Partida Rol por web

Aunque hubiera preferido no apracerse en aquel acto, lo cierto era que debía hacerlo, más que nada porque ella se lo reprocharía si no por siempre, si por mucho tiempo y no quería. No era una chica inexperta, así que fue preparada con el discurso, que si bien pasó casi desapercibido, tampoco le importaba tanto. La ceremonia no fue eterna pero como ha estaba un poco de malas por haber tenido que prescindir se Lambert, se le había hecho más larga, al menos esa era la sensación que ella tenía.

Se sintió muy incómoda cuando lo pensó un poco y se dio cuenta que si hubiera muerto allí, posiblemente no habría podido ir nadie de su familia. El sentimentalismo no era algo que se pudiera asociar a ella de per sé pero desde que aquel joven hombre apareció en su vida, las cosas habían cambiado mucho y es que ni siquiera él hubiera podido ir, sólo eran amantes o eso habrían dicho de ellos. Observó detenidamente todo lo que acontecía a su alrededor, estaba acostumbrada a ello pero también estaba calificada y cuando pensó que podía irse a acasa, aunque no fuera a ver a su novio, la retuvieron.

No hizo una sola mueca y menos mal porque ante ella apareció una jefa de verdad o bueno, de más alto nivel que su extinta supervisora. La pelirroja asintió, tampoco era que pudiera negarse mucho a ir a hablar con ella y caminó a la par de la mujer pues a pesar de su condicion, estaba casi curada. La escuchó con atención y vino la prkmera revelación, algo que ya había visto antes y que le parecía triste.

-Asi es, me enteré el mismo día, señora.

No quiso ahondar en la vida allá de Blair, no tenía sentido hablar de los que ya no estaban pero si era verdad que no le sorprendía: nadie en su sano juicio podía ser amiga de aquella arpía. Sabía que iba a dejar su puesto y suponía que por uno mejor pero no tenía más datos que eso. Pensaba en ello cuando habló de los gustos, Dora se volvió a la mujer pero aguardó, después de todo algo importante debía estar por decir. Cuando la escuchó hablar de su esposo supo bien por dónde venía el golpe y es que había sido tonta de creer que aquello se iba a quedar entre Blair y ella. Lo cierto es que la sorprendió, ahora era mas común pero si entendía lo difícil que fue para ella concretar aquel matrimonio.

-Puedo imaginarlo, señora Weiss. Yo..., no tenía idea que ella... Bueno, le estoy agradecida.

Era una frase protocolar, después de todo la mujer estaba muerta pero tenía que decirla por educación más que nada. Y entonces vino todo aquello que le pareció vertiginoso a la Maxwell pero aún así no dejaba de ser atrayente. Por un lado podría tener mejor calidad de vida y más ganancia, vacaciones y demás, también podría tener la oportunidad de demostrar que era más que la media, pelear contra los que casi la habían matado pero lo que realmente hizo brillar los ojos de Dora y que su corazón latiera aprisa, fue la promesa de ayudar a Lambert dándole su ciudadanía. Ella no pensó en nada más en ese momento, no le importaba si tenía que trabajar veinticuatro horas, tampoco pensó que eso podía no gustarle a Lambert o sentirse ofendido, sólo pensó en las posibilidades y que eso haría que estuviera menos alejada de él.

-Señora Weiss, no necesitaría obligarme, sería una tonta si no aceptará este puesto... Acepto y le prometo que no voy a fallar.

Ansiaba poder verlo y contarle la noticia. Si Dora no fuera aún algo fría, incluso habría abrazado a aquella mujer que tan pequeña, había hecho algo grande a los ojos de Dora.

-Puedo, pero mañana me tengo que levantar temprano. No quiero molestarte para que tengas que hacer tortitas a las 6 am. No te preocupes, me quedaré, pero mejor duerme.

Al día siguiente se levantó más temprano de lo normal (después de todo, no sabía cuánto iba a tardar hasta el trabajo desde allí). Cuando le dijo a Krys que se iba, le contestó con gruñidos, así que no sabía si había sido consciente de ello. Le dejó un mensaje en el PCPU diciéndole que s ehabía ido a trabajar. Acarició al perro antes de irse, procurando que no ladrara.

