Partida Rol por web

Bosque perimetral que esta en la parte posterior de la casa.

La ciudad un poco mas lejos solo es accesible por el camino principal o cruzando el bosque hacia el Este. Al Oeste las montañas. Norte y Sur puede que hayan caminos, caserios y otras fincas.

Hay animales y el sitio es poco visitado salvo por cazadores que a veces se aventuran en el lugar. Mitos y leyendas recuerdas memorias coloniales de cuando esclavos, criminales o caidos en desgracia era torturado o matados entre estos arboles pero ahora es diferente.... hay internet.

Ya esta oscureciendo y los arboles sisean con la brisa nocturna.

A lo lejos se ve la casa con su resplandor por las llamas. Pequeñas llamaradas pero inequivocas del caos que se desata.

La ciudad un poco mas lejos solo es accesible por el camino principal o cruzando el bosque hacia el Este. Al Oeste las montañas. Norte y Sur puede que hayan caminos, caserios y otras fincas.

La idea fue buena en principio, pero aquello estaba tomando un cariz bastante desagradable: Esos malditos perros no parecía que fueran a irse nunca... Y era lógico: ¿Dónde iban a encontrar 70 kgs (al menos) de filetes más cerca que en ese maldito árbol?
Removí mi culo sobre la rama. Ya llevaba allí un buen montón de rato y al hacerlo, algo me hizo sentir incómodo... ¡¡el móvil!! ¡¡Mierda!! ¿Seré imbécil? ¡¡Claro que si!! ¡¡diossss, que haya cobertura en esta mierda de sitio!!

Iluminé la pantalla y rápidamente intenté llamar al hospital. Luego intentaría llamar a la policía, aunque viendo las llamas en casa del Alcalde, era muy posible que lo de la policía se retrasara un poco. Pero si conseguía que alguien me fuera a buscar allí...

Marqué el número y esperanzado aguardé a alguien al otro lado de la línea.

No te atienden. Cae puro ocupado.

-¡¡Mierda!!

El teléfono, como era lógico, no tenía cobertura. En ese momento me acordé de un amigo mío que decía que saliendo de la capital y un par de ciudades importantes más, Internet era solamente un mito y que no existía.
Naturalmente, era una exageración. Pero había momentos en los que realmente parecía que no estaba tan lejos de la realidad.
Y aquél, era uno de esos momentos.

Tras escapar de la casa Lisa coge de la mano a Dayana y corre junto con ella alejandose de esta. Tras una larga carrera ambas se detienen jadeando y observan desde la distancia el reflejo del fuego sobre la mansión. 

Lisa mira a Dayana. - Querida esta oscureciendo, tenemos que encontrar alguna casa o alguna otro sitio donde escondernos. En que dirección crees que podremos ir para pasar por lo menos la noche. No creo que pasarla en el bosque sea buena idea. 

Lisa abre su bolso y busca en el su tabaco y su mechero. Cuando lo encuentra se enciende un cigarro, después lo guarda de nuevo todo en su bolso y tras dar una pequeña calada mira a su alrededor mirando si las siguen mientras espera la respuesta de la mujer.

Miraba alrededor tratando de ubicarme.

- No lo se Señora, tal vez podamos bordear la casa buscando el camino principal porque hacia alla, señalando mas adentro, solo estan las montañas.

Observe como Lisa fumaba en parte para relajarse un poco y hasta pense en pedirle uno pero me controle.

A lo lejos se escuchaban las voces de hombres y habian unos haces de luces.

- Señora, vienen por nosotras, vamos... Tal vez podamos ocultarnos dentro del bosque un rato mientras los despistamos, no creo que vayan a buscarnos mucho rato.

Saltando para esquivar la irregularidades del terreno comence a adentrarme en el bosque a menos claro que la Lisa cambiase de opinion.

- Mierda! Exclama Lisa al observar como a lo lejos se pueden ver luces que van en la misma dirección de ellas. Lisa empieza a caminar deprisa tras Dayana esquivando las irregularidades como ella. - Espera querida, es mejor que vayamos juntas. 

​Mientras van adentrándose en el bosque Lisa no puede evitar fruncir el ceño y después le da una calada al cigarro.  - Menos mal que cogí el abrigo de piel y tu te cambiaste de ropa. Quizá esta noche haga frío... Lisa mientras caminan se termina el cigarro, lo apaga contra una piedra y lo entierra en el suelo para que nadie lo encuentre. 

-Quizá tendríamos que buscar alguna cabaña de esas que hacen en el bosque los cazadores, o una cueva. Ojalá hubiera llevado a mi perro a la fiesta. 

¡Vaya mierda!: Para una vez que el teléfono resulta operativo en un bosque recóndito, resulta que lo que no funciona, es el interlocutor del otro lado ¡Maldita sea!

