Partida Rol por web

Y de golpe parecido que la cordura llego de nuevo a su cabeza, era algo que no podía esperar que llegara para quedarse, pero me daba esperanzas. No en salir viva de aquí, no en quedarme en casa, no en nada de lo que seria lógico. si no en poder ayudar a Killian una vez todo se calmara, una esperanza en que nadie terminara muerto o mal.

Mis ojos lo seguían de un lado a otro, pero ahora con un brillo real en ellos, con mis latidos acelerándoselos ante la luz que acababa de aparecer al lado del túnel.

Cuando miro el telefono y nombro a mi madre semi que esa esperanza se esfumara como una nube de humo pero por suerte se acerco y empezó a soltarme. Me dolía el pecho, me dolía muchísimo de lo rápido que latía mi corazón y antes siquiera de pensar en lo que estaba haciendo mis dos manos cogieron su rostro y lo bese. No un beso meditado, uno que pudiera ser para manipularlo, uno real. Uno que hacia de la esperanza de no volver a perderlo, de no perderlo a manos de gente que queria, porque si mi padre le hacia algo... sabia que no podría culparlo, pero tampoco perdonarlo. Y no queria ni que Kill sufriera, ni que nadie que amaba lo dañara.

No fue hasta que me falto el aire que me di cuenta de lo que estaba haciendo y suspire mirandolo a los ojos y notando mi boca seca. No solté su rostro aun - Déjame que cuide yo de ti esta vez, vamos a casa, yo me ocupare de que no te pase nada - Le implore sin dejar de mirar sus ojos - Diré que hablamos, discutimos, nos gritamos, tiramos cosa a la cabeza y cualquier tontería, pero que eso es cosa nuestra. - Porque no había otra forma de arreglar esto - ​​​​​​​Vuelve conmigo a casa, por favor... si nos vamos no habrá solución, vuelve conmigo. 

—Guau, sí que lleva años la manta acumulando mierda —intercaló la broma, incapaz de guardársela, pero enseguida frunció los labios en una mueca y se calló, dejándolo hablar y escuchando con atención. 

Se rio al escuchar que se había quedado sin gasolina. Si era sincera, tampoco era la primera vez que le pasaba a ella y su padre tenía que ir a rescatarla, aunque sí que estaba siendo la más divertida. Abrió más los ojos al escuchar que intentó robar en la gasolinera y soltó una sonora carcajada cuando llegó a la parte del tubo y la caravana. El final de la historia le pareció tan divertido que durante algunos segundos no hizo más que reír. 

—Ay, por favor —dijo, tomando aire cuando consiguió parar—. Te imagino totalmente, con el tubo en la boca intentando parar a tiempo y tragándote la gasolina. Y luego... luego echando la raba...

Se volvió a reír a carcajadas al imaginarlo de nuevo. 

—Oye, que hace un par de kilómetros vi una granja, si quieres vamos y les robamos la gasofa de un tractor —Y de nuevo volvieron las risas—, en lugar de llamar a estos. 

Se pasó el dorso de la mano por los ojos, donde se le había escapado una lagrimilla de tanto reír y tomó aire otra vez. 

—¿Y qué pasó después? ¿Cómo saliste de aquella?

Si había algo que le gustaba a Jesse era ver reír a Maddie, y quizás no se había dado suficiente cuenta hasta aquel momento, incluso le gustaba cuando se metía con su pobre y destartalada manta. El joven mantenía su sonrisa encantadora mientras la veía reír sin ningún tipo de filtro.

-Bueno, he de decir que no era tan increíblemente sabio como ahora.- Dijo burlón.- Por eso ahora cuando hay que hacer algo así llamo a Junior o al primer cazurro que tenga cerca. A Daddy le encanta chupar cosas, ya me entiendes.- Añadió divertido.- Así que si quieres ir a por ese tractor tu te encargas de la manguera y de tragar gasolina, a mi esa experiencia ya me enseñó que no era lo mío.- Dijo fingiendo estar algo ofendido.

Enseguida recuperó su sonrisa anterior e incluso se rio contagiado por la risa de Maddie.

