Partida Rol por web

Todos los shamanes del mundo presenciaron el acontecimiento. Daba igual que estaban haciendo en ese momento o la importancia de la actividad... había algo más fuerte que ellos mismos que les impulsó a mirar al cielo y verlo con sus propios ojos aunque no supieran lo que significase: los estrellas de la destrucción Ragoh y Keito cruzando el cielo nocturno. Acontecimiento que anunciaba el inicio de algo grande e importante... Y a la vez algo misterioso, pues nadie sabía con certeza como esto era posible.

A un joven shaman argentino por ejemplo le pillo en México, bastante lejos de su hogar. Había venido a participar en un torneo amateur de boxeo, después de haber estado ahorrando como una hormiga para costearse la inscripción y el viaje y convencer a sus padres de ir. Era un torneo pequeño, pero la recompensa era lo suficientemente buena como para merecer la pena; además de para demostrarse a si mismo cuanto había mejorado en aquel duro deporte.

Serían las nueve de la mañana y el chico estaba durmiendo en la cama del hotel que sus padres le habían encontrado, descansando de forma merecida para la final que hoy se celebraba y con la que mucho esfuerzo consiguió llegar siendo el pequeño del torneo. Pero claro... había otros que opinaban distinto.

Este otro era un espíritu peinado con tupé, con un bigote nada poblado, vestido con un chándal y una toalla al cuello; que debido a su condición carecía de piernas y de opacidad -Hora de levantarse Ringo- le indicó al chico desde el pie de la cama con tono firme -Un día como hoy no te puedes quedar dormido en la cama... ¡levanta!- le terminó de indicar.

Todos los shamanes del mundo presenciaron el acontecimiento. Daba igual que estaban haciendo en ese momento o la importancia de la actividad... había algo más fuerte que ellos mismos que les impulsó a mirar al cielo y verlo con sus propios ojos aunque no supieran lo que significase: los estrellas de la destrucción Ragoh y Keito cruzando el cielo nocturno. Acontecimiento que anunciaba el inicio de algo grande e importante... Y a la vez algo misterioso, pues nadie sabía con certeza como esto era posible.

A una chica por ejemplo, simplemente le pillo en su casa. El día anterior había preparado las maletas para ir a pasar unos días con su querida abuela en compañía de su hermana pequeña, y hoy tocaría coger el coche e irse.

Serían las nueve de la mañana, y no había ninguna prisa por abandonar su cómoda y suave cama... podría quedarse durmiendo ahí una horita más o dos... pero en las sombras había alguien que parecía no opinar lo mismo.

El sonido de la puerta de su cuarto abriéndose y cerrándose fue el primer indicativo de que algo iba mal. Una silueta la miraba con malicia y una sonrisa malvada, preparada para atacarla en cualquier momento. Entonces... se abalanzó contra ella como una bestia sedienta de sangre -¡Despierta hermanita!- dijo la jovencita mientras se dejaba caer sobre la barriga de su hermana mayor encima de la cama -¡Vamos que hoy vemos a la abu!- siguió exclamando con una sonrisa alegre en la cara.

-¿mmhhh?- Ringo se sentó en la cama al tiempo que bostezaba. Si fuera por el dormiría un par de horas más pero había escuchado el tono de el viejo y no era sabio ponerlo de mal humor desde tan temprano, más aún considerando que la última vez que Carlos consideró que Ringo se estaba comportando como "un vago de mierda" lo hizo correr 15 km con un neumático de camión atado al cuerpo.

Tampoco es que Ringo se quejara mucho de eso, es verdad que el era un holgazán pero entrenar le resultaba divertido. Además era un bajo precio a pagar por la amistad de ese par, ya que de no haberlos conocido probablemente seguiría escapando hacia el cementerio para llorar tranquilo.

Ringo pensaba en esto mientras su cuerpo se bañaba casi en automático y al tiempo que se secaba y cambiaba decía, como hablara con sigo mismo -¿Que debería desayunar hoy? Podría ser una tarta de cerezas ¿O tal vez un poco de carne?

Era verano y 9 de la mañana. Una combinación que podría ser fatal para cualquiera que no estuviese acostumbrado al calor, pero eso no ocurría con la familia Benavente. Con tener un ventilador o el aire acondicionado encendido bastaba para que su hogar fuese fresco y digno de descansar, situación que provocaba que Yahaira continuara en su cama descansando. Entre dormida y despierta planeaba qué desayunaría y la hora de irse en el auto para hacerse las dos horas en carretera. No era mucho tiempo para alguien acostumbrado a los viajes largos, pero la chica intentaba ahorrar energías para el resto del día.

