Partida Rol por web

El Rey Sombra se agita débilmente mientras sus ojos adquieren un rojo apagado y se acerca hacia la señora oscura.
- Su malvada majestad, lo que aquí el Kartofen dice es cierto pero solo en parte. – el Rey sombra mira a la patata embutida en el traje mientras sus ojos vuelven a su rojo anterior y se vuelven una pequeña rendija.
- Como es sabido por todos las sombras y las momias somos enemigos desde hace eones, y en cuanto nos encontramos al Pato momia vi que nos la iba a jugar. La pregunta que nos hizo era como se llamaba su difunto tioabuelo por parte de madre,
y yo que soy oriundo del plano de las sombras se que la sombra que da la lapida de su tioabuelo por parte de madre era : [ La lápida sin nombre]
Por lo que nadie podía saber cual era su nombre, por eso decidí usar mi poder para enfadar a los demas, el pato-momia al ver que no caí en su trampa no pudo resistir mi poder y se enfado, pero solo en un primer momento, como todos sabemos que las momias son muy enrolladas decidió lanzar un conjuro de abrir puerta para que pasáramos por mi genial movimiento astuto. – al finalizar el Rey sombra trata de hacerse mas material ya que mientras relataba su narración los ojos de su señora no dejaban de mirarle y le habían hecho perder gran parte de su poca consistencia.

Lo que ha dicho es cierto Su Oscura Malignidad, pero se ha olvidado de un pequeño detalle digo tratando de enfocar al rey sombra, cosa que hace que mi cara se vuelva aun más fea de lo que ya es. Al parecer la falta de luz le ha causado un golpe de oscuridad y le ha dejado frito el cerebro, así que olvida cosas.

Como por ejemplo decir a donde nos llevaba la puerta. Porque la puerta no llevaba a donde estaba el libro, ¡sino a la Ciudad de Halloween, donde todos los días son Halloween y las calles están llenas de críos pidiendo chucherías! ¡Y encima el Rey Sombra se puso a pedir caramelos con los niños! Yo creo que eso era lo que buscaba y no su libro…

No cabía posibilidad para el error y sin duda confundirse después de haber acertado un acertijo tan enrevesado sin duda era uno garrafal, pero ponerse a pedir caramelos con los niños.. pues no sería por lo que se parecía a uno esa sombrita, sino más bien sería algo así como lo que aparecería en sus pesadillas junto con el simpático monstruo de debajod e la cama o el " puto mono " del armario.

- Una cosa es equivocarse, cosa a la que no tienes ningún derecho por si no te habías dado cuenta, pero otra muy seria es ponerte a pedir caramelos por las casas.. así que espero que lo que quisieras fuera descubrir si se hallaba allí mi libro o la forma de salir, porque sino serás la única sombra multicolor del mundo, así como la bandera gay más o menos.

Los ojos del Rey sombra fulguraban de un color rojo profundo e incluso unas pequeñas vetas de humo carmesí se elevaban de ellos mientras Igor (pronunciado Aigor) narraba su versión de los hechos. El Rey Sombra se giro hacia su ama y no solo todo brillo anterior desapareció sino que también menguó de tamaño.
- Su inconmensurable y siniestra magnificencia, ya sabe lo mal que me sientan a mi los colores, aun tengo pesadillas con la colección Otoño-Invierno de mi archienemiga Aghata Ruiz de la Prada, aunque si bien es cierto que parte del relato del gusarapo trasojado es verdad, no es del todo correcto. – El Rey Sombra se vuelve hacia Igor (pronunciado Aigor) - El creía que el libro nos caería en las manos en cuanto se abriese el portal y lo que no ha dicho o quizá no sabia pese a que se lo explique, hay veces que no sabes si te presta atención o simplemente solo se encuentra físicamente, es que el portal era solo un atajo hacia el lugar donde se encontraba el libro, que por suerte para nosotros era la Ciudad de Haloween, lugar que me conozco como la sombra de mi mano ya que suelo veranear allí, por eso llame a unos cuantos colegas, el Talibai, la Calipo y el Brechas y nos fuimos en busca del libro. – El Rey Sombra parece que al rememorar los buenos tiempos que pasaba aterrorizando allí adquiere un poco mas de confianza - El plan era que yo y mis colegas entreteníamos al Señor Claro mientras le pedíamos caramelos mientras los demás entraban y cogían el libro. – El Rey Sombra se gira y proyecta su sombra sobre la cosa peluda - Pero aquí Mongolin, haciendo claro honor a su nombre, le pidió el libro al señor Claro nada mas abrió la puerta, arruinándonos toda posible sorpresa, pero que lo explique él, que a mí aun me hierven las tinieblas cuando me acuerdo.

