Partida Rol por web

Sombras de los muertos

Viaje al Este

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04/02/2020, 08:46
Björn Sturluson

La nieve nos llega hasta las rodillas y cada paso dado es como una pequeña tortura, aunque me consuelo pensando en que pronto podremos, al menos, descansar un poco las piernas. El caballo apenas puede andar y tengo que ir guiándolo por los senderos que abre Garbur en la nieve. Cuesta verle entre tanta oscuridad y tanta niebla. Al cabo de unos eternos minutos llegamos a su cueva.

Ver a Ottar despierto y a salvo me hace sentir la sangre en el cuerpo otra vez. ─ Ottar compañero, ¡que alivio que estés a salvo! ─  le doy un pequeño pero afectivo abrazo de alguien que no esperaba volver a verles y no puedo disimular una sonrisa de alegría. Una sonrisa que se borra tan pronto como nos informa del estado de Einar, que yace inconsciente y malherido. ─ Si tiene que morir habrá muerto como un guerrero, seguro que los dioses le estan esperando para recibirlo con un gran banquete ─ Me acerco a Einar y le agarro la mano mientras estoy arrodillado a su lado. No soy ningún sacerdote ni me sé ningún cántico ni plegaria hacia los dioses, pero mis pensamientos salen de mi boca como susurros y los dirijo hacia él y su alma. ─ Que las Valquirias te lleven con todo el honor y puedas entrar en los grandes salones a luchar y festejar hasta fin de los días. Einar, has sido valiente y has luchado con y por nosotros. Te reconozco como Einherjer, valiente guerrero por toda la eternidad.

Me levanto habiéndome despedido de Einar, y me acerco al fuego calentándome brevemente y después tomando algo de carne de la que nos ofrece Ottar. Tras el intenso viaje mis tripas rugen con fuerza y mis piernas empiezan a notar el cansancio ahora que han parado. Me siento junto a Ottar e Indra, quien parece verdaderamente afectada por el estado de Einar. ─ No soy quien para deciros eso, pero podéis estar orgullosos de vosotros. Habéis hecho todo lo que ha habido en vuestras manos para manteneros todo lo a salvo que habéis podido. No estéis tristes por Einar va a empezar un viaje maravilloso con las Valquirias que muchos de nosotros llevamos años anhelando. Ha sido un valiente guerrero hasta el final y ha dado su vida para que podamos estar aquí y ahora y habéis conseguido darle una muerte digna, lejos del frío y la nieve. Podéis ir con la cabeza bien alta.

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04/02/2020, 22:12
Úlf Gunnarson

Aunque corto, el camino hacia la cueva de Garbur se me hizo pesado y sobre todo cansado. Era mucho lo que llevábamos encima y caminar por la nieve, con el frío que hacía y en plena oscuridad no era lo mejor para hacerme sentir bien. Tenía ganas de sentarme tranquilamente ante un fuego y, a poder ser, poder llevarme algo a la boca ya que me moría de hambre desde hacía un buen rato.

Ottar —saludé con una gran sonrisa cuando por fin llegamos, agradecido a los dioses por verlo levantado.

Pero no todo eran buenas noticias ya que, ante las palabras de nuestro compañero, desvié la mirada para observar el cuerpo tendido de Einar. Moví la cabeza negando al comprobar que, pese a los esfuerzos de las dos chicas, seguramente no pasaría de esa noche. Pero, tras las palabras de Björn no pude más que estar de acuerdo con él. Para nuestro fiel Einar había llegado el momento del descanso y en cuestión de horas estaría rodeado de bellas valquirias, ante grandes fuentes de venado crujiente y grandes cuernos de la mejor hidromiel.

Me preocupó más la actitud de Indra que, al igual que le parecía esar pasando a Krista, se encontraba demasiado ensimismada en su mundo y temía que toda aquella aventura le afectara la cabeza. Era triste pensar que dos muchachas tan jóvenes, valientes y prometedoras acabaran de aquella forma, aunque quizás sólo necesitaban tiempo para asimilar lo que estaba sucediendo.

Cuánto necesitaba esto —dije mientras cogía un trozo de carne y me sentaba junto al fuego. Después de todo lo que habíamos pasado aquello era la felicidad—. Ha sido un día muy largo —comenté entre bocado y bocado—. Sólo espero que mañana los dioses nos permitan tener una tregua.

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04/02/2020, 23:01
Orvar "la flecha" Snorre

Hiicimos el corto trayecto hacia la cueva de Garbur bajo una intensa ventisca... con un pesado silencio sobre nuestras cabezas, pues no era el frio lo que nos atenazaba, si no la congoja, pues no solo no me fiaba de Garbur, sino que era muy posible que lo que encontráramos al llegar no fuera mas que una nueva calamidad...

Ante mi sorpresa al entrar a la cueva lo que hayamos fue una imagen bien distinta. Einar sin duda “disfrutaba” de sus últimos instantes con vida sobre estas tierras, Ottar se encontraba junto al fuego, comiendo y en aparente buen estado, e Indra con la mirada perdida...

Me acerqué al guerrero, le presenté mis respetos en silencio y cogí un trozo de carne caliente y chorreando de lo jugosa que estaba, sentando un poco apartado, para no perder de vista a Garbur, sumiendome en mi sempiterno mutismo...

