Partida Rol por web

Levantó momentáneamente los hombros cuando su compañero, y ahora amigo, le dijo que no quería nada de beber. El vería,s is e deshidrataba, no era culpa suya. En un salón de actos el calor sube rapidito. Se llevó un dedo a los labios y puso una cara pensativa ente la pregunta por su poder.

"Mmm... bueno, veamos, cuándo lo descubrí, creé un látigo para azotar a un atracador. Esa fue la primera cosa que se me ocurrió. Luego, en casa, más tranquila, creé otras cosas. Una sartén, un escudo, ¡Incluso una guitarra! Mi teoría es que puedo controlar las plaquetas y los glóbulos blancos y rojos de mi sangre, pero no sé exactamente como. Recuerdo que cuándo hice la guitarra las cuerdas estaban hechas de una mezcla de hierro y glóbulos blancos, por que tenía tono rojizo y manchas blancas. El bastidor y la caja de resonancia eran plaquetas en su mayoría, creo. Por que tenía un estampado Hexagonal muy curioso."

Cogió un sandwich más, se lo tragó casi de dos bocados y continuó.

"Devolver mi sangre dentro de mí después de usarla me sale prácticamente por instinto, y luego la herida que me causo para darle salida a la sangre cierra a los pocos segundos. Lo curioso es que por culpa de éste poder tengo alrededor de tres litros de sangre más que una mujer normal, medido por unos médicos de mi ciudad."

- Esta vez no son mis poderes es solo intuición- señalé antes de que Eka fuera a "beber" algo.

Ekaterina y Z parecían estar llevándose bien, desde donde estaba los miraba de vez en cuando. En italia soliamos bailar en grupos, solos, con cualquier desconocido, daba igual lo importante era divertirse. Vi que Eka me hacía señas, como no quería interponerme en su diversión y mucho menos que sintieran lástima por mi simplemente devolví e saludo para luego perderme un poco entre la gente. Cogí la mano del primer chico que encontré solo y con una sonrisa, acompañada de un suave jalón lo invité a la pista de baile.

- ¿Quieres bailar un poco?- le pregunté volviendo a jalar suavemente.

-La sangre... Darle forma a la sangre... Es una habilidad curiosa. Yo nunca pude hacer algo así

Comentó, francamente. Sonrió de manera amistosa mientras seguía hablando.

-En mi caso se trata de potenciar la capacidad de la tierra de hacer crecer las flores o las plantas en general. Si una espina venenosa nace de la tierra, entonces soy capaz de hacer que pueda llegar a ser letal... Y si una planta posee capacidades curativas, tambien se potenciará. Si una enredadera puede restringir el movimiento a alguien... Entonces se volverá mas grande, y restringirá el movimiento aún mas. Si hay árboles creciendo en una zona, puedo hacer que se vuelvan adultos. No es la gran cosa, claro... Pero hay muchos tipos de plantas y una gran diversidad en el mundo natural. Aún siento que soy incapaz de entender la de opciones que se han abierto a mí.

Padre, si me vieras ahora... Por ti debo aprender mas.

Se puso a mirar a los que bailaban, un tanto mas distraído, mientras reflexionó en voz alta.

-¿Nunca te has parado a pensar porqué nosotros tenemos estas capacidades, y no otros?

Se encontraba volviendo de las mesas donde había cogido un vaso de ponche cuando una muchacha lo agarró del brazo y tiró de él hacia la pista de baile. El vaso, tras el tirón, acabó en el suelo del gimnasio mientras que Miro observaba a la muchacha mientras se dejaba llevar. – ¿siempre sueles ser tan atrevida en las primeras citas? El fénix es un animal muy fogoso, y ahora entiendo por qué estás en dicho equipo. – Comentó con una tremenda sonrisa.

- Y hoy, querida, estas de suerte, has dado con el mejor bailarín de la escuela… Por cierto, mi nombre es Miroslav, pero todos me llaman Miro. -

El chico japonés tomó dos vasos de ponche y se dirigió hacia la salida por donde, momentos antes, se había marchado Colette. Al salir, la vio al lado dela puerta. El verano se estaba terminando, pero aun hacia buen tiempo y en la calle se estaba con muy buena temperatura. - ¿Te invito a uno?. – comentó con una leve sonrisa al llegar a su lado y ofrecerla uno de los vasos. - ¿Te ocurre algo? Dentro todos se lo están pasando muy bien. -

Imre avanzaba moviendo su cuerpo al son de la música hacia un grupo de personas, las cuales parecían llevar todas un pin de color azul. Entre todas ellas, una muchacha en especial le llamó la atención. Se trataba de una chica de pelo azul y voluptuosa figura que parecía estar al margen del grupo bailando, mientras que el resto, conversaban tranquilamente.

