Partida Rol por web

Rebusco en la mochila y le doy algo al niño para que se entretenga y se quede calladito un rato. Total, para una vez que habla y le sale la sangre azul que lleva dentro. -Anda Marqués, toma un poco de comida y mastícala lentamente, no te vayas a atragantar y te nos mueras antes de llegar donde sea que vamos.

-Eh tu -digo a A.K. -¿Queda mucho? -Miro a Ruby que está a escasos centímetros de mi y a la que llevo un poco a tirones. -Creo que esto así no funciona -Mi brazo, disimuladamente, rodea su cintura para poder andar más cómodos. -Creo que así iremos mejor -digo sonriendo. -Espero que no se lo tome a mal. Es solo un brazo.

El niño come y Ak ni os contesta sigue caminando hasta llegar a un claro y en ella una aldea de la que sale humo de sus hogueras, mujeres os miran y los hombres con sus lanzas de pie mirando como os acercais. Es nuestro destino, ahi estan lo que debo hablar y a los que debeis convencer El niño se rie y se aleja corriendo.

La respuesta de A.K. nunca se produjo. No sé de que me sorprendo aún, si en esto que llaman manada y sociedad se guían por el "haz lo que te digo y no lo que hago". Cada miembro de esta comunidad de lobos pasa de nosotros. Por más tiempo que pasamos aquí, ninguno se molesta lo más mínimo en hablar o preocuparse de nosotros. Somos extranjeros en tierra de nadie. Esperan que nos comportemos como ellos quieren sin predicar con el ejemplo.

Cada minuto que paso en este lugar hace que desee más y más volver a mi ciudad.

A mi lado camina Ruby. Mi brazo en su cintura acompaña sus movimientos a cada paso. No puedo negar que es agradable esta situación, sin embargo, mi mente vuela en mil sitios diferentes con problemas diversos que me impiden centrarme en ella.

Quizás sea mejor así.

Al fin llegamos al campamento y el niño sale corriendo de nuestro lado. No sé a qué se refiere con "convencer" pero si no es de que nos devuelvan a nuestro hogar, me temo que no voy a ser muy convincente.

Miro a Ruby -¿Convencer? ¿de qué? -y añado tras unos breves segundos -tu mandas. -Creo que ella es más diplomática que yo, así que sea ella quien decida si me quita el cinturón, si hablamos con alguien o aprovechamos la oportunidad para salir corriendo y montarnos de polizones en algún barco que nos lleve, con suerte, a una isla desierta donde podamos escapar de esta gente y vivir en paz.

Espero también a mis compañeros de "manada" para ver su reacción ante esta nueva situación.

Mis ojos se clavan sorprendidos en los del aborígen, merced a las extrañas palabras que me brinda al posar su mano en mi hombro. Son palabras teñidas de una extraña sabiduría, pero llenas de misterio y verdades a medias.

Como todo en él, por lo que he podido comprobar.

Tan solo él y yo permanecemos incolumnes, pues el mundo a nuestro alrededor sufre un cambio repentino. Incluso llego a pensar que voy a perder el equilibrio, pues mi mente y mi cuerpo se ven arrastrados sin moverse a un cambio salvaje que no dura ni apenas segundos.

De repente miro a mi alrededor y no veo un claro rodeado por la selva, sino una aldea de casas bajas en medio de ella. Una cosa es reflejo de la otra. Todo está conectado. Este es su hogar, y me ha permitido la entrada. Soy su invitado, y eso es un gran honor que solo puedo agradecer.

Hago una reverencia a mi anfitrión.

Voces lejanas me devuelven a la realidad. Sonidos familiares, timbres que creí haber dejado atrás. Lo muchachos no están lejos, llegando al lugar, entrando en la aldea de Garra Negra. Una sonrisa es todo lo que alcanzo a brindar al verlos sanos y salvos. Mi corazón se siente cálido y nervioso al mismo tiempo, pues temía por ellos. pero están bien. Todo ha salido bien.

¿Todo?

No.

Todo no.

He cometido errores. He traicionado su confianza mostrándome no como soy, sino como creí que debía ser. Puede que ni siquiera fueran errores, sino lo que era necesario. Pero las cosas han cambiado. Lo vi en sus miradas. No soy el mismo para ellos, he dejado de serlo.

Mi sonrisa de alegría se tiñe de tristeza ante esta realidad. Un sabor agridulce. Tristeza por mí. Alegría por ellos. Están a salvo, y eso es lo que importa. Por eso sonrío, a pesar de mi mirada tibia de lástima. Porque tengo motivos para sonreir.

Están a salvo.

-Al fin algo de civilización... Algo- remarco esto último ya que en realidad no es una aldea que pueda considerar muy organizada pero aún así me detengo mirando alrededor con interés, momento en el que el niño aprovecha para escabullirse de mis manos precipitadamente.
-Oye, ¡espera...!- evidentemente pasa de mí por completo, como lleva haciéndolo durante todo el viaje. Creo que no soy la más adecuada para vigilarle pero en fin, lo he intentado.

A punto estoy de pronunciar lo mismo que Ed, así que me quedo con la palabra en la boca y le miro con expresión interrogante.
-¿No tenía que convencerles el niño de una alianza o algo así?- le murmuro a modo de confidencia. La verdad es que a estas alturas ya casi no me acuerdo ni de porque estamos aquí.

Desvío entonces la mirada para toparnos con Eddie. Tan entero como se fue, aunque no sé cómo diablos ha llegado.
-¿Eddie? Creía que estabais en una especie de combate a muerte... Lo cuál demuestra que no me entero de nada- sonrío de forma sarcástica un momento y finalmente resoplo sonoramente -Bien, bien, seguimos todos enteros, es más de lo que esperaba- lo cierto es que pagaría por poder estar en la ciudad. Ese es mi terreno... En realidad ese tampoco, pero éste todavía menos.

