Partida Rol por web

Harry salta y se pone en pie, poniendo la mano sobre el hombro de Sara, sin hacer demasiada fuerza, pero impidiendo que se levante.

No te asomes, y no te muevas. No se lo estaba pidiendo. Era una orden que no admitía discusión, y ése era el tono en el que la había ordenado.

Harry saca la pistola de la parte trasera del cinturón y la comprueba, quitando el seguro.

Maldición... ¿Una Tommy? O son gángsters o compañeros. ¿Qué hacen unos u otros aquí?

Si había una ventana a la que asomar la vista, miraría lo que sucedía afuera para valorar la situación, de lo contrario, abriría la puerta y saldría deprisa, con tal de averiguar qué pasaba, y llegado el caso en que el tiroteo llegase adentro del hospital, alejarse de la habitación y atraer al enemigo a un ala más despoblada del hospital. Aunque tampoco tenía ni idea de cuál podría ser esa...

El recorte y el libro deberían esperar.

El detective de momento se concentra en el que tiene a Evelyn, parece ser la que esta en mayores problemas. Apunta alto, para no darle a ella, aunque sus años en el servicio le han hecho un experto con las armas de fuego.

James daña a su monstruo y harry derriba al otro salvando a Evelyn.
Harry : entereza 9 sin efectos. A partir de 14 llegan los problemas.
James : haces daño 8+1. El monstruo ya no vuela.

La compañera del teniente no alcanzó a susurrar ninguna palabra porque él ya había salido como tromba de la capilla en dirección a la calle, atraído por los disparos.

Caminando algunos metros por el pasillo Harry encuentra una ventana por la cual observar el exterior, en especial la calle y la entrada al hospital. Lo que descubre le perturba bastante.

Tres de sus compañeros pelean a muerte contra monstruos inimaginables. Harry, James y Evelyn.

Tres criaturas de gran porte (por el tamaño de sus alas principalmente) cuyo aspecto recuerda a un pterodáctilo en pequeña escala. Las criaturas parecen estar desolladas, no tener piel le otorga su aspecto correoso y sanguinolento que recuerda a un animal despellejado en vida.

Una de ellas fue derribada por una ráfaga de la Tommy que empuña Harry Slaugther. El agente de ley actuá ahora a la defensiva porque una de las bestias sobrevuela encima de él e intenta dañarlo con sus talones.

La segunda bestia sufrió grandes daños por parte de James y ahora no puede volar. Tiene un hierro clavado en su vientre y desparrama sangre por doquier. El joven también se encuentra gravemente herido, en los hombros y en la cabeza.

Por ultimo Evelyn yace en medio de la calle junto al monstruo acribillado. Ella dedica toda su energia a levantarse y regresar junto a sus compañeros.

Cuando James se veía perdido por completo, comprobó con sorpresa que su plan había funcionado. El engendro volador había quedado ensartado en la barra de hierro y gritaba retorciéndose de dolor.  En esa posición todo lo que tenía que hacer era retorcer la barra de hierro en el interior de su cuerpo para causarle más dolor. Así lo hizo.

Parecía que funcionaba. La criatura se retorcía de dolor mientras un líquido espeso, negruzco y caliente procedente de su interior se precipitaba sobre la cara, los brazos y el torso de James.

Nunca juegues a un juego que no puedas ganar

Harry Wood sale enérgicamente por la puerta del hospital con la pistola en las manos, asida firmemente.

Sobraban palabras y exclamaciones del estilo: "Diablos! ¿Qué es eso!?", o "¡Cuidado!", o bravuconadas del estilo: "¡Aquí estoy yo!".

Todo eso sobraba, lo único que hacía falta era concentrarse, apuntar a esa cosa, prever su trayectoria y apretar el gatillo. Única bala. Después de eso... No sabía con qué narices iba a pelear, pero ya se le ocurriría algo...

El teniente entra en la escena disparando al monstruo que combate James. Su disparo es certero al entrar por el ojo de la criatura.

Su única bala dio su fruto porque más tarde James remataría al monstruo al retorcer el hierro en las entrañas del horripilante pterodáctilo.

En cambio Harry Slaugther todavía continúa evadiendo las garras de su oponente alado. La bestia no cesa en su intención de acertar con sus espolones en la cabeza del agente. Luego de su ataque frustrado, el monstruo comienza a chillar con fuerza como si fuera alguna especie de llamado…

Ahora solo resta una criatura pero el peligro todavía no ha terminado para los cuatro.

