Partida Rol por web

Tras un breve interrogatorio de preguntas cortas, en la que explicáis lo sucedido, el canciller hace un ademán en pos de que lo sigáis.

Abandonáis la plaza que ahora se encuentra la mitad vacía y la otra llena de gente asustada y curiosa, atendida por guardias que intentan poner orden en aquel caos. Subís a un turboascensor muy bien decorado y pintoresco que le da una belleza apropiada y acorde con el resto del lugar.

Tras unas breves presentaciones, el canciller se fija en la herida de Nakor y observa que éste no aparta la mano de ella inconscientemente.

- He avisado a mi servicio médico personal para que se ocupen de esas heridas, mi querido amigo. - dice apacilblemente. Luego abre los brazos en un gesto de comprensión. - Os doy las gracias por tan valiente actitud, el Maestro Windu no se equivocó al seleccionaros...

Cuando se abre la puerta del turboascensor, en una planta muy por encima de la plaza, en el exterior hay dos caballeros jedi. El más joven parece sorprendido de encontrarse de repente frente al canciller supremo, pero el mayor simplemente inclina la cabeza con serenidad. Valorum saluda a ambos con la cabeza, y aunque no dice nada, parece que les conoce. El más joven e ellos advierte a Eeth, e inclina la cabeza imitando el gesto del más mayor.

No sabéis de quien se trata, pero Eeth reconoce al mayor de ellos como el Maestro Qui-Gon Jin, y el otro probablemente sea su padawan, Obi-Wan Kenobi.

El canciller os lleva por el pasillo, mientras los dos jedi entran en el turboascensor y las puertas se cierran sin hacer ruido.

- Parece que el último asistente a nuestra reunión nos espera. - dice Valorum, llevandoos por los pasillos.

El canciller supremo os lleva directamente a una sala de reuniones, y mientras la puerta se abre con un siseo, un hombre de color con túnica de jedi se vuelve hacia vosotros.

- Os presento al maestro jedi Mace Windu. - dice Valorum.

Subimos al turboascensor tras las explicaciones de Eeth, que ya empieza a convertirse en el "relaciones públicas" oficial del grupo bajo mi punto de vista... Es el único con suficiente educación y diplomacia para expresarse con claridad. A mí me aburre enormemente tener que hablar demasiado de cualquier cosa que no incluya explosiones o disparos.
Observo con curiosidad el interior del ascensor, casi da pena apoyarse en cualquiera de las paredes y ensuciarla... casi, pero no la suficiente como para no hacerlo.

-No es necesario, sólo es un rasguño- las palabras del Canciller me devuelven a la realidad, ni siquiera me percataba de que mi mano seguía sobre mi hombro así que la aparto enseguida como si no hubiera estado ahí nunca, carraspeando por lo bajo hasta que menciona a ese tipo. Miro a Numa y a Quaad inquisitivamente, creo que ninguno le conocemos.
-Un hombre muy sabio... sin duda- admito con una sonrisa burlona que Valorum no puede ver al estar yo detrás de él. ¿Cómo puede recomendarnos alguien que no nos conoce? Quizá sea un maldito suicida loco...

Las puertas se abren y accedemos a un piso elevado decorado con elegancia y ordenado a la perfección. Me hace sentir un poco incómodo... Sin duda fuera de lugar. Sigo sin comprender porque un Canciller nos contrataría a nosotros pero el negocio es el negocio.
Nos topamos entonces con una pareja de tipos con todo el aspecto de ser jedis, los cuáles efectúan un intercambio de inclinaciones de cabeza que miro divertido antes de proseguir hasta la sala de reuniones en cuestión.

-Así que fuiste tú- es lo primero que espeto a ver a Windu, mirándolo de arriba a abajo un par de veces antes de intentar efectuar una de esas inclinaciones de cabeza de la forma más torpe que cabe imaginar.
Después me adentro en la sala y me dejo caer sobre uno de los sillones pesadamente y hundiéndome en él con las largas piernas estiradas. Un descanso de vez en cuando viene bien...

¿El maestro que?

