Partida Rol por web

Entendía lo que Colette le decía, realmente podría ser algo horrible el saber todo lo que el resto del mundo puede pensar de ti, supuso que si le ocurriera a él se habría vuelto loco. – Visto desde esa perspectiva no suena tan bien, la verdad, pero bueno, estamos aquí para aprender a manejar nuestros poderes ¿no?, pues cuando lo consigas, controlaras a quien le lees la mente y a quien no, así todo será mejor. – Intentaba, con sus comentarios, que Colette no se sintiera tan sola y sabía que, si alguien en aquel instituto podía congeniar a la perfección con ella, ese era él, ya que con él no tenía el problema de leer su mente.

La siguiente pregunta de Colette le cogió de improviso. - ¿Qué?¿cómo?¿dónde?... – Porque preguntas esas cosas, estas tonto Ikuei… pensó mientras intentaba saber por qué el nerviosismo le había hecho decir aquello. – Pueeeeeees… muy buena pregunta… - hablaba muy despacio, para que le diera tiempo a pensar, aun sabiendo perfectamente que es lo que quería decir, que le respondía. – A ver, me pareces una chica genial, muy interesante y muy guapa, y sobre el beso… - cambió de tema rápido para que apenas se notara lo que había dicho. - te soy sincero, es la primera vez que me besan. De hecho es la primera vez que alguien se acerca tanto a mí sin sufrir ningún tipo de daño, no soporto que invadan mi espacio vital y normalmente o me aparto o aparto a lo que se acerca. Pero contigo fue distinto, en parte porque me cogiste sorprendido y en parte no sé, quizás porque en el fondo, algo de mí, quiso que aquello pasara. Y la verdad es que me gusto… - Su mirada se fue al suelo y sus mejillas comenzaron a sonrojarse de un modo alarmante.

Imre no parecía darle importancia a aquella situación, cosa que pareció enfurecer más al imponente muchacho de cabellera azul, el cual comenzó a andar hacia el centro de la pista de baile. Era un chico alto y fornido y su sola presencia ya imponía.

- Lorie, se acabó, vuelve con el resto!!!. – alzó la voz para que todos los que estaban por allí pudieran escucharlo.

- Pero Ken… ¿Por qué?, - respondió la muchacha.  - no estoy haciendo nada malo. –

- Si haces algo bien o mal lo decido yo, que para eso soy tu hermano mayor y estas a mi cargo. – agarró del brazo de Lorie tirando hacia ella. – Y ahora, vuelve con el resto, no me hagas repetírtelo otra vez. –

Lorie agachó la cabeza y, tras lanzar una leve mirada hacia Imre, se alejó del lugar en dirección hacia donde estaba el resto de sus compañeros del equipo azul.

- Y tú, renacuajo. – comentó dirigiéndose a Imre. – Como vuelva a verte cerca de mi hermana tus huesos no tendrán tanta suerte como van a tener hoy, porque pienso rompértelos uno a uno. -

Imre se queda en un principio bastante sorprendido ante lo que sucede delante suyo, realmente el como europeo no puede comprender como aun existan personas que traten asi a las mujeres y mas de su propia familia, asi que no lo duda y mas sabiendo que pronto alguna de sus compañeras saltara y estanvez con toda la razon, asi que se acerca ellos y dice

-No se de que cueva te habras escapado pero la era de los neardentales paso hace mucho, no me importa que sea tu hermana como si es tu prometida, pero ella puede hacer lo que quiera y tu no tienes porque imponerle nada, asi que si la señorita quiere alejarse del gorila de su hermano que asi sea.

Mira a los ojos a aquel tipo, no amenazadoramente, sino mas bien con cierta lastima y añade

- Madura u poco y no te dediques a amenazar por amenazar que no se aqui pero en un lugar civilizado como del que vengo ya habrias cometido un delito de amenazas hacia mi y maltrato hacia ella, asi que si este instituto es tan civilizado como parece yo tu me andaria con ojo...gorila

Tras que Imre se encarase al de pelo azul, vista la escena, fue Félix el primero que se interpuso entre ellos, con una sonrisa.

