Partida Rol por web

El campo de batalla se transformó en un remolino de destrucción: Arjen, Boltar y el Guadián de la Fe se encargaron de destrozar al contingente de esqueletos que intentaba pasar por la puerta oeste. El inventor aprovechó la oportunidad para acercarse al grupo e intentar colaborar acabando con el último invasor occidental. Sin acabar con su mala puntería, el proyectil fue demasiado alto y se fragmentó contra la pared.

La suerte no acompaña a ninguno de los aventureros, pero al menos Haggard consigue desviar los golpes de espada que le propina su oponente.

Boltar lo tiene ligeramente mas fácil para evitar los golpes pues lucha contra el esqueleto ayudándose del marco de la puerta para minimizar los golpes.

El guardián de Arjen lanza un nuevo golpe al esqueleto que parece ignorarlo adrede, el golpe es contundente y arranca las costillas de las izquierda y el brazo, dejando al antiguo soldado desequilibrado, pero con un ápice de no-vida con el que continuar luchando.

Ya queda menos y ese esqueleto no puede durar mucho mas. Sus fuerzas flaquean y se le nota en su postura vacilante, a punto de desmoronarse como los demás, pero no consigo asestar el golpe definitivo.

el guerrero persiste en sus ataques pero la ferrea defensa del esqueleto por instantes parece inexpugnable, el kopesh del guerrero se ve frenada por la espada adversaria pero este prefiere tener la atencion del esqueleto a que se interese en la joven shaman a su espalda.

- Haggar, aguanta con ese esqueleto. Dejo a Ethys echándote una mano, yo voy a ayudar a los demás - sin más preámbulos salgo corriendo, evitando ponerme al alcance del huesudo oponente, y llego hasta donde está Karaz. El enano está moribundo y con un pie en la tumba. Otra vez, no, otra vez no... no dejaré que muera nadie más - me repito una y otra vez mientras le hago un torniquete en una de las heridas abiertas - No te vayas, Karaz.

Haggard no consigue superar las defensas del esqueleto al que se enfrenta, pero al menos Shana consigue llegar a su compatriota enano y frenar su hemorragia.

Al ver que el esqueleto que se encontraba en el marco de la puerta estaba a punto de ser exterminado por el enviado de la Reina Cuervo, Marmaduke intentó lanzar otro fútil ataque hacia el esqueleto que le plantaba cara a Haggar. Era claro que necesitaba curación, descanso, y una buena temporada estudiando en lugar de combatir sombras.

Arjen abandona el grupo cerca de Karaz para acercarse a Haggard y ayudarlo con su esqueleto, aprovechando que no lo be venir, lo flanquea y suelta un golpe con su lucero de alba.

Si bien el golpe no es fuerte, deja una marca brillante en su cuerpo indicándole a Haggard donde golpear con dureza.

El esqueleto continua luchando contra el fornido guerrero, pero este consigue protegerse bien con su arma, desviando el golpe a un lado y ofreciendo una buena oportunidad a la marca brillante de Arjen.

El ultimo esqueleto no tiene a nadie a tiro a excepción del conjuro del guardián, con lo que intenta perseguir a Boltar y avanzar ... lo que termina en varios golpes por parte de todos y su correspondiente desmoronización en el suelo con un sonido de huesos repiqueteando.

Como caído del cielo Arjen abre la guardia del esqueleto, la cual aprovecha el guerrero para propinar un efectivo ataque con su espada, killahan hace una finta con el escudo la cual el esqueleto bloquea sin mucha dificultad, sin embargo el tajo ascendente de la kopesh impacta en su costado rompiéndoles algunas costillas debajo de la gastada cota de mallas.

Con Karaz fuera de peligro ya solo resta un enemigo en la sala. El estoico esqueleto frente a Haggar que no para de recibir y esquivar ataques. Ethys lanza un potente zarpazo pero éste vuelve a evitar las garras fantasmales sin sufrir daño alguno. Aprieto los dientes, que empiezan a rechinar - por todos los dioses, ¿!de qué están echos estos malditos monstruos?!

Un nuevo golpe de escudo y los huesos saltan en pedazos. - ¡Ha ha! - Grito al ver caer el último de nuestro costado. Me giro para ver que solo queda uno mas en el otro, y eso ya ha durado mucho. Con un bramido casi animal cargo hacia el con potentes zancadas y unos pisotones que hacen temblar el suelo.

El golpe ni siquiera es hermoso. Es un simple manotazo con la mano abierta, pero que con la con la inercia de la carrera y la fuerza bruta de mis brazos, hacen saltar un par de dientes y esquirlas de huesos.

El esqueleto empieza a mostrar el efecto de sus heridas, con cada vez menos huesos intactos.

Tambaleándose, el gnomo avanzó hacia el último enemigo, que se encontraba rodeado y a punto de caer. Haciendo un último esfuerzo, que salió con un gemido agudo, el azulado proyectil impactó en el cráneo del no-muerto. el cráneo se hizo astillas, y con ello el resto de la estructura ósea se derrumbó como si de un castillo de arena se tratase. El sonido de los huesos crujiendo reemplazó el tañir del metal. Respiró rápida y desesperadamente, intentando ganar compostura Creo... que es el momento de irnos las palabras le salieron amargas, pero veia que si trataban de detener por más tiempo las oleadas de Mabar, todos perecerían, como la elfa cuya alama había sido reclamada por una sombra. Debían huir de Eberron ahora... quizá otro día pudieran volver a defender lo que quedara de aquél mundo.

El silencio llena la cámara una vez todos los enemigos han caído.

En la lejanía, por las ventanas, se escucha un gritar desesperado y lleno de furia ... habéis detenido el primer asalto de Soht y ganado la batalla. Pero no la guerra.