Partida Rol por web

Silent Hill: Preludio a la Oscuridad

Capítulo Cero: Ninguna Parte

Cargando editor
14/04/2016, 05:17
Incubus

 

Capítulo Cero: Ninguna Parte

 

Existe un sitio dentro de los tres mundos donde el tiempo y las realidades se comprimen, formando algo totalmente nuevo y extraño para aquellos que lo visitan.

Generalmente es el ultimo lugar antes de la misma nada, antes del vació que se extiende mas allá del Tercer mundo. Antes de la muerte...

En algún momento de noviembre de 1945 un conocido crucero de bandera norteamericana regresaba al puerto de Boston bajo la amenaza de una tormenta que azotaba la costa este desde hacia varios días. La radio anunciaba la peor tormenta del siglo.

 

Muchos de los pasajeros eran los afortunados ganadores de los boletos premium del gobierno por servicios distinguidos en la guerra que había asolado al mundo entero los últimos años. En la nave se encontraba figuras de lo mas distinguidas como diversas. Oficiales militares, políticos, embajadores, empresarios, etc, etc.

 

Era casi medianoche y el oleaje hacia imposible permanecer fuera del camarote por mucho tiempo sin arriesgar un mareo y algo más ya que las pastillas suministradas por los camareros ya no hacían efecto.

Tan solo un par de horas más y el barco llegaría a la seguridad del puerto. En cambio afuera el clima era terrible y la tormenta no menos...

 

Faltando quince minutos para la medianoche el gran salón todavía albergaba una docena de pasajeros persistentes y reacios a volver a sus camas. En realidad no podían dormir y el servicio del bar atendía las veinticuatro horas...

Notas de juego

Se encuentran en diferentes áreas del bar. Deben hacer un post publico especificando que hacen y con quien están - si es que están acompañados - 

Cargando editor
14/04/2016, 05:51
Incubus

Fueron meses complicados tras la rendición de Alemania. Los juicios y el arreglo con los países aliados, el inicio de las asperezas con la Rusia comunista y el inicio del espionaje. La guerra había terminado pero no el trabajo para gente como Mischa.

Aunque ella había trazado un camino distinto al de su hermana. Jules - como se llamaba ahora - era un agente doble en fuga con su amado, otro refugiado político nazi que continuaba con vida gracias a sus conocimientos militares.

Los dos habían arreglado con el gobierno americano vidas nuevas a cambio de información y finalmente podían disfrutar sin depender de ser descubiertos y fusilados en el acto. No, sus países barbaricos habían quedado atrás para siempre.

La Alemania nazi pereció junto al Reich de los mil años y la Rusia comunista simplemente se encontraba muy lejos como para suponer una amenaza inmediata.

En comparación la tormenta y el bamboleo del barco no era nada porque el exquisito brandy de a bordo calmaba toda preocupación en el inmenso salón próximo a la medianoche...

Notas de juego

Resumen:

Escena previa al inicio de la partida. Jan y Mischa viajan de incógnito en el crucero. Es un viaje de placer.

Mischa desconoce el paradero de su hermana. Supone que en estos momentos estará trabajando en Berlin, del lado Ruso.

Cargando editor
14/04/2016, 05:54
Incubus
Sólo para el director

Notas de juego

Miles:

Puedes escribir aquí con Jan, el real. Todo esto es antes del naufragio y lo terrible que sucedería después.

Luego de que postees cambiaré a Jan. ;)

Cargando editor
14/04/2016, 17:48
Jules Hawk

Atrás había quedado aquella cuestión de honor y lealtad hacia la Madre Patria, como así también el acuerdo con los Americanos. Era una espía doble por obligación desde los 15 años, fui entrenada para esto al convertirme en una cazadora buscando presas al acecho, con el fin de obtener información vital para cualquier gobierno. Utilizando mi cuerpo, siendo una mujer perfecta y embustera, nada importaba si de regreso llevaba conmigo cumplido el objetivo de la misión. 

No tenía alma, ni siquiera corazón porque todo el bagaje de inocencia ha sido arrebatado por la Academia, negándome la posibilidad de enamorarme, formar una familia o incluso quedar embarazada. Era un maldito objeto para Rusia, también lo fui para EEUU pero nunca imaginé que en Alemania, tierra impregnada por la austeridad, me guardaba una sorpresa. 

Allí estaba mi objetivo, un Sargento de la SS llevando consigo, un listado de muertes bajo el yugo de su propia consciencia. Era un asesino y merecía morir por sus cargos, ser ejecutado tantas veces por cada muerte que el mismo se encargó de obtener. Lo conocía, había leído su legajo y no parecía una presa fácil de cazar, era astuto ya que no se conformaría con una secretaria bondadosa y seductora. 

Sin embargo, entré en su juego miles de veces al trabajar juntos. Se sentía esa atracción apasionada pero era una profesional en mi puesto de secretaria. Dos meses tardamos en acostarnos, era increíble porque jugábamos a esto, sabía interpretarme y poco tardó en darse cuenta de mi destino allí. Quiso cazarme, dejando de ser un gato para ser su ratón. Sólo que no pudimos, la química existente, aquel dulce tacto y la conexión que teníamos era única.

¿Por qué matarnos si podemos ir más lejos de ello? Y así fue... Llegamos muy lejos porque nos enamoramos cuando su cuchillo rozó mi cuello y la pistola que tenía en mi mano se encontraba apoyada en su vientre. Matar o morir... Éramos dos cazadores y dos presas al unísono, sin darnos cuenta. Lo curioso es que ninguno soltó su arma y fue en ese instante cuando todo cambió porque nuestras miradas hablaron, lo mismo sucedió a nivel físico potenciando el placer, confirmando a través de un beso que esta unión sería la perdición para nosotros. Cruel destino o Dulce Oscuridad.

