Partida Rol por web

Bellion es un pequeño planeta denominado como "planeta granja" debido a su denso porcentaje de tierra perfecta para cosechar y terreno de sobra para pasto. Con grandes extensiones de lagos y ríos, que hacen que en conjunto, aun con sus diferencias, sea un planeta húmedo y caluroso comparado con otros.

Tras un breve descenso en el astropuerto de Rhot, que parece un invernadero por la humedad interior, esperáis al guía cerca del hangar. No veis demasiadas naves entrando, y salvo un par que llevará como a unas 50 personas no sale tampoco ninguna otra. Es un sitio amplio, de forma alargada con los hangares a los lados, a los cuales se accede desde el aire por compuertas presurizadas semi transparentes. Hay algunos puestos de comida, principalmente comida procesada, como pasta alimenticia con diversos sabores, desde dulces hasta salados, que se sirven en conos de plástico a modo de helado.

Según vuestros datos, habéis llegado a media mañana, por lo cual vais a poder tener todo ese día para preparar el viaje y conocer mejor la zona. 

Hablo con el muchacho que nos está pidiendo los permisos para dejar la nave allí el tiempo establecido. Hace tanto calor que empiezo a transpirar mientras relleno y firmo el albarán- Con suerte nos iremos morenos - bromeo en tono sarcástico.- Aunque hay algunos que no lo necesitan- añado 

Darius lleva ropa de calle, botas, un pantalón vaquero y una camiseta con un chaleco verde oscuro encima de aspecto destrozado, solo puede llamar la atención un poco el subfusil que lleva en la espalda en reposo y que es imposible que pueda ocultar ni con la ropa. 

Aun así, nadie parece prestarle demasiada atención. 

Yo voy yendo al punto acordado, Darius nos vemos en 5 minutos en el vehículo- La chica suspira mirando el lugar, mientras se quita la chaqueta de cuero que le cubre, quedando en manga corta. No porta arma alguna, solo una mochila grande- nos vemos- Desaparece por la puerta doble de entrada.

Les veo llegar desde el lugar que he elegido en La cafetería, perfecta perspectiva de la puerta de desembarque.

No parecen tener demasiados problemas con los controles.

No, si entrar aquí está chupado, lo difícil es salir.

Me levanto y compongo mi sonrisa más amable mientras me dirijo a elljos.

Buen día señores, mi nombre es Travis Firkertal y la CHU me ha contratado para ser si guía en Bellion, confío en que hayan tenido un agradable viaje. Si no es molestia, les llevaré al pueblo, donde podrán alojarse y ponerse cómodos.

Al bajar de la nave, la repentina luminosidad me hace entornar los ojos. Las gafas de sol que llevo colgando del cuello del top cumplen su propósito cuando me las pongo para acomodar mis ojos.  

Mientras observo donde estamos tengo que soplar para apartarme un mechón de pelo de la cara, las lecturas del planeta ya advertían de la temperatura de modo que he bajado preparada, con pantalones cortos y un top de tirantes, pero aún así el calor es sofocante en contraste al frío del espacio.

Doy mis primeros por aquel planeta seguida de cerca por mi equipaje, que impulsado por su motorcillo agravitacional y gobernado desde un dispositivo en mi muñeca, levita a poca altura siempre por detrás de mi. Un guía no tarda en salir a nuestro encuentro, presentándose y ofreciéndose para llevarnos a nuestros aposentos.

Encantada, será un placer -Le respondo estrechándole la mano con profesionalidad – Soy la doctora Basilikis -Le digo, presentándome.

Kristen baja de la nave a paso moderado, observando el paisaje que le rodea. Es la primera vez que realiza una misión a otro planeta y no puede dejar de observar con fascinación su entorno. La brisa balancea los mechones de pelo que escaparon de su moño, poco después de bajar de la nave es consciente del cambio de temperatura. Kristen lleva pantalón y camiseta de color verde claro transpirable y cómodo. 