Balance de nuestro primer día... Einar moribundo, Ùlf herido, Krista e Indra ausente... buenas armas, excelentes, pero pocas manos para empuñarlas...

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05/02/2020, 22:06
Ottar "El Solitario"

El guerrero va repartiendo los trozos de carne que ya han pasado por el fuego a cada uno de vosotros mientras escucha las conversaciones y los silencios que dominan la cueva. Escuchando las palabras que Björn dedica a Einar, cierra los ojos, sintiendo en lo más profundo de su ser cada una de ellas.

Había estado en aquella cueva lo suficiente como para ser consciente de que Einar no saldría adelante. Del mismo modo que Krista había obrado el milagro y lo había salvado a él, nada podía haber hecho por Einar. Aquel lugar era tremendamente hostil, y las atenciones y recursos que se necesitaban, estaban lejos de aquella cueva.

Ha sido un día duro para todos. - dice mientras termina de masticar un trozo de carne de caballo, con la mirada perdida en el fuego. - Veo que portáis armas nuevas, tal vez mañana podamos encontrar algo más de valor en el lugar donde las encontrasteis. No me vendría mal un hacha nueva, la mía tiene ya mucho trote y creo que en el enfrentamiento con la bestia esa se me astilló ligeramente. - añade con una pequeña sonrisa, tratando una vez más de restar hierro a todo lo que le rodea.

Podemos hacer turnos durante la noche. De ese modo podemos descansar con la certeza de que si ocurre algo, tendremos a alguien despierto para avisar. Como he dicho, ha sido un día largo, y necesitamos descansar para continuar mañana. - dice, mirando sutilmente a Indra de vez en cuando, consciente de que necesita descanso.

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05/02/2020, 22:15
Garbur

La criatura se había quedado en un segundo plano, sonriendo ante la estampa de que todos estuvieran de nuevo reunidos. - Los enviados de los Dioses juntos una vez más y bajo el techo de Garbur... que honor... - dice con un tono juguetón casi insultante para la situación que vivían algunos de los presentes.

Las noches aquí son largas. Podrán descansar bien. Nunca han atacado a Garbur en la cueva. Es segura, eso sin duda. - añade con el mismo tono mientras se acerca poco a poco hacia vosotros, mirando un trozo de carne cruda que descansa sobre el suelo, aparentemente sin dueño. Estira la mano, lo coge y casi como si supiera que alguno de vosotros podía enfadarse por coger aquel trozo, se aleja rápidamente hasta apoyarse en la pared y empezar a degustar el manjar crudo. - mmmm... nunca habíamos probado el caballo, pero se parece mucho a la carne de venado, ¿verdad, Garbur?, además el frío le da un toque delicioso a la sangre, ¿verdad, amigo?, ¿verdad? - empieza a mascullar para sí mismo mientras come.

En el mismo instante en el que Ottar comenta la posibilidad de hacer guardias e ir a dormir, la criatura os mira con sorpresa. - La cueva es segura. Eso es seguro, Garbur lo sabe bien. Aunque si los enviados de los Dioses lo desean, Garbur estará encantado de hacerles compañía. - dice con un tono de voz que refleja cierta impaciencia y felicidad. Casi como si le hiciera ilusión compartir charlas nocturnas con los enviados de los Dioses.

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05/02/2020, 22:23
Indra

La joven se mantuvo sentada de cara al fuego, sin comer y sin levantar la cabeza. Consciente de que no estaba cuando Krista e Einar más la necesitaron. Sin ir más lejos, Krista había tenido que cuidar de Einar y Ottar sin medios, y suerte que sacó adelante a uno de ellos. Mientras eso pasaba, la joven estaba perdida por los alrededores, buscando plantas.

De algún modo, las decisiones que se toman tienen consecuencias, y parece que Indra es plenamente consciente de que su decisión le iba a costar la vida a Einar. Tal vez ni siquiera con su presencia se hubiera salvado, pero solo la opción la atormenta.

Permanece inmóvil, con las manos manchadas de sangre, aunque no parece ni suya ni del caballo ya que no está comiendo. Sólo cabe la posibilidad de que fuera de Einar, aunque fuera de quien fuera, su actitud se mantiene inmutable y su silencio solo se rompe cuando Ottar habla de ir a descansar. - Sí... - dice con todo entrecortado, para a continuación carraspear un poco y continuar, - Necesito descansar. Despertarme para hacer la guardia que nadie quiera. - añade mientras se levanta, coge una de las mantas y se aleja ligeramente del grupo. No dice nada más, e incluso parece no estar interesada en vuestras palabras, simplemente se tumba, se echa la manta de piel sobre el cuerpo y se acurruca. Tal vez la única persona a la que quisiera escuchar es a Krista, pero con el silencio de ésta, Indra se centra en dormir y en nada más.

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05/02/2020, 22:31
Director

Notas de juego

Decidid si queréis hacer guardias o si os fiáis de Garbur y que haga él todas.

En el siguiente post, terminad diciendo que os vais a dormir.

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06/02/2020, 08:16
Björn Sturluson

No tenía razones para desconfiar "del bueno de Garbur" y que Orvar no confiara en él, tampoco me servía de referencia precisamente, aunque no por ello iva a dormir tranquilo sabiendo que aquel ser misterioso echaba el ojo sobre nosotros mientras dormíamos. No, no iva a pasar.

