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Silent Hill: Preludio a la Oscuridad

Epílogo

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09/10/2016, 23:41
Incubus

 

Epílogo

 

El principio, nuevamente...

Al principio, la gente no tenía nada.
Sus cuerpos les dolían, y sus
corazones sólo contenían odio.
Lucharon incesantemente,
pero la muerte nunca llegó.
Se desesperaron, paralizados
en el atolladero eterno.

El infierno es la repetición...

El paraíso fue arrebatado y la tormenta del siglo desapareció el nueve de diciembre de 1945, un día después de la Inmaculada Concepción. Una fecha para el olvido en la isla de Bar Harbor.

Según los reportes preliminares de la guardia Nacional, los habitantes de Bar Harbor desaparecieron durante la noche del ocho de diciembre, cuando la tormenta se encontraba en su punto más alto. No se sabe con exactitud que sucedió pero los expertos creen que los isleños intentaron abandonar la isla en las precarias embarcaciones de los pescadores, las cuales no son óptimas para navegar en una tormenta de semejante magnitud.

La noticia pronto pasó al olvido con la segunda guerra mundial ocupando las primeras planas de los diarios de Estados Unidos. Un año después Bar Harbor había sido ocupado por nuevos pobladores que jamás adivinarían la clase de isla que habitan.

Esa es la historia para el Mundo Real, el Primer Mundo.

 

En cambio las cosas para el Segundo Mundo, el Mundo de Niebla poco o nada había cambiado. El Mundo de Niebla quedó sellado junto al OtroMundo tras la caída de Dios, y con ellos todos los desafortunados habitantes y aberraciones por igual. Un Bar Harbor congelado en el tiempo continua existiendo a la par del Real, solo que jamás se volverán a unir. Jamás en Bar Harbor, porque el destino se cierne en el futuro lejano para un pueblo de Nueva Inglaterra.

Y solo un tipo de existencia continúa en el Bar Harbor de la niebla eterna. Un pueblo fantasma habitado por los horrores invocados por Dios y por algunos pueblerinos que sobrevivieron al horror de la ceremonia de Invocación. También hay otro tipo de habitantes; los forasteros náufragos del Atlantic Express cuyos pecados fueron el ancla y condena.

Ahora vagan para siempre, perdidos en sus memorias fragmentadas, viviendo en constante repetición bajo el dominio de su pesar.

Algunas semanas después de la tormenta, sobre el mes de enero del nuevo año, una niña pide aventón en la carretera estatal de Maine. Es muy temprano, apenas acaba de amanecer y la niebla matinal se encuentra en pugna contra el radiante sol.

Un automóvil solitario cruza la zona forestal y su chofer al ver a la niña detiene en el acto su vehículo porque es obligación del dueño proteger y servir. Es una patrulla de Brahms, un pequeño poblado sin emociones, lejos de las grandes urbanizaciones.

El oficial desciende del patrullero con una linterna en mano y camina hacia la niña. - ¿Qué haces aquí pequeña? ¿Cómo te llamas? – pregunta el joven oficial Bennett a la muchacha de cabellos oscuros y mirada ágil.

- Dahlia Gillespie. Perdí a mis papas en la última gasolinera. baje para ir al baño y ellos regresaron al coche pensando que yo seguía durmiendo en el asiento trasero. Me van a regañar… snif…snif… - expresa con gran acongojo Dahlia al inexperto oficial.
- Está bien niña, no te preocupes. Sube a la patrulla, alcanzaremos a tus padres. ¿Sabes adonde se dirigen? – pregunta apurado Bennett ante el incipiente llano de la niña. Él en realidad no sabe cómo tratar a los niños y hará cualquier cosa por calmar a la desafortunada niña.
- S…si. Sé adónde van. Van de regreso a mi casa… - entonces Dahlia señala con el índice por donde fueron sus padres - … hacia allá. Hacia Silent Hill. –
- ¡Perfecto! No llores más. No es lejos, llegaremos pronto. Ven sube. – entonces la patrulla regresa a la carretera para perderse en la bruma matutina del olvidado condado.

