Partida Rol por web

A tu alrededor solo se escuchaban grillos y los sonidos propios de la ciudad, algo distante en aquel amplio terreno. Desde dentro del granero no se oía sonido alguno. Ni pasos, ni movimientos, ni crujir de tablas. Absoluto silencio. Casi podría haberte parecido imposible, de no ser por tu propia habilidad para pasar desapercibido.

A pesar de moverte alrededor del granero, la tierra y piedrecillas bajo tus pies parecían inmunes a tu peso, e incluso tú mismo habrías tenido dificultad para oír tus propios pasos. La puerta a la que llegaste no daba muestra de trampas, ni de nada más elaborado que lo que era a simple vista, una puerta de granero en desuso. Al llevar una de tus manos al picaporte, la única libre mientras en la otra sostenías el arma, pudiste girarla con cuidado de no meter ruido y darte cuenta de que estaba cerrada con llave.

Un granero abandonado en medio de la ciudad cerrado con llave.

El pensamiento cuajo automaticamente. No le veia demasiado sentido y por algun motivo empezaba a estar seguro de que este no era el lugar, pero no podia irme sin mas.

El lugar no estaba abandonado despues de todo y si al final resultaba que habia alguna pista, no podia dejarla pasar por alto.

Volvi sobre mis pasos hasta la puerta principal, me aseguraria fijandome en las bisagras de en que direccion se abria y de paso comprobaria si las mismas estaban engrasadas o habian sido acondicionadas de alguna forma, para ver si realmente estaba en uso o no. Tras eso comprobaria si habia opcion de abrirla, siempre manteniendo un minimo de distancia con el punto mas obvio para que si alguien decidia disparar, no me diera.

De nuevo siendo lo mas silencioso y sigiloso posible.

Mis ojos estaban en Killian y la puerta, pero de vez en cuando se desviaban al interior del granero. Por las ventanas no había acceso por las rejas, y acaso que hubiera una entrada trasera que no viera solo podían entrar por esa puerta. Pero claro, la pregunta era... ¿Quién? ¿Amigo o enemigo? Y no solo eso, ¿amigo normal o buscándome para matar a Kill? Aquello cada vez se ponía peor y yo no sabia.

No tenia nada encima, había dejado todo en el restaurante menos lo que llevaba encima, mi teléfono estaba roto y en los bolsillos poco mas útil tenia. Así que por lo que pudiera pasar empece a buscar con la vista algo que pudiera usar de arma de ser necesario y me acerque a la escalera para poder bajar rápido en caso de que fuera enemigo y consciente de mi presencia, y en el caso de amigo cabreado pues lo mismo.

Desde fuera era imposible ver las bisagras de la puerta del granero, aunque también podías suponer que incluso de haber estado del lado en que te encontrabas, la calidad de las gafas nocturnas que tenías en posesión no habría permitido poder notar si éstas estaban engrasadas. La imagen era clara, pero ligeramente granulada y solo usaba una escala de verde y negro.

Al llevar tu mano a la puerta y presionarla para abrirla, aun con suavidad, el latón resonó y apenas se movió un centímetro o dos, haciendo sonar también un ruido metálico menor que identificaste como cadenas gruesas. Te pareció que lo que hacía parar la puerta era más contundente, como el mismo tablón que se usaba para cerrarlos habitualmente, pero parecía estar doblemente asegurada.

La incertidumbre y la tensión crecían tanto en ti como en Killian. Aún si se mantenía inmóvil, no habría sido necesario conocerlo como lo hacías tú para darte cuenta de que estaba tan alerta, concentrado y preparado como era posible, a pesar de que mantenía la calma.

Justo cuando te ibas a mover hacia la escalera, sentiste el latón de la puerta de la madera resonar por una presión ajena. La puerta se alcanzó a mover un centímetro o dos, y Kill dio un paso hacia atrás, apuntando hacia el centro de la puerta en cuestión, sin embargo la fuerza se detuvo cuando el tablón con el que se cerraba la puerta habitualmente impidió abrirse más. Las cadenas que Killian había puesto antes se movieron un poco, alcanzando a tintinear un sonido metálico.

