Partida Rol por web

Limpio rápidamente la sustancia del dorso de mi mano cibernética con un paño de cocina. Afortunadamente su brazo cromado era resistente a la corrosión y tenía una buena capa de armadura. Miro con seriedad a Ryuka, pensándome si echarle una bronca por no tener cuidado cuando Dox da su grito de aviso.

- Pero, ¿qué dices...? - pregunto distraída frotando con cuidado el brazo para comprobar que no está dañado. Ahora mismo no tendría dinero para reemplazarlo una vez más ni de lejos.

Dox reacciona rápidamente, observando el vehículo blindado que se acerca desde el fondo de la calle dirigiéndose hacia el piso de Silver...

Dox vio el coche y supo que los problemas habían llegado antes incluso de que el arma asomara apuntándoles.

Siendo previsor había traído con él sus armas, incluida la Ares Alpha con lanzagranadas acoplado, pero no podía confiar en sacar de en medio a un vehículo blindado de esas características. No al menos sin darle duro varias veces. Allí estaban demasiado expuestos como para mantener un tiroteo, así que no les quedaba otra que moverse y salir de allí para conseguir una posición más ventajosa. Para ello tenían que salir del piso.

Había avisado al resto de sus compañeras para que se pusieran a cubierto, y esperaba que fueran lo suficientemente listas como para darse cuenta del peligro. Sin embargo Silver estaba demasiado débil aun como para moverse por sí misma, así que ella era la prioridad.

Moviéndose rápidamente, se alejó de la ventana y con destreza y suavidad cogió a Silver y levantándola se la llevó en brazos lanzándose hacia la entrada del piso. Llegando hasta el marco de la puerta de la entrada se agachó para cubrirse de las balas que de seguro iban a llegar.

Dox protege a Silver con su cuerpo mientras el Rover continúa acelerando a toda velocidad por la calle. Al llegar a la altura de la ventana del salón del piso de Silver, el Ares Alpha cobra vida, disparando una minigranada que atraviesa el cristal de la ventana y aterriza de manera impecable y casi milimétrica en el centro de la habitación. El Rover continúa su carrera hasta el fondo de la calle, pasando a pocos metros del vehículo de Alex.

Antes de que el resto de los runners puedan reaccionar, la granada estalla, llenando de humo denso la totalidad del piso de Silver. Casi al mismo tiempo Dox, que se encuentra cerca de la puerta, ve como otra granada sale del hueco de las escaleras hacia arriba, aterrizando en el descansillo del piso y explotando con el impacto. De nuevo resulta ser una granada de humo que cubre también la entrada del piso y las escaleras...

Rae no lo dudó: activó el modo termográfico de sus gafas y se dirigió hacia la posición de Dox. Se agachó lo mejor posible para tener vigiladas las escaleras. El ángulo no era suficientemente bueno para ver nada desde allí, pero al menos podía permanecer a cubierto...

El resto de los runners aún no han reaccionado cuando la ventana de la habitación de atrás del piso salta en pedazos tras una ráfaga de rifle automático, cediendo para dar paso a un Rotodrone volador, similar a los que lleva Alex. Y no sólo eso, sino que la desde un piso superior otro rotodrone se deja caer hasta la altura de la ventana para soltar una prolongada ráfaga de Ares Alpha. Ignorando a Watchmaker, que sigue sentada en el suelo mientras su consciencia se halla en el interior de Sting, las balas vuelan por doquier saturando la zona donde se encuentra Zap, Ryuka y Byte...

En las escaleras, Rae ve pasar una silueta que asciende a toda velocidad por uno de los tramos. Se trata de un humano con el torso desnudo decorado con nanopasta fosforescente. Va armado con una pistola que dispara contra la adepta mientras corre a cubrirse tras una esquina.

Por si fuera poco, la última ventana trasera salta de su marco tras un contundente golpe de bastón. Una mujer orka con una capa de plumas negras, de aspecto envejecido, deja de flotar en el aire y se posa sin aparente esfuerzo sobre el suelo del baño de Silver. Murmura en su comunicador una sencilla palabra mientras levanta sus arrugadas manos :

-Encontradlo.

El apartamento de Silver de repente se convierte en una zona de combate y yo sigo limpiándome el brazo con el trapo.

- ¡Joder! - exclamo agachándome para buscar cobertura cuando las balas empiezan a silbar a mi alrededor. - ¿¡Qué coño está pasando!? - Pregunto, en el tono de quien se está cagando en todos sus muertos, mientras busco un lugar al fondo de la cocina todo lo seguro que pueda para conectarme a la matriz en cuanto tenga un momento.
 

Ryuka miró hacia el salón cuando Dox dio la voz de alarma. Vio pasar al gigantón y regresar con Silver, entonces se dio cuenta del drone que aparecía por la ventana. Dudó un segundo si era uno de los de Alex, cuando el cacharro empezó a apuntarlas a ella y a Byte.

