Partida Rol por web

Todo va a estar bien, Jesse - le susurró apretándolo muy fuerte mientras le acariciaba la espalda, buscando reconfortarlo - Te lo prometo. Vamos a estar bien.

A Madison le brillaron los ojos al girar la calle y ver que el tipo estaba a su alcance. Era consciente de que los disparos habían atraído la atención, así que no tenía tiempo que perder. Sabía también que el hombre le había disparado a Mike sin pensárselo mucho, así que no le iba a dar la oportunidad de hacer lo mismo con ella. 

Aceleró y sus labios se curvaron en una sonrisa cuando el morro de la van se estampó en su espalda y lo lanzó hacia delante. ¿Había oído un crujido o se lo había imaginado? Como fuese, había sido un sonido delicioso. Frenó, viendo cómo el tipo caía al suelo. No sabía si estaba inconsciente o muerto, se había llevado una buena hostia. Le latía fuerte el corazón con las ganas de recrearse y pasarle por encima hacia delante y hacia atrás, una y otra vez. Pero si de casualidad el tipo estaba vivo les iba a ser más útil así que hecho pasta de puré de cabrón de mierda. Apretó el volante con fuerza, conteniéndose las ganas y resopló con fuerza entre dientes. 

Miró hacia el final de la calle. ¿Dónde estaba Mike? ¿Por qué tardaba tanto? Decidió no esperar. Cogió la navaja, por si acaso, y se bajó de la van sin apagar el motor. La pasma no iba a tardar en llegar y ni el fulano ni ellos debían estar ahí para entonces. Antes de acercarse al tipo le quitó la pipa y, entonces sí, se acercó apuntándole, para ver si estaba vivo. 

Alyssa sonrió ante tu advertencia silenciosa, con una malicia que casi te podía hacer adivinar que no, no lo sería. No completamente al menos. Al principio partió lento, pero gradualmente fue subiendo el ritmo, y para cuando ya estabas tensándote por la situación, ella supuso que te tensabas por el placer hasta que recibió esa mirada. Por un momento pensó en parar, pero ya que no la apartaste, supuso que no sería tan grave y hasta te iría bien relajarte, por lo que siguió. Desde ahí, sí se comportó un poco más. Lamiendo y disfrutando de tu polla mucho más que engulléndola a lo bestia. 

Daddy, que curiosamente había estado exactamente donde tú ahora muchas veces a juzgar por las películas, escuchó tus instrucciones con atención.

No hay nada por aquí cerca, pero echaremos otra mirada. - te aseguró. De fondo, escuchaste la voz de Butcher por primera vez, aunque no distinguías bien lo que decía porque se solapaba con Mad Dog. Aparentemente se estaban gritando entre sí - Joder - dijo Daddy al darse cuenta de la situación - Sarge, te dejo, que la están liando. Butcher quiere ir a por Fauve, pero no puede ni caminar derecho. - explicó rápidamente - Apenas lo calme le escribo al presidente. - aseguró, para luego colgar. 

El hombre estaba tan maltrecho que no opuso resistencia alguna a que le quitaras el arma, sin embargo, admirablemente tras dos disparos - uno en el hombro y otro en el abdomen, que ahora podías ver mejor al acercarte - y ser atropellado por una van a buena velocidad, seguía vivo. 

El tipo pesaba, así que tuviste que arrastrarlo a la van a través de sus quejidos de dolor. Algunas luces cercanas se prendieron, pero antes de que alguien se asomara a ver a la ventana, tú ya estabas dentro de la van. Claro, te habías tenido que meter detrás con el tipo mientras lo atabas, pero al menos no te habían visto la cara. Tras atarlo con bridas de plástico, que nunca podían faltar en la van de Sons of Anarchy, pudiste pasarte por dentro de la van a los asientos delanteros y partir. 

Para cuando te encontraste con Mike en la esquina ya se oían las sirenas de la policía a lo lejos, pero sabías a ciencia cierta que mientras pisaras un poco el pedal tras recogerlo, alcanzarías a desaparecer antes de que tuvieran oportunidad de acercarse. 

Sentí alivio, y sentí vergüenza de sentir alivio. Al menos Jill y Joe están bien. Ya puedo aferrarme a eso. Miré nerviosamente el celular, pero no habían llegado nuevas notificaciones.

Tuve ganas de abrazarla, pero me detuve a medio camino por no saber si era lo apropiado. El susurro de Charlotte hizo que se me doblara el estómago. No me gustaba decirle que no a alguien.