- Vaya, un Fénix, ya era hora de que hicierais aparición. – comentó la muchacha al ver aparecer al chico alemán. - ¿Vais a ser siempre así de lentos o esto ha sido una estrategia?. – bromeó sacando la lengua al recién llegado a la par que guiñaba un ojo.

- Hmm… Hmmm. – carraspeó un muchacho de pelo rubio que apareció por detrás. – Lorie! Vuelve junto al resto. – su tono era más parecido a una orden que a una petición. El muchacho era algo extraño, iba vestido con una chaqueta negra y roja con capucha. La capucha la llevaba puesta para que tapara gran parte de su rostro, del cual Imre pudo ver que se encontraba algo desfigurado en su lado izquierdo.

- ¿Qué?, William no hago nada malo. Vosotros estáis ahí con vuestras cosas y yo socializando. – comentó Lorie mirando a los ojos al chico rubio. – No te preocupes por él, es un tipo peculiar. – comentó a Imre mientras le daba pequeños codazos en el costado.

"¿Entonces, básicamente, haces crecer las plantas?" Puso una mueca de duda, no parecía que eso fuera a ser muy útil, claro que el suyo tampoco era para hechar cohetes.

¿Pensar el por qué tenemos éstas capacidades y no otros? No, nunca se lo había planteado, no le había parecido un problema, pero era una pregunta curiosa.

Se sentó en un silla cercana y cruzó las piernas una sobre otra. "No, no me lo había planteado. Jejeje, planteado... ¿Lo pillas? planteado, planta..." esperó unos segundos hasta que se dió cuénta de que era imposible que alguien se ríera de una broma así... "Bueno, como sea, ¿no será por genética? Al fin y al cabo, somos miles de millones de humanos, y según la teoría de Evolución algún gen podría cambiar y desarrollar éstos poderes. También explicaría el por qué de las leyendas de los youkai, o monstruos que los llamamos en España, ya que podrían ser personas con capacidades especiales. Muchos tienen forma humanoide." Si era así... ¿entonces igual ella sí que podía ser una especie de vampiro?

Imre sonrie ante los comentarios de los alli presentes, por unos segundos se ha acordado de algunas de sus compañeras, asi que responde con un tono ciertamente despreocupado:

- No se, realmente no es algo que me importe la estrategia y demas, yo simplemente estaba arreglandome para la fiesta.

Mira a la chica que se ha mostrado mas amable y que parecia tener mas ganas de socializar al igual que el y dice:

- Encantado señorita mi nombre es Imre Heller y bueno, supongo que nos veremos algo mas por aqui pues he entrado recientemente en el instituto

Finaliza agachandose un poco en señal de saludo bastante formal

Colette se encontraba nerviosa y no muy segura de entrar allí. Su mayor miedo era perder el control y si entraba, era muy posible que sucediera. Tenía miedo de hablar con Ikuei. No poder leer su mente era algo que la inquietaba y hacía que la chica se preguntara si él pensaba de ella como muchos de sus compañeros lo hicieron en algún momento.

Mientras trataba de tomar fuerza para entrar, siente la voz de su compañero y voltea algo nerviosa. Cuando ve el refresco, se sonroja y baja la mirada. Con voz tímida le dice - Gracias - y sonrío levemente, mientras organizaba un mechón de cabello detrás de su oreja. Extiende las manos y toma el refresco.

Después de tomar un trago, le dice - Todo está bien. Es sólo que no me van mucho las multitudes. No me conviene mucho - sus manos tiemblan un poco al pensar en lo que pasaría y luego toma otro sorbo.

Era el mejor momento para hablar de eso con él. Temblando un poco y bastante nerviosa, Colette respira profundo y se voltea para mirar a Ikuei a los ojos. Con un poco de temblor en su voz, le dice - Quería... Quería disculparme contigo por lo que sucedió antes - respira profundo y vuelve a mirarlo - Yo no suelo hacer esas cosas, de hecho, tengo mucho temor de hacer contacto con otras personas. Estaba bajo la influencia del poder de Camille y bueno... Es una forma amable de saludarse en mi país. Siento mucho si te incomodó y temo que estés pensando lo peor de mí -.