Algún agente le miró un poco raro. Un tipo con pintas más humildes saliendo de un edificio a esas horas... Sin embargo, no tuvo problemas hasta llegar al transporte público para ir al curro.

"A saber dónde me toca hoy. Espero que algo que no necesite concentración, porque si no, habra que tomar algún estimulante".

Odiaba los estimulantes. Solían dolerle los "ojos" con ellos. Se ve que no encajaban bien con algunos tipos de biomecánica.

Mientras, se puso a leer por PCPU el boletín del ejército. Hablaba del aumento de la producción de engels, del sistema de fortificación nuevo para proteger las costas en vistas a futuros ataques de los hombres-pez, de la construcción del nuevo crucero de batalla que se eternizaba con nuevos problemas... Había, por supuesto, típicas historias patrioteras de soldados del frente evidentemente censuradas donde las partes poco edificantes y perturbadoras se eliminaban. Las historias de su madre daban a veces impresiones muy diferentes a las que solían dar la propaganda oficial. E incluso ella no cuenta todo. Nunca le contó lo que la hizo internarse en el sanatorio militar varios meses. A veces su febril imaginación le ofrecía pesadillas de lo que su madre pudo haber visto, casi siempre relacionadas con su miedo a los pantanos de Lousiana. La mente es una puta, desde luego.

El transporte llegó a su parada habitual.

Escuchó lo que ella decía con una sonrisa complaciente. Le gustaba cuando los planes salían bien, y le gustaba rodearse de gente de confianza. Esa gente, si le debía favores, era todavía de mayor confianza. Así era el mundo en el que ella se movía, el mundo de la política y las altas esferas.

-Excelente, excelente. No obstante, no todo son buenas noticias. El aumento de responsabilidad va a conllevar... una pequeña disminución de las vacaciones. Me refiero, a su baja por enfermedad. Hay un jefe interino del departamento, pero obviamente la investigación está siguiendo su curso con mayor intensidad ahora. No se preocupe, con tarjeta oro... un problema médico como el suyo estará resuelto para mañana. Por que pasado mañana la quiero en su puesto.

Los guardias se acercaron a ella y se aprestaron a acompañarla de vuelta al edificio. Antes de irse, le dijo algo más.

-Hablaremos próximamente sobre el examen de ciudadanía de su novio. Ah, si... huelga decir que si va a abandonar la ciudad, lo haga armada, o tome sus precauciones. Ahora va a ser un objetivo todavía más suculento para los de afuera.

Se despidió moviendo la manita, dejándola sola y pensativa en aquella gran plaza.

De vuelta a su casa, o al hospital, no sabía muy bien donde, recibió una cascada de mensajes.

Departamento de recursos humanos del Ministerio de Información

Por la presente se le comunica que ha sido ascendida a funcionaria del Ministerio de Información nivel 2, escala de subinspección y dirección de departamento. Como parte de éste nuevo estátus deberá leer y firmar el contrato de confidencialidad acorde con su nuevo rango de forma telemática como parte de la aceptación implícita de su nuevo rango. El reglamento de funcionarios nivel 2 puede consultarse en la ley codificada de 14 de febrero de 2081 que regula los derechos y deberes del alto funcionariado (link).

Le adjuntamos una escala con la diferencia de sueldo, dietas y otras ventajas inherentes a su nuevo estátus.

(Resumen)

• El sueldo pasa de 4.000 terranotes a 8.500 terranotes/mes. Ahora se incluyen dietas de desplazamiento y manutención para viajes oficiales.
• Los días de vacaciones pagados pasan de 15 a 31. No incluyen los "días de asuntos propios", que son otros 30 al año (acumulables).
• Permiso del NGT para la tenencia de un vehículo particular sin restricciones, de desplazamiento horizontal o módulo-A.
• Posibilidad de adquirir un permiso de armas equivalentes al de agentes del orden de escala básica (policía raso).
• Permiso para poder hacer uso de un servicio de guardaespaldas gubernamental en sus desplazamientos dentro de territorios controlados por el NGT.
• Desbloquea la posibilidad de adquirir viviendas en zonas VIP de arcologías, tales como el nivel 3 de Melbourne.
• Gana la consideración de tarjeta oro de la seguridad social y sanitaria. Cobertura VIP y total incluso en caso de mutilación masiva o fallo multiorgánico grave. Asegura estar la primera en lista de transplantes y transfusiones.