Jamás hubiera imaginado estar en un barco escapando de nuestras vidas y obligaciones, juntos, guiados por esta locura llamada amor. Ahora sentados en el bar manteníamos una conversación amena entre algún que otro arrumaco, sutil, apasionado. Ambos teníamos nuestra copa sobre la mesa, me encontraba sentada enfrente suyo con un vestido negro de encaje forrado en seda abajo, corto hasta las rodillas. Mis piernas estaban cruzadas, portando aquella postura muy femenina y natural, por la cual un hombre suspiraría por contemplarlas. 

Lo observo esbozando una sonrisa, tan perfecto, oscuro y serio, sabiendo que en su interior un fuego arrasador surge quemando todo a su paso. - Jan... Cariño. Es terrible viajar en barco, aunque el brandy si que es delicioso. - susurro en la cercanía, hace dos días que padezco mareos incesantes, especialmente de mañana y no comprendía el motivo. No era la primera vez que navegaba, al margen de que una tormenta azotaba con toda su furia, dudaba que sea la razón de aquello. 

Cargando editor
16/04/2016, 02:50
Jan Lotz

Observé a Mischa esbozando una ligera sonrisa, perdiéndome en sus profundos ojos celestes  mientras rememoraba, una vez más, como habíamos llegado a aquel punto, como lo que había empezado como una caza había terminado convirtiéndose en algo más. Más intenso, profundo, ardiente, oscuro, violento, frenético… un tipo de caza distinta a todo lo que había conocido antes. ¿Amor? Seguramente muchos lo considerarían así, pero las opiniones y consideraciones de otras nunca me habían importado demasiado. Para mí, simplemente era, y eso era lo único que necesitaba. Eso… y a Mischa.

Parecía haber pasado una vida desde que nos conocimos, y ciertamente, el mundo había cambiado desde entonces. En aquel momento, las naciones europeas caían una tras otra, las fuerzas del Tercer Reich parecían imparables y yo, como parte de estas, hacía mi trabajo en la propia Alemania, trabajo que consistía en asegurar la paz y el orden en las zonas conquistadas. Y no había mejor forma para ello que eliminar a cualquiera que pudiese suponer una amenaza: detractores del régimen, comunistas,  posibles espías, simpatizantes de la oposición, judíos… Todos ellos suponían un riesgo, y yo me aseguraba de que no quedase ninguno, no importaban los métodos ni el esfuerzo que fuese necesario para lograrlo, tenía que hacerse y se hizo. Fue en ese momento cuando la conocí, una hermosa profesional joven que fue asignada como mi nueva secretaria.

La atracción física fue inmediata, pues ningún hombre podría no sentirse atraído hacia ella. También lo fueron mis sospechas, pues sospechaba de todo aquel que no conocía… y también de la mayoría de los que si conocía. Pero tenía un trabajo que hacer, por lo que ni cedí a la tracción ni mis sospechas fueron más allá… al menos al principio. Con el tiempo, todo cambió. Eran algunos gestos minúsculos, ligeros reflejos en su mirada, casi imperceptibles pausas entre frases en ciertos momentos y sobre todo, esa  picazón en la nuca cuando uno se siente vigilado, esa tensión que se siente antes de caer en una trampa. Las sospechas fueron creciendo… y con ellas, también la atracción. Empecé a ver más de lo que ella quería mostrar, a vislumbrar el fuego que ardía en aquellos ojos, la oscuridad que burbujeaba bajo su piel, y cada nuevo aspecto que descubría no hacía sino atraerme aún más. Aquello duró dos meses, dos meses de tira y afloja, dos meses de creciente tensión.  La sospecha se convirtió en certeza, y quise pasar de ser la presa a convertirme en el cazador.

Un espía descubierto es algo que debe mimarse, que debe usarse con cuidado para volver su labor a tu favor… pero en aquel caso no iba a ser nada fácil lograrlo. Ella era buena. Muy buena, la mejor que había encontrado quizás… y sin embargo, yo tampoco me quedaba atrás. En algún punto, dejaron de haber presas, ambos nos convertimos en cazadores, buscando un momento de debilidad, una apertura que permitiese actuar… y entonces sucedió. Había logrado que bajase su guardia, tanto que la hoja de mi cuchillo se apoyaba casi gentilmente en su cuello, de forma que la más mínima presión la hiciese atravesar aquella blanca y suave piel… claro que en realidad, ella nunca bajó la guardia, como probaba el hecho de estar encañonándome con una pistola que había conseguido ocultar a mi vista. Podía matarla, pero sabía que ni la amenaza ni el propio corte le impedirían apretar el gatillo del arma y matarme… y ella sabía que aunque disparase, no podría evitar ser degollada por mí. Sabía lo que debía hacer. Era el enemigo, y cualquiera que se pusiese en mi contra moría, esa era mi filosofía, lo que me había llevado a ascender hasta donde estaba. Y sin embargo…

Que desperdicio- pensé en ese instante sin tan siquiera darme cuenta. Nunca había conocido a nadie como ella y sabía que nunca lo haría… pero debía matarla. Y aun así…

No sé quién se sorprendió más por lo que hice, si ella o yo mismo, pero antes de darme cuenta, y sin tan siquiera separar el cuchillo de su cuello, la besé. Profunda, violenta y desesperadamente, y cuando fui consciente de ello, ella ya me estaba devolviendo aquel beso con idéntica pasión, si no más. El resto del recuerdo de lo sucedido aquella noche se diluía entre imágenes y sonidos, sensaciones y sentimientos, dolor y placer. Sobre todo, placer. Cada punto en donde nuestras pieles se tocaron pareció estallar en llamas, los besos y caricias aumentaron aún más de intensidad a una pasmosa velocidad, hasta que lo único que hubo fueron dos personas fundiéndose con salvaje y desenfrenada pasión animal. A partir de aquel momento, todo cambió.