Cerrado. Cadenas, seguramente la misma barra que debia servir antiguamente para mantener las puertas cerradas.

Extraño que alguien se tomara tantas molestias para mantener a la gente fuera de algo que se suponia abandonado. Habia alguien dentro, de eso no habia duda, el hecho de que todo estuviera asegurado de tal forma, ademas daba a entender que no querian visitas.

Algo me decia que esto no tenia que ver con Killian y Charlotte, pero llegados a este punto, tampoco podia echarme atras sin tener confirmacion.

Lo primero que hice fue escuchar. Tras el ruido de la puerta, lo importante era ver si habia provocado alguna reaccion en el interior. Miedo, tension, todo eso solia provocar sonidos, sobretodo en un lugar viejo, solo faltaba ver si esa silueta acababa por identificar como minimo una posible posicion.

Lentamente pegado a la pared, fui esperando para ver si mi silencio y sigilo provocaban algun otro registro.

Me moveria en direccion a la puerta cerrada con llave, mientras seguia escuchando. Comprobaria la posicion de la misma, usaria mis manos para comprobar los bordes y las mismas bisagras, para asi entender si debia tirar con fuerza o golpear hacia dentro con la misma, para poder abrirla. Una vez determinado eso, me prepararia, mientras seguia atento a lo que sucedia a mi alrededor, no solo al cobertizo.

Una vez seguro de que no habia amenaza directa, golpearia con fuerza la puerta con la pierna o tiraria de ella*. En cualquier caso, tendria cuidado de no quedarme en linea recta tras la puerta tras cada golpe, por si acaso alguien decidia disparar a traves de ella, que no se encontrase conmigo.

Fue escuchar el movimiento del laton de la puerta y por un segundo me pare mirando a Killian. Era... Era raro verlo asi, la ultima vez que había pasado con el era aun un crio, un crio que había crecido con un grupo de motores, pero un cio, mas impulsivo que medido como estaba en aquel momento. Era como si mi cerebro no asimilara que llevaba años siendo un soldado y ya no era ese crio.

Pero por otro lado, era imposible obviar que ese mismo crio, ese mismo soldado, me había secuestrado, dejado inconsciente y estaba pensando en llevarme lejos. Aquello... aquello sin duda no había entrado en ninguna de las fantasías que había tenido durante años con su regreso. Había pensado en mil escenarios, uno en el que volvía y estábamos juntos, otros en los que volvía y aunque no estábamos juntos si podia tenerlo en mi vida, cerca, había pensado en que no volvía, en que volvía mal. Pero curiosamente nunca pensé que yo fuera parte del mal. Pense en secuelas, ya fueran físicas o mentales, pero no que yo estaría en medio de ellas, si en ayudarlo cuanto pudiera, pero no en ser parte del problema.

Quieta como estaba escuche el tintineo de las cadenas, fuera amigo o enemigo quien estuviera fuera si lo había escuchado tambien tendría claro que alguien estaba dentro, pues eso solo se podia poner desde aqui. Sin moverme mis ojos iban de Killian a la puerta, me humedecí los labios sintiendo las pulsaciones aceleradas.

No escuchaste ruido alguno del otro lado de la puerta principal de latón. Quien estuviera dentro no debía haberse movido ni un centímetro, pues aunque prestaste atención no llegaste a escuchar el más mínimo sonido del otro lado.

Al rodear el granero otra vez, comprobaste sin problema los bordes y bisagras, que te indicaron que la puerta se abría hacia dentro. Sin duda debías golpear con fuerza para conseguir echarla abajo, pero estabas seguro de ser capaz de ello sin gastar balas. Así que, sin más, diste una potente patada que sacó la puerta del marco, haciéndola caer con el estruendo propio de su peso golpeando la madera del suelo.

Del otro lado viste a Killian, arma en mano también. Hasta el momento había estado del otro lado de la puerta de latón, alerta e inmóvil, pero al caer la puerta lo viste girar hacia el ruido, redireccionando su arma hacia donde ahora estabas tu.

Pasó un minuto o dos y un fuerte estruendo justo abajo tuyo te hizo dar un salto. El primer sonido fue un golpe contra madera, e inmediatamente después le sucedió un ruido fue pesado que golpeó el suelo del granero, en lo que podías asumir era una puerta derribada sobre el mismo.