- Yo soy Kristen - dice mientras sonríe en respuesta. Se detiene cerca de sus compañeros esperando a ser dirigida hacia el pueblo.

Bajo de la nave con unos vaqueros oscuros, casi negros, metidos en las cañas de unas botas militares. Arriba llevo una camiseta negra y un chaleco raido. Cargado a un hombro llevo una mochila con mis cosas. Al bajar, me fijo bien alrededor de nosotros, algo instintivo me hace fijarme en la gente que nos rodea y las salidas de la zona.

- Me llamo Greg, soy parte de la escolta. - me presento con un fuerte apretón de manos.

Voy vestido con unos pantalones de trekking café oscuro, botas de escalada, camiseta gris clara y un bolso negro con mis cosas y un sombrero de cuero sujeto del mismo. El calor húmedo de la zona es algo imposible de ignorar, en lo personal es algo que siempre me ha disgustado, solo espero que afuera sea algo más pasable... ¿Por qué el hallazgo no pudo haber sido en una zona polar?

Desciendo de la nave y me acerco a Travis y al resto mientras se presenta -Un placer Travis, soy el profesor Hecker, aunque puedes decirme Felix- Saludo mientras levanto la mano.

Doctora Basilikis, Félix, Greg, Kristen...Pues mu buenos días a todos. Sean bientraidos a la preciosa Bellion. Tras ofrecerme a llevar algún equipaje camino hacia el parquing con decisión.

Creo, ustedes vendrán conmigo en mi jeep, y hay otro vehículo listo. En el puede ir el resto de la expedición y los otros escoltas. No se preocupen, no está mu lejos.

Me esfuerzo sobremanera por controlar mi horrible acento paleto, con escaso éxito, que unido a mís tejanos y a mí camisa roja de cuadros componen un escenario demasiado rural para gente tan lista.

Siento el calor, hoy está particularmente pegajós...después de una ducha lo verán todo de otro modo.

Me esfuerzo por acomodar y asegurar con gomas todo el equipaje en la parte de atrás y arranco tras algún "tras traca traca" y una buena ración de humareda. 

No abran la ventanilla, pue que atravesemos alguna nube de mosquitos, aquí las nubes de mosquitos dan sombra. Suelto una risotada infantil, y arranco.

Cuando salís la bocanada de aire caliente aun es peor. El sol, en lo alto, no deja apenas sombra entre las calles. Veis ante vosotros una pequeña ciudad de edificios bajos, calles amplias y mucho verdor. Atestado de tiendas de todas clases, comida, ropa, libros, y varios puestecillos en la plaza rectangular que da a la entrada al astropuerto.

Ahora si veis gente, la mayoría familias que parecen estar pasando un día agradable, que para vosotros puede ser infernal por el tiempo, en la calle. En general parece gente abierta que habla con un tono un poco más alto de lo normal. Algunos os miran cuando pasan por vuestro lado, pero no se detienen en exceso pese a ver cosas tan curiosas como ese cacharro que lleva un equipaje levitando o a Darius con un subfusil. 

Darius también se presenta ante Travis- ¿que pasa tío?- le da un apretón de manos cuando acaba de asegurar las cosas. No es que lleve gran cosa, solo las tenencias mas personales.- Mi nombre es Darius- Mira al resto- Yo me voy en el otro vehículo, que aquí estamos un poco reducidos, primero este agradable hombre os llevará a las habitaciones de una bonita casa que está subarrendada cerca de la zona a mirar. Nosotros nos reuniremos allí un poco mas tarde, y hablaremos de donde dejar el campamento. Allí pasaremos las noches al menos que alguno quiera quedarse en el campamento entre tierra y a saber que mas, la tienda lleva varias camas por si queréis dormir en la misma zona. Os conozco - os va señalando a cada uno- mínimo cada tres noches una la pasamos durmiendo en la casa, reponer comida, agua y cualquier cosa que nos haga falta. Y hacedle caso al guía.- apostilla 

Travis- vuelve la vista al guía- ten paciencia, a veces hablan demasiado- sonríe antes de que se vayan con el guía

Francis se me adelanta por unos segundos en el ofrecimiento de llevar el equipaje. Con algunos bultos encima voy tras él hasta el parking.