Hospital "The Alfred"

Ha recibido v.d hora para un tratamiento VIP con arcanoterapia orgónica para la completa sanación de su presente condición médica. Por favor, acuda a las 17:30 horas de mañana para recibirlo.

Reenvío del Ministerio del Ciudadano

Se ha recibido una solicitud de examen de ciudadanía para la arcología de Melbourne del ciudadano de asentamientos extra-arcología y colonias exteriores "Lambert Walker", (número de identificación). Se le ha notificado al mismo mediante correo electrónico ordinario.

Figura usted como aval de dicho proceso de adquisición de ciudadanía en calidad de "compañera sentimental". Debe recordar a su pareja los datos que adjuntamos, relativos a las clases que debe recibir en subdelegación del ministerio con carácter obligatorio de cara al examen para dicha ciudadanía, que tiene su fecha fijada en el 18 de septiembre del presente año. Las clases tendrán una duración de 300 horas repartidas de junio a agosto de éste año.

Sin más, nuestros mejores deseos y suerte en éste siempre engorroso trámite.

Eran muchas cosas para asimilar pero ella podía con eso, no era la primera vez que tenía tanta información a su disposición, de lo único que no estaba segura era de llevar un arma pero si no tenía mas opción que esa, ya se ocuparía del tema en cuando no quedara margen de cuidado. Llegó a casa y mientras se sacaba la ropa y terminaba de leer los mensajes, se dirigió a Jarvis.

-Jarvis, llama a Lambert. Dile que es importante que lo vea ahora mismo.

Esperaba que él estuviera tan emocionado con el tema como ella. Fue ella misma quien envió un mensaje al grupo de amigas.

GRUPO
"Chicas, me han ascendido. Tendré menos tiempo que nunca pero espero tenerlo en cuanto me ponga al dia para que lo celebremos juntos."

Había puesto juntos porque no iba a separar a las que estaban de novias y porque en realidad quería que todas conocieran a Lambert, aunqur algunas no estuvieran muy contentas con ello. Acarició a Chloé un rato antes de meterse a la ducha, realmente necesitaba despejarme su mente y le pidió a Jarvis que preparase un té.

-Avisa cuando llegué Lambert y hazlo entrar o lo que te conteste. Saldré enseguida...

Le gustaba aquel sitio y sopesaba el hecho de mudarse sólo por comodidad. El vehículo no lo quería, a ella le gustaba viajar aunque después del atentado no estaba segura de poder hacer un viaje tranquilo, tal vez también tenía que considerar lo del vehículo. Irremediablemente terminó pensando en Lambert, estaba nerviosa porque no sabía cómo lo tomaría, además, ya tenía una notificación, ¿no tendría que haberle dicho algo ya? Bueno, quizás no había tenido tiempo. Disfrutó de la ducha mas tiempo del normal, era su momento.

Grupo Chicas:

Kristal: !!!!
Mei: ¿Ascendida?
Cynthia: Acuérdate de nosotros cuando vivas en el nivel 3, cabrona.
Kristal: ¿Quedamos éste finde con tu chico y comemos juntas?
Mei: ¿Chico?
Cynthia: O chicos.
Cynthia: Me voy a quedar para vestir santos.
Kristal: Pero eso ya lo sabíamos, tía.
Mei: xD
Cynthia: Ja ja ja

Salió de la ducha y revisó el móvil, contestando a sus amigas. No se dió cuenta de que estaba allí, y de hecho le dió un buen susto. Allí, de pie, apoyado en el marco de la puerta, mirándola con una pequeña sonrisa. Había muchas cosas que podía decir: dar las gracias, enfadarse por que se hubiera entrometido en sus perfectos planes de hombre decente que quería ganarse el pan con el sudor de su frente... Pero... ¿Cómo podía enfadarse con ella por querer ayudarle?