Desde luego que a la mujer no le extrañaba nada que Ágata Ruiz de la Prada fuera enemiga de alguien, pues la consideraba como una aberración tanto colorín por todas partes, quizás, la primera misión que encomendaría tras este fracaso a sus esbirros fuera deshacerse de ella y poner en su lugar a una de esas pseudogotiquillas vampiras, que tienen un toque más a su gusto, pero claro, eso ahora mismo no venía a cuento, así que simplemente se hizo otra nota mental de las suyas, para luego centrarse en la pelusilla esa marrón.

- Se me están ocurriendo muchas maldades entretenidas Mongolín, es que tus pelos dan mucho juego para hacerte trastadas, así que explícame cómo se puede ser tan sumamente incauto y decirle a alguien que se va a arrebatarle un libro.. porque vamos, a mi si me dicen eso según abro la puerta no queda delante de ella ni la acera.

Los pelos se le pusieron de punta, bueno, gracias a la señora ya lo estaban. Pero si un observador estuviera con la mirada fija hasta ponerse bizco podría apreciar ligeramente como se habían erizado un poco más.

-Señora, reconozco que dije esas palabras. Pero no las hice por incompetente, lo hice intencionadamente.

Antes de que la Dama le friera el culo, Mongolín intentó explicarse.

-Ya conoce al señor Claro. Ese viejo santurrón y senil tiene ese nombre por un motivo muy particular. Cuando alguien le hace una petición o una exigencia, su naturaleza le impide negarse, y siempre contesta lo mismo:

Mongolín intentó agravar su voz para imitar al anciano.

-Claro- dijo el peluche gigante imitando al archienemigo de la Dama, para luego continuar con su relato- E inmediatamente después siempre obedece. Esa es la razón de que siempre utilice tretas como el concurso de lucha con disfraces, o de hechizos como el de hielo para eliminar a sus adversarios antes de que se acerquen a él. Es muy malo en el cara a cara. Y eso es lo que hice, pedirle el libro directamente para que no le diera tiempo a hacer una de las suyas.

Mongolín recuerda como el Señor Claro estaba apunto de darles el libro.

-El señor Oscuro fue a buscar el libro para dárnoslo y él mismo vio que ya no estaba donde lo dejó. Fue entonces, cuando miré por la ventana y vi a la persona que se llevaba el libro. Y claro, tuvimos que salir corriendo para pillarlo. Y suerte que miré la ventana, si no ni nos habríamos dado cuenta.

La mujer escuchó atentamente las palabras de Mongolín, pues ahora todo empezaba a tener algo de sentido, o no, pero al menos ella se lo había encontrado así que asintió queriendo decirle que había entendido lo que le había explicado.

- Supongo que aunque fuera rodando lo cogerías ¿ no? Sólo faltaría que habiéndolo visto a tiempo le dejaras escapar..

Su Oscura no parecía tan enfadada esta vez, pero eso claramente no era ninguna garantía de nada como bien sabíais.