Siendo sinceros, Evelyn no tenia fuerzas para combatir. Ser alzada con todo su peso a traves de unas garras en los hombros, y ver el suelo alejandose bajo sus pies era una sensacion horrible, al menos, hasta que la soltaron y cayó pesadamente en el suelo. Se quedó aterrorizada, sollozando. Lo unico que podia hacer era intentar salir de ahi, huir. Casi no podia mover los brazos, pero aun asi se esforzó en levantarse y gatear torpemente hacia la puerta del hospital, olvidandose de todo lo que la rodeaba, llevada por la desesperación.

Fue dejando con cada torpe paso un rastro de sangre que corria por sus brazos y su espalda y pecho, borrandose de nuevo aquella imagen de dama perfecta, demostrando su miedo, su deseo de no morir, de no sufrir. No le importó mancharse, solo queria respirar y dejar de sentir dolor. 

La ráfaga de la temible Tommy impacto de lleno al horrendo cazador, reventando al ser en pedazos.

Bien! Su tocayo fue a ayudar a James, así que una vez la dama a salvo, Harry volvió a concentrarse en el suyo, al que esquivo para luego levantar la potente ametralladora y soltarle otra temible ráfaga.

El detective acribilla al monstruo que lo estaba acosando con sus garras. La ráfaga retumba en la calle hasta perderse en la niebla, en los desolados pasillos del hospital y hasta en el puerto, calle abajo.

Entonces el Chillador tras dar un par de giros sin control acaba estrellándose sobre un árbol para finalmente caer en la acera no muy lejos de todos. El monstruo todavía presenta lucha porque se incorpora y avanza. Pese a todo el espectáculo, la abominación derrama mucha sangre… 

Harry no vocaliza una sola palabra, dispara y la criatura cae. Toma aire al ver que la Tommy de Slaugther hace caer al otro, y baja la pistola.

Su instinto de combate le grita que no todo ha terminado. Un enemigo del que se desconocer su potencial no debe ser dado por derrotado hasta que no se le ve en retirada... Y totalmente al contrario, aquella criatura vuelve a la carga.

Aún tienes ganas de más...?

Harry mira alrededor, buscando algo con lo que combatir mientras guarda su pistola en el cinturón. No hay gran cosa, así que arranca un poste de lo que fue el bello jardín del hospital y empieza a respirar deprisa.

¿Ganas de más, "cosa"? 

Da dos pasos hacia ella y apreta los dientes, enseñándolos

¿Apenas te tienes en pie y vienes a por más!?

Harry chirría los dientes y su mirada se clava tan fijamente en la criatura, que si pensase debería quedarle claro que aquí no va encontrarse con una víctima huidiza y aterrada.

¿Mas!? Pregunta Harry, con los nudillos blancos apretando el poste. Algo en su mente quiso avisarle Tranquilo Harry, que te pierdes... 

Pues allá voy!!!

Sin éxito...

Cargando con un largo y colérico grito, Harry corre hacia la criatura, estampándole con una violencia inusitada la madera en la cabeza. Con tal impulso ha golpeado, que al soldado le sale más a cuenta mantener la inercia y girar sobre sí mismo para golpear otra vez por el mismo lado que frenar y golpear de nuevo.

Cuando la criatura trata de recomponerse y levanta la cabeza ensangrentada, el guerrero le trae de vuelta otra vez el palo directo al cráneo, con todo el impulso de su cuerpo.

¡¡¡TOMA, MONSTRUO DE SATÁN!!!

Y si aún no está seguro de que esté muerto, seguirá golpeando hasta estar convencido o se rompa el poste. Lo que suceda primero.

El brutal ataque del teniente ocasiona una lluvia de sangre por doquier. Los golpes en la cabeza del Chillador ocasionan la explosión del monstruo, regando de sangre y tripas toda el área.

Luego el cuerpo convulsionante rueda escalones abajo, hacia la calle, hasta perderse en la niebla.

La situación ahora se encontraba fuera de peligro pero la última criatura antes de perecer emitió chillidos que pusieron en alerta a toda la bandada de Chilladores del Aire que pululan en la zona… y quien sabe, también a otra clase de aberraciones que vagan por la niebla en búsqueda de carne fresca.

Entonces otros dos monstruos llegan hasta el reducido grupo. Sus aleteos y sus aberrantes figuras se dibujan desde lo alto. Pronto sus garras estarán al alcance de James y los demás…

Cuando la situación solo parecía complicarse más y mas una esperanza aflora desde la distancia. El rugido de la limosina de Alan Krebs alerta a todos los presentes para segundos después emerger de la niebla y clavar los frenos del otro lado de la calle.