Finalmente, su mutismo se rompió en una amplia sonrisa. Al cabo de la cual, cogió el terminal de su PCPU, lo dejó encima de la mesita de noche y se echó sobre suya, besándola con tanta pasión que parecía que su lengua le iba a desgastar el fondo del paladar.

Estaba medio desnuda, por no decir prácticamente, pero esa vulnerabilidad no le molestó. Es más, le pareció apropiada en tal situación. Ni corta ni perezosa, le acarició con las palmas de las manos, hambrienta. Necesitaba de él, quería sentirse viva.

Escuchó el PCPU antes de salir del baño y sabía que eran sus amigas pero no pudo responder al salir como pensó bajo la ducha pues ahí estaba él mirándola simplemente. En principio creyó que estaba molesto porque no había un atisbo de sonrisa en su amante pero pasaron apenas unos segundos en los cuales todo volvió a la normalidad y volvió a ser suyo mientras se besaban apasionadamente. Eso sólo podía significar una cosa y era que podía dejar de preocuparse por todo y disfrutar de lo que la vida le estaba dando, ya habría tiempo para las previsiones pero en ese momento solo quería una cosa.

-Qué bueno que llegaste...

Sus manos recorrían su cuerpo, no estaban en igualdad de condiciones, no señor, tenía que ponerlo como ella y rápidamente comenzó a realizar sus manos sacando su camiseta, pegándose a él y poco pero sin dejar de besarlo, bajando sus manos para encontrarse con los botones de su pantalón que cedieron ante sus delgados dedos. Lo demás fue cuestión de tiempo pero pronto él pudo sentir sus manos ansiosas bajo la ropa interior acariciando directamente su sexo, sin prisa pero firme, sabiendo lo que quería y poniéndolo a punto para lo que deseaba. Lo miró unos segundos sin dejar de acariciarlo pero luego lo soltó y lo tomó de la mano con una de ella y con la otra se quitó la toalla.

-Ven, vamos a la cama...

Lo empujó sobre la suave cama y se montó encima de él a horcajadas besándolo de nuevo y al mismo tiempo frotándose contra él pero sus interiores seguían estorbando así que en una sola maniobra los retiró al tiempo que volvía a su boca y a tocar vientre contra vientre sintiendo que el calor subía entre ellos y se preparaba para recibirlo pero también disfrutaba del preámbulo. Comenzó a besar sus hombros y darle pequeños mordiscos, tal vez buscaba desesperarlo un poco.

         Coljay se despidió feliz de sus padres y durante el recorrido de vuelta con Jerome hasta se permitió ser cariñosa con él,le había sorpendido el encanto que había demostrado con su propia familia, era eso mas que su propia terca actitud la que les había convencido de darles una oportunidad, así que realmente le tomo por sorpresa que la pareja de tipos los rodeara y por un momento se mantuvo sorprendida y asustada tras del señor Bennet, pero cuando reaccionó y tomó aplomo, improvisó para tratar de convencer a los tipos de que no mataran a Jerome por querer salvarla mientras que lo empujaba para su sorpresa; entonces comenzó a contonearse coqueta con algunos pasos de Sokkkie hacia el tipo de la pistola antes de ponerse la en la frente con valentía

         " Vamos señores no necesitan ponerse así de violentos por tontos prejuicios raciales que yo también comparto, han atinado muy bien yo solo soy una puta Nazzadi, que acaba de contratar el caballero ... muchas gracias por comportarse caballerosamente conmigo, pero no es necesario.    Así que si ustedes quieren que nos divirtamos no tengo ningún problema al respecto ... pero todos nos divertiremos mas sin esas armas de por medio ... y yo les puedo dar el dinero que el señor me iba a pagar para olvidarse un rato de su ... aburrida esposa humana "   

          Trataba la Nazzadi de convencer a la pareja de tipos para que se relajaran y distrajeran con ella para dar le una oportunidad a Jerome de reaccionar o a ella misma para sorprender les, pero trataba de no demostrar el miedo que sentía en ese terrible momento y esperaba tener la oportunidad de poder sorprender al tipo con la pistola ... para dejarle al otro a Jerome

Había días que comenzaban mal pero que además se torcían. "Revisión y puesta a punto de equipo", le dijeron en central. Todo apuntaba a que iba a pasarse el día entero arreglando cacharros rotos, reparando vehículos y pasando la mopa. ¿Para que pagar a una mujer de la limpieza cuando los curritos podían tener la central como los chorros?