-Vamos, señores, no hay ninguna necesidad de buscar un pleito ¿De acuerdo? Mira, tu hermana está atemorizada por tu actuación... Eso tampoco esta bien, he de reconocer. Puedo entender que quieras protegerla de todo, pero se ve que es una mujer fuerte y autosuficiente... Además, estoy seguro de que mi compañero no tenía otras intenciones que no fuesen divertirse un rato con ella.

Sonrió mas abiertamente y le puso una mano en el hombro al de cabellos azules.

-Vamos, no hagamos un espectáculo ¿De acuerdo? Venga, vamos ¿Puedo invitarte a tomar algo conmigo? Así olvidamos todo lo acontecido.

Intentaba que la situación no explotase en su cara. Después de todo, eran novatos, y aquello era su presentación... No era el mejor momento para labrarse una fama de buscapleitos.

Su rostro se confundía con su cabello de lo avergonzada que se sentía y cuando Ikuei dijo que no le había incomodado ese beso, Colette quería correr. No era que a ella no le hubiera agradado, es sólo que realmente no lo esperaba. Pensaba otra cosa.

Tratando de sonar tranquila aunque las manos le temblaban, dijo - Vaya, no esperaba una respuesta así - se ríe suavemente aunque estaba nerviosa.

Tomando fuerza y aliento, dice suavemente - Si te gustan mis dibujos, podría regalarte uno - le sonríe más abiertamente, tratando de sonar tranquila. Era justo que ambos cambiaran de tema, pues no sabían muy bien cómo hablar de lo sucedido. Puso una mano sobre el libro y comenzó a pasar las páginas sin tocarlo, hasta llegar a un dibujo de Ikuei mirando por la ventana la escuela. Sus detalles eran muy finos y la calidad del dibujo era sorprendente. De fondo, podía verse la primera vista de Sky High.

En un arrebato y estando un poco más cerca de Ikuei, Colette se empina hacia él y le planta un pequeño beso en la mejilla. Para no importunarlo más, se pone de pie y le dice - Puedo regalarte ese, si lo deseas. Creo que ya es hora de volver a la fiesta, pero puedes seguir preguntándome - le dijo con una sonrisa, aunque sus mejillas delataran su vergüenza.

Estaba algo confundido, no sabia si con sus palabras había hecho bien o no, parecía que Colette se sentía algo incómoda. Muy bien Ikuei, ya te vale… deberías aprender a callar cuando es necesario… Pensó para si.

Tras el siguiente comentario de la pelirroja, Ikuei recuperó algo la sonrisa, parecía que lo de antes no había ido a más. – Umm, si me gustan y lo guardaré como oro en paño, no te quepa duda. – respondió intentando ser lo mas cortes posible, aunque el beso en la mejilla lo vuelve a descolocar otra vez haciendo que se aparte y se levante dando un respingo.

- Lo siento… - miró hacia otro lado. – Si, mejor será que volvamos, se hace tarde. -

La respuesta de Imre pareció divertirle, pues una extensa sonrisa se dibujó en el rostro de Ken. - ¿Delito de amenazas? – soltó una sonora carcajada. – No me hagas reír mequetrefe, ¿de donde se supone que has salido tu?. – No le dio tiempo a decir nada más cuando Félix se interpuso entre ambos hablándole con voz calmada.

- ¿Mi hermana atemorizada?  Mi hermana tiene que estar descojonándose del pringado este, jajajajaja… curiosos elementos estos los del equipo fénix… y tu. – comentó mirando a los ojos de Félix. – Quita esa mano de ahí si no quieres quedarte sin ella. – Se dio media vuelta para volver hacia donde se encontraba el resto. – Lo dicho, que ese pringado no se acerque a ella, no suelo amenazar en balde. – comentó girándose tras dar varios pasos para después continuar su camino.

