Partida Rol por web

Empujada por la corriente, la barcaza gira sin control río abajo. Por suerte Morrowir e Itán logran alejarla de la orilla en la que están los chasind. Éstos, rabiosos al ver que su presa se aleja corren por la orilla siguiendo el curso de la barca a la espera de que la corriente os lance contra la orilla. No obstante, veis cómo el jefe chasind, ejecuta al guerrero que se acobardó en la lucha y luego corre tras los demás.

La barca se ha alejado unos metros de la orilla hasta casi el centro del río y alguna lanza cae cerca pero de momento estáis relativamente a salvo. 

Mientras, Lilith ha logrado estabilizar un poco las heridas de Kazurh. Artros, se mantiene a la espera con el arco semi cargado. 

La corriente, poco a poco parece acelerarse.

Con un gran esfuerzo consigo hacer palanca e impulsar levemente la barcaza, pero a costa de quedarme sin apenas fuerzas. Cuando vuelvo a intentarlo, la dificultad de vencer la fuerza de la corriente me supera, y observo impotente cómo nos deslizamos a mayor velocidad por el centro del río hacia el primer salto del agua...

A duras penas logramos alejarnos un poco de la orilla desde donde los Chasind nos acechan, me sobresalto al ver como el que parece ser el jefe mata a sangre fria al guerrero que huyo luego de entablar combate conmigo. Eso sumado a una lanza que parecia estar viniendo demasiado cerca me hacen flaquear las fuerzas y la coordinacion con Itan, por lo que todo lo que habiamos logrado se pierde por la borda.

Ato una cuerda a una flecha y calculo las posibilidades de poder disparar a la otra orilla para tirar de la barca y cruzar el río si la cosa se llega a poner muy fea.

¿Creeís que es una buena idea?

La barcaza sigue acelerándose y los chasind poco a poco van quedando atrás. Aunque os mantenéis casi en el centro del río, las espumas de los rápidos y el ruido se ven ya en lontananza. 

El enano, aparta al elfo y agarra la pértiga. 

- Déjame... - comenta a pesar de sus  heridas.

Déjame intentarlo Artros.

Eso fue lo que dijo en enano, mientras agarraba la pértiga y justo antes de sentir un latigazo de dolor en sus costillas que le impidió remar con eficacia.

Déjame, es solo un momento -dijo mientras se ponía en una posición nueva.

Ahora que la unica preocupacion eran los rapidos de adelante, me concentro en usar toda mi fuerza para llegar a la otra orilla antes de precipitarnos. Kazurh le quita el remo al elfo e intenta, aunque los dolores de su cuerpo le impiden lograrlo.

- Vamos viejo, parece que la lluvia te ha oxidado. Quien diria que un par de cortes te tienen chillando como un enano.

Le digo al enano, bromeando mientras empujo un poco más el barco hacia la orilla opuesta.

Kazurh parece recuperado gracias a las artes curativas de Lilith, y me aparta para hacerse cargo del remo.

Por mí bien... pero me llamo Itán, no Artros. Me pregunto si ese último golpe le habrá afectado a la cabeza, haciéndole delirar más allá de creerse un humano...

Dejándole hacer, me centro en evaluar el plan de Artros.

- Mmm... Antes habría que hacer un buen nudo a la barca, o nos caeremos tras la cuerda en cuanto la flecha impacte en un árbol.

Mientras Artros e Itán meditan sobre la flecha, la barca sigue su rumbo. Los chasind ya quedan atrás pero no parecen cejar en su persecución tal vez esperando que volquéis en los rápidos. El fallo del enano con la pértiga hace que la barca se gire pero por suerte Morrowir corrige el rumbo y logra arrimarla un poco más a la otra orilla. La barca sigue acelerando...

REspiro profundamente y me concentro.

Estiro la cuerda más allá de mis labios para darle toda la fuerza que puedo.

Apunto en el tronco más gordo que veo y suelto.

Continuo con el esfuerzo de intentar llevar cuanto antes la barca a la otra orilla, aunque el cansancio por un momento me hace flaquear y mis aportes terminan no valiendo de nada. Ajeno a los intentos de Artros por clavar una flecha al otro lado, espero que Kazurh logre empujar la barca otro tanto, antes de que los rapidos nos lleguen.

Mientras Artros se concentra en el tiro, intento atar la cuerda firmemente a una zona céntrica de un lateral de la barcaza.

Mientras Itán ata la cuerda, Artros apunta cuidadosamente a un gordo olmo que se acerca rápidamente por la orilla. Lilith se agarra a uno de los laterales.

Kazurh y Morrowir no logran controlar la barca que gira enloquecida fuera de control.

- Agarraos - grita Itán y tanto Kazurh como Morrowir dejan los palos para agarrarse al borde de la barca.

Artros dispara y la flecha vuela rauda hacia el árbol para clavarse a un palmo del borde. La cuerda se tensa con un tirón y la barca se detiene abruptamente a unos escasos veinte metros de los rápidos. 

La cuerda cruje y la flecha amenaza con romperse bajo el peso de la barca y la fuerte corriente...

Al sentir el tiron en la barca intento aferrarme rapidamente y suelto el remo. Algo mareado por el sacudon intento tomar la cuerda y jalar con fuerza para alcanza la otra orilla, sin embargo mis manos enguantadas, humedas por el agua resbalan inutilmente. 

- Por el Hacedor, tiren todos con fuerza!

Casi no me puedo creer que la cuerda, o la flecha, o la barcaza, resistan la tensión, y de no ser por las palabras de Morrowir aún estaría mirando embobado la tensión creciente de la soga clavada al árbol. Con miedo a caerme, intento conseguir una pequeña aproximación a la orilla a base tirar, pero no consigo un buen punto de apoyo y termino más cerca de caerme al agua que de conseguir el más leve acercamiento a la orilla.

Maldición... Tengo que apuntalarme con ayuda de mis piernas a la estructura de la barcaza, o no voy a conseguir nada...

- ¡¡¡UGF!!!

Entre todos, tiráis de la cuerda pero no lográis acercar la balsa más que un par de metros y aún queda lejos de la orilla. La flecha amenaza con romperse.

- Vamos... fuerte... - grita Kazurh dando un nuevo tirón.

La fuerte corriente sigue dificultando el acercar la balsa ala orilla. Al otro lado del río los chasind observan vuestra maniobra entre gritos y risas. Alguna flecha vuela sobre el río para caer cerca de la balsa.

Luego de la zozobra inicial logro aferrarme bien y esta vez jalo de la cuerda sosteniendo firmemente mis pies contra el bote para jalarlo.
- Vamos, no se rindan que lo lograremos. Animo a mis compañeros sin importar las flechas perdidas que vuelan por nuestras cabezas. No podiamos fallar estando tan cerca, debiamos llevar ese musgo a la anciana.

Al ver lo precario de la cuerda, decido volver a tirar otra flecha, así el peso se dividirá entre dos y si falla una de las flechas al menos nos quedará otra.

Tirando con todas mis fuerzas, consigo ganar un poco de terreno a los rápidos que se acercan cada vez más...

- ¡¡MMPFGH!!