─ Dormid tranquilos compañeros, haré la primera guardia y puede que hasta parte de la segunda, no soy de dormir mucho y con estar junto al fuego me vale para descansar algo. ─ No es del todo verdad lo que he dicho, pero intento mostrarme seguro en mis palabras. Quiero aprovechar para hablar con Garbur e indagar todo lo que pueda sobre él y su cometido en todo esto.

-----------

Sólamente cuando estoy seguro de que mis compañeros están dormidos me acerco a Garbur y le hablo en susurros, no quiero despertar a mis compañeros. ─ Garbur... ¿te llamas así verdad?Mi tono de voz es más serio de lo normal, y mi mirada es la mirada de un oso dispuesto a todo para proteger a los suyos, la misma que cuando voy a librar una batalla en la que sé que podemos salir perdiendo. ─ Quiero hablar contigo. Seré sincero, no tengo razones para desconfiar de tí, pero tampoco puedo confiar del todo en tí. Iré directo al grano... ¿Qué eres y quién eres? y ¿qué es lo que quieres de nosotros? Y por favor no me digas que no quieres o esperas nada porque no me lo trago. Le miro directamente a los ojos en todo momento, no pretendo acorralarlo ni que se sienta en peligro aunque se vé a todas luzes que no estoy dispuesto a dejar pasar esta oportunidad. Orvar no me cuenta nada, y tampoco Krista parece dispuesta a hablar y quiero respuestas. Sólo cuando me responda me iré a dormir tras despertar a uno de mis compañeros para que me releve en la guardia.

Notas de juego

No sé si puedo tirar algo para averiguar si me está diciendo la verdad o persuadirlo para que hable o algo.

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06/02/2020, 23:04
Úlf Gunnarson

Amigo Ottar, creo que Orvar trae algún arma más consigo ya que eran varias las que hemos encontrado —contesté al hombretón mientras seguía dando buena cuenta del trozo de carne de caballo que había cogido.

Después de aquel día tan duro, al igual que dura había sido parte de la noche, encontrarme en aquel refugio, con comida caliente y un buen fuego para ahuyentar el frío era lo mejor que podía desear. De buena gana me hubiera puesto a cantar y a bailar pero el respeto por aquel que estaba a punto de reunirse con sus antepasados y de las dos jóvenes muchachas que parecían haberse encerrado en su mutismo, preferí seguir comiendo y calentándome en la hoguera.

Yo haré la siguiente guardia Björn —era consciente que la guardia del medio era la peor de todas, pero con una pocas horas para descansar seguro que tendría suficiente. Lo que no iba a permitir por nada del mundo era que Garbur se encargara de todas las guardias y si había pensado que le íbamos a permitir velar nuestro sueño confiando ciegamente en él, estaba muy confundido.

Me despedí de Indra con un movimiento de cabeza mientras me terminaba el trozo de carne. Le di un largo trago a mi cantimplora y me dispuse a tumbarme un rato.

Despiértame en unas horas —le dije a Björn y, apartándome un poco de la hoguera, aunque no tanto para no sentir su calor, me envolví en mis propias ropas y me dispuse a descansar todo lo que pudiera, dejando a mi lado mis armas, tanto el arco como las dos hachas de las que ahora era dueño.

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08/02/2020, 10:46
Krista Velvillig

La situación había sido tan extenuante que tras ver aparecer a Orvar, Björn y Ulf, la sanadora no hizo más que mantener silencio y guardar fuerzas, pues aún se encontraba ligeramente mareada debido a la sangre que había utilizado para tratar de salvar a Einar. Se dejó hacer por ellos y montó en el caballo. Cuando llegó a la cueva y escuchó a Ottar, sus ojos se abrieron, con un ligero aire de ilusión en ellos; parecía que al menos había podido salvar a alguien. No parecía lo mismo con Einar, se acercó a él y le miró durante unos instantes fijamente, aislada por completo del resto. Se quitó su capa y le cubrió, haciendo con ello lo último que podía intentar con él para mantenerle con vida.

Se dirigió hacia Ottar y le miró fijamente, apretando su hombro - descansa, tus heridas deben sanar. En mejores condiciones le habría propiciado un guantazo a cada uno de aquellos hombres por haber desaparecido durante tanto tiempo, pero más tarde tendría oportunidad de sermonearles. Por lo pronto cogió un trozo de carne y lo engulló, sin pena ni gloria, más bien como un medio para recuperar fuerzas rápidamente - Yo haré el turno tras Orvar - dijo a los hombres.

 

Se giró y observó que Indra se encontraba recostada, con las manos ensangrentadas y con los ojos cerrados, mas bien sabía que no sería capaz de conciliar el sueño. Cogió un harapo de su bolso y, con un poco de nieve lo empapó. Se dirigió hacia Indra, sentándose a su lado - soy Krista, tranquila, déjame limpiarte - susurró levemente antes de que pudiese sentirse alertada, y con delicadeza lavó sus manos y, una vez hubo acabado, se recostó frente a ella, tomándole de las manos para hacerlas entrar en calor y cerrando los ojos entonó una canción en voz baja; 

 

" Soñé un sueño anoche

de seda y pieles justas,

de una almohada tan profunda y suave,

una paz sin disturbios.