Al escuchar que la puerta se abría y cerraba sin que tocaran la puerta era un indicativo de que sería la presa en su propio refugio. Tal como un narrador de documental, Yahaira comenzó imaginarse en un escenario peligroso de la sabana.

Cuando supe que era observada, me posicioné en modo defensivo debajo de las cobijas a la espera de que la bestia saltara sobre mi en cualquier momento...

Y entonces su hermana gritó mientras sentía el peso de ella sobre su abdomen.

He quedado atrapada bajo sus sauces. No hay escapatoria, reaccioné tarde.

Y utilizó sus codos para incorporarse y ahora ella quien atrapó a Yadhira para comenzar a hacerle cosquillas.

¡Oh, sorpresa! El cazador se volvió la presa.

-¡Esta es mi venganza por no dejarme dormir!-duró poco, no quería hacerle reír de más con esos espasmos involuntarios. Así, la ojicafé se levantó de la cama peinándose su cabello con los dedos y acomodándose la pijama-. ¿Ya estás lista? ¿Qué quieres desayunar?

Mirando por las paredes como si quisiera buscar algo, simplemente alzó la voz mientras sonreía.

-Yttrium, espero que estés preparada para las horas de diversión en carretera, y Platinum, no me escondas mis notas de la escuela otra vez.

El espíritu espero a que te bañaras fuera del aseo, hasta que saliste secandote -Tienes que desayunar fuerte hoy Ringo, hoy tienes tu primera final en un torneo medianamente importante- fue explicando el espíritu ante tu pregunta -Aunque eso no significa que hayas de inflarte a azúcar y grasas, así que de tarta nada- te terminó prohibiendo el entrenador, ya que la idea de un postre tan calórico no le era apetecible -Ya sabes lo que pienso. Tortilla, bacon y jalapeños... ¡ese es el desayuno de los campeones!- decía con iniciativa y motivación tu entrenador; que sin duda si no estuviese muerto se comería los jalapeños de tres en tres satisfaciendo su herencia mexicana-argentina -Así que si ya estas listo, vamos al comedor y a servirnos en el bufe libre... tienes que mantenerte caliente para el combate de hoy- te terminó indicando.

Tu hermana no se esperaba el ataque sorpresa de cosquillas, y nada más empezaste ella inició a reírse -"¡Jajaja! ¡No vale, no vale! ¡Jajaja! ¡Platinun ayuda!"- decía entre risas y carcajadas, mientras que la espíritu de aquella milenaria pache se hacía visible sólo para reírse como una niña de Yadhira. Al final la chica se quedó exhausta de tanta risotada -"Ah... ah... es... la última vez que te hago caso Platinun..."- dijo recuperándo el aliento mientras que la pache solo sonreía de una trastada satisfactoria -"Y a ti te pillaré algún día hermanita"- término diciendo. Asintió cuando dijo que estaba lista -"Quiero galletas"- indicó.

Yttriun apareció luego de que le hablases con una sonrisa -¿Con estas dos? Siempre estoy curada de espanto- indico la espíritu mientras tu le hablabas a Platinun con su aspecto de niña inocente -Yo por las notas no me preocuparía... pero...- se acercó a un rincón del cuarto hacía una librería. Esta la atravesó, y volvió con unas llaves en las manos -Pero de las llaves del coche sip...- término diciendo con una sonrisa... mientras que Platinun inflo los mofletes molesta por que le arruinaran la diversión.

Encogiéndose de hombros y con un tono resignado Ringo dice -Vos te comerías una tarta de jalapeños- Dicho esto y luego de que Ringo desayunara, se dispone a ir trotando al lugar del torneo mientras en su mente piensa -Hoy es el gran día, después de tanto tiempo hoy por fin todo el entrenamiento de estos años dará sus frutos. Hoy cuando este torneo termine por fin... por fin ¡¡¡¡¡¡¡¡CUANDO SEA CAMPEÓN NO HABRÁ CHICA QUE SE ME RESISTA Y POR FIN TENDRÉ NOVIAAAAA!!!!!!.Y al grito de -Siiiiiiii- Ringo sale corriendo al lugar de la pelea.

-¿Galletas? Pero hay que amasar, poner mantequilla y.... ¿Y si las compramos hechas en la tienda?-sugirió Yahaira encogiéndose de hombros, esperando que su hermana aceptara la propuesta porque no tenía ganas a dedicarle unas horas a preparar la harina y que tuviese la consistencia adecuada para que al hornearse no quedaran muy duras o muy suaves. Era todo un arte culinario que le desesperaba un poco.

