Partida Rol por web

Johan se quería acercar hacia la joven que tiempo atrás había estado gritando e intentando matar a uno de ellos, pero aparentaba que ya tenía la suficiente gente hablando con ella. Quizás rodear la no sería lo mejor para que se calmara. Luego intentaría sacar un poco de información.

Se acercó a la puerta para comprobar que los pasillos no estaban viviendo la pesadilla de antes y esperar que fuera seguro. Quedarse aquí solo significaría dar mas tiempo para que esas... cosas vinieran

-Creo que deberíamos al menos buscar a alguien y salir lo mas rápidamente posible de aquí. Aun le dolían las heridas y era obvio que ese dolor le mantendría atento y le recordaría el peligro tan real que provocaba su posible locura. 

El despertar del Coronel había sido sumamente molesto.

Le a faltado escupir mientras se rasca los huevos. Pensé de mal humor.  

Entonces se levantó la muñeca de cera. Y cuando dijo lo de psicopatas no pude menos que reír.

Jajajajaja. ¿Psicopatas? Sabes que no es muy inteligente decir eso sí es que lo somos de verdad. ¿ verdad? 

Si hermanita será mejor que nos vayamos. 

Evelyn mientras intentaba abrir las puertas de la capilla cruzaba algunas palabras con las gemelas casi al punto que la agresividad y frustración de todos comenzaba a salir a la luz, como una flor mostrando su interior.

Nuevamente la situación da un giro abrupto cuando las puertas se abren desde el interior, mostrando la capilla y su interior.

Entonces Evelyn dio un respingo al descubrir que no conocían en absoluto el lugar que pensaba haber explorado con antelación. No había ningún pasillo, ni habitaciones, ni pacientes encapuchados.

La capilla no era demasiado grande y había surcado tiempos mejores porque su actual estado de decaimiento era inevitable. El sitio también estaba destruido a medias, bancos rotos, ventanas destrozadas, restos de maderos por doquier y manchas de sangre decoraban el lugar.

Hacia el altar una barricada de muebles daba cobertura a media docena de personas, entre ellos el doctor Vannacutt y los guardias.

Al parecer allí se había librado alguna clase de batalla… 

Mapa de la planta baja.

De ese modo llegó al control de enfermeras, de donde presuntamente había salido la enfermera y el doctor el día anterior. Llamó a la puerta esperando obtener contestación. 

James avanzó por el pasillo, examinando las puertas de las habitaciones hasta llegar al final, allí se encontraba el elevador.

Muchos cuartos tenían sus entradas tapiadas con maderos, clavos y barras de acero, otras en cambio ni siquiera tenían cerradura pero el joven no perdió tiempo en otear en el interior. Solo le interesaba la sala de control que por suerte halló sin problemas.

Luego de aguardar un tiempo prudencial James decidió abrir la puerta
y examinar el interior desde el pasillo.

La habitación se encontraba igual que el resto del edificio, en total decaimiento ademas de presentar signos de lucha o desorden intencional.

Allí había papeles, equipamiento diverso y un variopinto de elementos desparramados por doquier en la habitación en penumbras. Como el resto del edificio la sala pequeña sala de enfermeras no contaba con iluminación artificial...

Se acercó a la puerta para comprobar que los pasillos no estaban viviendo la pesadilla de antes y esperar que fuera seguro. 

 Johan vio alejarse a su compañero hasta que este dobló la esquina y desapareció de su linea de visión. Pese a todavía no salir el joven comprobó que los pasillos estaban pobremente iluminados por el día en penumbras pero al menos no había ninguna criatura tratando de matarlos.

Luego, un poco mas tranquilo, encontró algo con que vendarse.

Algo era seguro. Luego de la ultima noche necesitarían del personal del hospital para que atendieran la costura que todos tenían en el costado del cuerpo. La herida podría infectarse o algo peor...

La habitación se encontraba igual que el resto del edificio, en total decaimiento ademas de presentar signos de lucha o desorden intencional.

Allí había papeles, equipamiento diverso y un variopinto de elementos desparramados por doquier en la habitación en penumbras. Como el resto del edificio la sala pequeña sala de enfermeras no contaba con iluminación artificial..

Había algo mas en aquella habitación pero James no quiso alarmar a sus compañeros, no todavía.

Del lado interior, junto a la puerta el cadáver ensangrentado de una mujer miraba el techo con una expresión de horror.

El cuerpo yacía sobre un enorme charco de sangre entre la pared y una camilla. Por la posición del cuerpo a James le parecía que la mujer intentaba huir de la habitación cuando algo la atacó por detrás con algo filoso. Los profundos cortes sobre el cuello y la nuca de la mujer lo aseguraban.

Aunque algo extraño había en toda la escena. ¿Que asomaba entre la boca entreabierta de la mujer?