 

Y en el sueño que ví,

como si a través de una ventana sucia

toda la desgraciada raza humana,

un miedo diferente en cada rostro.

 

El número de sus preocupaciones crece

y, con ellos, el número de sus soluciones -

pero la respuesta es a menudo una carga más pesada,

incluso cuando la pregunta duele.

 

Como yo era capaz de dormir tan bien,

pensé que sería mejor -

para descansar aquí en finas pieles,

y olvidar a todos los demás.

 

La paz, si se encuentra, es donde

uno está más lejos del ruido humano - 

y la pared uno mismo alrededor, puede tener un sueño

de seda y pieles finas."

Notas de juego

Siento el retraso.. 

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09/02/2020, 22:42
Indra

Indra ya se dirigía a una zona más apartada para dormir, cuando Krista se acerca a ella.

La joven permanece en silencio, con la mirada perdida en la pequeña hoguera. No parece ser capaz de reaccionar ante lo que la rodea, simplemente se mantiene en el sitio, sin más.

Es imposible saber siquiera si está escuchando las conversaciones que tienen lugar a su alrededor. Lo único que podéis ver a una persona completamente perdida que no es capaz de sobreponerse a lo ocurrido.

Sólo Krista es capaz de sacarla de ese estado. Sin llegar a separar la mirada del fuego, sí que se aprecia cómo va cambiando el gesto mientras la joven la empieza a limpiar sus manos. Indra sigue sin decir nada, pero sí que escucha las palabras de Krista, sobretodo cuando empieza a cantar en voz baja.

Entonces la mirada de desvía al fin de las llamas y se centra, primero en sus manos ya limpias casi por completo, y después en Krista. No dice nada hasta que la canción termina. Tras unos instantes en las que el silencio sólo es acompañado de una mirada fija entre ambas, los ojos de Indra empiezan a cargarse de lágrimas que no tardan en empezar a caer por sus mejillas. - Os he fallado. Los mantuviste con vida y en cuanto te marchaste, Einar empeoró. Debí hacer más. - dice con un sutil hilo de voz que se ve interrumpido de vez en cuando, claramente por la dificultad de la joven por hablar en aquel momento.

Parece por unos instantes que va a continuar hablando, aunque de repente, cierra la boca, desvía la mirada y se levanta. - Lo siento. Necesito descansar. - dije mientras se levanta, se aleja unos pasos y se tumba en el suelo, arropándose con la manta.

No tiene ganas de hablar, o eso es lo que parece.

Notas de juego

No te preocupes ;)

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09/02/2020, 22:55
Ottar "El Solitario"

El robusto Ottar sonríe ligeramente al ver que la idea de las guardias es bien recibida. Lo cierto es que la situación había sido tremendamente complicada y tensa ese día, y el deseo de dormir y descansar, es eclipsado por la idea de que alguien o algo pudiera aprovechar el abrigo de la noche para atacarnos.

Al ver cómo Krista se acerca a él, éste se levanta. - Sí. Es lo mejor. Iré a descansar para que mañana podamos partir. Aún queda un largo camino. - dice en respuesta a las palabras de la joven, para después mirar hacia Úlf, - estaré encantado de ver esas armas mañana. Pero de momento, yo me retiro. - añade en modo de disculpa por no continuar con la conversación.

Ottar se aleja un poco hasta que se acurruca en el suelo a corta distancia de Indra. La cueva no era demasiado grande y tal vez estuviérais un poco apretados, pero eso también era una ventaja a la hora de conservar el calor.

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09/02/2020, 23:00
Director

Viendo como, primero Indra y después Ottar se retiraban a dormir, todos vais haciendo lo propio.

Krista se queda unos segundos pensativa. Sin duda parecía querer conversar con Indra, pero ésta se había marchado, dejándola con la palabra en la boca. Tal vez a la mañana siguiente quisiera volver a intentarlo y tal vez tuviera más suerte. Pero desde luego aquella noche no lo conseguiría, y siendo consciente de ellos, se retiró a dormir.

Úlf no tardó en seguir los pasos de sus compañeros y controlando un poco tanto las armas, como el fuego, como a Garbur, se fue a tomar un merecido descanso.

Orvar, algo más silencioso desde que el grupo se volvió a reunir, se mantiene en segundo plano, centrado en comer y ver el estado de sus compañeros. Algo preocupado, se retira para recuperar fuerzas de cara al día siguiente.

Todos poco a poco se van marchando, buscando un lugar de la cueva donde pudieran tumbarse sin molestarse unos a otros. Retirando alguna piedra del suelo, aquel lugar resulta hasta cómodo. No es evidente como la cama de un hogar, y ni siquiera como la cama de una taberna con habitaciones. Pero viendo como avanzaba la noche, es mucho más de lo que podríais haber esperado hace escasas horas.

Una vez todos menos Björn y Garbur estáis durmiendo, ambos parecen tener una conversación mientras vigilan que el fuego no se apague y la entrada a la cueva, asomándose de vez en cuando para asegurarse de que ninguna bestia se acercara.

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09/02/2020, 23:09
Garbur

La criatura mira el exterior de la cueva de una forma relajada. No parece temer ataque alguno, e incluso parece sentirse orgulloso en aquel momento. Tal vez fuera por estar dándoos cobijo.