Mongolín se relajó un poco al ver que su ama no le gritaba tanto esta vez ni le clavaba con ningún pincho en los riñones para apremiarle a hablar. Aunque, por supuesto, la bestia parda era temeroso de su señora y la trataba con el respeto que merecía, o más si era posible.

-Como dije, lo vi a tiempo. Ese bastardo huía con el libro corriendo, alegre por tener el tan codicioso objeto en su mano. Y claro, por supuesto corrimos para cogerlo antes de que se fugara.

Entonces el rostro de Mongolín cambió, más triste y asustado, evocando los sucesos que hicieron que el tan logrado sueño se les escapara en un un suspiro.

-Recuerde que estábamos en plena fiestas que los humanos llaman Jallogüin, o algo así, y ya sabemos como son los jóvenes cuando hay una fiesta... y si aún encima pueden hacer el ridículo con disfraces sin que nadie diga nada, pues peor- Decía el peluche gigante, a sabiendas de que la mujer que tenía ante él ya se estaba preparando para oír las malas noticias, lo cual no quiere decir que lo estuviera para aceptarlas- Y ahí entran en juego unos jóvenes que ya estaban borrachos a esa hora, y sonó una extraña musiquita en un equipo de música (o lo que los jóvenes de hoy día entienden como tal) que cantaban mientras empezaban a hacer cosas que ni el más fuerte de los alcoholes podría excusar.

-Y así, vestidos de mamarrachos como figuras extrañas se fueron encajando unos tras otros formando un muro impenetrable mientras cantaban a coro la dichosa canción. Por supuesto, me lié a empujones con ellos, pero como estaban como una cuba, les costó apartarse aunque matara a algunos de ellos como represalia.

El rostro de Mongolín se turbó aún más.

-Cuando terminamos de atravesar jóvenes, literalmente, el ladrón ya estaba mucho más lejos. Pero por suerte, le vi coger la carretera de Barbate. Y eso solo podía significar una cosa, el caco debía debía de trabajar para el malhechor pecador de la pradera...

...que querría el libro para resucitar a Groucho Marx y Jerry Lewis para que le ayudasen a mejorar el repertorio de chistes. Plan que no debíamos consentir, y por eso fuimos a buscarle, para conseguir el libro de una vez, que ya era hora.

La mujer se hizo un lío con aquella explicación, pero claro, eso jamás lo iba a decir en alto y parecer menos fuerte o menos lista delante de sus esbirros, así que simplemente sin decir absolutamente nada, convirtió a Mongolín en una pequeña pelusilla del tamaño de la yema de un dedo y luego la prendió fuego, para que todos pudierais escuchar sus últimos lamentos como si hubiera estado absorviendo el helio de un globo.

Ya se había cargado a uno de aquellos esbirros y aún no tenía ni idea de dónde podía estar su libro o como se podía ser así de torpe y volver con las manos vacías cuando sabían que se les castigaría por ello, pero no esperaba encontrarle mucho sentido a demasiadas cosas..

- Tú, el mono o lo que seas.. bueno, la cosa más peluda que queda tras haberme deshecho de ese.. Por lo que veo sabíais el plan vale, pero ¿ recuperasteis mi libro?

El pobre mono alado se sentía más un chimpance que un primate simiiforme adulto. Ya no estaba tan seguro de si mismo, ya no creía estar haciendo lo correcto siguiendo a aquella ama. Pero si quería salir vivo de aquella y volverse a su país con sus pequeñas criaturas, debía ser capaz de sobrevivir. Y la única forma de sobrevivir era contándole toda la verdad a aquella maligna mujer. Recordando a Mongolín y su peinado tan chulo, avanzó para desnudar su alma ante su señora.

No hizo mención al esbirro muerto, quizás eso enfureciese al ama. Tomamos la carretera de Barbate y con toda prisa perseguimos al caco que se había llevado el libro. Lo habríamos cazado si ese maldito bobo sapiens no hubiese cruzado por el puente de la Boveja.