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10/10/2016, 00:52
Incubus

Notas de juego

Ustedes que jamás saldrán de Bar Harbor pueden cerrar la partida con una narración que represente a sus personajes en el eterno vivir, dentro del Mundo de Niebla como seres que vagan en él, solos o acompañados por sus seres queridos. 

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10/10/2016, 17:25
Jules Hawk

Caminando entre los adoquines de este perturbado pueblo, rememoro cada instante de mi vida al decidir olvidarlo todo, cobijándome en la fría desazón de un ente sin alma, ni vida que pulula aferrado al tórrido silencio del dolor y la soledad.

Nada de lo que tuve queda ya, ni siquiera el dulce recuerdo de un amor que sentenciado por la desgracia, acabó por extinguirse entre las cenizas de lo imposible. Permitiendo que al rememorar aquel vestigio de memoria sepultada, acaricie un útero que vacío ya se encuentra, donde las lágrimas que inexistentes están, finjan acariciar el gélido tacto de mis mejillas.

Ahora al percibir el áspero sentir de las calles por las cuales transito, observo al pasar la sonrisa de mi hermana siendo apenas una niña entre la miseria de una Rusia ambiciosa de poder, percibiendo el aroma del plomo, el hierro y el dulce sabor de la vitae derramarse ante una guerra sin escrúpulos.

Sostengo su mano por un breve instante, disfrutando de una suave caricia que no volveré a sentir y tras besar su frente con ímpetu y lealtad, me despido de ella a través de un eterno adiós desde la ausencia de un corazón marchito y un alma enterrada en el olvido.

Reflejando a través de una melancólica despedida cada instante compartido, los buenos y malos momentos, cuando el placer y la lujuria nos cegaron, como así también el beso de la muerte que ansiosa en su afán de robarnos la existencia, nos sedujo al igual que una prostituta. Esto debía pasar y al ser una eterna repetición, es momento de enterrar aquel nexo que tanto nos une y nos separa a la vez.

Ya soltando lo que por derecho y sangre me perteneció, continúo este andar abrazada a mi cuerpo al sentir como el frío doblega esta alma ya sin vida. Y al mirar hacia el horizonte en medio de la espesa niebla, una voz endulza cada aspecto de mi ser al recordar de quién es y al extender mis brazos, anhelando un último abrazo, observo que allí estaba, como siempre.

-Mischa… - pronuncia entre las sombras mientras sonrío al perderme en el mar de sus ojos y tras besar sus labios a través de un etéreo encuentro, decido enterrar un amor imposible y negado por derecho. Siendo el Padre de mis hijos, mi primer amor y mi otra mitad, lo despido como se merece al ver como su propio karma lo consume en los sinfines del olvido.

Y tras sentir la calidez de su alma, continúo este camino hacia un final esperado. Uno que surgió desde el naufragio, desde que nuestras miradas sentenciadas por el destino forjaron una unión que verdadera, fue interrumpido por el agrio sabor de la muerte.

Allí estaba Johan, denotando en su mirada una tristeza que ajena no me era, esperando en este vacío de nuestra existencia un último aliento de esperanza. Una que mermada por su tóxica relación, tal vez encuentre la paz entre mis brazos, que ansiosos por brindar una dosis de  este amor corren hacia él anhelando sentir todo lo que en vida nos fue robado.

Ya cobijada entre sus brazos me permito ser, al perderme en el mar de sus ojos y tras sonreír por aquel encuentro acaricio su rostro venerando su persona, desde el respeto y el amor que he deseado profesarle. Y mientras la niebla poco a poco nos consume a través de la soledad, sostengo su mano para incitarlo a caminar, ya no solos como en nuestra miserable vida ha sido. Ahora juntos, enterrando un pasado que tortuoso marcó nuestro destino e indefectiblemente nos terminó uniendo a través de un sentir compartido.

- Te quiero Johan… - susurro al entrelazar nuestros dedos mientras caminamos por aquel árido sendero, siendo dos almas que en pena unidas ha de estar y a través del eco de un latir inexistente, damos paso a un final que por derecho nos pertenece.

Uniendo lo poco que queda de mi ser a su etérea existencia… Como un cierre, que inconcluso ha de quedar. 

