Partida Rol por web

Siguiendo las indicaciones de Marius, llegáis al almacén donde se supone que vive actualmente Fenster la Peste. Es un almacén semiderrumbado que se encuentra en la línea de la costa. Huele fatal porque la zona es más un vertedero que otra cosa, y las corrientes marinas acaban llevando hasta allí los desechos de la ciudad.

La entrada a esta pocilga consiste en un par de botes apoyados uno contra otro creando una especie de arcada triangular de la que cuelga una vela semipodrida a modo de cortina. Al lado de la entrada hay un viejo baúl de marinero con la tapa rota. En la parte delantera del baúl rezan unas letras: "DEGA UN RREGALO Y EPERA AFUERA". En el suelo, delante del baúl, hay una lata abollada.

- No perdemos nada por ir de buenas, dice Karash que echa una moneda de oro en la lata haciendo que suene

Mientras llegaban al almacén, Opik trató de ver si había alguna otra entrada.

Parece que es la única forma de acceder, ¿no? - preguntó al silencioso Erik, quien parecía tener buen ojo para esas cossa.

Cuando vio que Karash lanzaba la moneda, le respondió. Buena idea, tratemos de no entablar un combate demasiado rápido...

Tinuviel miró alucinado el desprendido acto del paladín.

Seguro que la usa para comprar droga o pagar una furcia.

Erik asiente a Karash y se aleja un poco del grupo mientras inspecciona la casa con interés. Al hacerlo se moja las botas en algo que no es agua, al darse cuenta las sacude con disgusto mientras mira a sus compañeros con cara de asco.

Tras un largo minuto de espera, sale un tipo desharrapado y mugriento, un ser penoso de piel y huesos, de piel sudorosa y grisácea en algunas partes. Uno de sus ojos está cubierto de algo blanco, parece que es tuerto. Respira con dificultad, con un sonido rasposo y gorgoteante, y huele como... a carne podrida.

Se acerca y se agacha para mirar el bote donde habéis metido la moneda, y tras ver lo que hay, os mira de forma inquietante con su único ojo y ladea la cabeza. Después agita la lata vehementemente.

saludos, Fenster. - saludó el enano, en cuya mirada se formaba una mezcolanza de pena y asco que trataba de ocultar. - Nos alegramos de encontrarte en tu hogar - por llamarlo de alguna forma - y estamos seguros de que podríamos hacer que esa lata tintineara más aún simplemente charlando un rato con nosotros de ciertas inquilinas que tuviste hace poco tiempo.

Eto e un miseria. Encuento má arrebugcando en la baura.

Y vuelve a agitar de nuevo la lata.

Opik rebuscó en uno de sus bolsillos y sacó otro par de monedas.

No creo que ahora me vayas a decir que los nobles lanzan su oro a las alcantarillas...

Psss, Tinuviel. - llamó Opik la atenciónd el elfo. - ¿No tenía aquel hechicero una daga preciosa? Porque estoy seguro que nuestro amigo aquí presente no encuentra ese tipo de cosas en la basura...

Tinuviel susurra de vuelta.

-Tendría que haber aprendido el conjuro de "Hechizar persona". Ahora vería ese apestoso.

- ¿Eso que ha hablado era un idioma? - pregunta sorprendido Erik en voz baja - Nadie lo diría

-Creo que habla en "mendigonés"- susurró Tinuviel sacando una bella daga que llevaba al cinto y dándosela al enano.

Si ahora con ésto no cantas, te juro que te la clavo. ¿Que pasa, en ésta ciudad sólo hay traficantes de información?

El enano tomó la daga que le tendía el elfo y comenzó a moverla entre las manos, dejando que la escasa luz de los faroles alumbrase su precioso acabado.

¿También encuentra Fenster cosas como esta entre la basura? - miró la daga y luego al ¿humano? - Porque estoy seguro que Fenster no encontraría algo como esto ni en la mismísima basura de un rey elfo...

El tipo delgaducho mira la daga que el enano deposita en la lata. La coge, la mira y remira, y después os mira sonriente. Se incorpora, mete la daga y las monedas en un bolsillo de sus harapientas ropas y se sienta sobre el baúl.

¿Qué queré tu c'aga Fenster?

Opik contiene un suspiro y sonríe a su desarrapado interlocutor.

Verás, hace poco estuvieron conviviendo contigo Las Chicas de la Torre. Como comprobarás - hace un gesto que abarca a los cuatro - somos de todo menos Wreckwash Blades, por lo que no queremos causarles ningún daño y solo queremos saber cuál es su ubicación actual.

No trates de negarlo, ya que sabemos que vieron a una tal Natalya por aquí - el clérigo decidió que esa era la mejor forma de tantear sobre la muchacha sin indicar que la buscaban personalmente - por lo que solo queremos que nos des algo de información...

Karash observa al individuo y deja que el enano sea el que lleve esta vez la voz cantante.

Fenster sonrie, saca pecho (si eso fuer posible) y se señala a sí mismo con el dedo índice.

¿Chicas Torre? Sí, yo es su casero. No jé ande tan, no me digeron. Natalya... - os mira con suspicacia, al menos eso parece, pues con un solo ojo no sabriáis asegurarlo. - Sí, Fenster sabe ande anda...

Mira hacia la lata de nuevo.