Partida Rol por web

El grupo pareció creerse la estrategia de la IA, porque en el momento que parecieron relajarse, el robot soltó un mamporrazo a Nako.* El golpe fue certero en la cabeza, y un hilo de sangre empezó a caerle por la frente. 

- Si pudiera reirme, lo haría. Sois predecibles. - sonaba por los altavoces. - Ahora que sabes la realidad, Gazigaz, no serás capaz de acabar con tus compañeros. Eres ignorante, y eso me asustaba, pero no un asesino. 

Al ver como la IA se reía de ellos y el robot le daba un buen mamporrazo en la cabeza a Nako, los carrillos de Quonx se inflaron. Apuntó una vez más con su rifle al robot y disparó, esperando darle y poder ayudar así a su compañera.

- ¡Quonx te desconectará, te desmontará y con tus piezas hará un robot de limpieza para la Clutch! - Le dijo con una vocecilla aguda y llena de rabia. La skittermander estaba muy enfadada y soltó la mejor amenaza que se le ocurrió dada la situación.

Nooo. Nako.

Cuando vio como el robot golpeaba a la pelirroja Dakoyo no pudo evitar soltar un grito. Podía ver que estaba muy malherida, pero no había nada que pudiera hacer al respecto.
Con rabia agarró otro trozo de metal y lo lanzó furiosamente contra su enemigo. Pero este lo esquivo sin apenas esfuerzo.

—Los skitter estamos a favor de la vida, pero para mí la vida es vivirla, no estar encerrado como les dejas, así que no es asesinato. ¡Ya verás de lo que es capaz un skitter motivado!— Gazigaz echó la cabeza atrás y lanzó una risa psicótica que nadie en aquella nave le había oído nunca. Seguía siendo un farol, pero lo cierto es que en aquel momento daba un poco de miedo. Sobre todo cuando de un ágil salto se movió hasta detrás del núcleo, aparentemente para destruirlo y para huir del robot. La realidad era que confiaba en la skitter azul y en que se le ocurriese algo para apagar o cambiar las ordenes de aquel trasto. Tenía que haber algún panel o algo en algún lado. Quizás en el mismo robot— ¡Lo siento chicos! ¡Seguro que si lo apago en vez de destruirlo no explotamos! O se apaga u explotamos todos y si explotamos seremos polvo brillibrilli de colorines para siempre ¡Y el polvo verde de Gazigaz será el más bonito! 

—Lo apagaré con muuuuuuuuuuuuucho cuidado— añadió segundos antes de que se empezase a oír vibrar el arma del enviado.

El robot aprovechó el despiste de los skittermander y atacó con precisión a Nako, que comenzó a sangrar por las heridas. Era algo normal, los skittermander eran gente confiada, les gustaba pensar que todo tenía arreglo y que muchos merecían una segunda oportunidad. Esas dudas habían sido aprovechadas por la IA, que se veía que no tenía un cable de tonta. 

Con Nako sangrando y el robot a punto de disparar de nuevo, Gazigaz había lanzado un órdago. La IA no parecía alterarse demasiado. 

- Quonx, tú conoces mejor a Gazigaz, y eres la única mascota medianamente inteligente. Nako está herida, y va a morir y él lo único que piensa es en volaros a todos por los aires. En cualquier caso, vas a salir de aquí con menos amigos. Yo actuaría rápido. - Frenar a Gazigaz, acabar con el robot, salvar a Nako. Las dudas asaltaron la mente de la skitter azul. ¿O no?

El robot atacó de nuevo a Nako. Pretendía acabar con ella cuanto antes, ya que estaba consiguiendo traspasar su armadura con facilidad. Nako no pudo soportar el golpe y cayó sangrando al suelo. 

Dakoyo vio a caer a Nako. La skitter roja no se movía, no parecía respirar. No lo podía permitir.

Nooooo.

El mistico se lanzó a toda velocidad junto a su compañera, e ignorando a la IA se concentró en sus habilidades especiales. Con una breve plegaria Ibra impuso sus manos sobre la guerrera y estas empezaron a brillar. Cuando terminó el pecho de Nako volvía a moverse. Estaba viva. De momento.

Quonx, Gazi. Haced algo. Cualquier cosa. Pero ya.

Quonx sentía que la IA quería manipularla, pero sabía que en parte tenía razón. Vio a Nako caer y su corazón empezó a latir con fuerza. Le lanzó una fugaz mirada a Gazi y empezó a gruñir mientras apuntaba nuevamente al robot. 