Frunzo el ceño al igual que mi colega cuando oigo hablar de ese tio. Por lo de maestro se daba a intuir que era otro de esos jedi, nunca en su vida había visto ninguno hasta que hoy de pronto ya llevaba cuatro.

Joder, menuda secta..

Asiento imitándoles con sus saludos hasta que finalmente llegamos a la sala de reunión, me dejo caer junto a Nakor pasando los brazos tras el sofa y observando al "maestro" aquel, parece un tipo importante. Cuando llega el resto le hago un gesto algo obseceno a Numa de que tome asiento junto a mi, aunque no espero tener mucho éxito. Carraspeo al ver que mis modales no son muy dignos del lugar en el que estamos y disimulo saludando por primera vez al jedi.

Buenas..

¿no teneis nada de beber? Tengo la garganta seca..

Eeth siguió a los demás y permaneció callado durante el trayecto en el turboascensor. Su mente se remontaba unos minutos atrás, en la plaza, donde habían tenido que actuar para evitar lo que podría haber sido una masacre. Trató de clasificar las emociones. Las había para todos los gustos, desde euforia bien contenida hasta amarga autocrítica. Su maestro siempre decía que un jedi no debía creerse superior a nadie "incluso aunque lo fuera", añadía. Eeth siempre creyó que ese último apunte servía para recordarle que un jedi debía ser también consciente en todo momento de lo que le hacía especial, y tomarlo muy en serio, como la gran responsabilidad que suponía.

Al salir del turboascensor se encontró de bruces con Qui-gon Jinn, el afamado maestro jedi. Un hombre imponente, sin duda, de la talla de Nakor, y seguidor de unas ideas poco habituales dentro de la Orden. Era conocido por su valentía y por sus discrepancias con el Consejo. Tras haber escuchado varias cosas de él, Eeth consideraba un error no admitirle dentro del Consejo jedi. El que le acompañaba era algo mayor que él, debía ser sin duda su padawan. Había oído también que muchos se sorprendieron por la elección del maestro Jinn. Por lo visto había elegido en el último momento a un aprendiz algo mayor ya para lo habitual, que no había destacado en ningún campo de la Fuerza, y que se había considerado la posibilidad de enviar a los campos agrícolas. Sin embargo, también se decía que había resultado un aprendiz modelo hasta el momento, toda una sorpresa para demostrar que incluso los maestros tienen mucho que aprender. Lo saludó al pasar con respeto.

Siguieron el camino hasta la Cámara del Canciller. Allí se detuvieron y Eeth vio al maestro Windu. Aquello era de lo más emocionante, y le costó mantener una actitud serena. Mace Windu era considerado uno de los más importantes jedi de todos los tiempos. Su influencia en el Consejo se equiparaba a la del mismo Yoda, y su dominio con el sable era aún mayor. El único maestro vivo del Vaarpad, la forma séptima de combate, una técnica tan agresiva que mantenía al combatiente mientras la ejecutaba en una lucha constante contra su lado oscuro. Y aquella verdad se reflejaba en su rostro, sereno pero a la vez fiero, implacable. Parecía alguien que ya no tenía nada que temer de sí mismo.

El zabrak se mantuvo en el lugar en que detuvo sus pasos, mientras sus compañeros se ponían más cómodos y saludó con una amplia inclinación.

Cuando entráis y os sentáis en la sala de reuniones, véis como los dos guardias de Valorum se quedan apostados fuera, dejandoos solos con el canciller y el Maestro Windu.

La sala de reuniones es un lugar informal y cómodamente amueblado. Podría ser un salón si no fuera por la impresionante unidad holovisualizadora que hay en el centro de la habitación. La unidad muestra en ese momento la cobertura periodística del incidente en la plaza. Se ve al sargento Munten hablando con unos periodistas, pero no se menciona en ningún momento vuestra participación en el incidente.

Un droide astromédico entra en la habitación con una bandeja de instrumentos médicos quirúrgicos, se sitúa junto a Nakor y comienza a trabajar en la herida hábilmente.

El maestro Windu os reconoce por vuestra labor dándoos la enhorabuena por tan rápida resolución, y además sin heridos.
Cuando se dirige al grupo de humanos les hace entender que su contacto en Tatooine es un conocido republicano con contactos en la Orden Jedi.