Se gira hacia ti en cuanto te escucha. Se mantiene tranquilo e incluso sonriente ante tus palabras. - Garbur es Garbur, sí. Eso es seguro.responde a tus primeras palabras con cierto toque de humor.

Desconfiáis de los desconocidos. Eso está bien. Garbur lo ha hecho mucho tiempo y sigue con vida. Los Dioses son los que marcan los destinos de todos los seres del mundo. ¿Estás de acuerdo? - te pregunta, aunque no te da tiempo a responder, ya que al momento continua hablando, respondiendo a su propia pregunta. - Claro. Claro que estás de acuerdo con Garbur. Al fin y al cabo sois enviados de los Dioses.

- Podéis fiaros de Garbur. De eso tampoco hay duda. El bueno de Garbur sólo quiere ayudar a los enviados de los Dioses porque ellos ayudaron al bueno de Garbur. Los Dioses me hicieron un regalo, y Garbur lo perdió. Garbur estaba muy triste, y entonces, llegaron los enviados de los Dioses y lo recuperaron. Consiguieron que Garbur volviera reunirse con el regalo de los Dioses. Por eso Garbur os ha traído a su cueva. Los Dioses nos han reunido por una razón. Ayudarnos. Y Garbur siempre escuchará y obedecerá a los Dioses. Siempre. - suelta el discurso, tratando de responder a tu pregunta. Dejando tras unos segundos una mueca de sorpresa. - ¿No entiendo tu pregunta. Qué y quién soy? - te mira con los ojos entreabiertos, tratando de ver algo en ti aunque no terminas de saber el qué. - Soy como tú. ¿Cómo iba a ser el bueno de Garbur?. Y soy sólo un instrumento de los Dioses. Eso es lo que soy. Garbur sólo es Garbur. ¿Por qué le preguntas algo tan extraño?, ¿es una prueba?, ¿una prueba de los enviados de los Dioses?

Notas de juego

Si quieres puedes hacer esa tirada. Lanzando destreza.

Recuerda marcarte solo a ti en la respuesta y mientras dure tu conversación con Garbur.

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09/02/2020, 23:26
_ Sueños _

No recuerdas muy bien cómo has llegado, pero de golpe te ves en un prado verde cuyas briznas de hierba se mecen con la suave brisa mientras que el calor del sol trae consigo el sonido de varias especies de pájaros que revolotean y canturrean a tu alrededor.

Mires por donde mires, el verde del prado lo domina todo. Da igual cuanto fuerces la vista, sólo hay prado en el horizonte.

Caminas, disfrutando de lo hermoso del paisaje hasta que ves a alguien de pie, quieto a una distancia de veinte pies de donde estás tú. No consigues ver los rasgos de esa persona. No ves nada más aparte de su capa negra que desde los hombros cubre todo su cuerpo, y con una capucha del mismo color que hace imposible ver el rostro.

Lo que sí está claro es que te mira a ti.

Tú. Krista. Puede que seas la única persona capaz de salvarla ahora mismo. Salvarla de lo que la rodea. Salvarla de sí misma. - dice finalmente el desconocido, dejando claro que es un hombre por el timbre de voz. Aunque por más que trates de recordar si te suena la voz, no consigues nada. No conoces la voz de aquel hombre.

La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. - continua el desconocido mientras se empieza a acercar a ti. 

Ves como poco a poco, el hombre se acerca sin llegar a descubrir su rostro en ningún momento. A cada paso está más y más cerca hasta que finalmente se detiene ante ti. Sabes que si alarga el brazo podría tocarte, pero por alguna razón que desconoces, no consigues mover ni un músculo. Lo único que puedes hacer es quedarte en el sitio mirándole. - Hace mucho tiempo que esta isla se enfrentó a un mal como este y ahora ha vuelto. La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. Es cuestión de tiempo que se alcen unos contra otros. Hay que detenerlo antes de que llegue ese momento.

Ves como el hombre extiende su mano, colocándola sobre tu rostro, obligándote a cerrar los ojos. Tras unos instantes de oscuridad, escuchas la voz del hombre, pero mucho más tenue. - Abre los ojos y contempla cómo será el mundo si fracasáis.

Al abrir los ojos, el desconocido no está. No hay ni rastro de él. Pero eso no es lo que más llama tu atención. Lo que más te alarma es que el lugar a cambiado por completo. Nada queda ya del prado verde, ni de los pájaros. Ahora todo lo que te rodea es oscuridad, miras al cielo y ves nubes negras tapando un sol que lucha inutilmente por salir. El suelo, seco y resquebrajado da una sensación de muerte que toma forma al no haber ni una sola brizna de hierba. El olor a azufre domina el lugar y pequeñas pisadas parecen estar marcadas en el suelo. Casi como si estuviera cubierto por una capa de ceniza y alguien hubiera andado por encima.

Este es el mundo que dejaremos tras de nosotros. - Vuelves a escuchar de nuevo la voz del desconocido, aunque no le ves por ninguna parte. Casi parece que la voz está dentro de tu cabeza. - Tenéis una misión. Llegar a nosotros. Aún os esperamos en el este. No debéis demoraros más. El tiempo es importante. Cada instante que pasa, se hace más fuerte. Cada instante que pasa, ella está más en peligro. No lo olvides. Debes traerla ante nosotros. Sólo nosotros la podemos ayudar. Ella será el escudo que nos proteja a todos, o será la espada que abrirá el camino a la destrucción. Debéis daros prisa.