Una eternidad había pasado desde aquello, y ahora, escapábamos para que nuestro pasado no pudiese darnos caza, viajando lejos de todo aquello, y poco importaba la información que dimos y a quienes vendimos para lograr aquello. Estábamos juntos, nada más importaba. En ese momento habló, y sus palabras hicieron que dejase de perderme en los recuerdos, aunque sin que ello me hiciese cambiar la expresión lo más mínimo.

Si, la verdad es que la tormenta parece decidida a estropear el viaje, Jules…- le respondí, aunque en mi mente el único nombre que sonaba era bien distinto… Mischa-Aunque el brandi mejora las cosas- añadí con una sonrisa, observándola directamente a los ojos mientras bebía un pequeño sorbo, como diciendo que por bueno que fuese el brandi, era otra cosa lo que hacía que el viaje fuese más que agradable, que era otra cosa la que realmente deseaba probar y saborear. Claro que a pesar de ello, no me había pasado por alto el tono algo pálido de su piel, ni tampoco los pequeños mareos que le había visto tener -¿Te encuentras bien?- le pregunté preocupado mientras le acariciaba suavemente y con cariño el rostro.

Notas de juego

Cameo de Miles.

Cargando editor
16/04/2016, 03:43
Jules Hawk

Una sonrisa se escapa de mi labios cuando escucho su respuesta, incluso me atrevo a provocarlo a través de un juego caluroso de palabras. - ¿Sólo el Brandy? - pregunto entre susurros, mordiendo mi labio inferior al dedicarle otra mirada, más profunda con tintes apasionados. 

Ahora disfrutaba de aquella caricia, del tacto suave y furioso que poseía, acompañado de una mirada circunstancialmente seria y tierna a la vez. Jan emanaba un halo impregnado de voracidad y seducción, cualquier mujer hubiera caído en sus brazos de tan solo observarlo por unos segundos pero no, no era alguien que se perdía detrás de unas hermosas piernas. Su mente y su cuerpo iban más allá de toda superficie, a su vez, portaba una espesa oscuridad capaz de aniquilarte si no la compartes o la posees. Por ello, lo convertía en alguien único, especial para mi. 

Y mientras volaba perdida entre gestos o miradas propias de dos personas que se desean y aman a la vez, una pregunta surge de sus labios e intento simularla con un gesto incapaz de pasar desapercibido. A cualquier persona se le escaparía pero a Jan definitivamente, no. - Lo estoy... Es raro, diría que imposible porque lo es en verdad... Creo que estoy embarazada pero no puede ser, ya te he comentado que me esterilizaron cuando entré en la Academia. Bueno, tenía 13 años y ya sabes... Margen de error siempre hay o tú magia... Viril, cautivadora... Ha obrado. - susurro en la cercanía de sus labios las últimas palabras, casi al punto de hablar sobre ellos rozándolos levemente, mientras que la respiración se entrecortaba al sentir la suya de la misma forma. 

Sólo que al estar en un lugar público con algunas miradas que teníamos encima y como también era parte de mi juego, eso de seducirlo poco a poco, regreso a la postura normal sosteniendo su mano. Con la otra que me quedaba libre, bebo un poco de brandi y espero su reacción ante la suposición de que sería padre, dando por hecho que estaba de bromas porque parecía utópico pensar siquiera en ello.

Era una locura, considerando que estaba marcada a fuego por un pasado que me condenaba, de la cual fui privada de muchas cosas que en otras circunstancias hubiera deseado conservar. La realidad era otra para mi y Jan era consciente de ello, puesto que lo lógico y factible para mi situación, sería que al viajar en un barco azotado por una tormenta, mi cuerpo no resistiese el bamboleo y tenga estas reacciones físicas.

Aunque lo último que se pierde es la esperanza...

Igualmente como no quería preocuparlo en demasía, intento relajar el asunto.- Descuida, los mareos surgen de mañana pero luego se disipan. ¿Será que navegar ya no es lo mío? - agrego a través de una cálida sonrisa mientras le regalo una caricia a su rostro. 

Cargando editor
16/04/2016, 15:59
Incubus

Fueron meses complicados tras la rendición de Alemania. Los juicios y el arreglo con los países aliados, el inicio de las asperezas con la Rusia comunista y el inicio del espionaje. La guerra había terminado para los peones como Harry.

Muchos dieron sus vidas para que el gobierno Americano hiciera las paces con los jerarcas nazis. Solo los rostros famosos habían sido enjuiciados y los elementos que trabajaban tras bambalinas aun seguían operando en la administración Alemana.

Todo ese veneno había llegado a los oídos del teniente por mano de sus compañeros y superiores “retirados voluntariamente” ahora que ya no eran necesarios para la defensa de los derechos de los libres.

Luego del incidente en la casa de sus padres - ya no sería jamás su casa ahora, simplemente porque no se sentía parte de esa extraña familia. Era un extraño allí. - Harry aceptó el boleto del crucero en bono por sus servicios prestados y dejó gran parte del dinero a sus padres, en especial a su madre que sufría de asma.