Colette no sabía muy bien cómo interpretar la reacciónd e Ikuei pero sin saber qué más decir, salió, esperando que Ikuei la siguiera y no olvidara tomar el dibujo. Ella apuntó su mano hacia el libro y se aseguró de arrancar con cuidado la hoja del libro, de modo que no se dañara y quedara bien para que Ikuei pudiera tomarlo. - Todo tuyo - decía desde la puerta mientras el dibujo levitaba frente al oriental.

Estaba aún esperando que decidiera a salir para regresar al gimnasio, aunque no se sentía muy segura de poder controlar su poder allí. Debían estar, al menos para poder escuchar el discurso de la directora.

Mientras el gigantón de cabello azul amenazaba a Irme, Z mantuvo un ojo sobre sus amigotes, no sería bueno que se sumaran y se pusieran a pelear con Irme, que si bien dejó tirado a todo su equipo, no había hecho nada malo. Al ver que el tipo se aleja, Z lo siguió mirando sin sacarle un ojo de arriba, como si estuviese tratando de alejarlo con la mirada. Mientras el peloazul se alejaba, Z se acercó a Irme.

¿Con que no te deja acercarte a su hermana? ¿No se porque pero me parece que eso va a hacer que quieras meterle un dedo en la llaga, o por lo menos molestarlo un poco.

Luego volvió a ver a los amigos del tipo.

No amenazará en vano, pero al parecer no tiene los huevos para hacerlo solo...

Imre suspira ante el comentario del mono azul y niega con la mano, entonces hace una pequeña reverencia algo teatral y dice:

- Señorita Soresen tiene mi respeto por soportar durante toda su vida a un mono como el, nos volveremos a ver

Tras esto Z se acerca e Imre simplemente sonrie y dice.

- Bueno no te creas, hay muchas chicas aqui aunque la verdad que esa chcia esta bastante bien y parece bastante interesante la verdad.

Mira a Felix, le da un golpecito en el hombro y dice.

- Bien jugado compañero, parece que has hecho retroceder al mono azul bastante bien, creo que le has aturdido con tu labia, ahora disfrutemos de lo que queda de fiesta chicos

Finaliza diciendo a Z tambien

Observó sorprendentemente seria y callada la escena que corría ante ella. Ese tipo... no era trigo limpio, se veía a la legua... aunque lo mismo saltaban a conclusiones demasiado rápido y sólo era sobreprotector. Sea cómo sea, el único pensamiento que se le pasaba por la cabeza en ese momento era: "¡Hombres!"

Cuándo ya se habían separado los dos grupos, se puso delante de Imre.

"Más te vale tener cuidado, chico. Levanta demasiadas banderas y acabarás cómo un toro en una corrida. Empalado por ellas."

Se mantuvo cerca de ellos, no fuera a ser que la liasen otra vez.

Tomó el dibujo que la muchacha francesa había dejado levitando y lo guardo en uno de sus bolsillos. Agradecía profundamente que lo tratara como uno más y maldecía por dentro por no ser capaz de soportar que alguien invadiera su espacio. Salió de la habitación junto a Colette y ambos fueron al gimnasio.

Si pudiera leerme la mente en este momento se daría cuenta de lo mal que me siento por lo ocurrido… Pensó.

Repentinamente, la música se apagó y las luces del escenario se encendieron, dejando ver a la directora al frente del atril, y varios profesores sentados atrás en la fila de sillas, entre ellos podían ver a Grant en un extremo, con una sonrisa en su rostro. Era el momento oportuno para que la discusión no llegara a mayores, aunque Ken no parecía tener ninguna intención de que aquello ocurriera y también fue el momento en el que Colette e Ikuei llegaron a la zona donde se encontraban sus compañeros.