De repente, un estruendo, no muy lejos. ¿Unas manzanas, quizá? Una explosión, un ruido ahogado y lejano, como de hierro crujiendo y polímero aplastándose. Gritos de personas. Aunque estaban trabajando, se asomaron a una ventana por curiosidad. Al otro lado del río Yarra, en la zona verde, había caído algo sobre uno de los pabellones de recreo. Ese algo era grande y había destrozado el pabellón, dejando un reguero de metal y objetos desperdigados por el suelo, ahora en llamas. ¿¿Que demonios??

Algo cayó después del cielo, una figura humana, en caída libre, hasta estrellarse contra el suelo con violencia. Horrendo... Miraron hacia arriba y vieron la causa de todo ello. Las vías del tren maglev, muy arriba, casi a trescientos metros, en la entrada del intersticio con el nivel 3. Las vías habían explotado en una sección de casi cien metros de largo. Dos trenes circulaban, en ambos sentidos, y habían sido afectados. Vagones rotos, vías rotas, frenos de seguridad que estaban fallando... La policía y los servicios de respuesta rápida se apresuraban en llegar, pero aquella tragedia, que aún les costaba asimilar, podía ir a más si el resto de los vagones delanteros caían en el agujero. Por alguna razón... los vagones colindantes parecían abocados a ese destino. ¿Y los frenos de seguridad? Aquello apestaba a sabotaje, a terrorismo.

El señor Henare, un maorí que ocasionalmente revisaba sus turnos (y les puteaba cuando podía), parecía que estaba blanco como si hubiera visto a un fantasma. Y eso que era bien moreno. No se habían dado cuenta de que se había asomado a mirar también.

-Los generadores-D del instersticio. Si no funciona la magnetización de la vía, los trenes caerán.

Ellos sabían como arreglar eso. Pero exigía valentía y actuar más allá de los límites de su trabajo. Sveta le miró, él la miró. Ambos sabían lo que había que hacer.

-¿No querías ser un héroe? -le preguntó con una enigmática sonrisa.

Y corrieron hacia su vehículo.

Ciertamente le desesperó, pero eso no hacía si no acrecentar la excitación. Podía sentirlo bajo ella, caliente como una estufa, impaciente, respirando como un toro. La acaricia cada vez con más atrevimiento, tomaba sus nalgas con las manos, buscaba insaciablemente tomar el control.

Pero ella no le dejó tomarlo. Sonrió, traviesa, y guió el pene con una mano. Entró como cuchillo caliente en mantequilla, y él jadeó. Esa sensación siempre era deliciosa, daba igual cuantas veces lo hicieras, o los años que pasaran. El sublime momento de la penetración era inigualable. Comenzó a moverse, cadenciosa, frotándose con él. Lo sentía arder bajo ella, temblando como un niño. Pero a ella también le gustaba hacerlo así, sentir que tenía la sartén por el mango. De hecho, le gustaba mucho.

-Mi niña... -susurró.

Ella sonrió, besándole, y luego se irguió para darle a su cadera un ritmo más rápido. Todavía recordaba como él se había derretido bajo ella en el bosque. Un chico tan fuerte, tan guapo, y lo tenía a su antojo, jadeando como un adolescente. Aquello la ponía a cien. 

-Vamos. Respondió únicamente.

Corrieron hacia su vehículo y le tocó pilotar. Nunca le había gustado pilotar y menos rápido, pero no había más cojones. Apretó el mando de aceleración a fondo, procurando tomar la ruta más rápida posible sin matarse. Era cuestión de ser rápidos, pero si se mataban ellos, nadie iba a poder arreglar el estropicio a tiempo.