Tan pronto escuchó el ruido, Killian se giró en dirección a este, apuntando el arma al lugar de donde provenía.

Los dedos en las bisagras indicaron que la puerta se abria hacia dentro. Un leve gesto de asentimiento en mi cabeza, mientras el plan tomaba forma en mi mente.

Ya tenia un punto de acceso, ahora solo faltaba ver quien se escondia ahi dentro y de ser Killian... averiguar el motivo antes de determinar si debia meterle un balazo o no.

Me movi, calcule la fuerza y la posicion, la mano del arma con esta pegada al pecho. Muchos preferian dejarla colgando a un lado como si fuera una especie de duelo de pistolas al estilo de esas viejas peliculas del oeste. La realidad es que resultaba mas facil bajar un antebrazo y disparar, que levantar el brazo para apuntar. Las distancias y las formas permitian ganar segundos, milesimas de segundo y ante un soldado de elite como Killian, eso bien podia determinar vida o muerte.

No sabia en que estaba pensando el chaval, pero no seria yo quien acabase dos metros bajo tierra.

Medidas las distancias, golpee con fuerza directamente sobre la cerradura, el pie impulsado por mi peso y mi fuerza provoco que la puerta se abriese con un estallido que sin duda clamaria por la atencion de los que estuvieran dentro, la forma en que esta misma cayo sobre el suelo, solo alertaria mas.

Todo se redujo a ese instante. Segundos de combate. La puerta cayendo, golpeando el suelo, el leve rebote. La figura oculta al fondo del granero, al lado de la puerta de laton, con un arma apuntando en esa direccion que no dudo en girarse para apuntar en mi direccion.

Un giro sobre mi mismo, para buscar cobertura en la misma pared del granero. Mi voz alzandose lo suficiente para que el chico me oyese. - Soy Marc, Killian. Explicate. - El arma ya no estaba apoyada contra el pecho, pero tampoco con el brazo extendido como haria la mayoria y aun asi el cañon apuntaba hacia la puerta. Estaba preparado.

Una vez al lado del granero, daria un paso atras, alejandome del umbral por si el arma de Killian era capaz de atravesar la madera. Me agache, en posicion de combate, para poder moverme como si buscara coberturas bajas.

Tras eso buscaria ver que podia identificar del espacio en el interior del granero.

Apenas habías alcanzado a comenzar a girarte cuando tres disparos rápidos atravesaron el aire. Uno se incrustó en el marco de la puerta haciendo saltar astillas de madera, otro rozó tu bícep en un rasguño ardiente, y el último te impactó en la clavícula provocando un dolor agudo y caliente con el que eras quizás ya demasiado familiar por tus días en las calles y en el extranjero.

Al mismo tiempo que habías empezado tu movimiento, alcanzaste a escuchar unos pasos viniendo de la parte superior del granero, aunque parecía que su reacción había sido a la misma velocidad de la tuya.

Desde donde estabas, justamente cuando dabas los primeros pasos hacia la escalera, viste a Killian disparar su arma tres veces seguidas en una ráfaga que apuntaba en dirección al ruido que habían sentido antes. Los disparos resonaron en tus oídos, falto de cualquier silenciador.

Apenas me habia movido cuando escuche los disparos y acto seguido senti el roce de una bala en mi biceps, para acto seguido una que me golpeaba la clavicula. Puto chaleco.

Gruñi de dolor al golpear la pared del granero con el hombro contrario. Respiracion acelerada levemente, algo de sudor por la reaccion pasiva al shock del impacto y la mano cno el arma apretando en la herida para comprobar la realidad.

Killian, soy Marc. Explicate... - El tono llevaba de fondo ese punto de dolor.

Aprete los dientes, saque un pañuelo de uno de mis bolsillos de los que se usaban cuando ibamos en la moto y aprete con fuerza contra la herida para hacer de tapon.

El arma apuntaba a la puerta, dispuesto a disparar si algo se movia en mi rango de vision.

Aquello había ido de mal en peor, y eso era difícil decirlo en esta situación, cuando mi ex novio me había secuestrado para intentar llevarme con el lejos de todo. 

