Partida Rol por web

La anciana, aquella misteriosa mujer que había conseguido sacarlo de sus casillas. Por mí la anciana puede pudrirse, en cuanto a nuestros compañeros, será mejor que no los ejecuten, deben tener mazmorras con celdas por aquí, creo que sería más adecuado.

Itán y Artros

Ante vuestras palabras, los soldados parece dudar un momento y miran a Ser Vilem; pero éste, hace un gesto con la mano de que continúen.

- Pa...padre... - la voz de la hija del sheriff sorprende a todos en el ayuntamiento. Las espadas se detienen y los ojos se vuelven hacia la chica. La anciana pega un respingo y se acerca de nuevo a la chica. Ser Vilem alza la mano para detener el ajusticiamiento.

- ¡¡¡Wanda!!! - grita el sheriff esperanzado y corre hacia ella sentándose a su lado pero aún con miedo a tocarla.

- Pa..padre...tengo sed... - murmura la chiquilla girando la cabeza hacia su padre con los ojos aún entornados.

- Por supuesto... hija...por supuesto... - dice el sheriff entre lágrimas buscando algo para darla de beber.

- ¡Espera! - el guantelete acorazado de Ser Vilem le sujeta del hombro - Anciana... ¿cómo está la chica? 

La anciana Stoyanka se inclina junto a la chiquilla y con sus ojillos inquietos, empieza a inspeccionarla. Un corro se forma en torno de ellos. La anciana tarda un rato en examinar a la muchacha pero una sonrisa va surgiendo poco a poco en su rostro. 

- La Rabia se retira... por ahora está a salvo... - comenta con un graznido volviéndose hacia el Sheriff y Ser Vilem.

- ¡¡Hija!! - el sheriff abraza a su hija entre lágrimas - Benditos sean los dioses...

Ser Vilem, permanece en pié mirando a ambos y a la anciana mientras se acaricia el mentón. Aún hay duda en sus ojos.

- ¿Por cuánto tiempo la Rabia no remitirá? - pregunta a la anciana.

La vieja se encoge de hombros.

- Cinco días... una semana... Nunca... Depende de la fuerza de su organismo. Sin embargo... hay un problema... -responde la anciana - no tengo más ingredientes para la cura... Éso - señala el caldero con la barbilla - es todo lo que he podido hacer...

Ser Vilem mira a la chiquilla, el cubo, los atados y de nuevo a la anciana.

- Está bien... al menos ganamos tiempo mientras decidimos lo que hacer... - comenta Ser Vilem - ¡Ayudadla con los prisioneros! - ordena a sus soldados.

La anciana asiente a ser Vilem y se levanta entre crujidos de huesos. Hace una seña a la chiquilla que coge el caldero y se encamina a los prisioneros. Renqueando, se acerca a Artros.

- Sujetadle la cabeza - ordena. 

Los soldados sujetan a Artros con fuerza mientras la anciana le examina.

- Éste puede salvarse - comenta tras examinarle - Mantenedle la boca abierta - Y sin más, en cuanto los soldado fuerza a Artros a abrir la boca le vuelca una cucharada de líquido en el gaznate. Artros, se atraganta y tose mientras los soldados le sueltan y cae de lado al suelo.

La anciana se acerca a Itán y le examina mientras menea la cabeza negativamente.

- Éste está mal... tal vez no tenga salvación... pero los elfos... son fuertes... dadle líquido.

Los soldados van a sujetar a Itán pero Bogdan el herrero interviene.

- Espera... no podemos malgastar éso en un apestoso elfo medio muerto... guardémoslo para otros que puedan salvarse...

La anciana le mira con rabia y acerca el cucharón a la boca de Itán volcándo su contenido.

Itán, sufre el destino de Artros y al igual que él, cae al suelo tras ingerir la bebida.

Ambos ya no sois conscientes de nada más. El líquido os quema en el interior y os hacer retorceros de dolor al tiempo que la Rabia pugna por explotar dentro de vosotros...

Morrowir, Kazurh y Lilith

El tiempo pasa... 

Apenas con fuerzas para sentir ira por las palabras del herrero, no puedo evitar no obstante sentir el peso de la segunda deuda, ésta última de vida, que contraigo desde que llego al pueblo.