La travesía de quince días aun no había llegado a su fin pero había calmado sus nervios, solo que no lo suficiente para alejar las pesadillas y los brotes de ira descontrolada. Tal vez lo mas extraño fue la noche anterior...

El día anterior Harry conoció a una dama que lo arrastró a su camarote para pernoctar no sin antes disfrutar de los placeres carnales. Tan rápido sucedió todo que la mujer - de la cual no conocía su nombre - al día siguiente ya no estaba allí y no fue posible encontrarla por más que la buscase. Hasta ahora, porque Harry acaba de verla en la barra del bar acompañada por un hombre de ojos azules y nariz perfecta, como un germano de cepa solo que Wood no se encuentra en Alemania sino en un barco Estadounidense.

El joven teniente no deja de mirar a la mujer porque no termina de creer que sea la misma persona. Tal vez la única diferencia radique en sus modos porque la rubia de la noche anterior era mas directa y sin tapujos.

En definitiva la tormenta y el bamboleo del barco no era nada en comparación al exquisito brandy de a bordo, el liquido que calmaba toda preocupación en el inmenso salón próximo a la medianoche...

Notas de juego

Resumen:

Escena previa al inicio de la partida. Todo lo sucedido hasta ahora no es tenido en cuenta, salvo el intento de suicidio. Y si, la mujer es idéntica a Jules. Puedes escribir con ella de destinatario.

Cargando editor
17/04/2016, 22:46
Tte. Harry Wood "Germanfaust"

Harry no terminaba de sentirse a gusto, ni siquiera en aquél barco. Y no se trataba del oleaje... Aquella podría ser la peor tormenta del siglo, pero una lancha de desembarco se menaba mucho más en un día manso del Pacífico que aquél enorme transatlántico en la tormenta.

A propósito del nombre, Pacífico se le hacía un macabro chiste de humor negro. Tantos cañonazos, tantas balas, tantos naufragios y tantos muertos... Y se llamaba Pacífico. Bien podrían haberlo cambiado a Océano Bélico, por lo que a Harry respectaba.

Todavía no se podía quitar de la cabeza todos aquellos horrores vividos y cometidos, pero aquella mujer sí lo logró. Harry no podía sentirse más feliz de haber podido descansar la cabeza aunque fuera por una noche, pero por desgracia no pudo volver a encontrarla. 

Frustrado y un tanto de mal humor, intentó pasar el rato como buenamente pudo, hasta que al fin dio con aquella mujer.

En su rostro se dibujó de nuevo una sonrisa, una un tanto boba, y entonces vio a aquél tipo. A estas alturas, Harry podía reconocer a un alemán en cualquier parte, así que la sonrisa se borró de nuevo.

Uno de los indultados... un supuesto 'desnazificado'.... y una mierda... Tomó aire y apretó un poco los labios con mal humor, pero rápidamente recordó lo que tantas veces le habían dicho:

"No eres juez ni jurado. Si están libres es por algo... Todos tenemos derecho a redimir nuestros horrores"
"Ya no son el enemigo. Fueron soldados, como tú. Ni más ni menos"
"No odies al enemigo. Solo hacían su trabajo"
"Ante todo no pierdas los estribos si quieres volver a ser tú"
"Solo son demonios para tí. Son tus propios demonios, has de verlos como personas"

Harry se frotó las sienes, asintiendo para sí un momento. Todo aquél mantra era muy fácil cuando no se habían visto con aquellos ojos los campos de concentración, pero a pesar de todo, aquellos consejos tenían razón. Si no arrancaba aquél odio incontenible de su corazón, nunca encontraría la paz. Se encontraba bastante más relajado de lo que había estado en mucho tiempo, así que decidió, tal vez un poco valientemente por su parte, que podría ser un buen momento para acercarse a un alemán para algo que no fuera hacerle daño... Y la presencia de aquella mujer probablemente le mantuviera a raya los humos. No quería parecer un bárbaro, y ante todo era un caballero.

Se mesó un poco el cabello y tomó aire, soltándolo despacio. Luego se acercó y con la mejor de sus sonrisas dijo:

Buenas noches... La he estado buscando todo el día, señorita. Miró al alemán y su sonrisa se tensó un poco para poder simplemente mantenerla. Movió la cabeza a modo de saludo al hombre, analizándole la expresión y el porte, y de nuevo se giró a la dama. ¿Le apetece... ir a la función de teatro? Empieza pronto...

Cargando editor
18/04/2016, 00:48
Jan Lotz

Como respuesta a su pregunta, esbocé una traviesa sonrisa mientras hacía que mi dedo descendiese muy lentamente por su mejilla y cuello para luego ascender igual de lentamente hacia sus hermosos labios mientras que en mis ojos asomaba un atisbo del fuego que solo ella podía encender, disfrutando del tacto suave y aterciopelado tacto de su piel y deleitándome con belleza.

Mischa era la personificación de la tentación, y no solo por su aspecto, sino su forma de hablar y actuar hacía que muchos hombres matasen por poder estar con ella… sin darse cuenta que ella era muy capaz de usarlos a todos ellos y luego matarlos sin que aquella hermosa sonrisa abandonase su rostro. La oscuridad aguardaba expectante bajo su aquella dulce e inocente apariencia, y era esa oscuridad la que me había cautivado, esa oscuridad que compartía con ella y de la que había surgido con violencia aquel ardiente sentimiento.