¡Mierda! Al suelo, Byte!

Byte ya se había tirado al suelo, y Ryuka hizo lo mismo, saltando de panza al suelo mientras las balas volaban alrededor.

¡Hostia con los juguetes asesinos!

Desde el suelo, murmuró unas palabras e hizo unos gestos complejos con las manos. Al terminar, una esfera chisporroteante apareció en el interior de su puño cerrado, haciéndose cada vez más grande. Ryuka apuntó contra el dron, y la esfera se estiró hacia él saliendo en forma de un delgado y alargado rayo azul y blanco que le dio de lleno.

¡Joder! ¡Mierda! ¡Joder!- pensó Alex desde el interior de Sting, demasiado sorprendida por la llegada del Rover… que ganas que tenía de poder echarle el guante a ese coche… como para poder hacer algo más que mandar un comando de ayuda de manera instintiva antes de regresar a su propio cuerpo para evitar acabar como un maldito colador.

Por su parte, Zap, qué había acompañado a Alex al interior de la casa, estaba bastante más alerta que esta, por lo que en cuanto el Rotodrone enemigo apareció y empezó a disparar, maniobró con rapidez, volteándose e invirtiendo sus impulsores, de forma que quedó pegado al techo boca abajo, posición desde la cual devolvió el fuego.

Ágilmente, Rae se mueve más rápida que la vista para apartarse del trayectoria del disparo que sólo consigue rozarla. El rayo conjurado por Ryuka golpea al drone, recalentando sus circuitos ligeramente.

Zap devuelve el fuego pero el dron enemigo se ladea ligeramente para esquivar el disparo...

-¡¡¡Kyyyyyaaaaaa!!!

Parece que todavía hay más atacantes, pues una asiática vestida con un ajustado mono de cuero rojo sube como una exhalación por las escaleras y, al ver a Rae agazapada en el marco de la puerta no duda en lanzarle un golpe al cuello que la adepta consigue evitar agachándose en el último segundo.

De vuelta al salón principal, otro de los drones invasores dispara contra Zap, que chirría y bipea al verse enfrentado a un nuevo oponente...

Apenas si había acabado de disparar sobre el Rotodrone enemigo cuando otro más decidió disparar a Zap… sin embargo, en una demostración de agilidad que evidenciaba el esmero que Alex había puesto en su cuidado y mantenimiento, maniobró rápidamente para esquivar de nuevo las balas que se dirigían contra él.

Las cosas se estaban desenfrenando por momentos y Dox no iba a quedarse de brazos cruzados mientras sus compañeras se enfrentaban al peligro.

Todos tenían funciones en el grupo, la suya era eliminar cualquier peligro que les saliera al paso. Y era bastante bueno en ello.

   - Lo siento.- Se disculpó con Silver.

Soltando a su amiga, dejó que cayera al suelo. No fue muy decoroso, pero necesitaba libertad de movimiento y no podía luchar cargando con ella. Además al estar agazapado la caída no era significativa.

Moviéndose sobre sí, avanzó asomándose al umbral girando hacia la asiática del mono rojo a quien disparó a bocajarro sin ceremonias. Mientras, con la otra mano desenvainó su katana con un movimiento marcial depurado.

-Meseu kkeoun trog!! Necesitarás más que eso para acabar conmigo grita la recién llegada mientras se deja caer sobre el suelo apoyándose en una mano mientras con la otra mantiene sujeta la katana...

En el espacio virtual, el piloto del Rover envía la orden a uno de sus drones de que fije a Watchmaker con sus sensores.

Rae ni se había dado cuenta de que esquivaba el ataque de la oriental. Sus habilidades arcanas y entrenamiento habían tomado el control, haciéndola saltar como un gato, girando en medio del salto para encañonar a la mujer de rojo. "Nunca te fíes de una mujer de rojo" pensó.
En cuanto su giro alineó el cañón de su colt con la china sus ojos fijaron el blanco en una fracción de segundo y un balazo voló.

El disparo a bocajarro de Rae pilla desprevenida a la samurai vestida de rojo, que recibe un disparo en el hombro. La mujer baja la vista hasta la herida pero más allá de lanzar a la adepta una mirada de odio, no parece especialmente afectada por la pérdida de sangre.

Su compañero entra como una exhalación en la habitación, saltando en el aire para ejecutar una patada voladora contra la cabeza de Dox

-¡Sólo queremos el cilindro! ¡Nadie tiene que morir por ello!

En el otro lado de la vivienda, la shaman orko avanza pausadamente apoyándose en su bastón, hasta tener a la vista la escena que se desarrolla en el interior de la vivienda. Extendiendo una mano callosa, apunta con unos de sus huesudos dedos a Zap...

-¡¡¡Arde!!!