Sto...yanka... La vieja loca... La madre que la parió... Resulta que sabe lo que hace... Y respeta a los elfos... Maldita sea... Como alguien le toque un pelo le abro en canal... aunque sea lo último que haga...

Con avidez, engullo la oportunidad que se me da, y me encuentro con más de lo que puedo asumir.

Caigo y me retuerzo por el dolor, noto que me hincho, como un botón de aster a punto de brotar...

AAAaaaaaaaaaaaaaahhhhh...

Cuando me sujetan el cuello, la rabia me domina y me revuelvo intentando morder las manos cercanas, pero finalmente me someten y el líquido penetra en mi garganta.

El dolor me asola pero una luz de esperanza me calma al recordar lo que ha pasado con la chica- tal vez no sea mi hora todavía.

Morrowir, Kazurh y Lilith

El tiempo pasa...

A​rtros e Itán

Os parece una eternidad el tiempo sumidos en el dolor y la Rabia pero poco a poco uno y otro van cediendo hasta que el dolor se diluye en vuestro cuerpo y la Rabia se retira lejos de vuestra consciencia pero la percibís acechando en el borde de vuestra visión.

Estáis empapados de sudor pero al menos, de momento vivos aunque respirando agitadamente. Volvéis a ser conscientes de vuestro alrededor. La mayor parte de los heridos se recuperan como vosotros aunque alguno de los que estaban peor ha muerto. 

Parece que Ser Vilem, la vieja, el alcalde, Fiala, el herrero y algunos otros tienen una especie de concilio en una de las esquinas. 

Una chica joven se acerca a vosotros con un cubo de agua con un cazo y os mira un poco con miedo...

Termino por caer de espaldas al suelo y abro los brazos y las piernas mirando al techo. Respiro y cierro los ojos para volver a ser consciente de esta nueva situación.

Por esta parece que te has librado de nuevo. Putos bichos.

Cuando veo que se acerca la chica con más o menos trabajo intento incorporarme y al cogerle el cazo la miro a los ojos fíjamente. Hubiera sido una buena broma haberla asustado con un grito, pero no estoy de ánimo.

Bebo el agua despacio, disfrutando de ella y sin prisas.

Aún con las manos atadas, y con mi lengua seca e hinchada llenando mi boca como si tuviera un pañuelo enrollado dentro de ella, miro con ojos lastimeros a la muchacha y a Artros, tratando de llamar su atención para obtener unos tragos de agua, pero sin ánimo para emitir un sólo sonido...

Aún la tengo... la siento palpitar dentro de mí... ¿Qué hablan esos? ¿Se están pensando si matarme o no? Ah... La cabeza me va a estallar... Necesito agua...

 Estaba claro que el caballero, atormentado por sus recuerdos, no era capaz de pensar con claridad. Lilith miró a Kazhur un rato, pero él era un hombre de acción, no de reflexión. La joven maga suspiró larga y profundamente para relajarse. Debía asumir el mando. No sabía como hacerlo, así que lo hizo.

 - Está bien, Morrowir, todo y que tengo en cuenta tu opinión, voy a pedirte que te comportes como yo sé que sabes hacerlo. Confío en tí.- le dijo dando por concluída su conversación con el soldado - Volvamos a dónde estan nuestros amigos, los supervivientes están reuniéndose allí y creo que deberíamos conversar con ellos. Dejadme hablar a mi.

Lilith se dió la vuelta y regresó a paso vivo dónde había dejado a Artros e Itán atados e indefensos. Esperaba que los hombres y mujeres de aquel lugar fueran razonables, en caso contrario.... en caso contrario habría que derramar más sangre aquella noche y esperaba que no fuera la suya.

 Cuando llegaron se encontraron a sus amigos retorciéndose de dolor (supongo) y al sheriff abrazándo a su hija recién recuperada. Todas las miradas estaban puestas en la anciana. Mientras Morrowir pugnaba por contener su furia y Kazhur lo vigilaba para que así fuera, Lilith se aventuró a hablar con las gentes del pueblo. Preguntar que deseaban hacer, averiguar como la anciana había salvado, como mínimo, a la hija del sheriff y, sobretodo, inquirir si necesitaban ayuda para algo más.

