Partida Rol por web

DISTRITO DE MONTENEGRO, SOLARIS VII.

Ayer soñaste con el combate con el Grasshopper. 

Te has despertado con el olor del plástico fundiéndose pegado a la nariz y el ruido de la munición estallando rebentándote los tímpanos.

Luego te has duchado, has desayunado y te has ido al trabajo. Por la radio hablaban con entusiasmo de los próximos campeonatos. Las noticias bullen de entrevistas. Las redes sociales no paran de discutir los nuevos fichajes y los nuevos modelos de Mechs, que harán invencibles a los campeones. Te sientes parte de esa energía.

En la Note* tienes mensajes del CCS** sobre varias ofertas de combates con tu escudería.

El pasado no tiene porqué repetirse.

La escudería Excalibur no es gran cosa aún. Una pared de seis metros rodea varias naves y talleres. Aparcas al lado de los hangares de los Mechs. Pronto os sacaré a bailar, nenas. 

- Hola, Campeón. Drummond quería verte en su despacho.- Moriarty, el mecánico jefe, es de los pocos que aún te llama así. Asientes y subes las escaleras. 

Drummond es el jefe de la Escudería... En teoría. Como no sabe distinguir un CPP de un tubo de escape, tú te ocupas de todo lo que tiene que ver con Mechs, Mechwarriors y combates, y él de facturas, alquileres y presupuestos.

Es un hombre de aire triste, que viste como un contable. Suspira mucho. Una vez te habló de los fondos de inversiones que patrocinan Excalibur, pero no entendiste mucho. Lo que sabes es que van a ponerte de nuevo en las Arenas, y que tienen dinero suficiente para hacerlo. De momento ellos han cumplido. Ahora te toca a ti.

- Bueno, Pattison. Hoy llegan nuestros pilotos al astropuerto.  Vaya usted a buscarlos y deles una vuelta por la ciudad. Les he reservado habitaciones en el Garraghy. Ya sé que tiene poco tiempo para prepararles, pero la Liga Titan's Clash*** empieza el martes, y es importante que participemos. 

Drummond tiene razón. Poner a punto la Escudería y reunir al equipo ha tardado demasiado, pero sino entráis en las ligas menores será imposible clasificarse luego en las mayores. Tienes mucho que hacer aun... Discutes con Drummond un poco los mechs que piensa adquirir la escudería. Tú querrías un Atlas, pero el presupuesto... Luego hay que hablar de la prensa... 

Tras quince minutos, Drummond suspira. Le dices que no se preocupe y coges la furgoneta de la compañía para ir a buscar a los nuevos al Astropuerto.

Algunos habéis llegado hace dos horas, otros acabáis de aterrizar. Algunos habéis venido en una nave de carga reconvertida que parecía desintegrarse en entrar en la ionosfera; otros en una cabina privada en la que flotaste hasta recuperar la gravedad. Pero todos habéis llegado por fin.

El Astropuerto de Solaris es tan grande como el de Tharkad o Luthien, y está lleno de turistas. Algún día no podréis pasar por aquí sin que os atosigue una multitud de fans y paparazzis. ¡Estáis seguros! 

Salís al exterior con vuestro equipaje. Cae una ligera llovizna sobre un Gunslinger encima de un pedestal. Un mech especial para duelos de la antigua Liga Estelar. No podéis admirarlo mucho tiempo, porque os espera una furgoneta con un tipo con un cartel: ESCUDERÍA EXCALIBUR.

Rongar entra en la furgoneta como si quiesiera que no le viesen. SE sienta y mira por dentro, intentando descubrir quén hay.

- Parece que he llegado el primero. Ronronea, como si fuera un alivio más que una sorpresa. - ¿Ray donde coño estás que no quiero se agolpe la gente?

Tras atrevesar el gentio de gente, Francisco ve al tipo con el cartel de la escudiria de la que su amigo le conseguido un trabajo y se dirige a ella, tras saludar y presentarse a la persona que esta esperado, Francisco sube a la furgoneta.

-buenos días- le dice a la persona que ya esta en la furgoneta mientras se sienta -Francisco Tormenta Espada, ¿con quien tengo el placer de hablar?-

- Rongar. Se presentó acercando la mano para entrechocarla. - Rongar Scharnhorst Addader.

El viaje había sido largo y aburrido, y la suerte no me había acompañado en las frecuentes timbas en las que había participado, casi quede desplumado y menos mal que me retiré a tiempo si no probablemente me hubiera jugado hasta mi mecht.