La directora era una mujer elegante, alta y de una cabellera bordó que no era su color natural, su flequillo tapaba uno de sus ojos. Tenía una expresión algo fría, no demostraba mucho entusiasmo como solían hacer los directores de otras escuelas en los inicios de clase, aunque tampoco se podía decir que Sky High era una escuela común y corriente.

Johanna dio unos pasos más hacia el atril que tenía delante y apoyó sus manos en éste, observando a los estudiantes con detenimiento, como si pudiese ver sus almas. Dio unas palmadas pidiendo atención, haciendo que reine el silencio en aquel salón. Inspiró aire y empezó a hablar con una voz firme aunque seductora.

-Buenas noches. Para los nuevos estudiantes, mi nombre es Johanna Deveraux, la directora de este centro. En el momento que tomaron aquel autobus que los trajo volando hasta aquí, sus vidas cambiaron para siempre - Señaló Johanna -Desde el momento que se convirtieron en alumnos de esta institución, dieron la espalda a su vida anterior y se comprometieron con un futuro lleno de cosas increíbles, aunque también puede llegar a ser arriesgado y peligroso. El período de formación en Sky High será de tres años. Se los calificará, examinará y se les pondrá a prueba sus poderes para hacer que saquen el mayor partido de ese don que se les ha concedido. No piensen que han venido a pasar el rato, la academia busca que ustedes sean quienes velen por la seguridad ciudadana en un futuro. Ninguno de ustedes está aquí por casualidad. Todos poseen las habilidades y cualidades necesarias no sólo para cumplir las estrictas exigencias de Sky High, sino para llegar más lejos y sobrepasar a los alumnos anteriores en excelencia y logros - Johanna hizo una pausa - Los hemos elegido porque son los mejores - Volvió a callarse - Demuestren que teníamos razón. -

Hubo un aplauso en la sala, Johanna elevó su mirada nuevamente y observó a los estudiantes sin inmutarse. Se acercó nuevamente al micrófono, para volver a hablar.

- Este año, tras el ataque sufrido hace unos años por parte de Royal Paine, el cual fue subsanado gratificantemente por alumnos de la institución, se ha decidido que no habrá distinción entre héroes y ayudantes, mas conocidos como curritos, todos los integrantes de la escuela podrán llegar a ser héroes. Ahora miren a su alrededor. Busquen a quienes llevaran la placa de identificación de su mismo color. En este momento puede que sólo sean nombres y caras. Pero a partir de hoy serán las personas más importantes de sus vidas. Sus carreras, sus éxitos dependerán no sólo de ustedes, si no también de sus compañeros. Han llegado aquí como individuos, pero dejarán Sky High como equipo. Dorado es Minotauro. Azul, Kraken. Verde, Medusa, y Rojo - contuvo su aliento por unos segundos - Rojo es Fénix.

Un nuevo aplauso en la sala. Johanna bajó su mirada por un momento. Dio un par de pasos hacia atrás y fue empezando a presentar a los profesores, tutores y demás personal de Sky High. Grant, con una gran sonrisa en su rostro. Cabo Randolph Keene, un hombre rubio de aspecto militar. Klaus Boomer,  encargado del combate y profesor de educación física. La secretaria Violet Crabtree, una ancianita de aspecto agradable y dulzón. Los tutores de los otros equipos, y demás profesores. Johanna se acercó nuevamente al atril.

-Bienvenidos a Sky High futuros héroes!!!. – concluyó la directora seguido de una gran ovación. – Y ahora, sus tutores les darán sus calendarios de clases y les harán alguna que otra anotación antes del comienzo del curso, que comenzará mañana mismo. Descansad y preparaos para un año lleno de aventuras. Un saludo… -

El profesor Grant se acercó a sus pupilos con una extensa sonrisa en el rostro y varios papeles en la mano. – Bien, muchachos, espero que estéis disfrutando de la fiesta. Bueno, ya han conocido a la directora Deveraux, aunque aparente ser una mujer fría y dura, cuando se la conoce un poco mejor se ve que es un cacho de pan. – Grant decía totalmente convencido aquello y Colette pudo ver en su mente que su tutor no sólo sentía admiración o amistad por la directora, había algo más. – Ejem… bueno, como os iba diciendo. Aquí tenéis vuestros horarios. En Sky High se castiga la impuntualidad, así que espero que seáis consecuentes con lo que hacéis. – les tendió a todos un papel donde venían detalladas todas las clases, horarios de las mismas y profesores que impartían cada clase.