— Lo siento, es que vine a ayudar a Jesse a buscar… — Volteé el celular para que no se viera que tenía la foto del niño abierta. ¿AJ sabía que no encontrábamos a su hijo?

Llegó Jesse, y dio la noticia. Se me volvió a hundir el estómago.

— Vine a ayudar. — sentí un escalofrío al ver la ropa de Jesse.— ¿Necesitas que te consiga… ropa… o una bata? — estaba que daba miedo.

Me fui un par de pasos hacia atrás para darle espacio a que pudiera acercarse más a Jill y se puso de cuclillas. Debo estar pálida. Me costaba un mundo no preguntarle qué había pasado, pero me sentía floja, como si se me hubiera bajado la impresión. Miro a los ojos de Jesse, y noto que están… como tristes.

Me sobresalté cuando la pequeña se levantó y lo abrazó, temiendo que se manchara de sangre, y aunque trato no recuerdo haberla visto abrazando a nadie tampoco.

— ¿En… en qué lugares has buscado? — no sé por qué me sentí incómoda.

Eras una autentica diablesa. Arrodilada frente a mi cualquiera pensaria que yo era el dueño y señor del momento. No era asi y era consciente de ello. Tu, alli de rodillas, disfrutando y haciendome disfrutar, mientras mi polla se convertia en tu objeto de culto y yo... al telefono. La crueldad segun se mirase no conocia limites y tu tras mis palabras, mostraste una sonrisa donde dejabas claro que eras la mayor diablesa de todas.

Era consciente de que me harias sufrir, de que serias cruel pero que el final de todo seria pletorico en mas de una forma.

Fue la mirada la que detuvo el avance mas salvaje de tu boca, que dejaras de literalmente follarme tu a mi con tu boca, a algo mas comedido, mucho mas placentero desde el punto de la dedicacion aunque la tortura siguiera ahi. Notaste los escalofrios mientras seguia al telefono y no dudabe en contestar.

Perfecto. - Escuche la jarana de fondo. - No te olvides de avisarle.

Colgo y yo hice lo mismo, mirandote mientras no dudaba en dejar el movil sobre la primera superficie cercana, para la que no tuviera que moverme.

Notaste como de repente dejaba escapar un jadeo y un largo suspiro de placer mientras mi cuerpo se dejaba llevar por todo el que tu habias acumulado en esos momentos de dedicacion. Baje la mirada hasta ti, viendo la dediacion y la difernecia con el salvajismo de ahcia unos momentos. Me mordi el labio y jadee mientras miraba al cielo ante unas de las pasadas de tu lengua y uno de esos humedos besos que me sabias donde colocar para derretirme.

Nena... joder... - Suspire y te mire a los ojos, dejandote claro todo el placer y la necesidad de liberar tension que tenia desde hacia ya un rato.

Era simple o decidias tu, o lo haria yo y seguramente si era yo, te quedarias sin caramelo porque yo tambien querria comer... y eras consciente la tremenda hambre que llevaba encima y que tu habias azuzado.

Al ver que me olisqueaba sonreí. Al menos parecía más relajado. Moví ligeramente los dedos, sin intención de tocarlo, solo rozarlo. Volví a repetir el gesto con mi otra mano, instándolo a venir un poco más cerca. -Vamos Kay, no te voy a hacer nada chico. Te lo prometo. -le sonreí cálidamente. 

Miré el reloj de la pared para ver qué hora era. Cada vez era más tarde y Charlotte no llegaba. ¿Debía llamarla? ¿Mandarle un mensaje? No sabía si preocuparme o no.

Cuando llegó Jesse me quede mirando la escena con una media sonrisa mientras no podía evitar verme transportada al pasado una vez más. Claro que con ciertas frases eleve una ceja y contuve la risa negando con la cabeza, cuando la cosa se normalizara un poco tendría que tener una charla con el chico que claramente o no se enteraba o era idiota y prefería pensar que era lo primero.

Ya cuando vi a Jill abrazarlo suspire, no pude evitar pensar en ella en diez años y en como todas las cosas cambiaban y me entró un gusanillo horrible.

Por suerte mire a la cachorra cuando me habló - Vale... pero no lo dejéis solo -  Tras ello camine hacia los asientos y al pasar a su lado le di un apretón en el brazo a la chica con una mano. Ya al lado de Jesse le di un beso en la mejilla sonriéndole y cogi mi bolsa - Me llevo a Jill conmigo, la policía no debería volver, de ser así llamarme, mañana os veo a primera hora en el club - Mire un segundo AJ antes de mirar a la chica.

- Vamos nena. - Le dije con una sonrisa poniendo rumbo a la salida.