 Una vez con el cash justo para sobrevivir, y menos mal que el agente de la escudería había pagado el pasaje, solo me quedaba pasar el tiempo revisando y poniendo a punto a mi viejo "Aguijón" lo que hizo que apenas hubiera tenido contacto en los días de tránsito con casi nadie del pasaje.

 Cuando por fin llego el día de descender a Solaris VII  "Aguijón" estaba tan apunto como el día que salió de la fabríca de la antigua liga estelar hace casi 300 años.

 Así pues me cambio en la cabina y me pongo un mono civil sin insignias y ni logos, empaqueto en el petate mis escasos bienes la muda de ropa limpia y me dirijo al bullicioso espaciopuerto de Solaris VII.

 Salgo y me encuentro un poco perdido entre la cantidad de gente, no recuerdo haber estado nunca en un planeta tan poblado y menos en una urbe tan concurrida. Así que dejo que mi mirada vague por los alrededores, haciendo como si buscara a alguien, pero embelesado por lo que veo.

  Al final de mi ojeo, y por pura casualidad veo una furgoneta con un hombre con un cartel que pone Escudería Escalibur, y una sensación de agradable tranquilidad me embarga, parece que lo pactado con Ray se estaba cumpliendo. No faltan historias de gente contactada y contratada que llega a su lugar de su destino y allí ya no hay ni contrato ni contratador y te quedas con un palmo de narices y a lo mejor hasta sin fondos para poder salir de donde te hallas.

Me dirijo hacia la furgoneta y veo que dos individuos que por su forma de andar y moverse parecen tipos curtidos, dicen algunas palabras, veo moverse sus labios pero desde esta distancia no les escucho, entran en la furgoneta, Sin más dilación acelero el paso, no quiero ser el último, y llego hasta el hombre del cartel.

-Igor Popov, digo y entro. Una vez dentro veo a los individuos anteriores, me tomo un segundo para evaluarlos, mi primera impresión fue correcta. 

-Caballeros, me llamo Igor, Igor Popov. Parece que seremos compañeros. Y tomo asiento alejándome lo más posible de ambos       

Levanta la mano izquierda, que la tenía sujetándose la cabeza, mientras esperaba con rostro aburrido. - Rongar... mucho gusto. Se rascaba la barbilla. Por mucho que viniera como gladiador, no sabía si tendría montura o no, si sería capaz de estar a la altura.... incluso si le dejarían hacer algo a su manera.

Raimond le va dando la bienvenida a sus futuros compañeros de escudería. Era una nueva oportunidad, quizá no tendría el éxito de sus años mozos ya que tanto su habilidad como los recursos de aquella época no eran los mismos, pero podría demostrar que el "toque Ray"  estaba de vuelta. Uno a uno iban llegando y les iba comentando que todo sería con un poco de prisa, una vuelta por la ciudad de camino al, Garraghy pues ya la escudería entraría en acción dentro de pocos días.

—Un torneo de ligas menores pero un paso obligado para estar en la Gran Carpa...

Falta Shinobi Sandiego... Pero según el astropuerto tormentas solares retrasan la llegada de su nave un par de días. Ya volveréis a por ella. 

Subís todos al vehículo y arrancáis. La Escudería se encargará del transporte de vuestros Mechs al Establo (están aun "empaquetados", parcialmente desarticulados para mejor transporte. Los lleva una especie de trailer). Ray os da una vuelta por la ciudad para que os vayáis familiarizando. Pasáis por delante del estadio Boreal Reach, uno de los mayores, donde se anuncia un combate entre un Atlas y un Battlemaster esta noche. Lástima que no queden entradas. Pero lo retransmiten varias cadenas. 

El Garraghy es un apartotel decente donde cada uno tiene su propia habitación reservada. En el vestíbulo hay una fotografia firmada demostrando que Gray Noton, el siete veces campeón vivió aquí una vez. Parece un buen presagio.

Tras ducharos y asearos, Ray os lleva al Club Pelícano. Un local con mucha clase donde podréis ver el combate en directo en tres dimensiones. 

—Estará interesante ese combate —dice Ray—. Nos servirá para analizar la categoría de lo que aquí se cocina. Y también para ir planificando estrategias dentro como fuera de la cancha.

Mírenlo ahora todo un "buen muchacho", atento a las estrategias y el trabajo en equipo. Los años le habían pasado factura y ahora debía seguir otro camino para recuperar la gloria perdida.

—¿Piensan lo mismo? —finaliza.