- Como veis, los alumnos de cada clase serán los miembros de dos equipos, en vuestro caso, compartiréis la mayoría de las clases con los miembros del equipo azul. Y digo la mayoría, por que algunas clases serán solo para ustedes, donde podrán prepararse para las jornadas. – comentó esto ultimo con una sonrisa en los labios, como si todo esto hubiera sido organizado por él. – Este año, no solo se os valorará individualmente, si no que también se hará como equipo y por eso, hacia el final de cada trimestre, se realizaran unas jornadas donde los equipos competirán por ser el campeón, cosa que se sumará a vuestras notas. En estas jornadas podrán utilizar todo lo que hayan aprendido. Espero que os gusten las nuevas normas. – concluyó. – ¿Ruegos y preguntas? -

Z pasó todo el discurso atento, intentando entender bien la situación. Al parecer hace un año se dividía a los alumnos entre Heroes y Ayudantes, al escuchar esto Z se estremeció. Hay injusticias en la vida, pero que en un colegio te digan "Vas a ser ayudante de tu compañero" debe ser muy fea. Por suerte eso ya no va a pasar.

Una vez que la directora terminó de hablar y Marcus se acercó al grupo Fenix, el violinista siguió prestando atención a las palabras del profesor, solo que esta vez quedó sorprendido con quienes iban a ser sus compañeros de clase. ¿Vamos a tener que compartir casi todas las clases con esos patoteros? Z movió la cabeza intentando encontrar al equipo Azul. Algo me dice que van a ser clases interesantes.

Yo no tengo muchas preguntas, solo ¿Como van a ser esas jornadas? ¿Vamos a competir todos contra todos, o va a ser una competencia eliminatoria?

Z no estaba muy seguro porque tenía esa duda, pero desde ese momento le vinieron ganas de aplastar al equipo Azul en las jornadas.

Colette entra junto con Ikuei nuevamente al gimnasio y llegan justo para el discurso de la directora. La chica guardón silencio pero lucía una cara algo triste.

Cuando su mentor se les acerca para hablarles, ella mira alrededor y el pensamiento de él llama su atención nuevamente a la conversación. Le sorprendía un poco porque era la directora y él era un maestro pero bueno. No era algo que ella tuviera la potestad de juzgar.

Escucha al señor Grant y con voz suave y triste, dice - ¿Por qué la directora ha dudado tanto al mencionar nuestro equipo? - realmente, después de los pensamientos de su tutor, eso era lo que llamaba su atención.

Imre escucha el discurso de la directora, en cierta forma un discurso bastante normal, sin embargo, lo de los ayudantes le parece realmente curioso, alumnos que son destinados a ser los ayudantes de otros, vaya ni que eso fuera la edad media y unos fueran los señores de otros, pero no dice nada, se mantiene escuchando lo que dice el profesor y lo que pregunta su compañera, por otra parte sonrie levemente al escuchar que tendran que compartir clase con el equipo azul

- Bueno parece que tendre mas opciones para ligar con la hermanita y molestar al mono

¿División de estudiantes por categorías en función de sus poderes? ¿En serio? Pues vaya escuela... bueno, al menos eso ya no estaba, aunque en realidad tenía una cierta lógica, ya que... ¿Quien sería Batman sin Robin? ¿Rina sin Gaudi? ¿Negi sin sus alumnas? Las historias estaban llenas de héroes que se acompañan de alguien más, pero claro, por ejemplo el caso de Robin éste acaba convirtiéndose en Nightwind...