- ¡Gazi! ¡Deja de hacer Gazilocuras y ayuda a los skittermanders a acabar con el robot! ¡Quonx no puede hacer nada desde aquí! - Le repitió y apretó el gatillo, esperando acabar de una vez con aquella máquina. Pero su disparo quedó muy lejos de dar en el objetivo. La pequeña skittermander empezó a tirarse de los pelos con las manos libres. No había forma de acabar con el robot...

—Gazi no hace gazi... ¡Jo! Ya estoy hablando como Quonx. ¡Te dije que si dañabas a los skitter...!

Desde detrás del núcleo Gazigaz levanto una de las garras para llamar la atención del robot y que fuese por él. El enviado finalmente salió de detrás, pistola en mano y disparó al núcleo... pero de su arma no salió nada, y es que el skitter empezó a fingir que se le había estropeado la pistola, esperando que el robot creyese que iba en serio. El verdoso ser miró la habitación y vio a sus amigos estresados, incapaces de enfrentarse a ese robot y comprendió que le necesitaban como nunca. Sin embargo sabía que un "vosotros podéis" no era la mejor estrategia en aquella situación.

—¡Si no le vencéis a la de ya haré explotar todo!— amenazó en broma a sus compañeros, esperando motivarlos— Ninguna máquina loca va a haceros más daño. ¡El único loco que puede liarla en vuestro equipo soy yo, así que u os libráis de él o PUUUUUUM!

El skitter hizo un gesto guiñando el ojo y cogió su propia pistola, dispuesto a hacer... bueno, ¿quién sabe lo que estaba dispuesto a hacer en realidad?

Nako consiguió estabilizarse y, gracias a la magia de Dakoyo, consiguió recuperarse de la herida. Otro golpe como aquel, sería fatal. Tenía el robot encima, cuando recuperó la consciencia, y sabía que ponerse de pie era realmente peligroso en combate. Por suerte, su doshko estaba cerca y podría cogerlo con rapidez, pero era una situación comprometida. 

Mientras Quonx disparaba, con mala suerte y sin acierto, Gazigaz comenzó a dar uno de sus discursos "motivadores". 

Como Dakoyo se había acercado al robot, este fue su siguiente objetivo. Con la pistola en alto, disparó al skitter morado. La armadura absorbió casi todo el golpe, pero desde luego que no resistiría otro como aquel. 

Nako entreabrió los ojos, sintió el frio del suelo y un terrible dolor de cabeza, de reojo vio como el robot seguía en pie y atacando. Tenía su doshko a mano, pero si se levantaba el robot seguro que la remataba, si no lo hacía seria Dakoyo en el que caería. Así que hincó una rodilla en el suelo, agarró el arma con una mano mientras usaba el resto para levantarse y aun tambaleante se puso en pie para volver a atacar a la IA.

—Que no chatarres a mis ataques, maldito amigo—. Su cerebro no se había conectado del todo y le costaba conectar las palabras, pero al menos sus músculos si respondían y fue capaz de atinar al robot.

Quonx se movió medio a trompicones, afectada todavía por el gas venenoso, hasta acercarse a la zona de combate y poder apuntar mejor, sin temor a darle a sus compañeros. Estaba preocupada por Nako. Había visto como caía fulminada por aquel dichoso robot. Aunque volvía al combate, estaba malherida y aquel androide parecía no querer destruirse. 

Al pasar junto a Gazi le lanzó una mirada de reojo, asustada por sus palabras. Pero su guiño de ojos provocó una sonrisa en los labios de la skitter azul. Se centró nuevamente en su objetivo, sintiéndose más animada y con ganas de acabar con él.

Apuntó al robot y disparó, errando completamente el tiro. - Quonx inútil, hoy no das ni una... - Gruñó, desesperada. 

—¡Vamos! ¡Vamos! ¡Os doy un minuto para desarmar a ese bicho!— Gazigaz saltó agilmente  mientras sacaba su porra táctica y simulaba golpear el núcleo, esperando que aquel maldito robot le tomase como objetivo para dar a sus compañeros más tiempo para acabar con aquel mecánico ser. En aquel momento vio como Dakoyo caía y, presa del horror se volvió hacia él, con la porra en la mano y gritó— ¡Si no te levantas ya me quedaré con tus cristales sanadores! ¡Serán unos bonitos adornos para mi traje de ligar! ¡Resaltarán mi virilidad!