La castaña soltó una risa leve al percatarse que la travesura de Platinum no había resultado como quería y tomó las llaves que le había traído Yttrium examinando que ninguna hacía falta para poder irse sin problemas.

-Anda, deja me cambio-tomó a su hermana de los hombros para llevarla a la puerta de la habitación-. Salgo en unos 10 minutos, mientras ve pensando qué galletas te compro en la tienda-aseveró ante la idea sin siquiera esperar a que su hermana escogiera si prepararlas a mano o ya hechas, demostrando qué opción era la que quería-. Yttrium, ¿podemos hablar un momento? Igual me gustaría preguntarte a ti, Platinum. 

El espíritu bufo -¡Pues claro que me lo comería! El picante endurece el carácter, calienta y prepara el cuerpo para la acción, y saben mejor que cualquier fruta... Es un ingrediente clave para cualquier persona que quiere triunfar en la vida- te comento con la cabeza bien alta.

Después del desayuno, de camino al recinto del torneo, oiste el suspiro de tu entrenador -Ains... ¿Sabes que lo has dicho en voz alta?- te pregunto Carlos con resignación -Los de tu edad solo piensan en eso... igual que el otro...

Por el otro lado apareció Jorge, quien apoyandose en tu hombro sonreía por lo que se le había escapado a su shaman -¡Tu di que no al aguafiestas Ringo!- te comento motivado -Después de ganar esto tendrás a todas las chicas que quieras... ¡los campeones son siempre guapos y pronto tu serás uno como yo!- te dijo con el puño en la mejilla para empujarlo suavemente con compañerismo mientras se acercaba a tu oido -Cuando vayamos a entrenar para el gran combate, busca una pibita que te guste y entrena ante ella, mostrando mercancía y capacidades... así cuando ganes te la ganas seguro- te dio sus propios consejos de casanova de cuadrilátero.

La hermana asintió a lo que dijiste -Yo me refería a galletas de paquete... no te voy a obligar a prepararme ricas galletitas caseras, jiji... aún- te dijo tu hermana riéndose un poco.

Luego le pediste que se fuera para cambiarte cogiendola por los hombros -Jo, como si nunca te hubiera visto cambiarte... pero vaaaale, me vooooy... ¡pero te haré comprar las galletas más caras!- término diciendo antes de salir de tu cuarto.

Luego, te quedaste a solas con los espíritus de ambas paches. Yttrium se iba a quedar porque es tu compañera; pero Platinum ya estaba a punto de irse a acompañar a Yadhira hasta que le pediste que se quedase -Si claro Yahaira, ¿de que quieres hablar?- te pregunto la fantasma con curiosidad.

¿De verdad hace falta preguntar Yttrium?- preguntó Platinum a su compañera india -Es una chica muy inteligente e intuitiva; y ambas sabemos lo que vimos ayer. Quieres hablar de las estrellas de anoche ¿verdad?- dedujo hábilmente la espíritu. Siempre se olvidaba que debajo de esa apariencia de niña y su actitud traviesa e infantil era una pache sabia y con muchos años de conocimientos, muchos más que la joven Yttrium.

Pasando el incomodo momento adopto una expresión más nerviosa y digo -Jorge ¿en serio lo crees, en serio crees que puedo ser un gran campeón?

Yahaira sonrió más con lo que dijo su hermana respecto a las galletas y cuando la chiquilla ya estaba fuera de su habitación le sacó la lengua y luego cerró la puerta con cuidado aún con ese gesto afable por haber tenido una buena mañana al despertar, sensación que poco a poco se fue transformando en una preocupación que se reflejó en su cara cuando ya estaba con las dos espíritus. No era buena mintiendo, así que no le vio caso fingir que todo estaba bien.

-Yttrium es que...-pero Platinum se adelantó y evocó en la castaña una media sonrisa mientras negaba con la cabeza y le veía con cierta condescendencia-. Sí, efectivamente, es de eso.

Al mismo tiempo mientras iniciaba la conversación, la mayor de los Benavente comenzó a preparar la ropa que usaría, pues ya la maleta estaba hecha y solo era cuestión de tomar un baño y cambiarse. 

-Mi abuela me dijo que las estrellas Ragoh y Reiko marcaban el inicio de una nueva era donde nos involucrábamos los shamanes de todo el mundo; pero hace unos años recuerdo que un japonés había ganado... No entiendo, ¿qué estará pasando? ¿Algo así había ocurrido antes?