Ésta era la disertación que rondaba la cabeza de Laura mientras pasaba el resto del discurso, por lo que no prestó especial atención al mismo, ni tampoco a las palabras del profesor. Por suerte, éste le dió la hoja con los horarios y de esa forma volvió de los cielos y se instaló una vez más la tierra... de forma figurada, ya que estaba en una escuela flotante a miles de kilómetros de alto, pero decidió dejar eso para otro momento (es decir, nunca, por que se olvidaría enseguida).

Vió que compartían bastantes clases con los Azules. ¿Podría llamarlos Pulpos? No, demasiado ofensivo... ¿Krakens? Suponía que esta sería la correcta, pero sonaba raro. Sea cómo fuere, el lío con el gigantón de antes estaba lejos de terminar.

Escuchó la pregunta de Colette, y una vez más acabó con su ensimismamiento (dos veces ya en menos de diez minutos, ¿De verdad va a estar bien ésta chica?...) "Yo también tengo curiosidad por saberlo, profesor."

Felix sonrió abiertamente ante lo dicho por la directora. Le parecía increible estar allí... Hasta hacía mas bien poco vivía una vida mas bien normal, y ahora estaría entrenándose para llegar a ser héroe. Aunque aún no sabía muy bien como sus capacidades podían ayudar a sus compañeros. Era algo en lo que aún dudaba.

El equipo Fénix... El profesor Grant, el instructor de su grupo, se acercó a ellos. Le dio una hoja, y mirándola algo extrañado, llegó al mundo real. Tantos horarios y cosas... Cáspita. La mayoría de su tiempo lo había pasado entre poesía y libros... El tener unos horarios fijos parecía demasiado extraño, después de tanto tiempo.

El valor como grupo le pareció quizás lo mas interesante. Cayó en la cuenta de que sus capacidades tenían un valor mayor de apoyo que de ataque. Asintió con la cabeza, y esperó la respuesta a aquella pregunta que Collete y Laura le formulaban al profesor.  Había habido algo en la forma de presentar al equipo Fénix que no acabó de gustar.

Sin embargo, antes de todo aquello, se acercó a su profesor y le tendió la mano, estrechándosela y haciendo una pequeña reverencia. La rosa blanca que tenía en el bolsillo exterior de la camiseta parecía irradiar vida propia. Con una voz cuidada y unos modales impolutos, se presentó.

-Mi nombre es Félix Cervantes de Rosas. Es un gran placer estar ante su tutela, si me permite decirlo. 

Dicho lo mismo, y con una sonrisa igual de amplia que la del instructor, se retiró y colocó sus manos en la espalda.

Cuando se dieron cuenta, la flor que tenía en la camisa había desaparecido. Al rato pudieron darse cuenta de que todos y cada uno del grupo habían sido obsequiados con una rosa azul... Incluido el profesor.

Dejó de sonréir, y respiró profundamente. Dejaría que ellos intentasen encontrar el significado de aquel presente. Cerró los ojos, y su gesto se tornó un poco mas serio. Dolía, dolían aquellos recuerdos. Echaba de menos a quien le había enseñado todo lo que hoy sabía.

Entre la oscuridad resurgí

la luna me hizo brillar con su magia.

Del color del cielo me vestí.

Expandiendo mi mejor fragancia...

al mundo postré ante mi.

Mi cuerpo es de terciopelo,

mi sangre azulada es pura,

pero mi tallo guarda un secreto...

Que son mis espinas duras.

Todo el mundo me acaricia,

todo el mundo me respira,

tocan mi carne de seda,

con mi aroma se embelesan.

Pero muy pocos se dan cuenta...

Embriagados en mi belleza...

Que si aprietan mi tallo con fuerza...

Quizás les provoque la sangre del color de mis venas.

Algunos se preguntan

¿Porqué azul?

Yo solo les responderé

"Porque el cielo se posó en mi"