Entonces contestó a mi pregunta, con sus palabras haciendo que detuviese mi caricia para pasar a sujetar su mano con fuerza y que el fuego que había asomado en mi rostro fuese sustituido por gélido hielo. Si, tal vez era algo sucedido hacía años, tal vez algunos de los culpables hubiesen sido castigados por la propia Jules y tal vez yo mismo hubiese hecho que sometiesen a incontables mujeres y niñas al mismo proceso… pero eso no importaba. Lo que importaba era que alguien se había atrevido a hacerle daño a Mischa, y eso no lo podía perdonar ni permitir.

Ser padre o no, no me preocupaba. Conocía su pasado y sabía que era una posibilidad remota, por no decir nula, pero era imposible que lo que sentía por ella se diluyese solo por no tener dicha posibilidad… y en el caso de que algún extraño milagro sucediese y quedase embarazada, sabía que no era posible que mis sentimientos y mi deseo hacia ella creciesen aún más. Embarazada o no, sucediese lo que sucediese, ella era, completa y absolutamente, mi todo. Y alguien se había atrevido a dañarla.

Maldecirán el día en el que sus padres se conocieron- me dije al pensar lo que haría de encontrar a alguien que fuese mínimamente responsable de aquello… pero no dijo nada de eso. Sabía que para Mischa, esa parte de su pasado no era algo de lo que le gustase hablar, y no sería él quien la hiciese rememorar dichos momentos, y mucho menos la enorme pérdida que le habían ocasionado. Por suerte, fue la propia Mischa quien desvió el asunto.

Tal vez… o tal vez sea la libertad a lo que no estás acostumbrada- le dije con ternura -O tal vez a lo que no te acostumbres sea a cierta magia- añadí con una pícara sonrisa, haciendo referencia a sus palabras -Aunque eso tiene fácil solución- le dije, acercándome para besarla cuando una voz justo al lado nos interrumpe.

Notas de juego

Cameo Miles.

Cargando editor
18/04/2016, 01:19
Hombre de ojos azules

Notas de juego

Por ahora lo llamaremos de esa manera hasta que Miles le invente algo. Tambien Mischa no debería llamarse Jules... cosas del oficio.

Jan habla con acento? creo que sí....

Cargando editor
18/04/2016, 02:16
Hombre de ojos azules

Al mismo tiempo que esbozaba una traviesa sonrisa, mi dedo iba descendiendo muy lentamente por su mejilla y cuello para luego ascender igual de lentamente hacia sus hermosos labios, todo ello sin que mis ojos pareciesen querer, o tal vez poder, apartar de ella la mirada. Entonces, la caricia se detuvo de improviso al escuchar sus palabras haciendo que pasase a sujetar su mano con fuerza durante unos momentos hasta que, al menos en apariencia, me relajé.

Tal vez… o tal vez sea la libertad a lo que no estás acostumbrada- le dije con ternura -O tal vez a lo que no te acostumbres sea a cierta magia- añadí con una pícara sonrisa, haciendo referencia a sus palabras -Aunque eso tiene fácil solución- le dije, acercándome para besarla cuando escucho como alguien nos interrumpe, haciendo que detenga el gesto para girarme y observar al hombre que se había acercado a hablar con ella, ignorando su gesto de saludo como él había ignorado nuestra situación.

¿Y la buscaba usted por algún motivo en especial?- le pregunté a aquel hombre con un marcado acento y un tono desdeñoso, levantándome de mi asiento para interponerme entre ambos antes siquiera de que ella pudiese responderle. Estaba claro que su interrupción me había molestado, y el que intentase invitar a Jules mientras estaba conmigo no había hecho más que empeorar mi estado de ánimo -Porque si no es así, mejor que vaya al teatro antes de empiece. Y que lo haga solo- le dije con evidente agresividad, colocando una mano en el hombro de Jules con un gesto posesivo.

Notas de juego

Descripción física para que se tenga una clara idea de como es:

De más de 1’80m de altura, complexión atlética y en evidente buena forma, es el tipo de hombre que suele resultar atractivo a las mujeres, mientras que su tez blanca, sus ojos verdes azules y su cabello entre rubio oscuro y castaño claro, hacen inconfundible su origen germano.


Cameo de Miles.

Cargando editor
18/04/2016, 04:32
Jules Hawk

¿Cómo negarme a su magnetismo? ¿Cómo no desear otra caricia igual o mucho más intensa que la anterior? ¿Cómo no amarlo y morir en sus brazos? De nuevo... allí, repetidas veces, hasta el infinito porque todo era imposible ante su presencia, ante aquel ferviente deseo de estar a su lado perdida en nuestra burbuja negra de deseo y pasión desmesurada.

No existían mundos, responsabilidades, ni siquiera nuevas identidades cuando sus labios acariciaban los míos encendiendo todo en mi interior. Moría en sus brazos y renacía a través de ellos en cada noche, como si la mismísima luna fuera testigo de tal obra. Con o sin pasado, ni siquiera las muertes que fueron selladas bajo el poder de nuestra tempestad atentaron contra semejante obra divina... Todo allí quedó, consumido por el fuego de nuestro amor. 

Cual ave fénix que resurge de sus cenizas... Con una causal excepción... Estamos unidos por un lazo hasta la eternidad de nuestras vidas.

 

Aquel tacto sutil recorría los lindes de mi placer, jugaba con la intensa sensación de ir más allá de todo, tentando al destino e incitando mis bajos instintos. Jan sabía como provocarme y llevarme a ese cruel y desafiante extremo, en donde no existe elección, sólo avanzar impulsivamente hasta fusionar nuestra oscuridad y ser solo una con él. Por derecho, placer, amor o lo que fuere ya que estábamos destinados el uno para el otro.