-No creas que esta historia acaba con tu miembro del club favorito resolviendo todo gracias a su intelecto.- Dijo Jesse elogiándose a si mismo cual pavo real, aunque enseguida sonrió con picardía.- En aquellos tiempos era un idiota. Me sentí fatal, no por robar, eso me daba igual, pero por ser tan patético, y no haber conseguido hacer ni eso. Pero encima también me encontraba mal físicamente, no sabía si me iba a morir por tragar gasofa. Sea como sea el viejo dueño de la caravana me pilló. Y no se si fue por el lamentable espectáculo que estaba dando o porqué, pero el caso es que me invitó a su caravana y a que me bebiera una birra.- Dijo el joven haciendo memoria.- No había hablado con nadie durante aquel año, con mi padre nunca ha sido fácil y con Sarah... bueno fue complicado.- Se limitó a decir sin entrar en detalles sobre quien había sido su novia de instituto.- En fin, no se cuantas horas hablamos, de todo y de nada en concreto, supongo que con un desconocido era más fácil. Al final el tipo no solo me dio algo para beber y comer, sino que incluso algo de gasolina. Él llevaba años viviendo en la carretera y me explicó un poco como se las apañaba. Y bueno sin más...- Dijo finalmente encogiéndose de hombros.- Después de eso seguí con mi viaje, o más bien lo empecé... Lo curioso es que ni si quiera supe nunca su nombre, así son un poco las cosas allí fuera, hay mucha gente que conoces para no ver nunca más.

Después de aquello Jesse simplemente se quedó en silencio tumbado, con el cuello ligeramente torcido para poder ver a Maddie a los ojos.

Como no podía ser de otra forma, Killian se derritió en aquel beso. Su cuerpo entero se relajó, absolutamente hipnotizado, como si llevara años ahogándose bajo el agua y de pronto tu boca le proporcionara aquella bocanada de aire necesaria para sobrevivir, para seguir nadando hacia la orilla junto a ti. Sus ojos se llenaron de amor y se mantuvieron así, brillando incluso en medio de la oscuridad que los rodeaba, cuando al quedarse ambos sin aliento tuvo que separarse de tus labios por un momento.

—Vamos juntos a casa —contestó en un tono que, luego del beso, sabías que tomaba más profundidad que la amistad que tenían podía permitir —. Por esta noche. Mañana aclaramos todo, y luego nos vamos —te sonrió mientras se ponía de pie y te ayudaba a ti también a pararte.

A lo lejos, escucharon ambos una moto en el silencio de la noche. A un par de calles, al menos, pero suficientemente cerca para que Killian volviera a tensarse otra vez.

—Quédate aquí, Charlotte —dijo serio, con una mirada que denotaba preocupación por lo que pudiera pasarte si te cruzabas. Dicho eso, volvió a tus labios, dándote un breve pero intenso beso, y sentándose en el borde del suelo de la planta superior del granero, se dejó caer a la planta baja sin hacer ni el más mínimo ruido al aterrizar.

Callejeaste sin problema por las calles aledañas. Había un par de adolescentes en la calle, conversando entre dos o tres, y aunque ya estaba oscuro, todavía quedaba alguna señora conversando con la vecina a través de las rejas. No reconociste ninguna señal clara de presencia ajena en el barrio, y de la moto de Killian no encontraste señal alguna a pesar de recorrer distintos escondites que se te ocurrieron a medida que pasabas por ahí.

La calle principal del terreno del granero tenía algunas farolas funcionales que alumbraban levemente la acera, pero solo bastaba alejarse unos cuantos pasos para quedar sumido en la oscuridad. El terreno mismo, amplio y con solo el granero al centro, daba de sobra espacio para ello, aunque no había arbustos ni nada similar que pudieras usar de cubierta a menos que te alejaras hacia los árboles que rodeaban el lugar. La máxima vegetación que había en la zona del granero era algo de maleza marchita y seca.

Dentro no se veía actividad alguna. Las ventanas no permitían demasiada visión, y la falta de luz que proviniera de dentro del granero no ayudaba a dilucidar algo más, pero al menos desde donde estabas tenías la certeza de que no había nadie más que tú en el terreno a la vista.

Las risas volvieron, aunque con menos intensidad, cuando confesó que se había vuelto más cómodo y tiraría del club para solucionarlo en lugar de andar robando gasolina por ahí. Negó con la cabeza cuando le dijo que lo hiciera ella, pero no llegó a verbalizar esa protesta porque se estaba riendo otra vez y cuando se le pasó Jesse ya estaba retomando la historia. 