Con mucho miedo, la muchacha da agua primero a Artros y después al caído Itán. El agua los refresca y les hace sentir vivos pero notan un cierto sabor amargo en su boca que a pesar del agua no se va.

Al poco, regresan Lilith, Morrowir y Kazurh. El guerrero humano avanza el último y cabizbajo. El enano, corre hacia Itán y Artros y se arrodilla frente a ellos examinándolos. 

- ¿Estáis bien? ¿Qué ha ocurrido? - comenta mientras duda en desatarlos o no.

Mientras, Ser Vilem, el Sheriff Milo, Bogdan el herrero, Fiala, un par de hombres más y la vieja Stoyanka discuten airadamente. Parece que la discusión va sobre dónde resguardar a los pobladores sanos y dónde meter a los infectados.

Al final, Ser Vilem ofrece el castillo, aunque incompleto, a los ilesos y se acuerda encerrar a los afectados en un granero bajo vigilancia militar.

Lilith se une al grupo tratándose de enterar de más cosas, y así llega a su conocimiento que la pócima usada por la anciana es una antiquísima receta Chasind que la madre de la madre de su madre, la contó. 

La anciana habla ahora para todos y les relata los orígenes de la Rabia Amarilla. En sus orígenes hace miles de años en tiempos de la Primera Ruina, los chamanes Chasind, crearon un brebaje denominado Furia que ingerido, convertía a los guerreros chasind en brutos y salvajes descerebrados que cumplían a rajatabla su misión matando a quien quiera que se pusiese por delante. Dicho brebaje, confería una fuerza extraordinaria a los infectados a costa de su intelecto pero hacía de ellos, unos guerreros excepcionales frente a los bien armados guerreros Alamarri. Los infectados, sufrían un ansia por morder a sus víctimas y transmitir la Fiebre a otros... De ésto hace miles de años o al menos cientos...

- Sin embargo... - dice la anciana - esta Rabia es distinta... más fuerte... más .... - busca las palabras - brutal... - dice al final - Los infectados mueren mucho antes y además, permite infectar las armas...

Mira a los afectados y menea negativamente. 

- Mucho me temo que el brebaje evite mucho tiempo el resurgir de la Rabia...

Lilith, pregunta por la posibilidad de una cura total. La anciana la mira con sus ojos blanquecinos.

- Me temo que no es tan fácil... un ingrediente fundamental es el Musgo Sombrío... pero todos los lugares en donde se daba han sido esquilmados...

La anciana continúa con su relato.

Los legendarios "Almas de Fuego", unos seres que habitaban en la profundidad de la Espesura, enseñaron a los chamanes Alamarri, el secreto del Musgo Sombrío para combatir la Rabia Amarilla pero la codicia humana hizo que todas las fuentes de Musgo Sombrío fueran arrasadas hasta que ambos, el musgo Sombrío y los Almas de Fuego han caído en el olvido y no son más que una lejana leyenda. Hoy en día nadie sabe dónde hallar el musgo o a esos escurridizos seres.

La anciana mira a los presentes con gesto abatido. Y es entonces cuando interviene el herrero.

- Acabemos con los infectados y se acabó el problema... Ser Vilem... 

El guerrero parece dudar aunque se inclina por la opinión de Bogdan, el herrero mientras que el sheriff y Fiala la cazadora, se inclinan por agotar hasta el último recurso antes de matar a los afectados.

De repente, la anciana da un grito y alza los brazos en gesto teatral.

- ¡¡Consultemos a los antiguos Dioses!! ¡¡Los Dioses olvidados nos hablaran!! - grazna, volviendo a ser la loca que conocíais.

La chiquilla que siempre la acompaña, como si eso fuese una señal, rápidamente, la sujeta y la ayuda a sentarse junto al fuego mientras la acerca una bolsa de cuero de la que extrae unos polvos blancos. La anciana, en evidente estado de trance lanza los polvos al fuego.

- ¡¡¡Ahhhhhh!!!! - grita - Los Dioses.... los antiguos dioses aún están aquí...

- ¡Bah! - dice el herrero - Vaya teatro...