Se concentró bien en la conducción y maldijo en su interior tener esos ojos biomecánicos. Nunca nada es tan bueno como con lo que uno nace, o eso decía su abuelo.

Todo se estaba yendo a la mierda muy rápidamente y Jason no estaba listo para dejarse arrastrar. Sus instintos se activaron como una alarma de emergencia y los músculos de todo su cuerpo se pusieron en tensión. Se agarró a un asiento para coger carrerilla y mantener el equilibrio mientras pensaba.

Pero no había tiempo para pensar. Una corazonada le dijo que tenía que moverse y cuanto antes. Echó a correr hacia la puerta del vagón, intentando ignorar los desalentadores ruidos que hacía el tren balanceándose en mitad del aire, y se apresuró a llegar a la puerta.

Con suerte, podría abrirla, pasar al otro lado y seguir avanzando hasta un lugar seguro... Tantos años de gimnasio para tener un buen cuerpo tenían que servir para algo aparte de para atraer las miradas de sus clientes, ¿no?

El vehículo no era un deportivo, pero él lo puso al límite de sus capacidades. Intentó evitar la vista de la gente que caía desde el vagón desventrado, o se agarraba chillando con todas sus fuerzas. Había vehículos del departamento de respuesta rápida y emergencias, intentando contener lo peor de la catástrofe. Las ambulancias venían detrás, atronando con sus sirenas.

Ellos entraron dentro del instersticio por un túnel de servicio, rumbo a la sala de control de generadores. Unos vehículos militares estaban estacionados en la entrada, justo donde ellos aparcaron. Había señales de que allí se había desarrollado un pequeño combate, como dos cadáveres armados tirados en el suelo, vestidos con ropa de calle y extraños tatuajes: cultistas.

Un pelotón de infantería estaba en el lugar, todavía disparando contra gente al final del pasillo. Uno de ellos estaba herido, y un compañero le aplicaba un gel de nanobots para cerrar la herida. Les vieron llegar, aunque no sabían muy bien quien eran. Ellos tenían acceso a sus ID, así que una soldado, con rango de sargento, se quitó el casco y dejó ver que era rubia.

Se acercó a la pared, que era de cemento. Si habían tiros convenía no estar en la línea de fuego. Aquello era supervivencia básica. Miró a Phil, pensando en el fregao que se habían metido. Aún así, había que aparentar cierto grado de... ¿Profesionalidad? No parecer un par de turistas que estaban allí a verlas venir.

-Los generadores están apagados, ¿No?, ¿Cúal es la situación?

Acababan de pedir hacía unos segundos a unos ingenieros para reactivar el sistema, y ya habían llegado. Madre mía... ¡Aquello si que era eficacia! No obstante, parecía gente de mantenimiento de arcologías. Pero esa gente podía ayudarles en ese momento. Dejó al herido al cuidado de un soldado y les miró, parpadeando. ¿Era gente con las pelotas necesarias para estar allí?. El enemigo tiró una ráfaga desde el fondo del pasillo y ellos agacharon instintivamente la cabeza, no así los soldados. Sonrió. Estaban verdes todavía.

-La alarma saltó unos minutos antes de la explosión. La policía vino y hubo un pequeño tiroteo, los echaron a patadas. Luego vinimos nosotros y repartimos amor. La térmica dice que quedan dos más ahí dentro, fuertemente armados. Luego hay... cuerpos muertos también. Imagino que los ingenieros que estaban trabajando ahí.

Volvió a ponerse el casco, ya que las comunicaciones las tenían integradas en él.

-Al parecer están fallando los frenos de los trenes. Manipulan los sistemas de seguridad desde ahí dentro. Hay que entrar y hay que hacerlo rápido, o más gente morirá. Pegaos a nuestros culos y no entréis en la sala hasta que esté despejada. ¿Ok?