Tampoco se molestó en negar que era su miembro del club favorito, aunque alzó una ceja en un gesto divertido al oír esa parte. Sonrió con expectación, contagiada por la picardía que bailaba en los labios de él, y divertida cuando contó que pensaba que se iba a morir por beber gasolina. La cosa se puso seria y dejó de reír para simplemente escuchar con atención y apurar el contenido de su cerveza hasta el final.

Cuando Jesse terminó de hablar, los ojos de Mad brillaban, encandilados por el relato. Dejó la lata vacía junto a la manta y lo contempló también en silencio durante algunos segundos, con la mejilla apoyada en la mano. Cada vez había menos luz, pero en la penumbra sus ojos resaltaban y le pareció que estaba incluso más atractivo de lo normal, lo cual ya era bastante. 

—Es una buena historia —dijo al fin—. Tiene un poco de todo y al final acaba bien. Hasta me das ganas de pillar la moto y largarme a seguir el asfalto sin mirar atrás. —Jugó a enredar y soltar un mechón de pelo en un dedo y ladeó un poco el rostro, sin dejar de mirarlo—. Pero nah —dijo, tras un par de segundos, negando con la cabeza—. Ahora estoy demasiado bien en Charming. Quizás en un tiempo, si me aburro. Dime —siguió, soltando el pelo para pincharle el hombro con el dedo extendido—: ¿qué es lo que más echas de menos de esa vida y qué es lo que más te gusta de haber vuelto?

Se quedó callada un momento, esperando su respuesta, pero antes de que a Jesse le diese tiempo a responder, abrió los ojos con una idea que le pareció genial y agregó algo más.

—¡Oye! Podríamos hacer algún juego con la birra. Uno de respuesta o bebes. O de retos. ¿Qué dices? 

Acabe aparcando a menos de cien metros del propio granero, buscaria un punto desde donde se pudiera acceder no solo a la calle principal sino tambien a algun callejon. La situacion exacta se basaria en la cantidad de salidas adicionales que pudiera encontrar si era necesaria una salida rapida.

La idea era no estar directamente a la vista desde el mismo granero y desde alli me moveria.

No habia dado con ninguna señal rara, ni tampoco me habia llamado la atencion la presencia de la moto de Killian, asi que de primeras eso deberia indicar que no estaban aqui, aun asi algo que de habitual seria suficiente para confimar presencia o ausencia, se convertia en algo que no podia simplemente dejar pasar. No esta vez.

Era Charlotte. Char. Si Kill le habia hecho algo, iba a cobrarmelo.

Me movi alrededor de la parcela del granero a sabiendas de que si Kill estaba dentro ese seria un grave problema. La presencia de los chicos y la de ancianas indicaba que el lugar era tranquilo. Cualquiera que se hubiera criado en las calles podia sentir la tension de cuando algo iba mal, asi que si ellos estaban tranquilos era porque de inicio todo debia estar tranquilo. Eso no hizo que bajara la guardia.

Busque un lugar a oscuras, en uno de esos puntos donde las farolas habian dejado de funcionar. Desde alli use las gafas de vision nocturna para establecer si habia algo fuera de lo comun en el terreno alrededor del granero, algo que llamase la atencion para alguien con mi experiencia. La modificacion del terreno era un arte, que muchos soldados aprendian, en base a esa experiencia podia determinarse si un terreno estaba "preparado".

De no encontrar nada que llamase mi atencion, guardaria las gafas y me moveria en direccion al granero, con tranquilidad, buscando en la medida de lo posible tener cobertura al menos... hasta llegar a la zona donde dejaba de haberla. Habia luz, asi que estaria atento a los reflejos de la luz contra posibles miras o reflectantes. Si habia un francotirador, eso deberia avisarme, con suerte a tiempo para rodar e intentar evitar el disparo.

En aquel momento no lo pensé, en aquel preciso momento solo había dejado que mis emociones salieran, que mis miedos tomaran el control. Sabia que no debía sentirme culpable por Chris, el me había dicho mil veces que era libre de hacer lo que quisiera, me había incluso animado a intentar ser feliz con otra persona. Pero yo lo queria a el, queria ser feliz con el. Realmente sabia que despues me sentiría mal por mi, porque asi era, porque por mucho que Chris me dijera, yo sentía que esto no estaba bien, y evidentemente, no solo por el. También por Kill, lo ultimo que queria era hacerle daño o que le pasara algo, asi que… tenia que pensar y tenia que ganar tiempo.