-No juegues conmigo... No tendrá fin. - alcanzo a decirle justo antes de que se acerque dulcemente para besar mis labios. Muy a mi pesar aquel sutil y cálido encuentro con sus labios se ve interrumpido por una presencia masculina, al parecer me conoce aunque yo crea que no es así. 

Jan es el primero en romper el silencio de los dos, portando aquel halo cargado de oscuridad. - Un cazador frente a su presa, mostrando sus dientes... gruñiendo. -  pienso al incorporarme también esbozando una sonrisa, cordial ante todo. Quería mermar el gesto endurecido de mi pareja, estaba poniendo límites y como todo cazador, esperaba un paso en falso de su presa para atraparla hasta su muerte. 

Ahora colocándome al lado del alemán, sin cambiar mi gesto amable y simpático, decido tomar la palabra por la acción de Jan al tocar mi hombro. - Buenas noches, sepa disculparnos... Creo que sea ha confundido de persona, sinceramente no lo recuerdo y le agradezco de corazón la invitación. Es muy amable de su parte y muy caballero pero debo rechazarla. - expreso en un tono dulce, manteniendo la calma y cada tanto intercambiaba alguna que otra mirada con Jan, me conocía perfectamente. 

- Oh, que tonta he pasado por alto los modales. Mi nombre es Jules y él es... Pieter. - realizo las presentaciones correspondientes, aunque sabía perfectamente que Jan no se olvidaría ni una sola palabra que ha expresado el Americano. Su tono era muy fácil de detectar, había trabajado con ellos como espía y reconocía ese acento a la legua, lo mismo pasaría con Jan. Es Alemán hasta para beber una copa. 

Y mientras meditaba sobre su presencia aquí, me doy cuenta de que tal vez haya sido un amante de mi hermana. - ¿A que se dedica señor...? Perdone, no sé su nombre. - pregunto intentando averiguar el nombre, mi lado de espía jamás se retiraba de mi vida. He llegado a creer que es un maldito estigma que tengo. - Le pregunto porque tengo una hermana gemela y es probable que sea ella la persona que busca... Si me dijera su nombre, tal vez recuerde algo relacionado a ud. - intento arreglarlo para ver si Julie fue la que ahora me está metiendo en este embrollo. 

Lo único bueno es que parecía una persona amable, era raro que cayera en las garras de mi hermana. ¿Tal vez algún oficial con un cargo importante?

Cargando editor
18/04/2016, 05:17
Jules Hawk

 

-No juegues conmigo... No tendrá fin. - alcanzo a decirle justo antes de que se acerque dulcemente para besar mis labios. Muy a mi pesar aquel sutil y cálido encuentro con sus labios se ve interrumpido por una presencia masculina, al parecer me conoce aunque yo crea que no es así. 

Jan es el primero en romper el silencio de los dos, portando aquel halo cargado de oscuridad. - Un cazador frente a su presa, mostrando sus dientes... gruñiendo. -  pienso al incorporarme también esbozando una sonrisa, cordial ante todo. Quería mermar el gesto endurecido de mi pareja, estaba poniendo límites y como todo cazador, esperaba un paso en falso de su presa para atraparla hasta su muerte. 

Ahora colocándome al lado del alemán, sin cambiar mi gesto amable y simpático, decido tomar la palabra por la acción de Jan al tocar mi hombro. - Buenas noches, sepa disculparnos... Creo que sea ha confundido de persona, sinceramente no lo recuerdo y le agradezco de corazón la invitación. Es muy amable de su parte y muy caballero pero debo rechazarla. - expreso en un tono dulce, manteniendo la calma y cada tanto intercambiaba alguna que otra mirada con Jan, me conocía perfectamente. 

- Oh, que tonta he pasado por alto los modales. Mi nombre es Jules y él es... Pieter. - realizo las presentaciones correspondientes, aunque sabía perfectamente que Jan no se olvidaría ni una sola palabra que ha expresado el Americano. Su tono era muy fácil de detectar, había trabajado con ellos como espía y reconocía ese acento a la legua, lo mismo pasaría con Jan. Es Alemán hasta para beber una copa. 

Y mientras meditaba sobre su presencia aquí, me doy cuenta de que tal vez haya sido un amante de mi hermana. - ¿A que se dedica señor...? Perdone, no sé su nombre. - pregunto intentando averiguar el nombre, mi lado de espía jamás se retiraba de mi vida. He llegado a creer que es un maldito estigma que tengo. - Le pregunto porque tengo una hermana gemela y es probable que sea ella la persona que busca... Si me dijera su nombre, tal vez recuerde algo relacionado a ud. - intento arreglarlo para ver si Julie fue la que ahora me está metiendo en este embrollo. 

Lo único bueno es que parecía una persona amable, era raro que cayera en las garras de mi hermana. ¿Tal vez algún oficial con un cargo importante?

Cargando editor
19/04/2016, 19:00
Tte. Harry Wood "Germanfaust"

Harry miró al alemán cuando le habló, y tan solo cruzaron la mirada. El americano estaba ligeramente tenso. Lo que aquél alemán viera en esos ojos marrones claros dependería de su capacidad para evaluar acertadamente a las personas.

Si era alguien superficial vería a una persona simple, de barrio, tal vez preocupado, que quería transmitir poco o nada de su nerviosismo.

Si el alemán era una persona avezada, rápidamente descubriría tras aquellos iris marrones, un profundo sentimiento apenas refrenado de rabia, de ira, de odio... Un monstruo primigenio de cólera y salvajismo se encontraba apenas encadenado por la conciencia superficial del joven anodino que tenía delante.