Notas de juego

Este ha sido mi final, muchas gracias por el rol compartido y la satisfacción que me genera jugar con uds. Un abrazo y un hasta siempre. :)

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10/10/2016, 22:24
Aaron michalson

 

El coronel se despierta entre cascotes, pero no los nota, no los toca, no lo aprisionan a pesar de que están encima de él.

El coronel se levanta y observa todo. Se observa a si mismo, y comprende a su manera. No hay cielo para mi, ni infierno, solo purgatorio.

Sin embargo no todo es malo, no nota esos sentimientos que le corroían al morir, odio, frustración, pena...

Ahora está en paz, más en paz de lo que ha estado los últimos 5 años, desde que le dieron la orden de partir hacia la guerra.

El coronel pasea en silencio, tranquilo por fin, sin preocupación ninguna.

Se siente extraño. ¿Porqué no me afecta? ¿Porque no me hundo en esta soledad?

Sin embargo en el fondo, conoce la respuesta. Él siempre ha sido así. Nunca ha podido estar demasiado con gente, sí, tenía lazos con sus hombres, con sus superiores, con mujeres... pero en el fondo nunca encontró a nadie que llenase el fondo de su corazón.

El coronel da un paso, el primero de esta nueva "vida", y no se siente cansado, tampoco excitado, solo siente una paz, una quietud y una calma, que espera que dure eternamente.

Notas de juego

IGUALMENTE!!!! MUY BUENA PARTIDA Y MUY BUENOS MOMENTOS! UN BESO A TODOS!!!

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11/10/2016, 04:11
Johan Mathews

La oscuridad lo había tragado todo, por fin había acabado. Es esto... ¿Mi paz eterna? ¿Podré dejar de sufrir?

No... Esto es diferente... Aun... Aun vivo, lo sé, porque sigo sufriendo, sigo viendo el rostro de Helen. ¿Como pude hacerte eso mi eterno ángel? 

Se que no te he amado del mismo modo que tu me amaste... Pero de algún modo te entiendo. Yo también habría dado la vida por ti, fuiste la única que me vio como un ser humano, como el niño asustado y desamparado que realmente era cuando trataba de ocultarlo al mundo entero. 

Y aun mas triste... Seguí escondiéndome, y mintiendote. 

Que me acogieras cambió algo en mi, pero no pude dejar brotar mis verdaderos sentimientos. ¿Como hacerlo? Debía protegerte, tu corazón era puro, siempre lo fue, y eso te hacía especial. Dediqué mi vida entera a protegerte, sacrificando mi vida. 

 

Pero al final... Fuiste tu la que diste la tuya por mis pecados...

Sigo viendo tu rostro... ¿Podrás perdonarme algún día?

Solo espero... Que estes en un lugar mejor. Uno en el que

haya desaparecido todo el mal que hice.

Uno... En el que jamas me conocieras.

 

La presencia de Helen fue desapareciendo poco a poco con la llegada de la niebla, aun seguía sentado en un portal mirando el horizonte. Tenía la esperanza de desaparecer y dejar atrás todo el dolor, pero el destino tenía otros planes.

Al parecer, quería que sufriera eternamente, recordando mis pecados y las consecuencias de ellos sin poder hacer nada por cambiarlo. Creí pues que me encontraba en el infierno, uno bastante diferente al que los obispos apuntaban. En este no había fuego ni demonios, en este infierno, debías enfrentarte a ti mismo para la eternidad.

 

No pude evitar llorar y agarrar mi cabello desesperado. Este sentimiento que incendiaba mi corazón era mas fuerte que nunca y jamás desaparecería. Si hay un dios, ¿Por qué no es piadoso y acababa conmigo?. Esta presión me estaba matando hasta que noté la cálida mano de Jules. Miré arriba, y la ví de volviéndome la mirada, fue entonces cuando el fuego de mi corazón se tornó en calma y en serenidad. 

 

Aun conociendo al monstruo que me había convertido desde hacía tiempo, quería permanecer conmigo. Entendía perfectamente ese sentimiento, aun conociendo sus pecados, yo sentía lo mismo. Quería estar con ella, cada vez que le había cogido la mano o cada vez que compartíamos un beso, me sentí protegido y amado. Puede que este lugar, haya hecho que toda la mentira y la soberbia desaparecieran para dar paso a la verdad, a una en la que no era el chico perfecto que debía ser, sino uno, al que aun con sus pecados... Puede ser amado...