Aquella puerta que había caído no sabia señal de que era, pero malo sin duda, porque ya fueran amigos o enemigos aquello no terminaría bien, y no era capaz de pensar siquiera en la idea, porque ahora mismo amigos me parecía la peor opción incluso. Fui hacia las escaleras para poder tener algo de visión cuando los disparos del arma de Kill me pararon el corazón, me lo pararon para hacer que se acelerara al maximo que daba un segundo despues, latiendo todo lo rápido que se podía sin sufrir un ataque.

Me lleve las manos a las orejas y me quede quieta en la parte de arriba de las escaleras, si empezaba haber fuego cruzado bajar ahora mismo no era la mejor idea, o en mi esquela pondría daño colateral.

Solo me quedaba esperar la reacción de quien hubiera tirado la puerta, ver si había mas disparos, si alguien entraba, o que sucedía a continuación.

El sonido de tu voz provocó un pequeño silencio tenso. Sin embargo, no volvió a disparar ni a intentar salir.

—¿Mark? —preguntó, con cierto tono desconfiado y alerta, aunque dubitativo al mismo tiempo. Era un tono peculiar, que reconocías. Uno que habías escuchado antes, en otros veteranos. Los que volvían no tan enteros como parecía — Sal de ahí. Déjame verte. —ordenó, en un tono agresivo.

De fondo, escuchaste el rugido de una moto acercándose.

La voz de Mark pareció causar una reacción en Killian, que frunció el ceño enseguida. En vez de volver a disparar a la pared de madera, o intentar salir, miró con preocupación el espacio por el que antes había disparado.

—¿Mark? —preguntó, con cierto tono desconfiado y alerta, aunque dubitativo al mismo tiempo. Te parecía haber escuchado el mismo tono antes en algunos de tus clientes — Sal de ahí. Déjame verte. —ordenó, en un tono agresivo.

Inspire, apreté el hombro con fuerza porque dolía como mil demonios. 

El tono, la duda. Si, lo reconocía. No quería creer que a un puto SEAL le pasara, pero era consciente de las señales que hablaban del TEPT. Maldita sea Kill, porque fuiste tan lejos como para no poder volver.

Un arma solo sería un disparador mayor. Era una apuesta arriesgada. La enfunde, sobretodo sabiendo que a la mínima duda, dispararía.

La moto me hizo mirar en la dirección mientras me encaminaba hacia la puerta y me apoyaba al lado del umbral, sin asomarme. 

Kill. Si, soy yo, tu puto padrino, Mark, y voy a asomarme. El arma esta enfundada, llevo gafas de visión nocturna y estas en Charming... así que nada de apuntarme, porque ya me has reventado la clavícula y a este paso voy a desangrarme pedazo de cabron. - Espere unos segundos y asome ambas manos. - Primero las manos. ¿Vale? Nada de armas. Así que baja la tuya. Me cuesta moverme así que no me dispares otra vez maldita sea...

Con esfuerzo me movería. Había cierto punto de fingir, pero no mucho, solo necesitaba comprobar su reacción. 

Puedo entender que estés enfadado con tu padrino... Pero no para pegarme un puto tiro...

Estaría al tanto del ruido de fuera... si era TEPT, no podía dejar que le pegaran un tiro. 

Me quede quieta en la parte de arriba de las escaleras, si no fuera por los disparos hubiera intentado bajar, pero ahora mismo lo mas sensato era permanecer quieta, pues no sabia cómo responderían desde fuera.

Pero fue escuchar la voz de Mark y mis ojos se abrieron como platos y mi corazón se acelero de nuevo, lo ultimo que queria es que dos de las personas que mas quería terminaran dañadas así que mi primer impulso fue gritar para que ambos me escucharan - ¡KILL NO DISPARES! ¡MARK ESTAMOS BIEN! - Daba por sentado que mi primo no se pondría a disparar asi a la ligera, asi que ahora mismo el que me preocupaba era Killian y como reaccionaria.

Asi que me prepare para correr escaleras abajo, sabia que Mark jamas dispararía conmigo en medio, asi que esperaba poder parar a Kill de ser necesario.