Era tan grande la Boveja que ocupaba todo el puente. Intentabamos pasar, pero sus greñudas lanas nos enredaban. No se podía pasar el río por otro lado, solo podíamos pasar por el puente. Y mientras tanto el caco nos iba sacando más ventaja.

El esbirro paró unos segundos para respirar. Conseguimos hacernos con unas tijeras. Y empezamos a cortar nuestro camino a través del puente.

- ¿ Una oveja gigante? - La señora Oscura enarcó una ceja. - Sí claro y qué más.. ahí os quedáis perdiendo el tiempo podándolo como si fuera un maldito árbol...

Quizás con culpa, quizás sin ella, pero el pobre mono se " comió " otra mirada fulminante de su ama, que lo dejó más muerto que vivo, ya que incluso le habían salido yagas en la piel de esta última muestra de afecto.

- Ya he empezado a coger carrerilla con esto de ir matando poco a poco a estos inútiles.. como no descubra lo que han hecho con mi libro me quedo aquí sola..

- LIN! - Gritó la mujer girándose hacia ella. - Espero que no pasarais demasiado tiempo haciendo el tonto de esa manera..

Da un respingo al oir como su Excelencia la llama para declarar lo sucedido después de abrirse paso por los pelos de la gran Boveja.

-Mi Excelentísima Señora Oscura, fuimos capaces de atravesar el puente al hacerle un buen esquilado a esa boveja que se ínterponía entre vuestro libro y nosotros. Nada más cruzar el puente nos adentramos en el Bosque Silencioso, siguiendo las huellas de ese degenerado ladrón de libros.

Inclina la cabeza en señal de respeto hacia su Señora.

-Nada más avanzar unos 200 metros por el sendero, volvimos a tener a la vista al ladrón de vuestro oscuro y maléfico libro, que al creerse a salvo había reducido el paso y ya estaba bailando su victoria cuando nos acercamos a él.

Aquella respuesta hizo cualquier cosa menos satisfacer la curiosidad o el querer saber de vuestra Señora, quien no tardó en demostrar a la pequeña muñeca quién era ella, haciendo que el plástico que formaba su delicado cuerpecito se arrugara cogiendo un color negruzo gracias a unas llamar invisibles y haciendo que ahora todo el lugar oliera como cuando te aburres y te dedicas a quemar palos de chupachús.

- Muy ineteresante sí... - bostezó tras esas palabras, aunque a vosotros os heló que pudiera entrarla el sueño tras lo que había sido capaz de hacerle a vuestra compañera.

Necesitaba otra objetivo al que torturar, así que hizo un repaso con la vista, como si esperara encontrar algo nuevo, cosa que no consiguió.

- Doña Roj...digo Igor. Si tenía mi libro el tipo ese ya no teneis ninguna excusa para no haberlo traído ¿ no? Porque que se escapara sería para mataros.. - Y ella lo haría, poco a poco y literalmente.

Si, oh todopoderosa Señora Oscura respondo a las palabras de mi ama mirándola con el ojo derecho, mientras con el izquierdo miro el cadáver de Mongolín, pensando en que las posibles salidas para su cerebro. Aunque con ese nombre no creo que valga para otra cosa que no sea concursante de reallity show o tertuliano del corazón…

La cosa es que dimos alcance al ladrón que se llevaba el libro… pero resulta que no era el libro que nos habíais pedido. En vez de ser negro y forrado de piel de carnero era blanco y estaba hecho de pelo de sobaquera de troll de las nieves. Y en lugar de poner “Levanta Muertos” ponía “Libro de hechizos del Señor Blanco para entretener a niños en cumpleaños y comuniones”. Se ve que el supuesto “ladrón” era un esbirro que el Señor Blanco uso para engañarnos.

