Partida Rol por web

En el silencio, los pasos de los investigadores resonaban con mucha más fuerza de los que deberían. La maraña de sombras que la tenue luna creaba desde su altura sobre el imponente armatoste del Crystal Palace parecían haberse convertido en barreras densas y a veces infranqueables, como si al intentar atravesarlas sin un rayo de luz estas se convirtieran en oscuras serpientes capaces de atarse a sus tobillos y hacerlos caer.

Por suerte, la luz de las lámparas que llevaban a la mano, como si de mágica protección se tratara, difuminaba las oscuras y densas sombras, convirtiendo su andar en pasaje seguro. En rápidas zancadas, los señores Knight, Von Falkenhorst, Popov, y la señorita Grant recorrieron lo largo del ala norte del laberinto cristalino, llegando casi a las puertas que daban a los jardines. Sólo entonces pudieron ver la forma de un cuerpo caído cerca del final de la fuente.

Sigo al grupo un tanto sorprendido por lo que estamos viviendo, es querer o no, pero lo que se ve es totalmente real. No soy una persona que se sugestione, pero de alguna manera impacta en la mente. Así que mientras vamos llegando al Jardín, recorriendo aquel pasillo del Ala Norte, descubro que alguien está tirado en el suelo. 

Observo a mis compañeros, primero para ver si es cierto y después voy hacia ese lugar. 

La desaparición de Paxton me ha puesto más nervioso de lo que quiero admitir. Sé que estoy haciendo ruido de más, pero si el guardia no ha acudido con los gritos no creo que lo haga por unos pasos apresurados. Cosa aparte son los posibles agresores de Paxton, pero para eso tengo mi revólver...

Entre que la gente desaparece, luego se oyen gritos y ese contubernio extraño del que estamos siendo testigos no me siento para nada tranquila. Además no estoy en mi elemento, así que sigo al señor Knight con más rapidez que sigilo. Supongo que la velocidad es importante si no queremos que nos pillen, ya que al parecer el silencio no es nuestro fuerte.

Popov no era alguien especialmente sigiloso, más aún, no era consciente de la necesidad de avanzar en sigilo, eso se le podía ocurrir a ladrones y gente acostumbrada a este tipo de menesteres, no a el.

¿Sigue pensando que esto se puede explicar con la ciencia convencional señorita Emmaline?- hablaba casi por hablar, porque escuchar su propia voz hacía el sitio menos oscuro, silencioso y ajeno.

De los cuatro investigadores, el señor Von Falkenhorst fue quien decidió acercarse lentamente para ver de que se trataba lo que se encontraba tirado en el suelo. La luz de su lampara iluminó entonces la zona, lo que permitió al resto reconocer las ropas con las que estaba vestido su compañero, el señor Paxton. Efectivamente, el cuerpo del hombre se encontraba allí. La pregunta era ¿en donde estaba su cabeza?

La luz de la lampara del señor Knight y la luz fluorescente de la botella del señor Popov dibujaban largas sombras que partían desde los pies de los investigadores. Largas y oscuras sombras, tan oscuras como las que creaba la luna a través del techo de cristal. Tanto el señor Popov como la señorita Grant sintieron un escalofrío que empezaba a nivel de su tobillo izquierdo. Y de pronto, sintieron como algo (¿garras, uñas?) se clavaba en sus tobillos y tiraba con violencia de ellos hacia abajo...

El horrible impacto de la imagen del cadáver decapitado de Paxton me impide reaccionar hasta que una de esas extrañas garras que surgen del suelo agarran los tobillos de Emmaline y Popov. Por un momento apunto con la pistola hacia el suelo hasta que caigo en la cuenta de que eso no servirá de nada.

¡Emmaline, agárrese a mí! - intento rodear su cintura con la mano libre y hacer contrapeso con el resto de mi cuerpo, si bien en este momento la modestia me impide inconscientemente sujetarla con la fuerza necesaria...

Hago un gesto de asentimiento con la cabeza ante la pregunta del anciano.

-Por supuesto, señor Popov.- Mis susurros apenas rompen el ambiente, la verdad es que estoy muy inquieta.- Los seres humanos son muy sugestionables con el ambiente y sus condiciones, y encontrarnos en territorio desconocido nos ha puesto a todos los nervios de punta. Las particularidades de la misión tampoco han ayudado, me temo...

Al ver el macabro descubrimiento que la luz del señor Falkenhorst ha desvelado no puedo evitarlo y me cubro la boca con la mano dejando escapar un grito. Mi grito se hace más penetrante cuando noto que algo se me ha enganchado al tobillo e intenta...¿arrastrarme?.

Apenas escucho la voz del señor Knight pero gracias al cielo mis instintos son más fuertes que mi pudor y tras patear con energía para liberar mi tobillo paso ambos brazos por la parte de atrás de su cuello y lo abrazo, intentando pegarme a él para que la cosa que me ha agarrado no pueda llevarme.

La sorpresa invade en mi rostro cuando descubro el cuerpo de Paxton, ya esto no es un juego laberíntico donde estamos buscando una caja sin más. Al haber un asesinato, esto se pone serio de verdad y toca comenzar a hallar a los culpables o el culpable de este homicidio. No obstante en medio de la preocupación que me genera esto y las sombras esas inquietas que siguen pululando sobre el techo, me pregunto en donde debe estar la cabeza de este buen Señor. 

¿Que loco idiota es capaz de hacer tal acción? Es escalofriante sin dudas. 

Y en medio de aquellos pensamientos, acciones y toma de decisiones con lo que hay, algo quiere atrapar a Grant y a Popov. Al principio intento ayudar a la mujer, pero mi compañero es quien se adelanta y decido ayudar a Alexey. 