Estuve a punto de tirar el teléfono bien lejos, pero me contuve. Aquel era el único medio posiblemente de salir de allí antes de que me cayera desfallecido del árbol muerto de hambre, o congelado por la temperatura de la noche.

Llamé al hospital: Puede que fueran mi única esperanza, aunque en ese momento no sabía muy bien qué serían capaces de hacer para ayudarme.

- ¡Aló! ¡Aló! ¡¿Si?! ¡¿es el hospital?!

Allí abajo, mis gritos pusieron a aquellos monstruos las orejas de punta y les hizo levantarse de donde se habían tumbado para acercarse a la base del árbol ¡Malditas alimañas!

¡Póngame con el Dr. Balboa, por favor!

Se oía fatal y yo tampoco oía a la persona al otro lado demasiado bien... Así que me quedé esperando respuesta y rezando porque se me ocurriera una buena idea.

- Alo Luis? Eres tu? ...

- Alo? donde carajo estas?

- Tienes que venir al hopital, esto es un caos aqui, todo el mundo se ha vuelto loco, alo, me escuchas?

Tu, tu, tu tuuuu (sonido intermitente)

La llamada se ha cortado.

A lo lejos hacia la casa se escucha un fuerte estruendo. Como una gran explosion y se ve una llamarada de fuego que luego se pierde en la negrura de la noche. Algo exploto en la casa.

Siguen avanzado por el bosque tratando de hacer distacia entre los hombres y ustedes.

A lo lejos hacia la casa se escucha un fuerte estruendo. Como una gran explosion y se ve una llamarada de fuego que luego se pierde en la negrura de la noche. Algo exploto en la casa.

¡De coña! Llamo para pedir ayuda y me responden que necesitan mi ayuda... ¿Pero qué estaba pasando en el mundo? ¿Se habían vuelto todos locos?

Como para darme la razón, se oye una explosión a lo lejos, más o menos en casa del Alcalde. Seguro que era en casa del Alcalde. Aquello empezaba a ponerse de color grillo, aunque los malditos perros de abajo, llevaban poniéndolo así desde hacia rato: Sus ojillos malévolos, brillaban en la oscuridad y no parecían tener intención de irse en toda la noche.

Volví a intentar comunicar con alguien. Esta vez llamé a Balboa a su móvil particular: Tenía que hacer saber a alguien donde estaba y lo que me ocurría. Marqué su número y esperé...

- Alo? Luis? Eres tu?

El hombre parecia apurado y con voz alarmada.

- Dime hombre donde estar metido, no vez que te necesitamos en el hospital, no llegan heridos por montones. Alo?

- ¡Ah! ¡¡Gracias al cielo!! Escucha Balboa, no sé cuanto tiempo durará esto: Estoy en el bosque detrás de la mansión del Alcalde subido a un árbol y rodeado abajo de perros silvestres ¡¡No puedo moverme de aquí!! He visto que unos manifestantes han reventado la mansión y hemos escapado de milagro, pero ahora estoy en el bosque ¡¿Podéis mandar a alguien armado a sacarme de aquí?!

Mientras siguen huyendo por el bosque una fuerte explosión hace que ambas mujeres den un pequeño bote al asustarse. - Querida mira eso... Comenta Lisa señalando la gran llamarada que sale de la casa.

- Mas vale que encontremos un refugio ya, esto cada vez se esta poniendo mas feo y cuando oscurezca del todo estaremos a merced de lo que sea que este por este bosque, ademas de esos locos que atacaron la fiesta. Lisa sigue caminando cogida de la mano de Dayana, ambas intentan buscar un refugio donde pasar la noche.

Conforme avanzan escuchas unos chillidos de perros con ciertos ladridos. Parecen ser varios pero no los ves.

Te acercas o te alejas?

Entre el ladrido de los perros que no te deja escuchar y el tono alarmante de tu amigo apenas logran entenderse.

- Mandar a alquien? Estas locos? A quien voy a mandar!!!

Mas ruido intermitente...

- Luis dejame ver que puedo hacer, dices en el bosque detras del Alcalde, bien ya lo tengo. Vere que puedo hacer, porque todos estos heridos dicen que vienen de alla y que es un verdadero caos...

- Alo? me escuchas? Luis....

Al escuchar los ladridos Lisa se detiene por miedo, pero esos ladridos quizá fueran de alguna casa próxima. De ser así podrían esconderse en ella.

- Si, si, joer!! Ya sé que no vas a poder mandar a nadie -le digo realmente jodido y comprobando que mis temores se hacían totalmente realidad- Pero al menos ya sabes donde estoy: Me mandasteis a la fiesta y yo como un gilipollas estaba allí. Me salvé de milagro... Pero fue salir de la sartén para caer en el fuego. Una mierda.

Después de una pausa de unos segundos, añado:

¡En fin! ¡Qué ya sabes donde estoy! ¡Y estoy en serio peligro, joder! Si me libro de esta mierda de alimañas, apareceré por el hospital.