Partida Rol por web

El viaje a través de los edificios fue breve. Seguíamos Threktor quien se movía con decisión por las calles de esta ciudad laberíntica. Al poco rato llegamos a una posada. Todos parecían cansados y ansiosos por ver que habíamos obtenido tras la pelea con ese forjado, la espada mellama la atención.

Cojo la espada detenidamente, y como si hubiera un enemigo invisible trato de realizar un par de estocadas y cortes.

-No estoy acostumbrado a pelear con este tipo de armas, siempre he preferido la versión sutil... - Me quedo mirando a Khala y Raith - Si alguien le puede dar buen uso que lo haga, esto no se hizo para mi egrima. En cuanto a el precio no se muy bien quizá pueda dar un precio aproximado de lo que creo que valdría... Aunque puedo estar equivocado.

A todo esto veo a la princesa que tenía que vigilar jugando con el cetro y la linternita.

- Puedes quedarte con lo que quieras pero ni se te ocurra apuntarme a los ojos con la linterna - El poco tiempo que llevaba cuidando de esa princesa y ya sabía que iba a estar jugueteando y trasteando con cualquier artilugio.

No tengo ningún inconveniente en que Threkor se quede con los proyectiles siempre y cuando no le importe compartirlos conmigo llegado el caso. Todavía me queda una docena de virotes de ballesta y por el momento esos son cuantos pienso cargar.

Tras examinar el cetro sin descubrir en él ninguna aura mágica ni ninguna utilidad digna de mención, me muestro conforme en entregársela a la risueña Shanna. Parece un complemento decorativo perfecto para ella. Por lo que respecta a la linterna, esperaba que sustituyera a mi perdida lámpara de ojo de buey pero no tengo el menor interés en disputarme con nadie su posesión. Algún día me fabricaré una linterna yo misma.

Es tanto el interés que mis compañeros muestran por la espada que yo misma termino echándole un vistazo para dar mi opinión entendida.

Pronto surgen dudas entre todos vosotros ¿Darguun? ¿Rhukaan Draal? Al principio no recordáis mucho sobre estos lugares pero poco a poco y entre todos vais poniendo un poco de luz a todo esto.

Sharn se encuentra al sur del reino de Breland, muy próximo a la desembocadura del río Daga en los Estrechos de Sargón. Al oeste de Breland encontramos la nación gnoma de Zilargo. Esta es una tierra de gente curiosa y fiel aliada del reino de Breland. Más al este encontramos la nación Trasgo de Darguun, vuestro destino.

  Esta tierra tiene su frontera norte en contacto con Breland y su borde occidental en   contacto con Zilargo. La mayoría de su población son trasgos, grandes trasgos, osgos...Pero también pueden encontrarse algunos humanos. La mayoría de naciones del continente consideran esta nación trasgoide un mal necesario. Mejor tener a estas especies concentradas en una región que campando en partidas por todas partes. Para un viajero es posible adentrarse en estas tierras con más o menos seguridad si conoce los requisitos que debe cumplir y por donde debe moverse.

Más al este se encuentran Las Tierras Enlutadas. Así se les conoce ahora pero antes del Día del Luto estas tierras era el magnífico Reino de Cyre. Fuese lo que fuese lo que provocó aquella explosión arcana que arrasó el Reino, sigue siendo un misterio. Lo que si se sabe es que las leyes físicas y lógicas parecen quedar retorcidas en este lugar. Una niebla cubre esta inmensa región a perpetuidad.

Examinas la espada. Examinas sus patrones de fabricación y su compleja estructura. Las líneas que puedes ver con tus habilidades de  artífice reflejan una fuerza inusual en ese metal. La pura materia ha sido imbuida de energía arcana.

Sin duda se trata de un arma mágica.

Finalmente conseguimos reunir algo de información sobre la ubicación de Rhukaan Draal, aunque nadie sabía cómo podríamos llegar hasta allí. Debíamos encontrar un modo de trasladarnos rápidamente hasta allí. Por las palabras de Elaydren no podíamos demorarnos mucho. La existencia de la Casa Cannith dependía de nuestro éxito.

Dado que ninguno de los presentes demuestra tener el menor interés en la espada, decido guardarla en el interior de la mochila encantada por si en algún momento de nuestra andadura pudiera resultarnos de utilidad. Elaydren nos ha surtido bien de efectivo y su venta parece que corre menos prisa que abandonar la ciudad.

Viajar hacia las tierras de los trasgos no es un destino alentador, pero adentrarnos en las Tierras Enlutadas es francamente descorazonador. Si no fuera por que los intereses de mi Casa están en juego, posiblemente ni siquiera me plantearía emprender semejante viaje. O al menos no sin la compañía de una docena de forjados para la guerra leales. Pero en estos tiempos que corren y con las cosas que hemos visto, ¿quién se atrevería a confiar en la lealtad de los forjados?