O a sus esbirros se les estaban agotando las pilas o ya no se les ocurrían estupideces decentes que contar, porque aquello menos una forma de decir que no sabía dónde estaba su preciado libro, la había parecido algo así como " castígame " y como se sentía generosa, hizo que esa capucha que cubría la cabeza del jorobado comenzara a adherirse a su cabeza, incrustándosele en la piel mediante unas feas quemaduras, haciendo que se pareciera a Freddy pero en más feo.

- Baron. ¿ mi libro?

No hacía falta decir más, aquello le pareció suficiente como para decirle qué era o que quería escuchar.

Tras sufrir el socarramiento el barón se había refugiado detrás de la ya muy conocida columna, allí de forma tímida le dio al dispositivo de “éxito visual” de su cibertraje y su quemada licra se evaporo a la par que su cuerpo era cubierto por su mejor gala, El traje estrella purpura.

Tras esto comenzó a ver a su señora impartir justicia a sus “compañeros” y sin quererlo ni pensarlo mientras mongolin yacía muerto frente a el, su mente comenzó a soñar con su amor y es que tanta fustigación le ponía muy burrote…….

Inconscientemente su pelvis, su cintura, bueno su michelaco…. Se movía ligeramente hacia adelante y atrás mientras sus labios murmuraban sin cesar - .. simplemente irrrrresistible….. simplemente irrrresistible ……. Simplemente irrrresistible…..- De repente sintió la mirada de la señora puesta en el y sus oídos le transmitieron su pregunta, aturdido tardo un par de segundos en recuperar y compilar las excusas que sus compañeros habían dado tras lo cual ando tres pasos firmes y se cuadro de nuevo ante su señora.

-Hurmmmm hurmmm…- Carraspeo levemente llevándose el puño al cascovisor antes de comenzar a hablar- Mi señorrra Oscurra,  El nuevo barron Fonchausen….vuestro sirviente sin rostro…. renacido de la purrificación de las llamas… a vuestrros pies!!! A vuestros pies!!! A vuestros pies!!!– Dos golpes de tacon y un puñetazo en el casco para eliminar el dejavu verbal dieron por teminada la formal presentación -

-Hurmm….Como dice la cucarracha de negro alcanzamos al ladrón con el libro falso y yo personalmente lo torturre en vuestro nombre……. Mmmmmm….mmmm.. Ejem....hurm.... El caso es que ese ladrron tirroles canto toda la información con todo detalle antes de morirrr KAPUTEN KAPUTEN! –se lleva la mano al cuello y hace un gesto de degüello.

- Según el, el verrdaderro libro fue enviado por el señor blanco a una camarra secreta en la mina de la luz. Como sabeis mi señorrra ese sitio es terrrrible… esta plagado de perros arrañas... una picadurra o mordisco de ellos te puede llevar a hacer bailes absurrrdos de por vida…. –

El baron permaneció por un segundo mirrando al techo recordando a un par de primos que les había picado uno de estos bichos, luego se extremeció como un flan dhul y se cuadro de pies con un fuerte talonazo.

Mi Señora oscura….. irresistible….. mi……. Mmmmm…..mmmm

El Rey Sombra volvió a vibrar en cuanto el varón termino de hablar, debía pagar por su movimiento lascivo anterior mientras tatareaba esa musiquita que había oído quien sabe donde, además de por su incompetencia claro…

-Mi señora, el Kartoffen no ha terminado de explicar el asunto de la mina de la luz. – El Rey Sombra levita unos pasos hacia delante mientras se ponía a la altura del varón – Aquí el barrilete cobarde [Se espanzurrio como un Oso] cuando oyó lo de los perros araña, cayo al suelo y no quería moverse, que le había dado el “Bajonen” decía y que fuéramos sin él que nos esperaba allí. Poco podíamos hacer nosotros ya que sería más lastre de lo que ya es habitualmente y le dejamos allí no sin antes advertirle de que la ama sabría de su cobardía y sus pocas ganas de cumplir la misión que nos había encomendado.