El vehículo presenta un par de abolladuras y algo de vapor escapa desde la parte frontal del Vauxhall.

Bajando el vidrio de la ventanilla del acompañante, Kreb llama a todos. El mayordomo parece apurado y deseoso de salir de allí. - ¡Hey! ¡Muevan el culo o los dejare aquí! - 

James no se lo piensa dos veces y echa a correr hasta la limusina de Krebs. Tendría que reconocer que quedarse allí había sido una estupidez, pero si no llegaban cuanto antes a aquel vehículo, algo más que su orgullo quedaría dañado.

-¡Vamos!-gritó-¡Harry, será mejor que vengas con nosotros!

Los nudillos de Wood volvían a tomar su color habitual, a medida que su ataque de rabia remitía y aflojaba la presión sobre el poste.

Su respiración se ralentizaba, así como su pulso. Se encontraba salpicado de sangre, y de algo que quizá fueran sesos. Lo cierto es que tampoco quería saberlo. 

Entonces llegó de nuevo el coche aquél rugiendo. Su primer impulso fue ir a por el coche, claro, pero se detuvo un momento y se giró hacia el hospital. 
Le dije que se escondiera... Pero si pasa mucho tiempo, acabará saliendo, y con la manía que tiene... terminará yendo a buscarme

Tomó aire y gritó hacia el hospital
¡¡SARA!! Voceó para llamar su atención. Cuando la chica asomó, inquieta, gritó de nuevo. ¡¡AHÍ ESTÁS A SALVO!! ¡¡NO SALGAS DEL HOSPITAL!! ¡¡VOLVERÉ PRONTO!!

Las miradas entre incrédulas y "Estás loco" de sus compañeros fueron respondidas por Harry rápidamente, aunque en voz más baja.

Se cree que es mi mujer. Es capaz de salir a buscarme, pero no podemos arrastrar con ella

Corrió hacia el coche, tratando de ir el último de los compañeros, por aquello de asegurarle la plaza primero a los civiles. Cuando Evelyn, James y Slaughter estuvieran dentro, él montaría.

¿Alguien tiene munición del cuarenta y cinco!? Preguntó mientras corrían. No se perdía nada por preguntar...

Evelyn habia gateado hasta las puertas, buscando ponerse a salvo y se topo con la llegada del que decia ser militar tambien, sollozando de dolor. Consiguieron derrotar a todas las criaturas presentes pero la serie de chillidos que venian desde el cielo no eran presagio de nada bueno, estaban perdidos. Oyo el motor del coche, sus gritos... Debian haber ido uno sobre otro como si de una lata de sardinas se tratara. Habian sido estupidos. Hizo esfuerzos por lograr las fuerzas necesarias de ponerse en pie y dejo que la adrenalina la llevara corriendo al coche, temblando en cuanto pudo meterse hecha un ovillo para ocupar menos en la parte trasera

El detective sonrió cuando vio como el militar acababa con el ultimo de ellos. Iba a hablar, pero entonces se fijo en que más monstruos venían de lejos y se quedo con las palabras en la boca.

-Al coche rápido! Yo tengo la munición de la Tommy y cuatro balas de la Luger...- en serio? La mujer que se parecía a su mujer se creía que era la mujer de su tocayo? Eso...era de lo más raro.

Cuando los dos civiles hubieron subido, Harry subió al asiento del copiloto.

-Vamos teniente! A dentro!

Harry se zambulló, prácticamente, en el coche, al lado de Evelyn, y procurando no poner el poste donde molestara.

Genial Respondió a su tocayo. La .45 Colt de la Tommy sirve para la pistola, que también es Colt. ¿Repartimos algunas? Estoy seco. Dijo mientras miraba por la ventanilla. 

Mientras miraba el cielo, se acordó de una cosa, y le vino una sonrisa involuntaria e histriónica, que se convirtió en una carcajada un tanto delirante, pero completamente involuntaria, que contuvo tan bien como pudo. Estaba claro que para Wood, la tensión del combate a muerte era una vieja conocida que no dejaba la huella aterradora y duradera que solía dejar en otros.

Esa pistola tenía una sola bala por un motivo... Y por azares del Destino, de Dios, o del Diablo, había acabado igualmente incrustada en un cráneo. Benditas ironías.

JAJAJAJjjj..... Jajajaja, perdón, perdón...