Suspire y abrí lentamente los ojos al escucharlo decir que iríamos a casa. La parte de irnos seguía ahi, pero había ganado tiempo y eso era algo que antes no tenia.

Me levante con su ayuda y me humedecí los labios. Al escucharse la moto lo mire preocupada - Kill… ten cuidado - Ya no sabia si por una banda rival, o por la nuestra. Mis ojos lo siguieron, me moví despacio intentando poder ver que pasaba.

Era difícil resistirse a los encantos de su amiga, allí en mitad de la noche, resplandeciendo cual estrella y mirándote con aquellos ojos que ella ponía mientras jugueteaba con su cabello.
Jesse no era alguien que se fuese a sonrojar por una situación así, pero la edad si que le había dado la suficiente experiencia como para plantearse como de mala idea era aquel pensamiento que danzaba sigilosamente por su cerebro.
Por un lado su estilo de vida le llevaba a dejarse llevar, pero por otro Maddie era lo suficientemente especial como para no hacer como si fuese una cualquiera, por lo que él mismo se ponía barreras, aunque estas eran derrumbadas por el simple vaivén del pelo en su dedo.
La escuchó con curiosidad cuando se planteó aquel estilo de vida para ella misma, seguramente se haría a ello rápido, y estaba bastante seguro de que le gustaría. Pero la chica parecía aun bastante apegada a Charming o al propio club.

Entonces llegaron aquellas preguntas y Jesse miró al cielo como esperando a que le lloviesen las respuestas, no eran precisamente preguntas fáciles, y por algún motivo se las estaba pensando bien, aunque su primer impulso siempre era decir una tontería. Fuera como fuese las respuestas nunca llegaron, pues a Maddie se le ocurrió otra cosa. Jesse abrió un poco los ojos para después fruncir el ceño mirando a su amiga.

-¿Porqué de repente me siento como si hubiese vuelto al instituto?- Preguntó burlón mientras alzaba una ceja, aunque enseguida acabó por reír.- Pero está bien, ¿a que quieres jugar?, te advierto que soy el rey de los juegos de beber, aunque yo era más de birrapong.- Bromeó entonces divertido.

Desde aquel punto de la oscuridad en la acera pudiste observar tanto el granero como el terreno. La tierra no parecía removida en absoluto, y no había ningún indicio que te hiciera pensar en que el suelo pudiese estar preparado de alguna forma, o que pudiesen haber puesto algún tipo de trampa. Al menos, si lo habían hecho, tenías la certeza de que no era recientemente.

Mientras te dirigías al granero, viste por una de las ventanas laterales de la segunda planta una sombra asomándose. Te pareció, por la silueta, que probablemente se trataba de una mujer, y su altura y contextura calzaban con las de Charlotte. Ya habías dado algunos pasos por el terreno, sin cobertura en absoluto en las cercanías más que los árboles que estaban por los laterales y por tanto, lejos tuyo, sin embargo, no habías recibido ninguna señal de advertencia o ataque por el momento. Más allá de la sombra en la ventana, todo parecía tranquilo.

Me movi despacio para no hacer ruido, pero estaba claro que desde esa ventana no podría ver mucho, pero si a alguien acercándose. Despacio, me moví hacia el borde, para poder ver a Killian y la puerta, pero intentado asomarme lo justo. Esperaba que fuera alguien del club, alguien que pudiera hacer razonar y no problemas con otros motores.

Aunque mientras miraba hacia alli empece a pensar en que diría cuando volviéramos a casa, no sabia si mi madre realmente me había cogido la llamada, pero tenia que tener una plan por si había cogido y por si no lo había hecho. Y a su vez... un plan que salvara a Kill, que le ayudara, uno que no hiciera que terminara muerto.

Mad se rio al ver su expresión en la penumbra; estaba adorable incluso cuando fruncía así el ceño. Se incorporó hasta alcanzar un par de birras sin empezar. Le pasó una a él y se quedó la otra. 