Cuanto más lo pienso, más me duele la cabeza y más me cuesta comprender por qué no han puesto esta misión en manos de Menya y sus leales de la Guardia de Maderaoscura. A menos que ellos, de algún modo, ya estén involucrados en todo este asunto.

—Tal vez deberíamos buscar ayuda en la Casa Lyrandar —sugiero, recordando las últimas palabras de mi prima antes de desaparecer—. Esos semielfos ventoleros controlan buena parte de los servicios de navegación y transporte de la ciudad. Aunque quizá la opción más evidente sea contratar los servicios de la Casa Orien, cuyos miembros son maestros en el arte del teletransporte. Además mantienen el control del rayocarril, ideado por nuestros ingenieros. Si podemos contactar con cualquiera de estas Casas y conseguir sus servicios de manera discreta, tal vez consigamos abandonar Sharn sin que nuestros enemigos lo descubran.

Aparte de conversaciones de taberna en las que se hablaba de las hazañas de compañeros luchando en esos lugares....nada no me sonaban de nada el sitio a donde teníamos que ir a parar. Pero las tierras enlutadas bueno de eso si había oído hablar y nadie quería regresar al lugar por muchos tesoros que allí yacieran enterrados.

- Dicen que esos viajes de "tele-porte" o como se llame son caros. Cualquiera de los otros medios será del estilo, pero me fio mas de las máquinas o de los animales para llegar a los sitios. Digo mientras intento secar lo mejor posible mi casco y voy acercando mis prendas mojadas al fuego de la chimenea.

_{"¿Tele...portación...?"} En un susurro, Shanna Alethia bajó la mirada, y acarició el brazalete que llevaba en el brazo... Un sentimiento de calidez y desasosiego, al mismo tiempo la invadió por completo... Ese brazalete había sido el último regalo de Salektaim... El dragón que llegó a convertirse en su mejor, -y único- amigo de verdad...

A Shanna Alethia nunca se le había dado bien encontrar amistades reales. Hay un dicho famoso que reza: ''en la corte, no te fíes, ni del que la cola de tu vestido porte.'' Y es que en el mundo de intrigas, traiciones y pequeñas guerras frías, un noble no podía fiarse ni de su propia sombra. Shanna siempre había intentado hacer caso omiso a este refrán popular sin demasiado éxito. Una y otra vez, descubría que las amistades que creía encontrar no eran sino un espejismo. Podía haber cordialidad, podía haber sumisión, podía haber lealtad o miedo a la Corona y su poder, y a cualquier castigo que pudieran imponerle. Pero, ¿amistad, verdadera amistad, verdadera confianza, fe, cariño el uno en el otro? Únicamente en su familia la había encontrado, antes de conocer a Salektaim.

Sí, la desconfianza y la intriga eran el pan de cada día en un mundo como el que le había tocado vivir. A veces se dejaba llevar por esta misma desconfianza, como cuando desenfundó su estoque contra este grupo que tenía delante, los amigos de Elaydren. Otras, se dejaba llevar exactamente por lo contrario, tal vez por un exceso de confianza en la gente. Como cuando este mismo grupo le había advertido que no era sabio mencionar su linaje a los cuatro vientos por Sharn, pues la hospitalidad de la nobleza con los suyos no siempre se extendía al resto de la plebe, y maleantes y criminales podrían ver en la princesa no una persona, sino un objeto del que sacar beneficio. Sin embargo, pese a todo esto, aun sabiendo bien que existía gente malvada en el mundo, Shanna quería creer en las personas, y en la bondad de éstas. Esa, y su inherente soledad, era la razón por la que intentaba de verdad ganarse la confianza y la amistad de Elaydren, esperando encontrar en ella por fin la amiga que nunca tuvo.

Pero no era la única razón por la que estuvo allí, en la Estación Sivis, aquella noche. Al igual que los aventureros que tenía delante, incluyendo a sus leales guardaespaldas, estaban allí también por la recompensa (cosa que Elaydren se había asegurado de remarcar en su carta), ella estaba allí también por motivos adicionales. Alhandra, suponía, por lealtad a su familia, y para asegurar el futuro de la misma. Threkor, suponía, por encontrar a su mentor, Jarem, y confrontarlo. Shanna, para encontrar cualquier pista de Salektaim, y reunirse de vuelta con él.