Para cualquiera con dos dedos de frente, aquella mirada era la de alguien que no conviene hacer perder los estribos, ya que ni él mismo sería capaz de evaluar las consecuencias. Los simples estímulos auditivos, de aquél acento alemán, y visuales, de esos rasgos tan arios que tanto había odiado hacían que las cadenas y las columnas se tambaleasen.

Entonces la dulce voz de la mujer entró en la ecuación, y un telón negro tapó de nuevo tras la pupila a la bestia oculta en la psique maltrecha de Harry. Al mirar a la mujer, de nuevo asomó una sonrisa, y tomó aire mientras la escuchaba. 

Buenas noches, sepa disculparnos... Creo que sea ha confundido de persona, sinceramente no lo recuerdo y le agradezco de corazón la invitación. Es muy amable de su parte y muy caballero pero debo rechazarla. 

La sorpresa de Harry fue mayúscula y totalmente genuina, abrió los ojos como platos al escuchar que no le recordaba.
¿Qué clase de broma es esta? ¿Es que estaba casada y se está haciendo como que no me conoce...?

Miró a las manos de Jules, pero en el dedo anular no lucía ninguna alianza. Continuó escuchando a la mujer, que se presentaba, a ella y a su acompañante, y le pedía lo mismo.

Teniente Harry Wood... veterano, de permiso por un accidente. Asintió a modo de saludo, señalando una gasa que le tapaba una parte significativa de la parte lateral trasera del cuello. Le resultaba que 'Un placer' podría tener un doble sentido mal interpretado, y le costaba un 'Me alegro de conocerles' si incluía a un alemán. Si se sorprendía por la gasa, probablemente lo que estaba contando de que tenía una gemela fuera cierto... al fin y al cabo sus modales, sus formas y demás no parecían coincidir demasiado.

Ayer pasamos una tarde muy agradable juntos. Comentó Y esperaba poder repetir. Dijo con una sonrisa cortés. No quisiera molestar...  pero si me pueden ayudar a encontrarla, estaré muy agradecido. Terminó. Aunque hablaba en plural, apenas miraba al alemán. Confundir esto con vergüenza o temor sería un error garrafal.

Cargando editor
21/04/2016, 00:37
Extraño

En el vestíbulo del gran salón comienza a dar sus campanadas un enorme reloj de pie, de esos realmente antiguos y que por algún motivo acabo sus días en un crucero trasatlántico.

Sus Ding, Dong llenan la estancia al compás del vaivén del barco porque el oleaje recrudece con el avance de la noche y la tormenta no piensa acabar tan pronto.

Antes de la cena los presentes habían comenzado a vagar por el enorme barco con el chaleco salvavidas en mano, creyendo tal vez que la embarcación no podría con las fuerzas de la naturaleza pero desestimaban al viejo crucero que había tenido mejores años y mas pasajeros que ahora.

Un hombre de mediana edad, tal vez cerca de los cincuenta, comienza a vomitar debajo de su mesa y un camarero corre en su ayuda con un cubo y un trapeador. En esta ocasión el mareo junto al alcohol venció a mas de uno pero el manto de la medianoche le ahorro un papelón mayor.

En medio de la distracción del hombre descompuesto llega a la mesa donde se encuentra el dispar trió un hombre bien vestido. Es de estatura alta, su cabello correctamente acicalado es oscuro y posee penetrantes ojos negros, su aspecto europeo es rematado con un bigote muy cuidado y además sus ropas se encuentran impolutas a diferencia de los demás pasajeros. Sus gafas son de carácter especial también.

- ¡Muy buenas noches! ¿Vaya tormenta, verdad? ¿Hay sitio para uno mas en la mesa? - Pregunta el comensal salido de una cena del siglo pasado.

En una mano lleva una copa de cristal con whisky y en la otra un sobre lacrado.

El hombre sonríe a los tres mostrando sus dientes perfectos y toma asiento sin aguardar respuesta... 

Cargando editor
21/04/2016, 01:57
Hombre de ojos azules

Por suerte para aquel americano, Jules intervino calmando la situación, respondiendo cortésmente a las palabras de aquel hombre y presentándonos en un intento de sacarle algo de información, sobre quien era y de que creía conocerla… y aunque la mención de que aquel tipo la estuviese confundiendo con su hermana era una posibilidad a tener en cuenta, toda mi atención estaba en el americano, y tanto era así, que apenas si me percaté de las campanadas del reloj que resonaron por todo el salón ni de las consecuencias para algunos de los allí presentes del recrudecimiento de la tormenta con la consecuente intensificación del vaivén del barco.

Tal vez a primera, vista aquel hombre pareciese una persona normal, sencilla y tal vez la mayoría de gente no pudiese ver más allá de aquello. Pero yo no era como la mayoría, si había algo que sabía hacer era conocer a las personas, ver a través de ellas… y lo que vi en el americano fue lo que había visto otras muchas veces en otras miradas. Sus propias palabras confirmaron mis sospechas.

Un soldado, veterano de la Guerra- pensé, y desde luego, aquello que había visto en sus ojos, parecía corroborarlo. Era la mirada de aquellos que se habían adentrado en la guerra, de quienes habían luchado y matado tanto, que con el tiempo, eran incapaces de abandonarla, que llegaban la guerra dentro de sí mismos, una bestia en cuerpo de hombre, un mero animal… nada a lo que mereciese prestar atención.