Era algo metálico sin duda.

-Dígame, necesita algo? Un vaso de agua quizá? Como ha llegado a este hospital...y...- Esta ultima pregunta le daba miedo. -...Y como se llama?-

 Cada minuto recomponía la salud de la mujer que de a poco sus reacciones eran mas coherentes. - ¿E... es un hos...pital? Recuerd...o las olas y ... una luz... ¿un faro? - lo único dañado en ella al parecer era su memoria porque al rememorar el dolor parecía invadir su cuerpo aunque las palabras de Harry en cierto grado le reconfortaban. Tras un ultimo esfuerzo la mujer escupió algo mas. - M... me llam... llamo Sara... - 

Mientras me disponía a retirarme junto a mi hermana, escucho el sonido de una puerta y detrás de aquello la capilla es quien capta mi entera atención. Sin dudarlo, le hago un gesto a Julie para que me acompañe así nos adentrábamos al lugar, ya me bastaba con el mero hecho de encontrarme al Doctor, con quien no tuve un primer inicio de relación ameno. 

Tras cruzar el umbral observando lo derruido que estaba en general todo, sonrío con malicia sin dejar de caminar por el pasillo que me llevaría justo al altar. - Buenas noches o días, parece que hasta Dios se olvida sus corderos. ¿Qué ha pasado aquí? - pregunto luego de un comentario irónico dada la decadencia de la capilla. 

- Por cierto... Doctor... parece que en su hospital suceden cosas raras y no son bajo el efecto de un medicamento. ¿Qué extraño verdad? - expreso con sorna al detener mis pasos justo delante suyo. No me llevaría bien con esa persona ya que me encontré atada y con una herida en mi cuerpo, no era pecar de desconfiada, solo que el lugar en sí, no ayudaba para nada. 

James recorrió los pasillos del hospital. A pesar de los síntomas de decaimiento de la instalación, todo parecía normal. Y silencioso. Llegó hasta el control de enfermeras esperando encontrar a alguien allí. Pero no había nadie. Estaban solos a su suerte. Bueno, sí había alguien pero estaba muerto.

Observó la escena con estupor. No sabía nada de medicina, pero no le hacía falta para comprender que aquella mujer, probablemente una enfermera, no había sido capaz de huír antes de la llegada de la hora 13. 

Con una asombrosa frialdad, se acercó a la mujer, se puso en cuclillas y la miró a la cara. ¿La conocía?¿era una de las enfermeras de Vannicup?. Se fijó en ese extraño objeto metálico que tenía en la boca. ¿Otro medallón?-pensó-. Agarró el objeto y tiró de él con cuidado.

Probablemente haya naufragado, como nosotros. O algo así

Se encuentra entre amigos, no se preocupe Dijo. No permitiré que le hagan daño, pero debemos movernos, tan pronto pueda ponerse en pie. Me llamo Harry Wood

Le tendió la mano para ayudarle a levantarse, si es que ya podía.

Harry Dijo hablando a su tocayo Voy a salir a echar un vistazo y a ver si encontramos a los demás, quédate tú con ella, que tienes cuatro Dijo refiriéndose a las balas, pero sin hacerlo demasiado evidente para no asustar más a la mujer.

Cuando Wood salió, pensó que estaría bien echar un vistazo a aquella dantesca sala 346 donde se habían separado antes. A ver qué eran, en el mundo 'real', esos cuerpos colgados, y aquella mesita con esas cosas tan claramente relacionadas con ellos.

Se fijó en ese extraño objeto metálico que tenía en la boca. ¿Otro medallón?-pensó-. Agarró el objeto y tiró de él con cuidado.

James extrae cuidadosamente una llave de la boca del cadáver. La maltrecha pero tal vez funcional llave tiene una inscripción que dice:

“Deposito 6”

¿Quien pudo dejar una llave dentro de la mujer asesinada? ¿Con que propósito?

El coronel dejando a las desquiciadas gemelas atrás junto a la dama solitaria avanzó por el pasillo de la planta baja del hospital y sin mayores dificultades alcanzó la calle.

Todo el hospital se encontraba en el mismo estado de abandono y decaimiento. Por momentos le fue complicado sortear algunos montículos de basura compuesta por sillas, camas, papeles, colchones y otros elementos.

Tal vez lo mas sobrecogedor fue encontrar una pila de cadáveres junto a la salida del hospital. Eran cuerpos de pacientes, varias decenas que alcanzaban el techo.

Aquello hubiera sido algo horrible de presenciar para cualquier civil pero para un curtido militar como Aaron era solo otra visión espeluznante.

Ya había visto montañas de cadáveres, especialmente en el Pacifico.

La calle del hospital parecía ser una pequeña avenida central pero la niebla no le dejaba otear mas allá de los cien metros.

