pero que os pensaís que a Gaedren Lamm va ser tan fácil de derrotar... niñatos de mierda, voy a joderos el culo a todos...enfatizando estas últimas palabras, mientras se tocaba los huevos.

El rufián de Lamm se retiró a la vez que intentaba provocarlos, pero todas sus tretas serían insuficientes para apaciguar el vengativo corazón de Corvo. El espadachín dio un nuevo paso y lanzó una estocada contra una de las caderas de Gaedren. Quería hacérselo pagar. Todo el sufrimiento era poco para atormentar el alma podrida de aquel ser abyecto.

Mientras la reyerta se sucedía, oyó caer al agua a Arso. Entonces comprendió que debía darse prisa en derrotar a aquel mafioso, pues el sacerdote corría un terrible peligro...

Arso capotea sin conseguir manejarse en el agua.

Con la cara empapada de asquerosa agua y sangre, el tieflin miró hacia el foso por el que había caído el clérigo, presa de las fauces de aquel cocodrilo volador...

-¡Arso!¡Si tienes un dios al que rezarle, empieza a hacerlo, porque si esto no funciona estamos jodidos!

El cocodrilo, por un instante parece apaciguarse, dejándose de moverse, y poco a poco, se fue hundiendo en las turbulentas aguas...
 

Los gritos de sus compañeros en la retaguardia lograron que la mestiza se diera cuenta del apuro por el que pasaba el clérigo. ¿Cuando había aparecido ese cocodrilo?, ¿estaba antes allí?,¿era posible que la furia la hubiese cegado tanto?. Fuera como fuera no podía dejar a ese santurrón solo en semejante situación. Soltó un gruñido de resignación se giró un instante al espadachín y le dijo:

-Corvo o como te llames cuídame a Lamm ahora vuelvo.

Querelar, viendo al puto viejo acosado por Khara y Corvo, difícilmente escaparía, por eso se dedicó a flechear al peligroso cocodrilo para ayudar a Arso, y que nadie más cayera presa de esas poderosas mandíbulas.

Arso, de debatía frenéticamente para no hundirse en las agitadas aguas, cuando el cocodrilo, se detuvo de repente, no podíais dar crédito a vuestros ojos, ¿era posible que se hubiera dormido?, parecía cosa de brujería.

Justo dejo de moverse el cocodrilo, Kahara y Querelar, no dudaron en acabar con la criatura, ya que el potencial que tenía para hacer daño, había quedado más que evidente. El agua teñida de rojo, comenzó a calmarse.

El viejo vio como Rauko le hizo algo extraño a su cocodrilo y este se calmó de golpe, entrecerró los ojos…Desgraciado, tu, tuuuu tendrías que estar muerto, engendro demoniaco, te mande matar, simplemente porque me dabas asco, y no quería volver a verte. Que le has hecho al pobrecito de Tragatripas…

En ese momento Kahara, se movió hacia el cocodrilo, y el viejo intento detenerla, clavándole su afilado cuchillo, pero fallo….

- Donde te crees que vas bastarda…

Luego vio, como entre Kahara y Querelar acababan de machacar a Tragatripas.

- No, mi chiquitín, que le habéis hecho…ahgg pagareis por ello.

El Viejo tenía delante a Corvo, que parecía muy diestro y lo estaba jodiendo vivo, la situación no era muy alentadora para el Viejo Lamm, ya que su mascota estaba fuera de combate, y el evidenciaba heridas muy serías. Por un momento miro atrás, pero Querelar le cerraba el paso, parecía que no tenía escapatoria, por lo que no dudo y siguió luchando, esperando llevarse alguno de vosotros por delante.

El viejo se llevó la mano libre al cuello y se arrancó un collar de plata y miro a Corvo...

- Te acuerdas del bonito amuleto que llevaba tu querida, el día que nos conocimos, pues a la mierda, y con un gesto rápido lo lanzo al agua…

Corvo se distrajo un segundo, lo suficiente para que el viejo traidor lo aprovechara y pudiera clavarle la daga en un costado…

En realidad el viejo traidor, no acabo lanzando nada, solo lo simulo, para distraer a Corvo….

Aquel asqueroso había usado un truco vil para distraerlo. Gracias a ello, consiguió vencer su defensa y dañarlo, pero aquella nimia herida jamás superaría todo el dolor y la rabia que sentía. Aquel gusano le había robado el amor de su vida y había asesinado al hombre que creía ser. Calistria lo acogió en su credo y se convirtió en lo que era: un vengador.

- ¡¿Los años no pasan en balde, eh?!- exclamó con sorna, mientras se acercaba con una sonrisa maliciosa dibujada en su rostro. Sus pasos, lentos y acompasados se dirigieron hacia Lamm. El viejo estaba perdido.

A cada paso que daba el espadachín, su silueta parecía agrandarse más y más, a la par que el fuego de sus ojos se escondía tras la sombra proyectada por su propia capucha. - ¡¡Nadie puede salvarte ya!!- y con un grácil gesto de muñeca hincó su estoque bajo el tercer espacio intercostal izquierdo. Allí se albergaba el corazón. - ¡¡Es la mismísima Calistria quién me da fuerzas, rufián!! ¡¡Halla tu muerte, engendro asesino!! ¡¡Qué los mil filos de la Doncella de la Venganza maceren tu carne por toda la eternidad!!- Y tras decir esto, escupió en el rostro de Gaedren.