Pues, no, no podemos- le dije con un tono que reclamaba su atención, consciente de que había intentado ignorarme desde que llegó -Ni siquiera sabíamos que estaba en este barco- añadí mientras rodeaba con suavidad la cintura de Jules, que se encontraba a mi lado, para atraerla, ligera pero firmemente hacia mí, como remarcando con ello en nosotros de mis palabras -Sentimos no poder ayudarle- le dije en un tono que evidenciaba que, desde luego, no lo sentía para nada -Tal vez en alguna otra parte del barco- añadí, dejando claro que eso era una invitación para que se fuese. Que se fuese lejos. Y que lo hiciese ya. Y tal vez hubiese dicho algo más, tal vez me hubiese alejado junto a Jules del americano, tal vez... pero en ese momento, un hombre de aspecto europeo se acercó a la mesa, preguntando si podía sentarse y haciéndolo sin esperar respuesta alguna.

¿Quiere algo?- le dije con un tono frio, molesto por el hecho de que aquella velada de libertad con Jules, disfrutando el uno del otro, parecía estar destinada a ser interrumpida una y otra vez.

Notas de juego

Post de Miles.

Cargando editor
21/04/2016, 04:50
Jules Hawk

Veterano de guerra, Americano por su acento y si... Un teniente.- analizo mentalmente sin esbozar una palabra siquiera, muy raro me parecía todo, desde el momento en que se acercó portando aquella inocencia. Tal vez una mujer común aceptaría, pero yo no lo era... Detrás de esta fachada de mujer perfecta se encontraba una oscuridad difícil de sospesar y que solamente Jan conocía. -Han venido por mi, es una probabilidad... -no descarto la posibilidad. 

Sin embargo, mi rostro parecía no sufrir de alguna modificación, estaba muy acostumbrada a pensar en una cosa y demostrar otra. Era parte de mi oficio, utilizar mis encantos y obtener información, algunas veces de buenas maneras y otras... Torturando. Lo importante era cumplir con mis jefes y ganarme aquellos días de libertad sin tener que vivir como una eterna cazadora furtiva. 

- Un placer, Sr. Wood... Definitivamente esa mujer ha dejado una huella bastante bonita, sinceramente no sé como ayudarlo. - me encojo de hombros denotando una falsa preocupación, no sentía nada de lo que decía pero en apariencias, claramente cualquier persona caería por ser encantadora y dulce al expresarme. Una máscara de muchas que suelo utilizar en estas situaciones. 

Y justo cuando estaba por decir algo más, es Jan quien de forma austera y cortante, frena todo intento de conversación al echarlo "diplomáticamente" de nuestro lado. - Que cortés estás hoy cariño. - pienso al dedicarle una mirada que sólo él comprendería y finalmente así fue ya que su mano se encontraba allí, rodeando mi cintura hasta permanecer a su lado como si fuéramos una sola persona. 

- Sólo para despejar sus dudas, anoche he estado con él... Bueno en realidad hace ya 5 meses que estamos viajando para todos lados juntos. Por esa razón, no existe posibilidad de que sea yo y si lo sea mi hermana... - maldita Julie que me pone en este tipo de situaciones. -Bueno Jan me había "capturado" hacía unos meses, no existía sospecha alguna y por sobre todas las cosas me conocía. Por el había dejado todo." -reflexiono a modo de balance general.

 La verdad es que dudaba de que ella se acostara con un Teniente, ella siempre aspiró a cargos importantes porque nuestro trabajo de eso se trataba y estar con este sujeto por amor, si que lo descartaba. Y mientras analizaba la situación de esta persona (Harry), aparece otra con un sobre en la mano, para que negarlo si la curiosidad mata al gato creo que hubiera muerto muchas veces. 

- Buenas noches Señor. - saludo de forma cortés y amable, típico de una dama educada. Eso sí, espero su respuesta ante la pregunta directa de Jan. Incluso no pude evitar sonreír y acariciar su rostro dulcemente, susurrando en su oído dos palabras para luego quedarme allí en sus brazos, centrada en los dos hombres que teníamos a nuestro lado. 

Cargando editor
21/04/2016, 05:10
Jules Hawk

Amor... nada de que preocuparse. No olvides quien es el cazador aquí. - susurro luego de besar su mejilla dulcemente.

Cargando editor
22/04/2016, 19:26
Jan Lotz

Lo sé... pero no me gusta que nos interrumpan cuando estamos disfrutando de nosotros- le dije en un susurro a Jules

Notas de juego

Cameo de Miley syrius.

Cargando editor
27/04/2016, 03:31
Extraño

El hombre de pulcra cabellera y lentes perfectos sonríe con extrema gracia ante las preguntas de la pareja extranjera. Cualquiera que conozca a ese hombre podría suponer que se esta divirtiendo con la situación, solo que en esta ocasión nada acaba por ser divertido al tener en cuenta el resultado final.

- ¡Buenas noches! ¿Que deseo? ¡JA JA JA! Tantas cosas, pero todo llega tarde o temprano muchacho. Todo llega... - el hombre ríe a carcajadas pero al segundo cambia su expresión para responder seriamente y señalar el gran salón - Vaya... después de todo el Lusitania se hundió por menos. Hum... veamos, tengo aquí un papel muy importante para su compañera... ¡Un test de embarazo! y a que no adivina cual es el resultado... - el hombre se dirige a Harry animándolo a tomar asiento junto a él - momento, ven siéntate o los ratones han comido tu lengua. Si, esos ratones de dos kilos que abundan en las trincheras, ven siéntate para que pueda invitar a todos los presentes con la mejor botella del mejor Borgoña que este apestoso barco pueda tener. ¡Ahora sí!... y el resultado es... - el extraño hombre ahora dirige su atención a la pareja tras situar el sobre frente a ellos y pasar a romper el costado del mismo para extraer la carta que hay dentro.