El espíritu del boxeador sonrió y asintió confiado ante la pregunta de su compañero -¡Pues claro que si!- dijo con rotundidad -Has tenido a Carlos como entrenador... ¡y me has tenido a mi, que soy diez veces mejor! Estoy seguro de que saldrás triunfante- término diciendo con convicción. Después de esa charla, continuasteis caminando hasta llegar al recinto donde tendríais que tratar de conseguir el título. Aún quedaban unas pocas horas, por lo que mejor era ir al gimnasio a entrenar. Para ser un torneo pequeño ya habían unas pocas personas que habían venido a verlo, y un par te reconoció.

Era un lugar bien equipado, con varias máquinas en las que poder entrenar lo que apeteciera: piernas, brazos, torso, pegar puñetazos...

No estabas sólo, ya que entrenando ya se encontraba otro chico. Con pelo afro, más o menos de tu altura, delgado pero de cuerpo fibroso, ya dándole puñetazos a un punching-ball. Lo reconociste como tu rival, aunque ahora mismo su nombre no lo reconocias.

Los dos espíritus miraron a Benavente mientras hablaba del tema de las estrellas. Sin duda en sus caras se veía que era un tema serio. Y fue Platinun quien te respondió al ser más veterana que Yttrium -No había ocurrido algo como esto en la vida. Ni antes de que naciera, ni durante mis 103 años de vida, ni después de ellos- te respondió con un tono serio que, sinceramente, no le pegaba con ese minicuerpo que daban ganas de abrazar -Esas estrellas tardan quinientos años en aparecer en el cielo nocturno... y sólo han pasado dieciséis años... es increíblemente raro- dijo... pero luego suspiro y se encogió de hombros -Pero bueeeno... mientras no nos salpique nada, pues puede que no pase nada... - término diciendo de forma despreocupada, siendo la misma chiquilla de siempre.

 Primero digo un alegre -Holaaaa. En voz alta y luego me acerco a una bolsa de boxeo y al grito de -SIIIIIII. Comienzo a golpearla con una fuerza brutal, produciendo un sonido estruendoso después de cada golpe y logrando moverla como si de un almohada se tratase. Esto no lo hago con malicia sino por la emoción de la pelea que se avecina.

Escuchar a Platinum decir eso junto a las facciones que revelaban las dos espíritus que algo serio estaba pasando preocupó a Yahaira, quien dejó por un momento de preparar su ropa para prestar atención a lo que comentaba y le turbó percatarse de la seriedad con la que dijo esas palabras.

-Algo sin precedentes, entonces...-lo que le indicaba que posiblemente los paches debían estar igual de confundidos o incluso involucrados, pero dejó de pensar en eso cuando Platinum restó importancia y la castaña se encogió de hombros-. Esperemos que no pase nada, aunque sí me preocupé bastante.

Decidió preguntarle a su abuela cuando llegaran a su casa en el rancho, pero ahora debía enfocarse en terminar de preparar su vestimenta y bañarse; aunque debía admitir que estaba un poco insatisfecha por no obtener más información al respecto.

-Bueno, perdonen que les haya quitado tiempo-movió su mano como para restarle importancia y retomó su sonrisa habitual-. Gracias por responder mi duda.

Y así esperó a que se fueran para ir a tomar el baño prometido. Sin embargo, no podía dejar de pensar en que eso podría afectarles de manera directa y temía por el bienestar de su familia. 

El otro boxeador no pudo evitar girarse y dejar de entrenar un poco cuando llegaste saludando en general a todo el mundo y gritaba ese "Si" tan motivado y lleno de energía. Miró con cierta curiosidad como le pegabas unos cuantos puñetazos fuertes a aquél saco de boxeo que se movía de un lado a otro debido a la fuerza de tus golpes.

Al final, el chico se aproximó a ti con cuidado de que no le golpease la bolsa -¿Necesitas ayuda?- te peguntó, mientras se quedaba detrás del saco para aguantarlo y que así no se te moviese de un lado a otro, pudiendo así darle más golpes seguidos -Si estás entrenando es que serás mi rival ¿no?- te preguntó el chico. Parecía amable, nada chulo ni nada -Yo soy Antonio Molina, mucho gusto. Seguro por como le das golpes va a ser un combate interesante... y pareces muy motivado- se presentó -Oye, ¿me sujetas el saco para darle yo unos cuantos golpes?.