Aprieta un poco el vaso del refresco, lo que hace que una gota salta al suelo.

Z miró una vez a cada una de las chicas, pero cuando miró a Cam ya se había ido a bailar con otro chico, por lo que agarró a Eka de la mano e hizo un movimiento con la cabeza claramente diciendole que quería bailar.

Por mí podríamos bailar, pero estás advertida, quizás te pise un poco.

Z sonrió  y se movió haciendo una pequeña reverencia. Dandole la espalda a la pista de baile y mirando atentamente a la chica.

- Una cita? no exageres solo es bailar, si quisiera una cita pues...- dejé la frase inconclusa apropósito sonriendo con cierto aire burlón por la confianza que se tenía. Era un tanto encantador.- pues si eres tan bueno demuéstralo en la pista.

Lo abracé por el cuello pegándome a su cuerpo con mi rostro cerca del suyo, no parecía estar nerviosa y es que en realidad la cercanía de un chico era algo natural para mi. Mientras nos movíamos al ritmo de la música aproveché para presentarme, el ya conocía mi equipo así que también quería conocer el suyo. 

-Mi nombré es Camille, y ya que hablas de equipos de cual eres tú?

-Es una buena teoría..

Comentó Félix, absorto en sus propios pensamientos, como siempre. Realmente se había quedado pensando en lo anterior... No solo crecía plantas... La naturaleza tiene milagros que potenciados se convierten en algo increible... Pero no tenía intención de comenzar una discusión por aquello, no: Estaba muy bien como estaba, hablando tranquilo.

-Entonces yo... Sería una... ¿Silfo? 

Comentó, extrañado, enarcando una ceja y llevándose una mano a la barbilla

-Bueno, las personas tienden a mitificar lo que no entienden... No es algo tan descabellado ¿Verdad? Pero lo de la evolución... La evolución trata de cómo el gen cambia para adaptarse al medio, pero en diferentes lugares han habido diferentes manifestaciones de poderes que no necesariamente concuerdan con una necesidad de adaptación al medio....

Parece al tanto de muchos temas. Es bueno saber que hay personas con las que poder discutir de muchas cosas. 

-Gracias

Comentó el chico, con una sonrisa en el rostro completamente abierta, sin añadir nada mas. Pero no se estaba despidiendo... Solo era como si hubiese salido de él espontaneamente, de uno de sus pensamientos o algo así. La verdad es que Félix era un chico un tanto especial.

- Encantado señorita mi nombre es Imre Heller y bueno, supongo que nos veremos algo mas por aquí pues he entrado recientemente en el instituto

Esbozó una leve sonrisa al escuchar el comentario. – Claro, como todos. Todos los que estamos aquí somos de primer curso, o sea, novatos. – comentó mientras guiñaba un ojo. – Yo soy Lorie, Lorie Soresen y por favor, ahórrate esas fantasmadas de saludos conmigo… no me va. –

Alargó la mano hacia la mesa que había al lado y tomó dos vasos de ponche, tendiéndole uno al chico alemán. – Toma, te veo sediento. Bueno, ¿y que te cuentas? Por qué supongo que no habrás venido hasta aquí solo para vernos las caras. – comentó señalando al resto de su grupo. – Estos son los miembros del equipo azul… Son un poco ariscos y secos, pero no son mala gente… - bromeo en bajito para que sólo le escuchara Imre.

- A mí tampoco me van demasiado las multitudes, supongo que será la falta de costumbre. – comentó con la mirada perdida en algún punto de la pared como si estuviera rememorando momentos pasados. Luego, pareció percatarse del nerviosismo de la muchacha, la cual buscaba con la mirada sus ojos. - Mentiría si dijera que fue un hecho sin importancia, puesto que no me suelen ocurrir cosas así. – Por no decir que es la primera vez que me besan… Pensó para sí. – Pero no estoy molesto ni nada parecido, al revés, he de reconocer que no esperaba tal recibimiento. Curioso país el tuyo. – Comentó esbozando una gran sonrisa intentando quitar hierro al asunto.