 

Levantándome, miré a Jules a los ojos, las lagrimas cesaban lentamente mientras notaba la calidez de su mano, ambos estábamos destinados a permanecer allí para toda la eternidad, pero ahora el futuro no se veía tan aciago,mi alma al fin... puede descansar, puede dejar de fingir... Y puede empezar a amar y ser amado tal y como soy..

 

Te quiero Mischa...

Notas de juego

Bueno chicos... Esto se acabó, me alegro muchísimo de haber estado con todos vosotros. Me da auténtica lástima puesto que es la partida mas emotiva que he tenido jamás.

 

Os doy las gracias por haberla hecho posible, a todos. Y que perdonaseis mis va y vienes médicos.

 

Un gran abrazo para todos

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11/10/2016, 09:30
Tte. Harry Wood "Germanfaust"

Eterno.

Pronto Harry comenzaría a comprender el significado de aquella palabra. Tal vez algún día, el Creador considerase que ya había pasado suficiente tiempo en aquél purgatorio.

Se encontraba frente a las ruinas de la iglesia, sentado en la escalera llena de escombros, y si hubiera tenido un cigarrillo, se lo estaría fumando mientras veía caer aquella ceniza que nunca terminaba de sepultarlo todo. 

¿Cuanto tiempo llevaba? ¿Diez días? ¿Veinte?

Era difícil medir el tiempo, y en realidad, era del todo inútil. Durante esos días había estado encontrando cosas. No gran cosa, pero entre ellas, su viejo uniforme y su casco del ejército. Del mismo modo que Bar Harbor le dio su pistola, le dio el uniforme. 

Eres un soldado Fue lo que quiso decirle con aquello. Igual que cuando le dio la pistola quiso decirle "Eres un suicida". No entendía muy bien si eso era bueno o malo, pero ahí estaba, con su impoluto uniforme, algo comestible que había logrado encontrar, y su pistola escasa de munición. La herida del disparo autoinfligido ya no dolía. Ni dolor, ni pena... Pero tampoco alegría. Y desde luego, aquella ira que encendía su pecho también yacía muerta en su interior, como el resto de sentimientos intensos. Ya no era más el irascible psicópata que se dejaba llevar por la sed de sangre. 
Si era porque ahora sabía que estaba muerto, o porque había derrotado al demonio, no lo sabía, pero sí sabía en su interior, que ahora estaba liberado. Liberado, pero tremendamente solo.

Voy a volverme loco aquí dentro Dijo levantándose.

No es que no me lo merezca. Me merezco esto y más. Pero no puedo simplemente quedarme a ver caer la ceniza. Comenzó a caminar hacia el colegio. Aunque además de la iglesia derruida, la mansión tenía una capilla, ambos lugares estaban demasiado malditos como para ir a rezar allí. En la escuela tenían una pequeñita, que no parecía haber sido mancillada.

Por el camino vio a una figura humana escabulléndose. Otro 'superviviente'. Se encogió de hombros y continuó hacia su destino.

Cuando llegó, hizo algunas oraciones. Ahora comprendía lo absurdo y demente de considerarse un buen cristiano, y ser a la vez un cruel asesino.

Cuando salió, miró su pistola de nuevo. No había mucho que hacer allí. Pero aún habían supervivientes, y monstruos. Y aunque muchos, con la caída del Demonio, no vendrían más.

No voy a ganarme el cielo rezando, después de toda la sangre que tengo en mis manos. 

Salió afuera, mirando el cielo ceniciento y tomando aire.

Pero quizá si acabo con algunos demonios, quizá si... Pongo las cosas más sencillas a los que malviven aquí... Bueno, no sé. 

Al menos no me aburriré.

Se puso a caminar. Por lo que recordaba, en el bosque habían quedado unas cuantas armas de fuego. Con suerte seguían allí. Se recolocó el cuello de la camisa del uniforme.

Soy un soldado... Eso es lo que soy. A ver si ahora consigo ser un buen soldado. O como mínimo un buen hombre.