- Habéis sido elegidos por el hecho de no ser caras conocidas en Coruscant, y vuestro contacto de Tatooine me aseguró de vuestro ingenio. No había motivos para dudar de él, y al parecer hemos vuelto a acertar, no es así ?

Un droide de protocolo entra entonces con varias bebidas refrescantes y os la ofrece a todos. Valorum recoge uno de ellos, mientras Windu niega levemente con un gesto de su mano. Entonces toma la palabra el canciller supremo.

- El reciente incidente de la plaza es típico de los últimos días - dice el canciller Valorum. Hace que aparezcan en la holopantalla unas imágenes que mostraban escenas de violencia similar, mientras niega con la cabeza con tristeza - En todos los casos, el grupo terrorista Mayal, unos radicales políticos que pretenden disolver el Senado, ha reivindicado la responsabilidad del atroz acto. Ultimamente han centrado sus esfuerzos en mí. He recibido una amenaza de muerte, y mi ayudante, Sei Taria, ha sido atacado. Esto es como una respuesta a mi afirmación de que me aseguraría personalmente de que los miembros del Mayal fueran llevados ante los tribunales antes de que el Senado Galáctico se volviera a reunir.

Eeth imitó el gesto del maestro Windu y rechazó amablemente el refresco. Escuchó atentamente las palabras del Canciller y meditó sobre ellas.

- Son muy osados si pretenden atentar de forma tan pública contra usted, Canciller. Demasiado. Da la impresión de que podrían seguir intentándolo estos días, durante su discurso.

Se detuvo, inseguro de si había hablado antes de tiempo. La impaciencia era aún un defecto que debía eliminar, o al menos hacer menos visible, pero estaba bien encajada dentro de la genética de su especie. Si se podía calificar de algo a los zabrak era de tercos, obstinados y curiosos. Cualquiera de esas características desembocaba en una marcada impaciencia.

Miro con cierta curiosidad el holograma, no por lo que está proyectando sino por la nitidez y claridad con que lo hace. En Tatooine no hay de esos... ni en cualquier otro sitio en el que haya estado antes, aunque no se puede decir que Quaad y yo visitemos lugares demasiado "recomendables" y ése tipo de cosas supongo.
Uno de esos molestos androides supuestamente diseñados para hacernos la vida más fácil se me acerca, así que resoplo sonoramente pero accedo a sentarme mejor en el asiento, quitarme las hombreras y bajarme un poco la manga de la camiseta para que me trate la herida, mirando de reojo el proceso sin demasiado interés.

-Sin duda lo harán. Creo que serían capaces de enviar un kamikaze con tal de conseguir que el Canciller no pueda cumplir su promesa- admito abiertamente antes de recoger uno de los refrescos que otro androide nos tiende y al cuál me quedo mirando de arriba a abajo unos segundos.
Perfectamente silencioso y de movimientos fluidos. Esto también es nuevo...

-Quizá consigan algo del que consiguieron detener hoy, pero lo dudo bastante... ¿Tienen alguna pista sobre cómo encontrarlos?- miro al Canciller y al tal Windu alternativamente, después empiezo a beber de mi vaso con largos tragos hasta terminarlo y dejarlo en una mesita auxiliar cercana. Todo reluce tanto que parece que vaya a romperlo en cualquier momento.
-Gracias, chatarra- murmuro al droide cuando finaliza con el "parche", dejando la mugrienta camiseta en su sitio y preguntándome por un momento si nos darán algo parecido a un uniforme. Supongo que no, si pretenden que pasemos algo desapercibidos.

"Nos recomendaron?" No se si alguien muy inteligente o muy estupido... Aunque por lo que hemos visto a lo que nos enfrentamos son bastante parecidos a nosotros, toscos y directos. En cierta parte eso nos ayuda, pasar desapercibidos es facil entre gente asi, si tubieramos que mezclarnos con Jedis ya seria otro cantar.

Jedis, me incomodan, no se es como si debajo de esas tunicas y esa serenidad tubieran algo que ocultar, no puede existir gente tan recta por que si. Y ahora acaba de aparecer el cuarto en el dia de hoy. 