Se quedó pensando: - Si, si, es un buen sitio, pero, ni que no hubieras visto nunca un holovideo de aquí. No se paró a pensar que quería ponerse a analizar uno a uno las técnicas y movimientos de cada contendiente, como analizando cada uno para ver más adelante como actuar ante cada contendiente. - De todas maneras, ahora es tontería. Cuando te vas a enfrentar a uno, pues, entonces te tiras dos días o tres estudiando sus vídeos, a ver como se mueve, donde se suele esconder y cosas así. De todas maneras les contestó: - Bueno, si alguien me invita a una timbiqui negra puede estar bien.

       - En serio se acaba de ir el vehículo hace un momento?    Maldita sea!     Bueno, ya les alcanzaré más tarde!     Cuando parte el siguiente vehículo?     Qué cosas interesantes puedo hacer para ocuparme mientras tanto? -.     Dice Shinobi al encargado de la escudería que aún la esperaba unos minutos después de que el resto de pilotos de la escudería hubieran partido, dejándola detrás por un retraso que solo tal vez en parte fuese también su responsabilidad

Shinobi hace una llamada a Ray nada más llegar a Solaris y un taxi la lleva al Pelicano, donde pueden presentarle a los demás.

Encima de la barra se encienden unos paneles para recordar a los clientes que pueden apostar por el combate. El juego es legal en Solaris. ¿Alguien se apunta a apostar por el Battlemaster o el Atlas?

Ray recuerda como muchas veces su pellejo estuvo en peligro gracias a que debía dinero a algunos prestamistas, mafiosos en realidad; dinero para cubrir apuestas que sobrepasaban los límites permitidos legalmente. Este no era el momento para volver al vicio.

—Yo paso —dice a los demás mostrando una expresión triunfante como quien ha superado una dura batalla—, pero si alguno quiere jugar algo el tío "Ray" no pondrá problemas.

Como buen apostante siempre estas atento a todo lo que cuentan las noticias sobre cualquier cosa sobre la que se pueda apostar, así que hurgando en los recovecos de mi memoria busco en pos de cualquier información sobre los  contendientes.

          - ¡Buenos días ... caballeros!     Soy Shinobi, la estrella dentro del Mech que faltaba en el grupo y ustedes quienes son? -       Dice y pregunta una joven de estatura media, rasgos orientales, tez apiñonada, cabellera oscura rasgos finos del rostro, mirada penetrante, figura atlética y sutilmente curveada dentro de una armadura militar negra y brillante, quien les mira con seguridad, aplomo y una carismática sonrisa con tenue provocación antes de fijarse en las opciones por apostar que muestran los paneles y entonces mira de reojo a Ray antes de preguntarle:

         - Cuál de los dos es el tuyo viejo? -    Le pregunta Shinobi a Ray con cierta camaradería, pero con respeto de reconocer a un experimentado piloto

—Bueno Shinobi —contesta Pattison a la recién llegada—, aunque ya no apueste, y ya que lo pides, iría por ***** lo veo con más ventaja y su piloto es bastante hábil. Pero no te fíes  mucho de mi la suerte se me esconde casi siempre.

- Rongar. Respondió a la chica, con el mismo gesto que hizo la otra vez, de ponerse un dedo en la sien, con desgana y desidia, y simular un saludo militar con un solo dedo, sin energía ni ganas. Le parecía prepotente, chula, jactanciosa y descuidada. - Ya veremos si eres tan buena como presumes. Pensaba para si, esperando verla estrellarse de bruces, para que la realidad le bajara los humos. Rongar no sabía si sería bueno en esto, pero, al menos, como siempre, esperaba sobrevivir. - Y si la cosa se empieza a poner muy chunga, nos marchamos.

Tanto Ray como Igor coinciden en alabar a la piloto del Battlemaster. Igor ha visto algunas grabaciones de sus combates (se ha estado informando). Ray asegura que la conoce en persona. Se llama Lyona Macchi y ganó la Copa Mabden hace dos años. Fue un combate brutal contra un Zeus, el mech de Lyona había perdido un brazo y un torso cuando...

- Tienes mucha jeta viniendo aquí, Pattison. - interrumpe la batallita una voz grosera. Un muchacho jovencito con ropa de estilo paramilitar se pone a la altura de vuestra mesa. Le sigue su propio cortejo: dos individuos corpulentos con cazadoras similares y algunas mechbunnies. Os dirige una mirada altiva a los demás.- He oído que tienes una nueva escudería... Manda huevos que aún alguien te haga caso, viejo. Debiste quedarte en tu agujero. ¿Y estos que son, tu grupo de terapia?

Los dos adláteres y las chicas le ríen la salida. Es evidente que todos llevan algunas copas de más.