Una adivina le dijo que encontraría en la estación de mensaje de la Casa Sivis en Sharn, una pista para encontrar a Salektaim. Aquella fue la razón por la que viajó a Sharn. Le pareció curioso que fuese el mismo sitio donde Lady Elaydren le pediría más tarde que recogiera su mensaje y le echara una mano, pero jamás pensó que ambos asuntos pudieran, tal vez, estar relacionados el uno del otro. Cuando Alhandra d'Cannith mencionó que la teleportación era la especialidad de la Casa Orien, supo que esa era la pista que buscaba. ¿Cómo había hecho el dragón para teletransportarla de vuelta desde su guarida hasta el Reino del Rey Aitkem, su padre? ¿Acaso poseía la Marca de la Casa de Orien? ¿Acaso conocía su magia, o tenía algún dispositivo fabricado por ellos? Era su única pista, tenía que preguntar allí.

Shanna se levantó en su silla se apoyó con las manos sobre la mesa.

{OBJECTION! (?)} "Debo discrepar con vos, Raith. Threkor tiene razón: el tiempo está en nuestra contra. Darguun está a dos provincias de Sharn, y no tenemos tiempo para viajar hasta allí por los medios tradicionales. La forma más rápida de llegar a Darguul es indudablemente a través de los servicios de la Casa Orien. Si ese Forjado para la Guerra, Sable, ha pensado lo mismo, tal vez incluso ya haya llegado a Darguun, y enviado a sus tropas sólo para ralentizarnos." luego de decir esto con un tono de voz decidido, volvió a sentarse cabizbaja con lentitud, y admitió: "Y... y... tengo algo que preguntar a los Orien... si-si no fuera mucha molestia, querría que fueramos allí..." levantó la cabeza para mirarlos a todos. "No sé hasta cuánto ascienden los precios, pero tal vez pueda usar mi sangre real a nuestro favor."

Ahm aventureros que dependen de una casa del dragón hasta para limpiarse el culo, se ve que ya nadie recorre los caminos en su montura.

- Usar la magia está fuera de nuestro alcance incluso con el dinero de la bolsa, sobre todo a esas distancias, una nave voladora será muy rápida pero muy cara también, yo voto por el rayocarril, va a una buena velocidad y es seguro, siempre tiene gente así que no creo que nos atacaran allí.

La noche y el cansancio van avanzando. Shana acaricia en su regazo a Stan, el gato de Norman. Su ronroneo constante y grave os termina por convencer de que es mejor ir a descansar para así poder investigar al día siguiente la mejor forma de viajar a lo que parece será vuestro nuevo Destino. No tenéis problemas de espacio para que Shana, Khala y Edirel puedan descansar. 

La noche transcurre sin incidentes. Durante el desayuno Threkor habla con Norman y este le presenta a un conocido llamado Fergy que suele viajar bastante. Lo primero le recomienda no viajar a Darguun. Pero si debe hacerlo le dice que existen tres formas.

La primera de ellas contratando un galeón de la casa Lyrandar que realiza un trayecto cada cierto tiempo entre Sharn y Rhukaan Draal. La otra opción es mediante la casa Orien comprando un pasaje en rayocarril hasta Puertadura y luego completar el viaje por el Paso de Marguul con cualquier caravana que vaya al oeste. Evidentemente, le dice, el trayecto más corto es por mar con el buque de la casa Lyrandar.

Más tarde Shana se suma a la conversación. "¿Teletransporte?" pregunta extrañado. Es algo que nunca ha usado. Es excesivamente caro y puede levantar más suspicacias, preguntas y dolores de cabeza que otras formas más comunes y discretas. Toda nación se cuida muy mucho de asegurarse una buena defensa contra algo así." A ninguna nación le gustaría que se teletransportase al dormitorio de sus gobernantes o patio de su palacio un ejército venido desde la otra punta del continente.", os dice.  Pero , quién sabe...

Así que el teletransporte no era precisamente discreto... Asintió y, aunque le dolió por Salektaim, aceptó que tal vez no fuera la mejor forma de viajar hasta allí. Había que explorar otras alternativas entonces. -No importa.- se dijo a si misma en su mente. -Obtendré la información de alguna otra manera... ¡Salektaim, no voy a abandonarte!-

Lo bueno es que entonces, sus enemigos no deberían tampoco haberse visto en condiciones de poder usarlo... Lo que les dejaba la ruta por mar, por rayocarril. Aunque debía reconocer que el rayocarril era turísticamente más atractivo, la forma más rápida era siempre por mar. "La opción del rayocarril me encantaría, pero... ¿no sería mejor ir en barco? Por mar podríamos atajar bastante camino y llegaríamos antes..." dijo, pensativa. "...Aunque es cierto que es una ruta posiblemente más peligrosa."

Escuché atentamente las palabras del tabernero y poco a poco mis otros compañeros acabaron despertándose. Era hora de tomar una decisión para viajar a destino. Khala prefería el rayocarril, pero yo votaba más por usar a la Casa Lyrandar.