Atentar contra el Canciller es un trabajo de locos o de especialistas y estos tios parece que no se andan con triquiñuelas, les da igual matar a 100 personas mas si con eso consiguen su objetivo, eso es un problema, pues nunca sabes como va a reacionar un loco o un desesperado...

-Basicamente tenemos que infiltrarnos y debarajustar sus planes no? O tambien tenemos que encontrarlos? - Mi tono es bastante serio pues no me termina de convencer esto, jedis, el canciller, terroristas... quias un trabajo demasido grande... - QUe van hacer con el tipo de antes?

¿Esto ha sido típico? Joder, pues no pienso desactivar bombas con mondadientes todos los dias.. -murmuro casi para mí mismo, aunque mis compañeros pueden llegar a escucharlo - a este paso no duras dos dias tio..

Cuando llegan las bebidas frunzo el ceño en una mueca cómica ¡¡ Refrescos !! Esperaba algo más fuerte con lo que entrar en calor, no estos biberones de niñas. Suspiro con desagrado y pesadez y finalmente tomo uno de ellos, al menos así saciaría mi sed.

¿infiltrarnos? Eso no suena muy bien.. ¿pero es que estan todos locos?

Eso , amigo, estaría bien que nos dijeras nuestro.. eh..-busco una manera correcta de decirlo - nuestro cometido. Como habrás visto no tenemos un duro y así no se pueden hacer milagros como el de hoy, pero con el suficiente dinero todo sería mucho más .. eh.. seguro, si, seguro para todos. Quizás un par de droides y ..

Antes de que Quaad pueda acabar la frase, el canciller Valorum alza la mano y sonríe afable a la insinuación del técnico.
- No tan rápido. Parecen tener claro que quitarme de en medio es su prioridad. - dice mirando al padawan - El sospechoso ha sido detenido y se le procesará legalmente e interrogado adecuadamente. Se trata de Senn Riip Domeet, un experto en demoliciones del Mayal. Se le busca por crímenes contra el orden público y homicidio por diversos atentados en distintas zonas de Coruscant. -

Tras un breve tiempo de charla sobre lo acontecido y unos vasos de refrescante bebida, Mace Windu, que había permanecido escuchando en silencio, toma por fin la palabra.

- Como bien decís, creemos que el Mayal atentará contra el canciller supremo antes o después de su discurso de mañana. Os hemos reunido porque necesitamos a alguien que lo evite. - continúa diciendo con un rostro serio y una mirada penetrante - Como ya sabéis, os hemos escogido específicamente porque no queremos que los miembros del Mayal os reconozcan de vista, ya que suelen huir en cuanto ven el más leve indicio de una trampa. También os hemos escgido porque fuisteis recomendados por vuestros socios y mentores. - dice dirigiéndose al grupo en general. Entonces, os mira un instante.

- Hemos calculado que el Mayal dispone de tres posibles lugares de ataque con posibilidades de éxito, Si estáis de acuerdo, queremos que los detengáis antes de que puedan llevar a cabo sus ataques en los dos primeros lugares. Si fallan ahí, su última oportunidad será atacar al canciller mañana, mientras pronuncia su discurso. Esa también será vuestra última oportunidad para detenerlos.

El canciller vuelve a tomar la palabra cuando Windu parece acabar de explicar la misión, explicandole a los presentes con su habitual paciencia y elocuencia.

- Bien caballeros, antes de proseguir deberíamos finiticar nuestro trato, siempre y cuando estén de acuerdo en afrontar ésta misión. - comenta Valorum - Por supuesto, los honorarios irán acorde al peligro al que estarán expuestos. Hemos calculado que ocho mil créditos superarían cualquier espectativa. - En ésta ocasión, no parece dirigirse al padawan.

-Ocho mil por cabeza espero...- Miro a todos los de la sala con cara pensativa unos instantes - Realmente me parece algo bastante suicida lo que tenemos que hacer por que el tiempo no va en nuestro favor, y no parece que sepais una forma rapida de encontrarlos.