Madison estaba en buena forma gracias al baile, pero cuando terminó de subir al tipo a la van estaba jadeando. Cómo pesaba el cabrón de mierda. Lo miró ahí, tendido en el suelo de la furgoneta, con las manos atadas con las bridas, y el olor de la sangre llenó sus fosas nasales, excitándola. Había demasiados motivos por los que no dejarse llevar y sabía que debía controlar ese impulso, pero por un instante fantaseó con abrirlo en canal ahí mismo. 

Tenía las pupilas dilatadas cuando recogió a Mike en la esquina. Mientras el chico subía tecleó a toda prisa un mensaje muy breve y luego pisó el acelerador a fondo para salir de allí cagando leches. 

—¿Cómo está tu pierna? —le preguntó, sin mirar, concentrada en la conducción—. Quítate la camiseta y apriétala contra la herida, para que no pierdas mucha sangre. Ahora en el club te lo miran bien. ¿Tienes... eh... orificio de salida?

Jesse no pudo menos que sonreír con cierta tristeza, ahora más que nunca la cría le recordaba a Alma, pero la gran diferencia era que ahora él era un hombre, y Jill no era más que una niña, una que no debería estar cargando con todo aquel peso. Pero allí estaba, la verdad es que era difícil no estar orgulloso de ella, aunque a su vez el motivo fuese jodidamente triste.

No era muy de abrazos, hacía tiempo que eso de ser cariñoso no iba demasiado con él excepto con personas muy concretas, y lo solía hacer más por protocolo que por otra cosa. Pero en aquel momento si que le devolvió el abrazo a la chica, le habría gustado decir que fue por reconfortarla, por hacer que se sintiera mejor, pero probablemente solo fue para sentirse mejor él mismo, había sido una noche de mierda.
El joven le revolvió un poco el pelo a la niña cuando esta dejó de abrazarlo y le dedicó otra sonrisa.

-Estoy orgulloso de ti.- Le dijo mirandola a los ojos para que le quedara claro que lo que le decía iba en serio.- Tú intenta descansar un poco y deja que yo me encargue, si me entero de algo te avisaré.

Charlotte le dio un beso, y el motero simplemente le sonrió mientras la escuchaba.

-Tranquila, si hay cualquier cosa te avisaré. Mientras yo me quedo aquí al mando, ya he hablado con mi padre.- Dijo el joven.

Las órdenes tampoco es que fueran muy concisas, pero si sabía que no se iba a ir de allí y dejar a AJ solo con la novata, era un marrón demasiado grande hasta para un prospecto, y tampoco íbamos a dejarlo solo, al menos habría que esperar a que alguien más llegara.
Finalmente hizo caso a Kate, estaba cansado, pero no se había olvidado de sus preguntas, simplemente la había dejado para la última. Para variar la veía seria, la situación la requería, pero la novata pecaba de no relajarse nunca. Así que pasó su brazo por los hombros de esta para luego aprisionarla y revolverle el pelo.

-No tenemos mucho que hacer, ya hemos mirado donde podíamos.- Le dijo liberándola con una sonrisa de su pequeño agarre.- Mañana seguiremos con eso, nosotros ya solo podemos esperar con AJ mientras llega alguien más.
Y bueno, aunque tu oferta de ir por ahí con una bata es realmente tentadora, creo que tendré que rechazarla, pediré que nos traigan algo de ropa a AJ y a mi. De momento ¿porque no te vas a buscar algo para comer?, seguro que a AJ le vendrá bien, y prueba a practicar esa cosa que usa la gente normal... ¿como se llamaba? ... ¡ah si! sonrisa.- Le dijo simulando acabar de acordarse y dedicándole el mismo una sonrisa, aunque esta no acababa de enmascarar el cansancio y tristeza en su rostro, pero esperaba que fuera suficiente para que la novata se destensara un poco.

Una vez dijo eso simplemente se dejó caer al asiento donde poco antes había estado Jill y le dedicó un guiño a modo de despedida.

Las tres y poco de la mañana. El ataque en el club había sido pasado la medianoche, así que dos horas y poco entre hospital y policía no parecían tan fuera de lo común. No sabías cuanto tardaría aún, pero al menos tenías la certeza de que en Charming las malas noticias volaban.

El perro ladró un poco molesto al oír que confundías su nombre, pero no era más que una queja. Acercándose un poquito más, olfateó otra vez tus dedos. El pequeño roce no parecía haberlo molestado, pero tampoco que le hubiese agradado especialmente.