- Venga, sujeta mi mano. - digo desesperado y hago fuerza. 

El gritó que soltó Popov no desmereció en nada al que había soltado Emmaline, quizá por saber que no se encontraban ante fuerzas naturales, quizá por mera suerte Alexey reaccionó casi al instante en que notó el frío pegando un brinco y sujetándose a Klaus antes de que este hiciese casi ademán de ayudarle.

El cadáver había pasado a segundo plano en la mente del señor Popov, una información que resultaría útil quizá mas tarde cuando esto, lo que fuese, hubiese pasado.

Tanto el señor Von Falkenhorst como el señor Knight se adelantaron para intentar ayudar a sus dos compañeros antes que algo los arrastrara hacia quien sabía donde. El primero se aferró de la mano del señor Popov, aunque sin fuerza suficiente para tirar de él. Sin embargo el alquimista, llevado por la adrenalina del momento, logró liberar su pierna de aquella trampa y trastabillando se alejó unos pasos, sintiendo una punzada de dolor en su tobillo, pero libre.

Por otro lado el señor Knight, intentando evitar el desconocido pero seguramente fatal desenlace de la señorita Grant, intentó hacer contrapeso con su cuerpo rodeando su cintura. Ésta no tardó en aferrarse a él y escuchó el rasgado de su vestido cuando se liberó de aquello que la tenía atrapada. El impulso del señor Knight, sin embargo, fue tal que ambos cayeron al suelo, haciendo que soltara su lámpara, la cual rodó hasta perderse de vista, apagada. Ahora sólo contaban con la botella fluorescente del señor Popov y la lámpara del señor Von Faulkenhorst para iluminarse.

Fuera lo que fuera aquello, parecía que ya no estaba allí. Pero las heridas en los tobillos del señor Popov y la señorita Grant dejaban claro que algo en la sombras había tratado de llevárselos. ¿O quizás no?

Permita Dios que Karen no se entere nunca de esto - pienso al escuchar el desgarrón en el vestido de Emmaline. Bueno, al menos la falta de luz nos permitirá conservar el decoro.

Arrastro a Emmaline hasta donde vi caer la linterna para intentar volver a encenderla - Está usted bien, Emmaline. No se preocupe - jadeo mientras cargo con la mujer intentando ser lo más delicado posible y evitar zonas inapropiadas - ¿Alguna idea sobre qué eran esas cosas?...

No hay manera lógica de explicarlo. Estaba allí. Popov no sólo lo sintió, vio aquella mano como garra, una mano femenina que había atravesado las sombras y se había aferrado a él. De inmediato, recordó haber leído alguna vez de la gente sombra. Criaturas de otro plano de existencia, que sólo pueden cruzar a través de las sombras. La alquimia que había aprendido para crear la lámpara fluorescente provenía inconscientemente de ese recuerdo. ¿Como mantener a la gente-sombra lejos? Con luz. ¡Cubrir el mundo de luz, y así nunca las tinieblas podran cruzar! ¡Luces en cada casa, en cada esquina! ¡Luz!

No es lógico. No es lógico que una mano, una garra, salga de una sombra. Es imposible. Pero el desgarro en la parte baja de su falda no es de algo que se haya enganchado sin querer. Puede incluso ver las cuatro lineas perfectas sangrientas en su tobillo. Alguien había intentado llevársela. Y por poco lo logra.

¿Dónde estaba ahora? ¿Estaba acechando, esperando que cruzara alguna esquina? En la periferia de su visión le parece ver una sombra moverse. Pero no, no hay nada. ¿O si?

Aprieto los dientes mientras me llevo el baquetazo contra el suelo. En cuanto noto que lo que sea se me ha soltado del tobillo y que todo ha pasado me suelto en cuanto creo que puedo mantenerme sola.

Con la respiración acelerada observo cómo el señor Knight busca la linterna, yo por mi parte hago revisión de daños. El dobladillo del vestido se ha roto de una manera terrible, y justo por encima del botín hay cuatro largas líneas ensangrentadas que rodean mi tobillo derecho. Hago un gesto de dolor mientras aprieto mi pañuelo contra las heridas. Los cortes queman, y al mismo tiempo los noto demasiado fríos.

-Le agradezco la ayuda, señor Knight.- Comento con un tono de voz que deja ver a las claras mi nerviosismo. -No sé lo que ha sido, no entiendo lo que ha ocurrido.- Termino diciendo, girando la cabeza con violencia al percibir una sombra por el rabillo del ojo.- ¿Lo han visto?.

- Popov. ¿Se encuentra bien?- pregunto un tanto preocupado. - Esto no sé qué fue... Pero joder que real. 

Es que no lo puedo evitar, me acojona y hace que algo en mi interior no vaya bien. ¿Que díantres son esas sombras? ¿Cómo poder lidiar con ellas? ¿Ante que estamos? 

Y tantas preguntas, que de alguna manera hacen que la desesperación me juegue una mala pasada. Lo curioso es que no creo en nada, sin embargo aquí estoy, medio cagado, medio dudoso y pensativo. 

- Toca avanzar. Esto no está bien. 

No, no estaba bien. Nada estaba bien. Primero el reflejo del guardia en el cristal, y ahora... ahora había manos saliendo de las sombras. ¿En qué se había metido? Al mirar sus manos, Klaus puede ver que está temblando. Quizás es por eso que no pudo ayudar a Popov. Lo que fuera que hubiera en ese sitio estaba mermando sus fuerzas... ¿le estaba robando su energía?