 - No es ningún teatro...- cortó Lilith el comentario del herrero con toda la seguridad de la que fue capaz mientras su mente privilegiada pugnaba por encontrar alguna mentira creíble que la ayudara de salir de aquel embrollo con sus compañeros intactos -cuando estudiaba en el Círculo de Magos ví trances así a menudo... dotaban a los maestros de amplíos conocimientos y vasto saber.... Además, todo aquello que pueda significar una esperanza para nuestros amigos y vecinos enfermos deberá ser escuchado... ¿no querreis cargar con sus innecesarias muertes sobre vuestras cabezas, verdad?

Dicho lo cual deja de dirigirse al herrero para mirar desafiante al auditorio, buscando la aprobación general. Si esta no se produciera, no quedaría más remedio que confiar en el hacha de Kazhur, que mantiene a una prudente distáncia de si misma, no vaya a ser...

Todos

El herrero mira a la maga y parece que va a protestar pero simplemente hace un gesto de "bah... paso" y se aleja del "teatro" de la anciana.

Ser Vilem escucha a Lilith pero sus argumentos no parecen convencer al guerrero.

La anciana sentada en el suelo y con la chiquilla sujetando su mano se balancea adelante y atrás mientras murmura por lo bajo y el humo de los polvos lanzados al fuego, la envuelve. La mujercilla empieza a canturrear en la anciana lengua Chasind. Su voz sube y baja mientras se mueve haciendo círculos con el cuerpo. La chiquilla mientras, la sostiene la mano.

La anciana levanta la mano mientras sus ojos permanecen cerrados y empieza a señalar en derredor hasta quedarse señalando al sur. Sufre un espasmo y se despierta de golpe.

- Al sur... el musgo está al sur... en la Espesura...- murmura.

El sheriff, muestra por primera vez algo de esperanza. 

- De acuerdo... iremos a por el musgo... -se levanta pero su pierna herida le falla y tiene que sentarse de nuevo - Necesitaremos voluntarios... - comenta abatido.

- Tonterías... - se adelanta de nuevo el herrero - Eso no es más que una sarta de tonterías... Milo y tú como alcalde, deberías saberlo.

El alcalde se encara con el herrero.

- Si hay una sola esperanza de salvar a mi hija haré lo que sea por conseguirlo... incluso si tengo que ir yo solo...

Ser Vilem se adelanta.

- Está bien... si encontramos voluntarios iremos a por el musgo ese... pero no podemos prescindir de ninguno de nuestros soldados y son pocos los habitantes ilesos con los que podemos contar ante un nuevo ataque... aunque... - mira a Lilith - supongo que la señorita maga se ofrecerá voluntaria a buscar el remedio... - comenta con un poco de ironía en la voz.

Fiala se adelanta para unirse al grupo que salga pero Ser Vilem, levanta la mano.

- No Fiala... necesitamos tu arco si esos Chasind vuelven... - luego mira en derredor - ¿Algún otro voluntario aparte de la maga?

Los habitantes miran a otro lado o al suelo. Nadie parece dispuesto a una empresa tan descabellada como internarse en la Espesura y desafiar a los Chasind, a las Brujas o a algo peor...

Kazurh, se levanta y se pone junto a Lilith. 

- Yo iré con ella... - comenta muy serio 

  - Por supuesto que iré como voluntaria.- confirma Lillith intentado imprimir en su voz toda la confianza que aún le resta, que no es mucha - Sin embargo, necesitaremos una muestra o, al menos, una descripción de como es ese musgo. No me gustaría arriesgar vidas innecesariamente para acabar volviendo con la hierba equivocada. Además, creo que todos estamos exhaustos. Pese a la prioridad de la misión, deberíamos limpiar nuestras heridas y dormir un poco antes de partir.

Quizá falló en la batalla al servir al rey. Pero aún podía ser una buena soldado defendiendo la vida de los inocentes del reino. (Y de los que no eran tan inocentes...)

Al ver a Fiala tan decidida la miro de arriba a bajo con algo de desprecio y a punto estoy de ofrecerme voluntario para quedarme, pero al ver que finalmente ella se queda, me pongo en pié para ir a buscar el dichoso musgo.