De pronto, sientes un pinchazo en la cabeza, seguido de unas molestias que duran solo unos segundos. Las molestias te han obligado a cerrar con fuerza los ojos, pero en el preciso momento que los abres, el dolor se disipa y te vuelves a ver en el prado verde, con el desconocido frente a ti. - Has visto en lo que se convertirá el mundo si fracasáis. Debéis ser rápidos. Debéis llegar a nosotros lo antes posible. Cumplid la misión de vuestros reyes. Aún os esperamos.

El desconocido guarda silencio unos instantes. - Apretad el paso. No nos falléis. Cuidadla. - dice finalmente con un tono que claramente suena a despedida.

Entonces, vuelves a sentir el mismo dolor de cabeza que te obliga a cerrar los ojos. Pero esta vez, al abrirlos, estás en la cueva de Garbur con el fuego aún encendido, y con los primeros rayos de sol asomando por la entrada de la cueva.

Notas de juego

Nadie te ha despertado para hacer la guardia y ya asoma el sol.

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09/02/2020, 23:53
_ Sueños _

No recuerdas muy bien cómo has llegado, pero de golpe te ves en un prado verde cuyas briznas de hierba se mecen con la suave brisa mientras que el calor del sol trae consigo el sonido de varias especies de pájaros que revolotean y canturrean a tu alrededor.

Mires por donde mires, el verde del prado lo domina todo. Da igual cuanto fuerces la vista, sólo hay prado en el horizonte.

Caminas, disfrutando de lo hermoso del paisaje hasta que ves a alguien de pie, quieto a una distancia de veinte pies de donde estás tú. No consigues ver los rasgos de esa persona. No ves nada más aparte de su capa negra que desde los hombros cubre todo su cuerpo, y con una capucha del mismo color que hace imposible ver el rostro.

Lo que sí está claro es que te mira a ti.

Tú. Úlf. Debes ayudar a salvarla. Salvarla de lo que la rodea. Salvarla de sí misma. - dice finalmente el desconocido, dejando claro que es un hombre por el timbre de voz. Aunque por más que trates de recordar si te suena la voz, no consigues nada. No conoces la voz de aquel hombre.

La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. - continua el desconocido mientras se empieza a acercar a ti. 

Ves como poco a poco, el hombre se acerca sin llegar a descubrir su rostro en ningún momento. A cada paso está más y más cerca hasta que finalmente se detiene ante ti. Sabes que si alarga el brazo podría tocarte, pero por alguna razón que desconoces, no consigues mover ni un músculo. Lo único que puedes hacer es quedarte en el sitio mirándole. - Hace mucho tiempo que esta isla se enfrentó a un mal como este y ahora ha vuelto. La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. Es cuestión de tiempo que se alcen unos contra otros. Hay que detenerlo antes de que llegue ese momento.

Ves como el hombre extiende su mano, colocándola sobre tu rostro, obligándote a cerrar los ojos. Tras unos instantes de oscuridad, escuchas la voz del hombre, pero mucho más tenue. - Abre los ojos y contempla cómo será el mundo si fracasáis.

Al abrir los ojos, el desconocido no está. No hay ni rastro de él. Pero eso no es lo que más llama tu atención. Lo que más te alarma es que el lugar a cambiado por completo. Nada queda ya del prado verde, ni de los pájaros. Ahora todo lo que te rodea es oscuridad, miras al cielo y ves nubes negras tapando un sol que lucha inutilmente por salir. El suelo, seco y resquebrajado da una sensación de muerte que toma forma al no haber ni una sola brizna de hierba. El olor a azufre domina el lugar y pequeñas pisadas parecen estar marcadas en el suelo. Casi como si estuviera cubierto por una capa de ceniza y alguien hubiera andado por encima.

Este es el mundo que dejaremos tras de nosotros. - Vuelves a escuchar de nuevo la voz del desconocido, aunque no le ves por ninguna parte. Casi parece que la voz está dentro de tu cabeza. - Tenéis una misión. Llegar a nosotros. Aún os esperamos en el este. No debéis demoraros más. El tiempo es importante. Cada instante que pasa, se hace más fuerte. Cada instante que pasa, ella está más en peligro. No lo olvides. Debes traerla ante nosotros. Sólo nosotros la podemos ayudar. Ella será el escudo que nos proteja a todos, o será la espada que abrirá el camino a la destrucción. Debéis daros prisa.

De pronto, sientes un pinchazo en la cabeza, seguido de unas molestias que duran solo unos segundos. Las molestias te han obligado a cerrar con fuerza los ojos, pero en el preciso momento que los abres, el dolor se disipa y te vuelves a ver en el prado verde, con el desconocido frente a ti. - Has visto en lo que se convertirá el mundo si fracasáis. Debéis ser rápidos. Debéis llegar a nosotros lo antes posible. Cumplid la misión de vuestros reyes. Aún os esperamos.

El desconocido guarda silencio unos instantes. - Apretad el paso. No nos falléis. Cuidadla. - dice finalmente con un tono que claramente suena a despedida.

Entonces, vuelves a sentir el mismo dolor de cabeza que te obliga a cerrar los ojos. Pero esta vez, al abrirlos, estás en la cueva de Garbur con el fuego aún encendido, y con los primeros rayos de sol asomando por la entrada de la cueva.