A Mike le había venido bien la pequeña pausa para el mensaje, porque para subirse había tenido que impulsarse con una pierna mientras se afirmaba de la parte superior de la van con la otra mano, evitando así pisar con la pierna mala. Ya caminar hasta ahí cojo le había jodido lo suficiente como para además meterle peso. 

Bien, bien, no te preocupes - su sonrisa, que apuntaba a tranquilizarte por si mirabas en su dirección, se tensó un poco por el dolor. Obediente, asintió a tu instrucción, y tras quitarse el chaleco - que dejó a un lado - hizo lo mismo con la camiseta blanca que llevaba, quedando con el torso descubierto. Haciéndola una bola, la apoyó contra la herida - Nada - contestó a lo del orificio de salida, mirando hacia atrás al escuchar un quejido - Joder... - te miró sorprendido - Quizás tú deberías ser la prospecta, y no yo - bromeó de buen humor, con una sonrisa ladeada. 

Sacando el móvil, revisó sus mensajes y contestó rápidamente - Pues parece que las motos sí que estaban, pero escondidas en un callejón - suspiró - Así que pasaré a recogerlas mañana - siguió hablando. Cada tanto tensaba el puño que sostenía la camiseta, o arrugaba un poco la nariz, aguantando lo mejor que podía.

El rostro de la niña se iluminó con una sonrisa sincera con las primeras cuatro palabras de Jesse, tan feliz que pareciera que su hermano desaparecido, su padre ausente y su madre acribillada fueran meros detalles del día si se comparaban con esa breve interacción con el motero. 

Asintiendo a lo siguiente, dibujó una cruz en su corazón a modo de promesa solemne, esperando a que él hiciera lo mismo. Ella descansaría a cambio de que él le avisara si se enteraba de algo. Parecía un trato justo, al menos para ella, que no tenía forma alguna de perder.

Buenas noches, Jesse - se despidió de un beso en la mejilla, para luego ponerse de pie e ir hacia Charlotte - Lista - dijo aún conservando una sonrisa en la comisura de los labios, bastante inusual en ella, que la mayoría del tiempo parecía estar a medio camino entre frustrada, exasperada y determinada a ignorar al resto de la humanidad. Una vez la abogada caminó con ella hacia la salida, se volteó para despedirse de AJ y Kate agitando la mano.

Aun luego de que cortaras la llamada, Alyssa siguió disfrutando del sabor de tu polla. Había cerrado los ojos entonces, concentrándose solo en disfrutar de tu erección, en deleitarse recorriendo su longitud con la lengua, gimiendo suavemente y dejando que sintieras la vibración de su garganta contra tu miembro. Aunque fueras tú el que recibía sus atenciones, sabías que ahora mismo si seguía chupando era porque lo hacía para disfrutar ella, y la mejor muestra de ello es que una de sus manos había bajado a su entrepierna para empezar a masturbarse mientras trataba tu polla como si fuera un helado en medio de un desierto. 

Fue recién con tus palabras que volvió a abrir los ojos, respondiendo a tu llamada con mirada pícara y alegre. Poco a poco fue dejando aquella diversión para subir con besos por tu pecho hasta quedar de pie, pegada a tus labios, reclamando un beso que fuera solo suyo. 

Vamos - susurró, tomándote de la mano para guiarte a su habitación. Ahora mismo, le daba igual cuantas veces o como, solo tenía claro que quería pasar el resto de su noche contigo y despertar abrazada a tu cuerpo.

Te dio igual todo. Te daba igual mientras llamaba, sin importar quien estuviera al otro lado del telefono, mas aun te iba a dar, mientras ya no habia telefono de por medio. Te dedicaste no solo a darme placer, sino a disfrutar de mi polla con una dedicacion que hacia que a mi, el objeto de la misma, me costara concentrarme en algo que no fuera sentir tus labios, tu lengua o la humedad del interior de tu boca hasta alcanzar la presion del fondo de la misma sobre todo mi sexo.

Mientras intentaba mantener erguido, contigo de rodillas delante de mi, pude notar como mas alla de solo darme placer, disfrutabas de mi sexo como si de un helado se tratase mientras sin pudor ninguno te dedicabas a tocarte, provocando que mi excitacion se saliera ya de cualquier baremo y mis ganas de follarte rayasen la mas pura y salvaje obsesion.

Jadee, gemi incluso segun el movimiento que hicieras con tu lengua o tu boca. La vista se me iba y venia, mientras los escalofrios de puro placer atravesaban mi cuerpo, dejando clara constancia para que tu, la que los provocaba fueras plenamente consciente de que me tenias por completo a tu voluntad en estos momentos.