No creo que tengamos mucho éxito, pero me apetece salir del pueblo, respirar aire nuevo. No me fío de las reacciones de la gente recelosa. Lo mejor es que salgamos cuanto antes. Entonces, mi cuerpo se tambalea y pierdo un poco la compostura. Abro mucho los ojos y me pongo recto. Tal vez aún no este recuperado del todo y necesite algo más de brevaje.

Dos somos suficientes, estaremos de vuelta pronto.

Aún demasiado confuso y débil como para responder a Kazurh, tan sólo niego con la cabeza, y luego asiento, como dándole las gracias por su preocupación. Esperando que me desate, le muestro mis atadas extremidades.

Furia... -pienso, lentamente, mientras escucho a Stoyanka.

Una vez desatado, doy las gracias a Kazurh con un gesto y sigo escuchando.

¿Almas de fuego? Y esos Alamarri... creo que eran antepasados de los reyes humanos... o algo así...

Finalmente, nadie se acerca a ajusticiarnos. Casi no puedo creerlo.

Están todos locos. ¿Me van a dejar libre?

Cuando piden voluntarios, inmediatamente decido esperar a que los valientes me traigan ese musgo, mientras me recupero del susto entre las piernas de una mujer menos aguda que Lilith

Ay que joerse con la maguita... Pensé que sería una perita en dulce, todo el día en el convento ese de trileros... Pero habla como mi madre, y que me parta un rayo si no se acaba de enfrentar a esta muchedumbre para evitar que nos maten... Los tiene bien puestos.

Sin embargo, al ver que se apuntan todos aquellos que conozco, empiezo a comprender mejor la situación.

Parece que el que se quede por aquí tendrá una cuenta atrás vital en forma de golpes al yunque... Mejor me abro...

Me levanto con gran esfurzo, y con uno aún superior consigo hablar con voz más o menos audible:

- Iré... Traeré ese musgo...

Kazurh, ayuda a Itán a ponerse de pie. 

- Bien dicho, muchacho... eres un elfo fuerte...

Pero el herrero interviene acercándose a Ser Vilem.

- El elfo debería quedarse aquí... encadenado... está muy mal y seguramente se convertirá en una de esas bestias...

Pero ser Vilem, levanta la mano acallándole.

- El elfo ha optado por ir y de sus acompañantes es la decisión de llevarle o no... - comenta mirando a Kazurh y Lilith.

La anciana se incorpora entre crujido de huesos y se acerca renqueando hacia el grupo acompañada por la chiquilla que le ayuda.

- Mañana... al alba... os daré las indicaciones exactas... debo consultar a los antiguos dioses... - mira al grupo, se sonríe y girándose sale del local.

El sheriff se acerca a vosotros.

- Muchas gracias... os lo agradezco en el alma... mi hija es todo lo que tengo... - os comenta muy agradecido - podeis dormir en el granero... aunque me temo que los soldados de ser Vilem tendrán que vigilarlos... - señala a Itán y Artros.

 ¿Dormir? perfecto, por fin una buena idea. Pero Lilith no iba a permitir que separasen de nuevo a su grupo, ahora que había conseguido juntarlos.

- De acuerdo, que nos vigilen los soldados si lo creéis necesario. Sin embargo, todos lo que partamos juntos mañana, dormiremos juntos. Así cuando la anciana nos dé la información, partiremos sin más demora y sin esperar a nadie.- mira a Ser Vilem - Yo pienso que es malgastar soldados, pero como usted desee. En todo caso, estos voluntarios necesitaran sus armas y todo su equipo si la misión ha de llegar a buen puerto. Espero que sus soldados nos devuelvan todas sus pertenencias de inmediato.

Dicho lo cual, Lilith se tumba en el granero, se arrebuja en su capa y está decidida a dormir, aunque esté todo el pueblo mirándola. Primero por que está cansada y segundo para que Ser Vilem y el herrero vean que habla totalmente en serio y sin duda alguna de que van a obedecer.

Al ver que aún queda tiempo para irnos, me desilusiono un poco y el peso del cansancio me aploma.

Sí la verdad que dormir nos vendrá bien, tendríamos que recuperar fuerzas.