Cargaron las armas y dió unas órdenes con gestos. Uno de los soldados manipuló una granada flashbang para que detonara enseguida, tiró de la anilla y la lanzó al fondo del pasillo con fuego de cobertura. Tras eso, corrieron hasta la esquina, tiraron al tipo al suelo de una patada y siguieron avanzando, mientras el de atrás le desarmaba con un inmovilizador eléctrico. El último se resistió, tirando una granada al pasillo y agarrando la pistola justo antes de que le dieran varias ráfagas encima.

-¡¡¡Granada!!!

Cayó cerca de Phil, y él se la quedó mirando, apenas un segundo. Solo podía hacer una cosa y eso es lo que hizo, casi como un acto reflejo: tiró encima el cadáver de uno de los cultistas, que se seguía en cuclillas, y se lanzó hacia el lado opuesto, en plancha.

La explosión casi le dejó sordo. No era una de fragmentación, si no una HE. Aquella gente tenía material de guerra serio. Sin embargo, el cadáver absorbió casi la totalidad de la fuerza de la explosión, convirtiéndose en un amasijo de carne, huesos y sangre. Debido a la fuerza de la explosión, parte del suelo y la pared se habían erosionado, aunque sin riesgo de derrumbe. El cultista superviviente había resultado mutilado, pero los soldados estaban ilesos.

Él mismo se sentía mareado, cubierto de aquel polvo en suspensión que el hormigón deja al explotar. El cuerpo le hormigueaba, y creía que había resultado herido por metralla o algo así. Pero era simplemente un efecto secundario de la explosión.

Sentía la voz como lejana, aunque la vista se enfocó enseguida gracias a sus gafas electrónicas. Su compañera le zarandeó, comprobando que estaba bien, palpándole en busca de heridas. Era la primera y única vez que Sveta le había metido mano. Una lástima que llegara tarde.

-Phil... Phil... ¿Estás bien?

La cabeza le daba vueltas, pero aparte de eso, parecía razonablemente entero.

Se acercó a mirar si los "civiles" estaban bien. Al parecer, si. Los soldados comprobaron que estaban todos bien, revisando la sala en busca de sorpresas explosivas o algún terrorista oculto.

-Despejado, señora -sonó atrás.

Ella volvió transparente la placa frontal de su casco, había una sonrisa detrás.

-Eso ha sido valiente, ciudadano. Gracias.

Una transmisión llegó a su comlink, y apoyó un dedo en la oreja.

-Los de los trenes están teniendo un mal día. No quiero ser grosera pero... ¡Dense prisa!

Le ayudó a levantarse, y Sveta a caminar. Era una sala de control típica, con los ordenadores, las llaves de paso y otros medios mécanicos para la revisión de los sistemas del intersticio. Se sentó en un terminal de CPU, sin darse cuenta de que estaba manchado de sangre. Ya estaba rebozado en ella, pero no era suya, si no del tipo que había explotado.

-Échame un cable, genio de la informática -dijo su compañera.

No había manera de que la separaran de él, sólo quería una cosa en la vida y la tenía, por Dios que la tenía. Cuando se acomodó para permitir que se clavara en ella con esa suavidad pero al mismo tiempo ese ardor de cómo sus paredes se abrían recibiendo su arma caliente y firme, poniéndola de una manera que nadie jamás había podido. Su espalda se arqueó con fuerza, su vientre se empujó contra el de él provocando una entrada tan profunda que ella también gimió con fuerza.

-¡Lambert!

La pelirroja disfrutó de ese momento llena de su carne hasta que puso sus dos manos sobre el apetecible pecho de su amante y comenzó a cabalgarla como la mejor de las amazonas aunque siendo honestos, en su vida se había montado en algo que se asemejarse a un potro, excepto él, su Lambert. El movimiento de sus caderas provocaba que el placer se acrecentara cada vez que parecía que iba a salir; claro que los gemidos de Lambert provocaban que ella lo montara mas o menos rápido hasta que no pudo más y prácticamente se encontraba saltando sobre él aprovechando la humedad de su sexo que había empezado a bañarlo a él.

Con Lambert no tenía miedo a dejarse llevar y estallar sin control en medio de convulsiones y gritos, esperando, eso si, el orgasmo abundante y caliente de él, eso era el paraíso.