- Aunque, - continuó mirando a los ojos a Colette. – no es bueno que te acerques tanto a mí. Suelo acabar haciendo daño a la gente que se me acerca. – su cara se tornó algo más sombría y triste, como si algo lo carcomiera por dentro. – No controlo mi fuerza y no quisiera dañarte. -

El muchacho sonrió tras el comentario de Camille. Tenía su gracia la muchacha y sobretodo le seguía el rollo, cosa que le alegraba. – Lo demostraré pues. – comentó mientras cogía a Camille de la cintura y la llevaba para la pista de baile.

Miro no había engañado al decir que era un gran bailarín, sus movimientos denotaban años de aprendizaje. – Oh Camille, precioso nombre el tuyo señorita. Yo soy miembro del equipo Medusa, los verdes. Ehh, no te mueves mal, no señor. – comentó con una extensa sonrisa.

- Y bueno, ¿Cuál es tu don?, porque todos aquí tenemos uno. -

Enarcó un poco la ceja "¿Gracias por qué?" y río un poco. Miró hacia la zona central y el resto de mesas. Todo el mundo se divertía bastante, por lo que parecía.

"Bueno, cómo sea, creo que ya estoy más llena" estiró los brazos tras dejar en la mesa el vaso vacío. "¿Que tal si vamos a ver cómo les va a nuestros compañeros, o visitamos a alguno de los otros equipos?" Mientras decía esto daba vueltas con la mano encima de los ojos, cómo lo hace uno para mirar a lo lejos un día soleado.

Imre sonrie y dice:

- Vaya, mejor entonces, asi puedo hablar de forma normal

Coge el baso y da un corto sorbo para añadir:

- Pues la verdad un poco si ya que queria ver un poco como era el resto de gente de por aqui sobretodo a ver si encontraba a gente menos paranoica que mi grupo, uff chica que teorias conspiratorias se han montado alguna de las chicas del que parece que va a ser mi grupo

Sonrie ampliamente y añade:

- Bueno, yo al menos espero pasarmelo bien ademas de mejorar la verdad, aunque estamos en una fiesta y tenemos que divertirnos no? que te pareceria bailar?

El ambiente en el gimnasio era muy distendido, todos parecían disfrutar en aquel lugar mientras se conocían y charlaban sobre el año que tendrían por delante. Imre se había acercado a un variopinto grupo que había en el ala este de la sala y se encontraba hablando amistosamente con una voluptuosa muchacha que llevaba un pin azul colgado de su camisa.

Por otro lado, Félix y Laura se encontraban en el ala norte del gimnasio, al lado de las mesas de comida y también parecían charlar amigablemente.

En el centro de la pista se encontraban Ekaterina y Z, los cuales bailaban al son de la música. Bueno, Ekaterina bailaba, ya que Z tan sólo se movía intentando imitar los movimientos de la chica rusa pero con pies de plomo.

Cerca de éstos se encontraba Camille, la cual estaba bailando con un joven muchacho pelirrojo. Ambos se movían con mucha soltura en la pista, como si llevaran años bailando juntos. El muchacho llevaba un pin de color verde.

Y fuera del gimnasio, aunque se les podía ver a través de la puerta del mismo, se encontraban Colette e Ikuei tomando el aire y charlando.

Colette se siente apenada cuando Ikuei habla del beso que le había dado, pero esboza una sonrisa por el comentario del joven.

Sus mejillas se tornan casi del mismo color de su cabello y le dice con suavidad - Un poco curioso, tal vez -.

Escucha las palabras de Ikuei con algo de tristeza. Así se sentía ella. Ella había estado sola toda su vida por temerle a su poder y ahora, encontraba a alguien que compartía su temor. Esta vez lo mira sin tanto temor y le sonríe amablemente. Trata de buscar la mirada de Ikuei pero manteniendo la distancia. Ella temía también acercarse demasiado. Le dice con voz suave - Bueno, aquí todos somos diferentes y yo también temo acercarme a la gente. Nunca he tenido amigos porque temo descubrir que no les agrado - su tono se torna un poco melancólico.

Como si se le ocurriera algo, dijo - Tal vez, podría compensarte lo de... Ya sabes. Algo como que preguntes lo que quieras sobre mí y yo te deba contestar - sus mejillas se colorean, pero era lo único que se le ocurría. Le sonríe tímidamente y espera la reacción de Ikuei.