Cuando estamos acomodando las cosas, saco de la mochila una sobaquera con una pistola dentro y me la coloco en el costado izquierdo, después saco el subfusil y me lo coloco al hombro.

- Si no os importa, prefiero ir delante. - digo subiéndome de copiloto y colocándome el subfusil en el regazo.

Lo de la ducha suena bien- Comento. Venía con el ánimo de empezar cuanto antes y terminar cuanto antes, pero tras el viaje y con esta calor y humedad no desdeñaré una ducha, una piscina o ya puesta a pedir, una bañera con hidromasaje.  

Cuando el guía nos conduce hasta nuestro transporte, le doy una vuelta al vehículo mirándolo con curiosidad. Siempre me han atraído estos vehículos anacrónicos, en Hlanith son una auténtica rareza, son ruidosos, contaminan y son propensos a sufrir accidentes, pero tienen algo especial que ya no conservan los modernos aerodeslizadores.  

Ocupo un asiento en la parte trasera y cuando comprendo que el cinturón de seguridad no se ajustará automáticamente en torno a mi, lo agarro con la mano y lo introduzco en la ranura a para tal propósito sintiéndome como si hubiera viajado en el tiempo hasta principios de siglo.

Al llegar al pueblo voy escrutándolo todo y mirando a la gente con curiosidad profesional. La gente parece sencilla, a simple vista su estilo de vida recuerda al de los pueblos centro-americanos de la era pre-espacial.  

Kristen soltó una risilla con el comentario de Darius. Y dio en el clavo, pues ella era de palabra reservada y sumado a su timidez, podría aparentar con facilidad ser muda. A pesar de ello, y con algo de vergüenza , dijo, Buen viaje, refiriéndose a Darius.

Kristen entró en el coche y se asombró por la carencia de tecnología que había en este. Se abrochó el cinturón y miró con curiosidad por la ventana, todo era nuevo para ella. Asimismo, observó de reojo a las personas con las que compartiría misión, todos mayores que ella y con aparente experiencia a sus espaldas. Sin embargo, se sentía preparada y con ganas de emprender la misión, tragó saliva y volvió a mirar por la ventana y apreció que habían llegado a su destino; la hermosa Bellion.

-¡Ja!, y Darius es taaan silencioso, casi como una estatua- Respondo sarcásticamente pero en buen rollo, sonriendo por el certero comentario que hiciera hace poco. Al fin y al cabo, durante el trayecto estuve demasiado ocupado repasando mis notas que no me relacioné mucho con el resto.

Pues quien lo diría- Pienso para mis adentros -Una vieja 4x4, ¿cómo es que la mantienen en funcionamiento tal reliquia?- Ya había estudiado antes cacharros así, en Paleografía, donde estudiábamos artefactos, documentos y maquinarias antiguas, una vez tuvimos que revivir un viejo Hyundai Terracan entre arqueólogos, historiadores y mecánicos... Todavía me pregunto a día de hoy si realmente la gente de aquella época leía esos tediosos manuales. Pero hay que decirlo, tiene una sensación romántica andar en estas viejas máquinas. 

Me coloco en el asiento de atrás justo en medio, en vez de colocarme el cinturón me reclino hacia los asientos de adelante para poder observar el camino: En tiempos antiguos esto lo llamarían un lugar tercermundista, pero, ¿qué hay de tercermundista si puedes vivir bien con los tuyos? -Excepto por ese calor húmedo... ¿cómo carajos lo soportan?- Vuelvo a decir en mi mente.

No se preocupe, yo estoy aquí pa escuchar lo que haga falta.

Tras las dificultades iniciales de arranque el motor parece sonar correctamente. Me fijo en lo que hace el guardia de seguridad.