Dakoyo sintió el dolor del disparo de aquella cosa, pero poco más podía hacer salvo apretar los dientes y aguantar. Una vez más trató de lanzarle un trozo de metal que había por allí, y una vez más falló por mucho. Así no iban a ninguna parte.

Quonx, ¿por qué no vas de una vez al núcleo para tratar de hacer alguna cosas? Y que Gazi te ayude. Neko y yo estamos aquí recibiendo para que podáis anular a esta cosa de una vez.

Nako se puso en pie, poniendose en riesgo. Pero al mismo tiempo, ejecutando un perfecto ataque vertical que hizo mucho daño al robot. Los ataques del resto de skittermander, seguían la misma senda que los anteriores. No eran realmente guerreros, y salvo Nako, estaban dándole la razón a Nakonetchkin de por qué les dejaba en la nave. 

El robot se alejó un poco de sus enemigos, y comenzó a realizar sonidos extraños. Las chispas que saltaban desde su chasis parecieron ser menos, ya que el robot había realizado una reparación interna de los elementos dañados. 

Las llamas del doshko se apagaron tras el último ataque, pero el robot retrocedió para intentar repararse, eso significaba que por fin le estaban haciendo daño. Nako aprovechó la distancia que le había dado la para sacar una nueva batería para su arma, y con energías renovadas la colocó rápidamente mientras daba un salto hacia delante para seguir atacando, ahora era la IA quien estaba contra las cuerdas.

—¿Qué pasa cacho tostadora, ya no hablas tanto?—. La skittermander pelirroja no pensaba darle un respiro al robot ahora que habían visto una señal de debilidad.

Quonx ya no sabía cómo decirles a los skittermanders que no podía hacer nada desde allí. La peliazul estaba demasiado preocupada por su compañera como para detenerse y poder explicar detenidamente lo que había descubierto mirando el datapad. Además, con la IA allí, atenta, no podía explicar cómo tenían que hacerlo, sería un peligro. ¿Por qué Dakoyo insistía y no confiaba en sus palabras? 

Apuntó nuevamente, mientras refunfuñaba como una vieja gruñona. - ¡Qué se creen estos skittermanders! ¡Quonx ha dicho que aquí no puede hacer nada! Y siguen insistiendo como si Quonx tuviera el cerebro de un mosquito. Si pudiera, ya estaría todo desmantelado... - Estaba tan enfadada, que lo pagó con el robot que se estaba arreglando y consiguió acertarle de pleno. Sus ojos se abrieron como platos al ser consciente de que por fin le había dado.

Aaarrrgghh.

Gritó frustrado y furioso el místico. No estaba seguro si fue debido a eso, o simplemente fue una casualidad, pero el caso es que aquel grito fue seguido de un trozo de metal que se incrustó hasta el fondo en el robot. Y después de aquello se dirigió a donde estaba Quonx, lo poco que podía moverse y empezó a mover las manos como un histérico.

Pues si no es aquí donde puedes desmantelar esta cosa ves a donde puedas hacerlo. Nako está recibiendo de lo lindo. Yo estoy recibiendo de lo lindo. Y tú eres la única que sabe de estas cosas. Si te vemos aquí peleando con nosotros no sabemos si es porque no quieres o no puedes. No nos dices nada.

Dakoyo estaba visiblemente frustrado con todo aquel combate. Los skitters estaban siendo muy dañados, y él poco podía hacer para ayudarles. Tenía claro que Quonx era la única que podía hacer algo, y no entendía por qué no lo hacia.

—¿¿¿Pero puedes hacer algo en otro sitio??? ¿Y por qué no estás yendo?

Gazigaz la miró sorprendido, pero entonces comprendió y, sorprendentemente para quien no le conociese, se arregló la capa se colocó un poco el pelo, sonrió e hizo una reverencia a Quonx mientras disparaba, de una forma mucho más efectiva de lo que el resto de los skitter habían hecho en todo el día al robot, haciéndole saltar unas chispas.

—Será un honor escoltarla, "señorita"

Uno tras otro, los skittermander parecieron ponerse serios. Los ataques, bien dirigidos, fueron destrozando al robot, cuyas partes saltaban en todas direcciones. 

Y sin embargo, seguía combatiendo. 

El arma del robot comenzó a ponerse azul de nuevo y un rayo salió disparado en dirección a Nako, rebotó a Dakoyo, después a Quonx y finalmente a Gazigaz.