Notas de juego

Nadie te ha despertado para hacer guardia y ya asoma el sol.

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09/02/2020, 23:55
_ Sueños _

No recuerdas muy bien cómo has llegado, pero de golpe te ves en un prado verde cuyas briznas de hierba se mecen con la suave brisa mientras que el calor del sol trae consigo el sonido de varias especies de pájaros que revolotean y canturrean a tu alrededor.

Mires por donde mires, el verde del prado lo domina todo. Da igual cuanto fuerces la vista, sólo hay prado en el horizonte.

Caminas, disfrutando de lo hermoso del paisaje hasta que ves a alguien de pie, quieto a una distancia de veinte pies de donde estás tú. No consigues ver los rasgos de esa persona. No ves nada más aparte de su capa negra que desde los hombros cubre todo su cuerpo, y con una capucha del mismo color que hace imposible ver el rostro.

Lo que sí está claro es que te mira a ti.

Tú. Orvar. Debes ayudar a salvarla. Salvarla de lo que la rodea. Salvarla de sí misma. - dice finalmente el desconocido, dejando claro que es un hombre por el timbre de voz. Aunque por más que trates de recordar si te suena la voz, no consigues nada. No conoces la voz de aquel hombre.

La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. - continua el desconocido mientras se empieza a acercar a ti. 

Ves como poco a poco, el hombre se acerca sin llegar a descubrir su rostro en ningún momento. A cada paso está más y más cerca hasta que finalmente se detiene ante ti. Sabes que si alarga el brazo podría tocarte, pero por alguna razón que desconoces, no consigues mover ni un músculo. Lo único que puedes hacer es quedarte en el sitio mirándole. - Hace mucho tiempo que esta isla se enfrentó a un mal como este y ahora ha vuelto. La gente está nerviosa. Quieren luchar pero no saben contra qué. Es cuestión de tiempo que se alcen unos contra otros. Hay que detenerlo antes de que llegue ese momento.

Ves como el hombre extiende su mano, colocándola sobre tu rostro, obligándote a cerrar los ojos. Tras unos instantes de oscuridad, escuchas la voz del hombre, pero mucho más tenue. - Abre los ojos y contempla cómo será el mundo si fracasáis.

Al abrir los ojos, el desconocido no está. No hay ni rastro de él. Pero eso no es lo que más llama tu atención. Lo que más te alarma es que el lugar a cambiado por completo. Nada queda ya del prado verde, ni de los pájaros. Ahora todo lo que te rodea es oscuridad, miras al cielo y ves nubes negras tapando un sol que lucha inutilmente por salir. El suelo, seco y resquebrajado da una sensación de muerte que toma forma al no haber ni una sola brizna de hierba. El olor a azufre domina el lugar y pequeñas pisadas parecen estar marcadas en el suelo. Casi como si estuviera cubierto por una capa de ceniza y alguien hubiera andado por encima.

Este es el mundo que dejaremos tras de nosotros. - Vuelves a escuchar de nuevo la voz del desconocido, aunque no le ves por ninguna parte. Casi parece que la voz está dentro de tu cabeza. - Tenéis una misión. Llegar a nosotros. Aún os esperamos en el este. No debéis demoraros más. El tiempo es importante. Cada instante que pasa, se hace más fuerte. Cada instante que pasa, ella está más en peligro. No lo olvides. Debes traerla ante nosotros. Sólo nosotros la podemos ayudar. Ella será el escudo que nos proteja a todos, o será la espada que abrirá el camino a la destrucción. Debéis daros prisa.

De pronto, sientes un pinchazo en la cabeza, seguido de unas molestias que duran solo unos segundos. Las molestias te han obligado a cerrar con fuerza los ojos, pero en el preciso momento que los abres, el dolor se disipa y te vuelves a ver en el prado verde, con el desconocido frente a ti. - Has visto en lo que se convertirá el mundo si fracasáis. Debéis ser rápidos. Debéis llegar a nosotros lo antes posible. Cumplid la misión de vuestros reyes. Aún os esperamos.

El desconocido guarda silencio unos instantes. - Apretad el paso. No nos falléis. Cuidadla. - dice finalmente con un tono que claramente suena a despedida.

Entonces, vuelves a sentir el mismo dolor de cabeza que te obliga a cerrar los ojos. Pero esta vez, al abrirlos, estás en la cueva de Garbur con el fuego aún encendido, y con los primeros rayos de sol asomando por la entrada de la cueva.

Notas de juego

Nadie te ha despertado para hacer guardia y ya asoma el sol.

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10/02/2020, 17:16
Orvar "la flecha" Snorre

Tras tomar un buen pedazo de carne asada que el bueno de Ottar había preparado me retiré a un extremo de la cueva... no me apetecía dar explicaciones, no me apetecía responder a nada, y tampoco me apetecía saber nada de nadie... solo descansar, en la medida de lo posible, sin perder de vista a Garbur... no me fiaba de él... se lo dejé claro, y la criatura era consciente de que no vigilaría el exterior... solo lo vigilaría a él...

El resto, las guardias, lo que tuvieran que hablar no me importaba lo más mínimo...

Cuando Garbur comenzó a hablar con Björn el sueño me venció...