¿Un subfusil? No señor, no esperamos bichos tan grandes en este trayecto. O exagera, o esta gente esta amenazada y a mi nadie me ha dicho ná. Llegaremos en menos de lo que tardan en decir patata, mi Betsy no es muy cómoda pero trabaja bien. Así soy yo....

Tengo claro donde está la casa que han arrendado, por bastante más de lo que vale, pero así son esta gente de fuera. El camino es suficientemente polvoriento y bacheado como para hacerse largo. Aunque no lleva mucho rato  llegar al lugar.

Aquí estamos, el destino, y su ducha más cerca señorita Basilikis. Les ayudaré con el equipaje.

Al salir de la pequeña ciudad, todo lo que alcanza a ver vuestros ojos durante una parte del trayecto son laderas sinuosas llenas de campos atestados de frutas, verduras, invernaderos, vacas, cabras y algún que otro caballo, el olor a hierba mojada se agradece en un ambiente con aire tan puro, pero tan cargado por la humedad y el calor que demasiado tiempo en un lugar cerrado sin algún ventilador supusiera un malhumor general y un aumento de mala ostia considerable. 

Tras pasar una colina os encontráis con unos campos dorados como el oro, lleno de espigas de trigo tostadas por el sol y moldeadas por la tierra. A lo lejos, aunque a poca distancia en carretera un pequeño pueblo de no mas de 200 casas de colores marrones, blancas y algún amarillo claro, donde no hay ni un solo edificio y algo más atrás, una montaña no demasiado alta, con algunas casas en su ladera dispersadas. 

Travis os deja delante de una casa de aspecto viejo pero que parece que han pintado hace poco. Apenas os habéis adentrado en el pueblo, así que no habéis visto mucho de él. 

Su interior, dispone de un salón pequeño con paredes y suelo de madera con una pequeña chimenea, dos sofás grandes de color marrón y una mesa maciza de madera para comer con 6 sillas. La cocina que se accede desde el salón tiene una puerta a la zona del patio trasero, es bastante rudimentaria pero tiene lo necesario para poder cocinar, incluso un buen horno. Hay solo 1 baño, con una bañera pequeña. Tres dormitorios pequeños, cada uno con 1 litera de dos niveles, un pequeño armario y una mesita de noche.  

- Prefiero llevarla y no tener que usarla a echarla en falta más tarde. - respondo mientras miro por la ventanilla. - Ya que has sacado el tema, ¿Qué podemos encontrarnos por aquí? ¿Algún bicho de los que tengamos que llevar cuidado?

Cuando llegamos a la casa, le ayudo a Travis a bajar las cosas y meterlas en la casa. Vaya, casi que vivía mejor en las calles de Lisinax, pienso al inspeccionar la casa.

- Si no os importa, preferiría quedarme en la habitación tres con Kara. Si sucede algo, prefiero estar más cerca de la entrada. - digo pensando en que si hay problemas estaría entre el peligro y el grupo. No esperaba que los hubiera, pero mejor prevenir. - Seguro que te lo pasas bien con Darius. - le digo a Félix con una media sonrisa y un apretón amistoso en el hombro. Todo esto lo comento asumiendo que Alia y Kristen cogerán una habitación para ellas.

Gracias, muy amable, pero no es necesario – Le digo al guía cuando se ofrece a llevar el equipaje. Tras tocar algo en mi pulsera el motorcillo agravitacional hace levitar mi equipaje que me sigue dócilmente hacia el interior de la casa.   

Desde luego no es el Four Seasons -Digo al ver la casa, aunque no me extraña, una compañía multiplanetaria no gana millones pagándole vacaciones de lujo al personal. Aún gracias que tiene bañera. Pienso mientras busco donde instalarme.

Tras escuchar a Greg acepto tácitamente, nada que objetar.

Creo que esta es la nuestra- Le digo a Kristen tras localizar la habitación más grande y confortable de la casa, la primera. Procedo a dejar mi equipaje en el armario pero sin deshacer demasiado las maletas, no me gustaría quedarme en este planeta más tiempo del necesario.