Notas de juego

Ante todo, lamento los baches feos que tuve en los últimos compases de la partida. Me lo he pasado genial con vosotros, ¡Un abrazo a todo el mundo!

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11/10/2016, 18:32
James Bartlevy

Era una tarde de otoño de 1956 en la casa de campo de los Bartlevy. Aquella donde todo había sucedido años atrás.

El reloj de su padre anunciaba las 5 de la tarde. Lo miró por un instante. El sello del metatrón despuntaba en su cénit trayéndole recuerdos nada agradables de aquellos días en que la vida de James cambió radicalmente. Fuera, en el jardín, la pequeña Julie jugaba a ciscar las hojas que los robles de la finca Bartlevy, debajan caer con generosidad sobre su cuidado césped. Dentro, James comprobaba una serie de papeles y objetos que guardaba en una vieja lata de galletas. Un recorte de un periódico amarillento, fechado el día de su nacimiento anunciaba el naufragio del Spray; el reloj de su padre, el sello del metatrón,...

No muy lejos de él, descansaba su madre, profundamente dormida. Ella...no había vuelto nunca a ser lo que fué. Algo de ella se había quedado para siempre en Bar Harbour, pero el haberla recuperado tuvo mucho que ver en el cambio que James había experimentado en los últimos años.

James levantó la vista y sonrió viéndo a la niña jugar. Aunque no fuese suya, la había criado como una hija y a efectos legales, lo era. Pero James sabía que tenía un destino que cumplir del que ninguna ley le libraría. Por eso había hecho lo que...lo que había que hacer.

Aquella tarde oscura en que huyeron de Bar Harbour en el Spray, James conocía lo suficiente de los planes de Krebs como para saber que tenía que deshacerse de él. Por ella, por la niña; por Julie. Así que en un momento en que lo cogió despistado, James atacó a Krebs por la espalda con un remo.

El desagradable mayordomo de Martinson escupió un líquido negro y cayó al suelo bramando.

-¿Pero qué coj...?-.

James no dio oportunidad. Volvió a golpear...una y otra vez hasta que de su rostro no quedó más que una masa informe. Luego le dio una patada y lo arrojó al agua.

Luego tomó el timón del barco y llegó a tierra.

Y la vida de James Bartlevy sigió su curso en el punto en el que la había dejado. Muchas cosas habían cambiado. Su padre desaparecido, su madre regresada y él...él mismo había cambiado.

Siguió adelante con sus planes, pero no con sus objetivos. Ese mismo año, a su regreso, entró a formar parte parte del Fondo Monetario Internacional como director ejecutivo. Dos años más, El Plan Marshall para la reconstrucción de Europa salió adelante. James está al lado del secretario de estado, George Marshall, cuando éste lo anuncia al mundo en su discurso de 1947. Y en 1954, fue llamado para participar como miembro fundador en la primera reunión del que después sería conocido como el Grupo Bilderberg en el que figuraban las personas más influyentes del mundo entero. O al menos, eso se pretendía.

El James de antes, hubiera utilizado todos estos logros únicamente para safisfacer su ego personal y engordar su fortuna, pero el James de ahora; el que había vuelto de Bar Harbor, tenía otros planes. El primero de ellos fue ordenar los papeles de su padre y seguir el rastro de la Orden. Perseguiría todo rastro de aquel funesto culto por toda la tierra si era necesario y buscaría el origen de su existencia. Para ello rastreó la vida de aquellas personas de las que sabía algo: su propio padre, Martinson, el doctor Vannacut, Dhalia...algún rastro quedaría de ellos; buscó el origen del símbolo del Metatrón...Encontró algunas cosas. Galimatías, cosas sin sentido que no hicieron otra cosa que convencerle de que había hecho lo correcto. A partir de ahí su propósito fue acabar con todo rastro de la Orden. Para que aquello que había presenciado en aquella iglesia, no volviese a suceder.

Otro de ellos fue darle más peso a la fundación Bartlevy para ayuda a personas desfavorecidas creando una red de orfanatos, escuelas infantiles, comedores sociales, etc.