Hable, te mire poniendo mi voluntad en ello. Abriste los ojos porque asi como yo estaba en un mundo onirico de puro placer, tu estabas en el tuyo, a tu manera. La mirada que me dedicaste iba cargada de una picardia que hablaba de todas las diabluras que cometeriamos los dos esta noche, sobre tu cuerpo, y sobre el mio, para placer y disfrute orgasmico de ambos.

Subiste dejando en tu Camino tus labios y tu saliva, marcando mi cuerpo hasta llegar a unos labios que no dudaron en acogerte dejando plasmado un beso de autentica necesidad, de voraz hambre y ardiente pasion. Los tome y los hice mios, los abri, los saboree y cole mi lengua en lo profundo para encontrar la tuya. No me detuve ahi, profundizando y volviendo mas intenso y denso el beso, acercandolo al lado mas salvaje pero sin llegar a el. Tu cuerpo se movio, tu espalda rozo la mesa y ahi el beso aumento, hasta que al separar nuestros labios, nuestra humedad y saliva se habian convertido en puentes brillantes que cruzaban de tus labios a los mios.

Me deje llevar, por tu mano, por ti. Un cuerpo creado para el pecado me arrastraba y yo Aun asi, solo tenia ojos para la mujer que me miraba como yo la miraba a ella. A sabiendas de que nos desfogariamos, de que follariamos como animales hasta quedarnos dormidos, que no habria nada que fuera a ser negado esta noche, pero sobretodo... que cuando el impulso salvaje terminase, cuando los orgasmos hubieran sido exclamados con fuerza a al oscura noche... y tu te acurrucases en mi abrazo y mis brazos te arropasen, llegaria la calma donde lo que habia mas alla de esa necesidad salvaje se asentaba... y al despertar, al despertar seguramente por primera vez como tal, seria el amor lo que hariamos… aunque ninguno de los dos fueramos conscientes de ese cambio, o quizas, no quisieramos ser conscientes de el.

Ya era muy tarde, así que no sabía si Killian aún estaría despierto, o si estaría porque quizás lo habían llamado para algo con todo aquel caos.

igualmente por el camino fui hablando con Jill, comentándole que hoy estaría Killian en casa así que compartiríamos mi enorme cama con Kal y Bike pero que después ya tendría una habitación para estar ella tranquila si quería, ella estaba de vacaciones pero yo tenía que trabajar aunque con todo esto movería reuniones y citas para quedarme un poco libre. Más por ayudar que por ella ya que no creía que tuviera problema en quedarse sola unas horas, aunque en un principio la dejaría con mi madre en el club y ya al salir la recogería.

Hoy le dejaría algo mío para que se duchara y se pusiera cómoda pero mañana habría que ir por su casa para que cogiera ropa y lo que pudiera necesitar.

Al aparcar la luz estaba encendida así que sabía que Killian seguía allí, con la niña me dirigí a la puerta y abrí entrando y dándole paso a ella - Hola ¿donde está mi peluche protector? - Dije sobretodo para que Kal supiera que era yo y ya estuviera más tranquilo y feliz de tanta gente, después mire a Killian ya que la puerta de entrada daba a la gran cocina salón, también no pude evitar mirar a Jill porque seguro cuando viera la enorme pared del fondo llena de libros de suelo a techo colapsaba seguro, más los que habían en la habitación de invitados que también era despacho. Ahora mismo hubiera sido un gran momento para tener el futon en el hueco de la unión del tejado sobre las librerías y habitaciones, pero al no tener invitados tan amenudo ni me lo había planteado.

Kal estaba olfateándole la mano a Killian, que estaba sentado en el sofá viendo la televisión, cuando Charlotte atravesó la puerta. Enseguida el perro corrió hacia su dueña, saltándole encima con alegría para lamerle la cara, repartiéndole besitos por el rostro. Bike, que estaba sentado sobre la mesa, solo observó la escena. 

Mientras tanto, Jill levantaba la mirada de su libro electrónico para ver al perro, que inmediatamente decidió evitar. Eso de que le lamiera no le apetecía nada. Y claro, con la imagen de la enorme estantería de libros le brillaron los ojos, pero tenía una promesa muy importante que cumplir. Mañana sí que se volvería loca mirando. - Me voy a acostar, que tengo que descansar bien - dijo la chica a Charlotte, caminando directo a la primera habitación que vio, que para su suerte resultó ser la indicada. Bike, intrigado por la única persona que había osado ignorarlo, siguió a la niña. 

En el contestador, la luz brillaba con dos mensajes por escuchar.