Perfecto , ahora el crio se larga corriendo , pienso distraido cuando de repente veo a Eddie. Mi mirada cargada de ira se posa sobre el , pero parece que esta bien , al que no veo es a shiro. Me relajo visiblemente mientras en un rinconcito de mi mente me voy guardando algunas frases delicadas con las que charlar con nuestro adorado y autoimpuesto lider . hay ciertas cosas que no se deben hacer aunque parezca que son lo correcto en un momento dado, pero lo primaro es lo primero , me acerco con paso firme y le pregunto
-Donde esta Shiro ?

Me siento a unos cien metros del grupo, observando los alrededores, aunque confio mucho mas en mi sentido del olfato que de el de la vista.

Plan de batalla de los Danzantes:

1. objeto 2 que es el guerrero va a por el mas poderoso del grupo y entra en combate contra el
2. Objeto 3 ira a por el theurge del grupo llevandoselo a la umbra
3. objeto 4 ira a por el galliard
4. objeto 1 ira por el philodox
5. objeto 5 ira por el ragabash.

Yo lo hago en forma lupus, que creo que resta dificultad a tiradas de olfgatear, no?, te lo tiro sin dificultad, y ya dirás tu que tal, ok?

Ruby = -1 O_o

Edward= 0 xd [ hoy los dados no te acompañan ]

Logan= 0 xd [otro igual]

Eddie = 2 exitos

Patrick =1 exito

Eddie te giras hacia un lado y ves una sonrisa en un cuerpo peludo que salta sobre Edward llevandoselo hacia la espesura sin que el resto se de cuenta.

Observo paciente la llegada de los Cachorros, que parecen más nerviosos de lo habitual. No les culpo. Han sido arrastrados a un mar de incertidumbres sin habérseles ofrecido las respuestas que necesitan. Yo mismo, que me había postulado para ser su maestro y consejero, me veo obligado a declinar tales responsabilidades en favor de otras mucho más ingratas, pero más necesarias.

Cita :

Su desconcierto no me es desconocido. Yo mismo me sorprendí acudiendo a una batalla de la que desconocía los términos. Lo cual demuestra que todos somos alumnos en esta vida, y muy pocos maestros.

• Nadie cuenta con todas las respuestas, Ruby. El enfrentamiento que Garra Negra tenía en mente era bien distinto al que todos suponíamos, pero igualmente peligroso. Sin embargo, parece que he superado su prueba...

Cita :

Patrick interrumpe con decisión. He creído percibir un atisbo de ira decreciente en su mirada, lo cual perturba mi espíritu. Y es que desconozco aquello por lo que puedan haber pasado, desde que me separé de ellos en pos de una aventura personal con la que alejar el peligro de su camino.

Quisiera preguntarles muchas cosas, pero su pregunta me resulta un poderoso golpe: ¿Y Shiro?

Me giro, nervioso. Estaba a mi lado cuando crucé la Celosía. Me acompañó en el camino umbral, pero no le vi a mi lado en el claro. Tampoco pude buscarle, pues el duelo comenzaba y no podía restarle atención. Un error podría haber sido fatal. Pero ahora stoy aquí, y Shiro no se encuentra entre nosotros. Posiblemente aún siga en el mundo espiritual, pero...

Mientras miro a mi alrededor, buscando una respuesta que ofrecer a los cachorros, buscando a Garra Negra en busca de respuestas, una sombra cruza mi mirada. Por el rabillo del ojo, una figura borrosa surge de la espesura sobre Ed y tira de él hacia la selva. Los demás parecen no haberse percatado aún de lo sucedido, pero no puedo esperar a que se den cuenta por si mismos. Teno que reaccionar rápidamente, antes de que quienquiera que sea se aleje demasiado como para rastrearle. Y yo no soy buen rastreador. Mi herencia me lo impide. El pecado que arrastro me limita.

• ¡¡Ed!! ¡¡Logan, sigueme!! -Es el primer nombre que me viene a la mente. Logan, el Ahroun, el guerrero, el Lupus ¿Quién mejor que él para acudir en rescate de un hermano en peligro?- ¡¡Los demás, alejaos de la selva, id al centro de la aldea y proteged al pequeño!!

Comienzo a correr mientras las instrucciones surgen de mi garganta agarrotada, mientras mi mente maldice los muchos avatares que debemos sufrir. No hay descanso, no hay tiempo para meditar las acciones. Solo hay instinto y reacción.

Mi cuerpo salta a la espesura mientras se funde en un mar de piel y garras. Mi forma de nacimiento, marca del pecado que mancilla mi honor, es ahora esperanza del cachorro al que considero ya como algo mío.

Un grupo de sombras salta frente a vosotros en forma crinos con sus pelajes manchados de no sabeis que pero que huelen mal de eso estais seguros. Os miran y cada uno se lanza contra uno de vosotros alejandolo del resto.

Mi carrera hacia la espesura se corta abruptamente. Mi pie, convertido ya en una enorme zarpa, se planta en el suelo con fuerza para detener mi carrera, al tiempo que me veo sorprendido por las extrañas figuras que surgen de la selva.

Los conozco, los he visto antes. Su falta de iluminación ya ha sentido el frío de mis garras.

Danzantes.

Pero nos han sorprendido. En nuestro entorno, en el mundo de Gaia, lejos de las ciudades que habitan y los túneles en que se esconen. En la misma selva, estos seres del Wyrm se atreven a oponersenos. Y nos han tomado la delantera.

Y no tendré tiempo para reaccionar.

Solo queda defenderse.

Afortunadamente, Padre me enseñó bien.