Creo que sería mejor usar los recursos de la Casa Lyrandar. - digo pensativo. - Si Alhandra lo recomienda, creo que deberíamos hacerle caso. Ella conoce mejor que yo las relaciones entre Casas. Quizás si vamos de parte de la Casa Cannith, el viaje sea más barato y nos tratarán mejor.

Dejo que los demás opinen.

Las pesadillas vuelven a acosarme durante la noche, en concreto una que me acosa de manera recurrente en la que Neli yace en el suelo en medio de un charco de su propia sangre con Sable interponiéndose amenazadorablente entre nosotras.

Tampoco puede decirse que la vigilia sea muy diferente de una pesadilla, obligados como estamos a abandonar Sharn huyendo de una acechante amenaza para dirigirnos inexorablemente hacia las temibles Tierras Enlutadas.

Agradezco mucho a Norman tanto su hospitalidad como su colaboración y no dudo en emplear el fondo común que Elaydren ha puesto en nuestras manos para pagar los gastos de manutención y alojamiento que hemos generado en su local.

Tanto el viaje por tierra como el viaje por mar me parecen opciones aceptables, siempre y cuando no demoremos por más tiempo nuestra partida. Veamos cuáles son las condiciones y las tarifas de ambos servicios y tomemos una decisión. Anoche Shanna parecía interesada en tratar con la Casa Orien y yo no tengo nada que objetar al respecto. Mientras ella se informa del viaje terrestre, yo me encaminaré a la Casa Lyrandar y me informaré sobre las condiciones del viaje marítimo.

Propongo a todos reunirnos en este lugar a la hora de la comida y decidir juntos el modo de llegar hasta Rhukaan Draal.

Ese mediodía os reunís a la hora de la comida en la misma posada. Shana comparte la información que  ha podido obtener esa mañana en la casa Orien. Existe una linea de rayocarril que en tres días llega a Puertadura. Este rayocarril parte cada 2 días siendo mañana mismo la siguiente salida. Pero a partir de Puertadura  deberíais continuar durante otras doscientas millas por el paso de Marguul. La mejor forma de hacerlo es mediante una de las caravanas que la misma casa Orien lidera. Este tramo os llevaría otros doce días. La buena noticia, y en esto Alhandra os dice que en la casa Lyrandar le han dicho lo mismo, es que los documentos que tenéis son también cartas de crédito por lo que los gastos estarían pagados.  

El teletransporte es otra opción. Pero su precio es exageradamente alto. La Casa Orien puede teletransportar a un viajero por 10mo la milla recorrida. Las quinientas millas hasta Rhukaan Draal se recorrerían en  segundos...a un precio de 5000 mo por cabeza.

Alhandra ha hablado con la Casa Lyrandar. Existe un galeón que realiza el trayecto entre Sharn y vuestro destino cada cierto tiempo. Realiza el trayecto en tan sólo cuatro días aunque el viaje puede presentar ciertas incomodidades en base a las condiciones del mar. El próximo galeón zarpa en tres días.

El viaje en aeronave parece caerse por su propio peso. No hay capitanes independientes actualmente en Sharn y la Casa Lyrandar no fleta este tipo de embarcaciones a la nación Trasga.

Me reúno con mis compañeros para compartir con ellos la información que he obtenido y descubrir la que han conseguido ellos. Así es como descubro que la principal defensora de utilizar los servicios de la Casa Orien, Shanna, se retracta para decantarse por la travesía marítima que ya sugieron tanto Threkor como Elaydren.

—Más que el tiempo que invirtamos en llegar hasta nuestro destino, lo que a mí más me preocupa es el tiempo que tengamos que permanecer en Sharn antes de partir —comento con los presentes—. En un caso podríamos salir mañana mismo y en el otro aún debemos esperar tres días, dando a nuestros enemigos la posibilidad de localizarnos y frustrar nuestros planes. En cualquier caso, reconozco que el viaje por tierra puede entrañar más riesgos de ser asaltados que de ser abordados en alta mar.

»Si todos nos comprometemos a no llamar la atención durante nuestras estancia aquí —añado dedicándole una significativa mirada a la risueña "princesa"—, puede que el barco sea la opción preferible. En caso contrario, sugiero que partamos cuanto antes.

Visto que la gente se estaba decidiendo por el barco, incluida la princesa, no tiene sentido ponerse a discutir, es lo malo de trabajar para otros, que tu poder de decisión es muy poco, pero hay que trabajar para vivir no?

- No me gusta estar rodeada de agua, pero si no queda más remedio lo haré.

Cuanto antes empecemos con esto, antes acabaremos y podremos seguir en partes más tranquilas del mundo, y posiblemente menos mortales.