¿Y que hay de Rendford, ese incansable periodista que se había puesto como meta acabar con él? A medida que la popularidad de James subía, sus posibilidades de dañar su imagen parecían cada vez más pequeñas. Sin embargo, hubo una ocasión en la que estuvo apunto. Por suerte para James, no lo logró. James consiguió librarse de él sacrificando al que había sido uno de los hombres de confianza de su padre. Un cabeza de turco del que ya sospechaba que andaba haciendo cosas...inapropiadas. Más que sospecharlo, lo sabía pues le había tendido una trampa y él había mordido el anzuelo. De esta forma, tenía el señuelo preparado para cuando Rendford tuviese algo. No fue difícil cargar sobre las espaldas del viejo Windfield, además de sus propios pecados, los de James.

-¡Papá, papá!-gritó Julie desde el jardín-Ven...Mira lo que hago.

La niña se había encaramado a una rama de un árbol y colgaba boca a bajo de ella, agarrándose con las piernas.

-Ya voy, cielo-contestó James sonriendo a la vez que se levantaba de su confortable sillón y se dirigía al jardín-Pareces una manzana. Ya verás ahora...te voy a comeeeer.

Las risas de la niña hicieron despertar a la señora Bartlevy que miró la escena y sonrió.
 

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12/10/2016, 14:52
Evelyn C. Evans

Al final, todo el dolor, no habia significado nada. Para Evelyn, aquel final inconcluso destrozó todo progreso que pudo haber hecho de forma emocional en aquel lugar. Se habia visto a si misma como un monstruo peor que los que la atormentaron durante todo su camino. Trato de rogar perdon, de alcanzar algo mejor, y finalmente entendio que para ella, jamas habria algo parecido a una redencion, jamas alcanzaria aquella iluminacion, aquel descanso. Estaba condenada...

Aun asi, todo aquello no habia sido en vano, no habia terminado totalmente hueca. Habia aceptado sus errores y finalmente habia aprendido minimamente de ellos. Era un despojo, pero viviria como un despojo antes que terminar totalmente vacia. Lo entendio tras muchas veces intentando acabar con aquel ciclosin fin, volviendo a despertar una y otra vez en la ceniza y el vacio. Dejo de luchar con las bestias, asumiendo su destino fuera cual fuera y volviendo a levantarse tras cada caida, como si formara parte de una rutina que cada vez significaba menos. Su unico consuelo era su pecado, aquello que la habia traido a la perdicion y la habia corrompido, el amor por si misma. Volvio a encontrarlo como un alivio, sentarse frente a un espejo y arreglar su imagen, hacer verse a si misma como una belleza aun estando podrida por dentro. Aliviar aquella palidez enfermiza con un poco de colorete y mucho maquillaje, volver a tener labios carnosos y un cabello lacio y hermoso. Ese habia pasado a ser su infierno interminable, morir, despertar y aceptar cada paso de su existencia como si nada tuviera valor. Aunque, habia algo que si lo habia. Y no fue hasta muchos ciclos despues cuando se dio cuenta de aquello. Vagando por una de las calles vacias, haciendo sonar sus tacones por el suelo destrozado y cubriendose de la ceniza con un paraguas vio una silueta, avanzando indiferente ante todo aquello con lo que se cruzase.

Era él, la unica persona que habia cuidado de Evelyn, que habia mostrado el minimo signo de humanidad, que habia intentado sacrificarse y ayudarla en cada error, cada peligro. Ahi sintio florecer aquello que habia estado muerto desde la primera bofetada de George. El amor. Habia estado latente, como una semilla encerrada en el dolor y la penuria, pero ahora lo veia como el unico escape a la rutina que le quedaba. Recordaba aun su rostro, tomandola en brazos para buscar huir juntos de aquel hundimiento. Tambien le recordaba en el barco, tratando de salvar su vida, no solo frente a George, sino tambien cuando el barco se hundia. Cada uno de los momentos dolorosos en los que se habian encontrado, el habia estado. No sabia si era solo con ella, o era parte de su naturaleza, pero esa necesidad creció hasta ser angustiosa. Corrio abandonando el paraguas en la neblina, rodando por el suelo. Sabia que no era prudente acercarse a un soldado por la espalda corriendo, pero le dio igual cualquier consecuencia. Solo... Tomó la mano del Teniente Wood. Buscó su mirada, con los ojos llorosos y una leve sonrisa en los labios, quizas, la primera sincera que habia tenido en muchisimos años. 