Detener a unos terroristas a los que les da igual cargarse a cientos de personas para conseguir su objetivo, en una ciudad y planeta que casi no conocemos, solo nosotros y en dos dias maximo... O les han hablado muy bien de nosotros o mis amigos han mejorado muchisimo en el tiempo que no nos vemos. Despues tendre que hablar con ellos para ver quien les dio ese trabajo.

-Y... Podrian encerrarme con el tal Senn? A mis compañeros los ha visto pero a mi no, puede que sea mas util encerrado y quizas en la calle que siendo interrogado y seguramente sin soltar prenda.

Cita:

-Debían estar muy borrachos entonces...- murmuro por lo bajo de forma que tan sólo me oigan mis compañeros sentados a cada lado, con una sonrisa ladeada que ni siquiera me molesto a disimular mientras el imponente jedi sigue su explicación.
Es extraño porque su aspecto no es tan intimidante pero sin embargo hay algo en su actitud y expresión que consigue que se le respete, o al menos que te andes con ojo.

-Así que tenemos tres oportunidades... No está mal, es más de lo que esperaba- meso mi barbilla distraidamente y observo a Quaad. En la mayoría de misiones sólo tenemos una oportunidad, aunque admito que suelen ser más fáciles que ésta pero tampoco parece tan imposible.
-¿¿Ocho mil...??- repito algo sorprendido, aunque enseguida carraspeo disimulando, como si esa cantidad fuera lo más normal del mundo. Sin duda podríamos adquirir nuestra propia nave con esa cantidad, y es todo lo que necesitamos... Al menos eso creo yo.
-Por mí trato hecho- doy una palmada animadamente y sonrío, claramente complacido con la propuesta dado que el grado de peligro es algo que no me preocupa y en lo que nunca me paro a pensar demasiado.

-Supongo que no puedes ponerte otra ropa menos...llamativa, ¿verdad?- señalo a Eeth con la cabeza, haciendo referencia a esa especie de "uniforme" propio de los jedis. Una de las ventajas es que podamos pasar desapercibidos y con un jedi al lado no veo cómo vamos a conseguirlo.

Después me centro en Numa y su propuesta mirándola inquisitivamente con la ceja arqueada.
-¿Supones que confesará por creer que eres una reclusa y por usar tus... "encantos" femeninos? Creo que eso es mucho suponer- admito con tono de burla. Es bonita pero nunca la he visto usando ese factor a su favor o comportándose de forma femenina y atrayente, además no creo que el tío sea tan novato pero no seré yo el que le impida intentarlo.

-Si realmente su apariencia... es llamativa. Pero bueno supongo que ya contareis con eso. - Mientras decia esto no puede evitar pensar en algo, los Jedis son de los que solo ellos tiene que cumplir sus normas o si alguien se las salta en su presencia tambien tienen que hacer algo a respecto..?

-Y no, Tengo unos amplios encantos pero tampoco tan grandes. Pero quizas si lleve a la joven chica a su madriguera si esta lo saca de su prision... Solo depende de lo que quieran arriesgarse estos caballeros, Porque si tres intentos pero en dos dias, no podemos desaprovechar ninguna oportunidad. - Me tranquiliza un poco la seguridad de Nakor en esto, parece muy convencido de que podremos hacerlo, me sorprende la verdad, hace mucho que no trabajamos juntos y esta reaccion es muy relajante.

Aun no ha dicho nada los otros dos Jedis... Que parte de esta mision desempeñaran ellos? Me intriga que haya tantos de su orden para unos terroristas, suponia que este tipo de casos los llevarian otros .."empleados"

¿8 mil pavos? Je.. de acuerdo-sonrio y acepto sin pensarmelo dos veces, menudo pastizal iba a soltar el viejo. Y si era por cabeza más aún..

El colega tiene razón , tendras que ponerte a la moda "barriobajera" si quieres pasar desapercibido -miro al Jedi con sonrisa burlona pero amistosa, mientras dejo la mierda de refresco en la mesita. Con esos ocho mil podre tomarme bebidas de verdad dentro de un par de dias y montar una fiesta tremenda.