—Al birrapong te doy una paliza, chaval —respondió, burlona, sobrada, sin disimular que intentaba pincharle—. Pero dudo que tengas una pelota en esa moto de Mary Poppins y definitivamente no tenemos vasos. Así que tendrá que ser otra cosa. ¿Verdad o reto? Hacemos una pregunta o ponemos un desafío, si no se quiere responder o hacer el reto, se bebe. ¿Qué te parece? —Alzó las cejas al seguir hablando—. Y para que veas que soy buena empiezo yo con lo que ya te había preguntado.

Y se lo quedó mirando con expectación, a la espera de ver si aceptaba y si respondía. Aunque también tenía la sensación de que había sido demasiado buena. Se lo había puesto muy fácil, con preguntas que seguramente él habría respondido igualmente, y algo le decía que él no iba a empezar tan suave.

El tono verdoso que daba a la noche las gafas de vision era algo a lo que acostumbrarse. Sin embargo yo tenia experiencia suficiente para saber como moverme de esa forma. El terreno no parecia haber sufrido ningun cambio, si Kill habia venido hasta aqui con la intencion de liarla de alguna manera, sin duda el terreno estaria removido recientemente y no parecia el caso.

Una llamada en medio de la noche. Electronica. Ordenadores. Estaba claro que el bueno del ario era bueno en esas cosas. Una sola palabra real y al igual que Kill habia saltado. Charlotte. Por que Killian iba a coger a Char?

Algo no cuadraba.

Camine, alejandome de las escasas farolas y entrando en el terreno de la profunda oscuridad. Pasos lentos y tranquilos. Un punto de atencion. Algo moviendose en la segunda planta, una ventana y una figura que sin duda casaba con la de Charlotte. Cual no lo haria? Todas os cuidabais, todas teniais el cuerpo bien definido. Podia ser eso una pista? Algo olia tremendamente mal.

Segui acercandome hasta dar con una de las paredes del granero de inicio. En esa posicion, seguro de que no habia ninguna ventana cerca, saque el movil, baje el brillo del mismo al minimo y con rapidez envie un mensaje a mi tia. Tres palabras. Guarde de nuevo el movil en mi bolsillo y me puse en movimiento tranquilo alrededor del perimetro del lugar, queriendo asegurarme de que habia algo mas que la puerta del propio granero para entrar.

Me movia como debia ahcerlo alguien como yo, tranquilo y con cuidado, a la espera de que a la minima alguien saltase sobre mi con intenciones homicidas. No me adelantaria, dejaria que la fria logica me dictase mis movimientos.

Tras enviar el mensaje, volvi a colocarme las gafas de vision. Era muy consciente de la absoluta falta de visibilidad en los alrededores. La oscuridad era casi absoluta y la imagen de esa figura tan aprecida a Charlotte seguia estando en mi memoria. Un paseo alrededor del granero me indico los puntos de entrada y salida.

Una nueva vibracion. Desactive las gafas, mire la pantallla para confirmar que no se sabia nada de Charlotte. No me gustaba, hedia a algun tema informatico y eso me superaba. Si no puedes atar un problema, entonces asegurate de hacer bien lo que sabes hacer. Solo quedaba centrarse en lo que se me daba bien.

Movil en silencio. Gafas de vision puestas de nuevo.

Cuatro ventanas. Protegidas por barrotes y menudas. Ningun adulto cabria. Eso dejaba dos puertas. La mas pequeña y angosta era del tipo que dudaba que cupiese, la mas grande era... demasiado obvia, ademas de que el metal haria ruido, mucho ruido.

Vibro el movil. Aparte las gafas y asegurando que el brillo no se viera apenas, con la pantalla girada comprobe lo que decia. Tras eso volvi a guardarlo. Di la vuelta al granero de nuevo, para despistar a quien me estuviera mirando y acometi entonces mi objetivo.

Me acerque lentamente hacia la puerta angosta, comprobe que mi cuerpo cabia y luego estudie que no hubiera ningun cable trampa en posicion. Una vez eso estuviera claro, buscaria asomarme, pero con el arma en la mano. Levemente apartada para evitar que intentara cogerla y cerca del pecho, mientras observaba a mi alrededor con las gafas.

Puse oido, para ver si escuchaba algun sonido. Era una edificacion vieja.

El silencio era absoluto. Killian se mantenía alerta, tenso, escuchando con atención a los alrededores. Su mirada fue un momento a la trampilla en el suelo, y luego a su propia moto, pero casi inmediatamente la devolvió a la puerta grande del granero por la que habían entrado.