- Gracias...-

Finalizó su suave palabra, dicha en apenas un susurro, con un beso, aprovechando el que no se esperara aquel gesto para evitar el rechazo, sin importarle que despues la apartase o no. Aquella se convertiria en su nueva obsesion, lograr que quisiese caminar por aquella rutina y aquella condena a su lado.

Notas de juego

¡Gran partida, muchisimas gracias a todos! Habeis hecho que cada escena sea magnifica, emotiva y muy especial, se me han puesto los pelos de punta. 

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17/10/2016, 14:00
Harry Slaughter

Corren. Corren desesperados por sus vidas. Harry agarra con fuerza a Sara, mientras esta no se separa del bebé. Pero toda la iglesia se viene a bajo. Todo lo que intentaron no funcionó, el dios-demonio renació. De su cuerpo amorfo empezaron a salir tentáculos viscosos que lo agarraban todo a su paso. Vio como sus compañeros eran arrastrados uno a uno hacia unas fauces enormes, que los engullía sin piedad. Entonces uno de esos tentáculos agarro a Sara. La imagen se paró. Durante un segundo, sus miradas se toparon, el resto del mundo parecía no existir....Sara salió volando. Ella y el bebé fueron arrastrados hacia dentro de aquella oscuridad. Con lagrimas en los ojos, el detective solo pudo gritar

-Nooooooooo!!!!

-NOOOOOOO!!- harry, se despertó sobresaltado entre sudores. Rápidamente poso la mano encima del cuerpo que reposaba junto a él. Sara seguía allí.

-¿Otra pesadilla?

-Si pequeña, lo siento.- Harry le beso los labios con dulzura. Entonces una voz sonó desde el umbral de la puerta.

-¿Papi, pasa algo? ¿Tas bien?

Su hija estaba de pie, con el pijama y su osito colgando de la mano, mientras se frotaba los ojos.

-Papi esta perfecto pequeña flor. Lavate la cara que es domingo, vamos a pasear!

Harry y Sara habían adoptado a la pequeña. Al detective no le fue difícil mover unos cuantos hilos para hacerlo. Luego Harry dejo homicidios y cambió a un trabajo de despacho. Hacía sus horas y luego para casa, sin llevarse el trabajo con él. Quería pasar el máximo tiempo con su familia, no quería volver a repetir los mismos fallos de su otra vida...¿había tenido lugar aquella vida? Con los años todo su pasado se hizo más confuso. Si no fuera por su hija y por las pesadillas recurrentes, Harry dudaría si todo lo anterior había sucedido. El accidente de coche, la isla...

Paseando por el parque, Harry salió de su ensimismamiento al fijarse en una tele encendida en un bar. Se acerco al cristal.

Aquel hombre es...James! Allí estaba, codeándose al lado de gente importante, saliendo en la televisión.

Espero que encuentres tu camino amigo, y que ese poder lo utilices para que no vuelva a pasar lo que nos sucedió...

-¿Compramos un helado cariño?-Dijo Sara.

-Hedado ziii!!!!!

Harry sonrió a su familia. Ahora eso era lo importante. Nada de sectas ni de ritos. De eso ya se encargarían otros. Para Harry Slaughter ese tiempo ya había pasado, ahora tocaba el tiempo de vivir una vida feliz con su familia.

-¡Vayamos a por un helado pues!

El trío se dirigió hacia el puesto de los helados. Andaban rodeados de verdor, los pájaros cantaban y el sol calentaba de una manera que relajaba al más tenso. Aunque toda esa belleza no evitó que los instintos de detective de Harry saltaran de repente. Giró la cabeza, notaba como que alguien les observaba. Pero allí no había nadie. Harry se encogió de hombros y abrazo a su mujer.

La familia reía mientras compraban los helados, eran felices. más de lo que nunca lo fueron.

Pero una sombra...una sombra oscura los observaba, escondida...

Notas de juego

Magníficos finales los de todos. Un autentico placer compartir esta partida con todos!