Tuve una duermevela intranquila. Al abrir los ojos había dormido unas buenas horas, no profundamente, y por ello apenas si me encontraba más descansado que la noche previa. Me dolían las costillas, sin duda fruto de algún golpe recibido la noche anterior y que con la adrenalina generada por los combates no me habían resultado dolorosos. Tuve un sueño importante... como si los dioses me hubieran hablado en ellos... pero por más que lo intentaba no conseguía recordar que era...

Me asomé al exterior, donde vacié la vejiga sobre un montón de nieve... observando como el caliente líquido derretía la nieve con un sonoro siseo... no se como pero el efecto de los orines sobre la nieve me permitió recordar fugazmente algo del sueño, como una profecía... debes traerla ante nosotros, solo nosotros la podemos ayudar... Ella será el escudo que nos proteja a todos, o será la espada que abrirá el camino a la destrucción...

Susurré... no demasiado seguro de si los demás me habrían escucha o no... tampoco es que me importara demasiado.

Volví al interior de la cueva, mirando al resto... algunos estaban despiertos, tomando algo de carne que aun estaba caliente. Saqué de una de mis faltriqueras un pedazo grande de cuero, muy fino, que le había adquirido a un comerciante de Hakdar traída de algún lugar de Poniente. Tenía algunas cualidades aparte de su flexibilidad. Era duro, como una roca, y por alguna extraña razón, conservaba bien si envolvías con él algún alimento. Por tanto, tomé dos buenos trozos, los puse sobre el pellejo y los cubrí con sal, enrollando a continuación el cuero.

Con mis arreos preparados me dirigí a los otros... es hora de partir. Si Einar sigue vivo - dije dirigiéndome a Krista, que es quien más cerca del hombre se encontraba - lo llevaremos con nosotros, yo puedo caminar, que use mi caballo.

Notas de juego

Hago resumen del inventario, para que lo sepan Ottar, Krista e Indra.

Del botín encontrado: 4 hachas y 3 espadas, quedan disponibles 1 y 2, respectivamente.

1 hacha se la quedó Björn, otra Ùlf y otra yo. Espadas yo me quedé otra. El resto sigue en mi caballo, por si las necesitan los demás.

Pido disculpas por la demora en escribir... quería hacerlo antes de tu post, jefe, pero me pilló el toro, no obstante no hubiera diferido mucho, por el carácter de mi personaje me hubiera encerrado en mi mismo, tan solo pendiente de Garbur. Y el texto de mi mensaje es compatible con ello, de todos modos... ^_^

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11/02/2020, 09:43
Krista Velvillig

Krista se despertó casi de un salto. Aquel sueño le había dejado fría y pensativa, aunque había logrado restaurar sus fuerzas. Y solo fue cuando escuchó murmurar a Orvar que se acercó a él instintivamente para luego encontrarlo de cara inmediatamente, asintió a lo que dijo seriamente y se giró en torno a Einar. Su tez pálida como la nieve y sus labios y extremidades azuladas indicaban lo que esperaba que ocurriera durante la noche. Einar restaba sin vida sobre el suelo de la cueva. Se arrodilló ante él pasando sus dedos sobre sus párpados, cerrándole los ojos. Probablemente antes de morir habría recobrado levemente la conciencia y con suerte su mirada se habría perdido en las llamas del fuego mientras su corazón dejaba de latir. Krista se levantó, recogiendo su capa del cadáver de Einar y miró a sus compañeros seriamente, no hacían falta palabras para lo que era evidente. Pero sí que quiso dedicarle unas escuetas pero últimas palabras - .. luchó con honor hasta el final.

Se volvió a girar hacia él, y por un segundo, se sintió culpable por no poder ofrecerle un funeral digno de sus actos, pero la situación en la que se encontraban era aún de peligro y no podían arriesgarse. Krista se dirigió hacia Orvar - ¿qué susurrabas? - por un segundo creía haber escuchado de su boca las mismas palabras que le fueron transmitidas en su sueño.

Notas de juego

Pues depende de lo que use Ottar, Krista se quedaría con una de las restantes

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12/02/2020, 08:55
Björn Sturluson

Escuchaba atentamente a la criatura, cuidándome de leer su lenguaje corporal y su entonación. Quería ver si vacilaba al decir las cosas o mentía descaradamente, aunque no estaba seguro de que fuera a descubrirlo pues no tenia ni dea del tipo de criatura que era.

─ La confianza es algo que se gana Garbur, de momento tenemos tu palabra, pero con eso no basta. Orvar parece bastante molesto contigo y confío en su juicio aunque pueda ser alguien un tanto peculiar. Pero lo que deseo saber es que tipo de criatura eres, está claro que no eres un hombre, al menos no te distingo como tal, y no te juzgo, pero hemos pasado por mucho tanto yo como mis compañeros para llegar hasta aqui y esto sale bien, te estaremos eternamente agradecidos por el refugio que, a todas luces nos ha salvado la vida de morir congelados ahí fuera.

Tampoco pongo en duda el designio de los dioses, yo mismo he estado en sus manos en cada una de las batallas, me he encomendado a ellos y he salido victorioso. ¿Qué fué lo que perdiste? ¿Ése regalo de los dioses que dices haber perdido y recuperado gracias a nosotros? ¿podría verlo?

- Tiradas (1)