No es mala idea coletitas, intentalo. ¿Podeis encarcelarme a mi también para que me.. interrogues?- sonrio depredador y acabo estallando en una sonora carcajada que rompe la tranquilidad del ambiente.

Eeth escuchó atentamente las especificaciones de la misión. Tenía las manos unidas delante de él y notaba que las apretaba con la fuerza nacida de su impaciencia. Estaba emocionado, y temía que el maestro Windu lo advirtiera. Mace Windu era famoso por muchas cosas dentro de la Orden jedi, y su percepción y buen juicio eran unas de ellas. Sin duda captaría en pocos instantes su estado de ánimo, de manera que se concentró en permanecer calmado.

El resto de la explicación fluyó hacia su mente con más facilidad, y se sintió aliviado. Estaba dentro de la misión. El aspecto económico de la misma le importaba muy poco, podía dejar tranquilamente que entre ellos se organizasen si querían. No sabía mucho de dinero, pero 8000 créditos eran una suma considerable.

- ¿Cuáles son esos dos lugares que debemos investigar? - dijo cuando consideró que ya todos habían participado en el tema de la recompensa -. No podemos perder tiempo con asuntos secundarios. Si disponen de varios lugares más donde atacar, tenemos que anticiparnos.

La mirada que desplegó ante sus compañeros no admitía réplica. Su rostro se había vuelto determinado e impasible, y prestó atención a lo que el Canciller Valorum o el maestro Windu tuvieran que añadir.

El canciller valorum sopesa unos instantes la idea de la twi'lek para intentar persuadir al joven experto en demoliciones del Mayal, cuando es Mace Windu el que parece retomar la iniciativa.

- Los atuendos pasarán desapercibidos, no sus rostros. Ya hemos intentando persuadir a otros presos del Mayal sin demasiado éxito, estos hombres son fanáticos comprometidos con el ideal del grupo terrorista, y no es fácil convencerlos de que traicionen éste ideal. - dice contundente, pero con voz parsimoniosa.

El canciller asiente ante el comentario del sabio Windu, y es entonces cuando sonríe cuando se dispone a hablar.

- Bien. Entonces cerramos el acuerdo. Ya confiabamos en vosotros cuando Windu os eligió, pero visto lo sucedido en la plaza, esa confianza no ha hecho más que aumentar. - Dice mientras se levanta tranquilamente y se dirige hacia un ventanal que daba al exterior de Coruscant.

- A eso iba joven padawan - comenta entonces el canciller serenamente. -

Tras activar el holoproyector de nuevo, Valorum muestra un diagrama holográfico del área centrado en la plaza. Señala una torre a unos cuantos kilómetros de las oficinas en la que estáis.

- Ese es el Centro de Control Climático de este sector. Por lo general - explica con su habitual diplomacia - evita que se generen tormentas peligrosas regulanzo la ionización de la atmósfera. Si el sistema se desconectara - pulsa un botón y en la imagen se forman negros nubarrones sobre la plaza - caería un diluvio durante el discurso. Pero si fuera reprogramado... - pulsa otro botón, y rayos generados por odenador comienzan a golpear la plaza cada vez con más fuerza hasta que queda destrozada.

Valorum apaga la visualización de la tormenta, devolviendo su estado prístino a la imagen.

- El otro posible objetivo está aquí. - señala un bloque de oficinas un poco más lejos - El control de tráfico aéreo. Sus ordenadores establecen los carriles de tráfico para este sector. Se conseguiría poco saboteándolo, pero desde este lugar, un vehículo lleno de explosivos podría ser teledirigido hasta la plaza.
Esto lo ilustra con otro gráfico que muestra una lanzadera aérea dejando de repente los carriles del tráfico y estrellándose contra la plaza en medio de una terrible explosión.

- Alguna pregunta ? - finaliza Valorum.

Windu se muestra pensativo ante la explicación del canciller, aunque no dice nada.

Observo la demostración holográfica con cara de niño con un nuevo juguete, ese era un juguete caro. En cuanto empiezan a caer rayos no puedo evitar soltar una pequeña carcajada, era un metodo muy artístico e ingenioso para cargarse a alguien, pero modero mi risa ya que no debe hacerle mucha gracia al canciller.