Poco menos duro el amanecer porque antes que el sol asomara su corona por entre las nubes la niebla lo cubrió todo.

El mar y el cielo se unieron en el horizonte a través de la niebla, sin velocidad aparente porque todo era engullido por las brumas marinas. Entonces las sombras nacientes desaparecieron para dar paso a la penumbra perpetua. El sol desaparecía para siempre…

Solo la brisa que llegaba desde el puerto se abría paso entre la densa niebla pero de inmediato la quietud volvía a ganar. 

- Hey, usted. ¿Donde esta el resto de su comitiva? Vamos que no tengo todo el día y este lugar me da escalofríos. -

Una voz gruesa sorprende al coronel. Un hombre habla para el desde la comodidad del asiento de conductor de un elegante coche. Su mirada sombría y su tono imperativo no dictan nada bueno.

¿Pero como es que él sabe del grupo?

Depósito 6...depósito...¿de qué?-pensó James. 

James se quedó pensando. Si era un "depósito 6" es que habría otros 5 al menos. ¿Depósitos de qué?...en un hospital. No se le ocurría nada. 

Decidió volverse con el resto desandando el camino. 

James volvió a la habitación, cruzándose con Harry, que salía. Parecía nervioso.

-Parece que estamos solos. No hay nadie en el control de enfermeras. Debemos decidir qué hacer. Yo creo que deberíamos mantenernos juntos. Seguir aquí no parece que tenga demasiado sentido. Debemos encontrar a alguien que pueda ayudarnos.

Me muevo despacio, como un comando de un solo hombre, sigiloso y alerta ante todo, como si estuviese recorriendo uno de los interminables laberintos excavados en Iwo Jima, lleno de trampas mortales.
Termino saliendo, y me encuentro con un lo que el coronel solo podría llamar "valiente gilipollas" -Yo estoy solo.- Mi voy es dura, y mis gestos denotan poca paciencia, pero envaino el sable, no veo sus manos así que prefero parecer sereno y no peligroso.
-¿Quién es usted y que quiere?- Digo en tono autoritario mientras me acerco, aparentando tranquilidad, aunque hay algo que tengo clarisimo, ese coche va a ser mio, aunque tenga que acabar con el chofer

El mayordomo ríe sin tapujos ante la iniciativa del coronel. El hombre desde la comodidad de su asiento muestra levemente el cañón de una ametralladora Thompson y responde algo irritado - ¿Que quiero? Quiero que usted y sus “amigos” vengan conmigo a la mansión del alcalde. Supongo que el todopoderoso doctor Vannacutt lo mencionó. ¿O no? Solo soy un mensajero, usted sabe... un simple mayordomo en esta isla de locos - El misterioso sujeto mientras hablaba tampoco dejaba de examinar la calle.

Realmente quería irse de allí tan pronto como el coronel.

Achino los ojos al ver la Thomson. Maldito hijodeputa... Calibro mis opciones. Solo me queda una bala, y aunque puedo acertarle en la cabeza sin apenas tiempo para apuntar, el ya lo está haciendo, así que sería jugarsela mucho... por otro lado tampoco tengo nada con lo que cubrirme excepto el propio coche, pero me puede poner como un colador antes de llegar...

Pero al final sonrío tranquilo. -No, seguramente se le olvidó mencionarlo... pero si quieres a mis "amigos" están ahí dentro.- Señalo la puerta de entrada del hospital. Y mientras torno mi sonrisa a una mueca totalmente irónica y sarcástica digo con un tono cargado de cinismo. -Así que solo tiene que entrar a por ellos, estoy seguro que con ese arma no le pasará absolutamente nada.

Cuando el detective ve como Harry la ayuda a levantarse, se acerca por si se marea o algo.

-De acuerdo teniente. Vaya a ver si descubre algo, yo vigilare el fuerte, no se preocupe.- Dice con un tono de seguridad que refuerza sus palabras.

Mientras el militar abandona la sala, Harry coge suavemente a la señorita del brazo.

-Esta bien? Puede andar? Se siente mareada? Si quiere puede apoyarse en mi al andar...muy...bonito por cierto, el nombre de Sara- Le dedica una sonrisa. -Mi nombre es Harry.-

Entonces entra por la puerta James, y explica que no hay nadie en el control de enfermeras.

-Tienes razón amigo, tenemos que movernos, aquí no tenemos nada más que hacer.- Mira de reojo a Sara.

-Estoy de acuerdo en lo de mantenernos juntos, ya nos hemos separado demasiado.- Aunque en el caso de las gemelas, no le apenaba nada, estaban locas totalmente, y eran peligrosas.

-Que les parece si buscamos la capilla? Todos se dirigían allí...y si no hay nadie, quizá es que aun permanecen en ella.-

Mira al resto de compañeros, a ver que opinan.