Je je.. de ahi viene el dicho que te parta un rayo... eeh.. ¡pero no temas! Se me dan bien los sistemas informáticos.

Observo a los demás y de nuevo me siento un poco incómodo por lo que decido cambiar de tema.

Pues yo creo que lo mejor será empezar por el centro climático ese, los explosivos no se suelen montar hasta última hora así que supongo que esa será su segunda opción..

Me mantengo callado mientras la explicación tiene lugar, con el ceño algo arrugado debido a tanta palabrería, pero al menos está bien "decorada" con esas imágenes tan visuales que facilitan la comprensión de todo.
La verdad es que nunca se me hubiera ocurrido recurrir a esas dos opciones para llevar a cabo un ataque, pero obviamente los planes a gran escala no son lo mío y los chismes todavía menos.

-Lo mejor sería hacer dos grupos pero por desgracia sólo Quaad tiene la suficiente experiencia con esos cacharros- comento haciendo referencia a los ordenadores como si fueran algo desdeñoso. Obviamente por el hehco de que no los entiendo ni se me da bien manipularlos.

Miro al resto de mis compañeros rascándome un poco la cabeza dubitativo.
-¿Tendremos que estar montando guardia en ambos lugares o algo así? Porque no sabemos cuando pueden cometer el sabotaje así que será difícil encontrarnos con ellos- creo que hay algo que se me escapa y no sé muy bien qué es. Quizá tendremos que dividirnos después de todo, y en caso de "urgencia" llamar a Quaad.
-Deberíamos tener línea directa con todos los guardias de seguridad del edificio, supongo que habrá cámaras. Nos dará algún tipo de acceso, ¿no?- esta última pregunta va dirigida al Canciller. Ya tuvimos retrasos suficientes para acceder a la torre y no me gustaría perder el tiempo de forma tan absurda otra vez.

Eeth escuchó con atención. Ambas posibilidades eran terribles, de efectos devastadores. Cruzó los brazos ante él, pensativo. Sabía poco de los sistemas de control atmosférico, pero...

- Si los terroristas quieren aumentar sus posibilidades de tener éxito, intentarán todas las opciones que puedan, y tendrán que seguir un orden. Tanto sin son muchos como si son pocos, se puede reprogramar un desastre climático con antelación, ¿no? Quiero decir, aunque no sé mucho de esto, que entiendo que las órdenes que recibe el control pueden programarse antes, como una especie de temporizador... Sin embargo, para poder teledirigir un vehículo cargado de explosivo desde el centro de tráfico deben hacerlo en el mismo momento en que quieran perpetrar el atentado, así que esperarán hasta el último momento para tomar control del centro.

Creo que deberíamos empezar con el centro de control atmosférico. Quizá ya hayan estado. Quaad podría encontrar el fallo y resolveríamos el primer problema. Así, mañana sólo deberíamos preocuparnos de estar en el centro de control de tráfico antes que ellos.

El zabrak habló con inseguridad al principio, pero a medida que escuchaba su propia voz se convencía más de sus palabras. Tenía sentido, parecía increíble, pero podría tener sentido.

El canciller asiente ante las propuestas y Mace Windu está de acuerdo con vosotros en que en primer lugar deberíais tener vigilada la torre del control atmosférico.

- Por supuesto - comenta Valorum dirigiéndose a Nakor, saca un pequeño módulo de datos y se lo entrega - aquí están los códigos de acceso. También obtendreis asistencia médica por si la necesitaran en cualquier momento, y por último, licencias para sus armas.

El Maestro Windu contesta entonces.

- Coruscant es una gran ciudad, cuando un blaster no alcanza su objetivo, le da a otra cosa, cuantos menos disparos se produzcan, menos probable será que resulte herido algún transeúnte.

Tras recibir los códigos y las instrucciones, ambos se levantan de sus asientos en la conclusión de la reunión, y Mace Windu os recuerda vuestro cometido.

- Recordad que solo tenéis hasta mañana al medio día para detener a los terroristas. - ahora se dirige al joven padawan zabrak - Que la Fuerza te acompañe. - e inclina levemente la cabeza.