Partida Rol por web

19 de julio del 2018, 10:30 hrs

El sol no llevaba muchas horas fuera, pero ya podía sentirse el calor golpeando la piel y espesando el aire. Al menos, viendo el lado positivo, ambos podían tener la certeza de que despertar en el club era mucho mejor que despertar sin sombra en medio del desierto. Y suerte habrían tenido de despertar del todo, si hubieran decidido quedarse ahí a pasar la noche. Por suerte, el móvil de Jesse consiguió aguantar hasta que tuvieron ganas de volver.

Finalmente había sido Junior quien, a horas intempestuosas y de baja batería en el móvil, había recibido la llamada para ir a buscarlos. El pobre recién se había ido a dormir, pero tan pronto lo llamaron salió a buscarlos, y en menos de una hora estuvo llego én la furgoneta al punto de encuentro, cargado de un termo con café, un par de sandwich de gasolinera, y un cargador de entrada múltiple.

Con la energía justa para subir las motos a la van y conducir de regreso, el novato se había ido abrazando el volante de vuelta, bostezando pero manteniéndose despierto. O quizás sonámbulo, más que despierto. En cualquier caso, no había parecido capaz de hacer más conexiones neuronales que las justas, así que luego de hacer de transporte se dejó caer en el primer sofá que encontró y ahí murió, enterrado de cara en los cojines del sofá frente al escenario de Mad.

En un evento poco frecuente, el club seguía vacío a las diez y media de la mañana. No era tan raro que no hubiera movimiento hasta más tarde, pero a esta hora solía al menos estar Jess ahí, cocinando desayuno para sus bestias, y al menos uno o dos de los que tuvieran turno esa mañana. Tal vez era por el encierro, y tanto tiempo ahí hacía que uno quisiera alargar un poquito más las horas antes de volver.

En cualquier caso, el silencio y las camas cómodas hacían buena compañía para echarse unas horas de sueño extra. Un poquito de sacrificio para despertarse lo suficiente para prender el aire acondicionado, y el descanso perfecto estaba asegurado.

Ver allí a Jill y tener a Kay esperándome en cama consiguió sacarme una sonrisa sincera en medio de aquel torbellino de emociones que sentía, del subidón de adrenalina por la felicidad y a su vez el bajón de todo por Killian.

Pero la tensión del día me hizo caer rendida, total y absolutamente rendida.

Cuando desperté lo hice sudando, maldito verano. Me dolía un poco la cabeza y el cuello... sube las manos a el un segundo. Mierda... Me levante y cogí mi bolsa que había traído de casa para ir al baño antes de que me viera nadie - ¡Buenos días! - Dije antes de cerrar la puerta y mirarme en el espejo. Joder Charlotte... Me di una ducha exprés para quitarme el sudor y después empece a maquillar aquello, a ocultarlo antes de salir y que mi madre fuera hacer arder el mundo. Ademas... Hoy podría abrazar a Chris fuera y no quería que volviera ya dentro por matar a Killian antes de poder explicarle nada.

Por suerte había opciones de verano que me ayudarían a ocultarlo aun mas. Me puse un vestido suelto y sedoso de cuello alto,  con una abertura en la espalda y unas sandalias negras tambien. Las muñecas entre el maquillaje, reloj y unas pulseras se ocultaría del todo.

Pero claro, quería verme guapa, asi que tambien me peine y maquille sutilmente, un poco de rímel y pinta labios. Ya lista salí del baño para ir a por aquel desayuno que olía a gloria. Tenia que ir a por un teléfono ya, hablar con mi tío e ir a por Chris, eso seria la mañana, pero tenia mucho mas que hacer después. Y ni sabia qué pasaría o cómo actuar con Killian, ni sabia como estaba el o si debía hablarle, no sabia nada.

Tenia el hombro parcialmente entumecido, me dolia toda la zona y ademas tenia un inicio de dolor de cabeza mas que interesante. Con cuidado y dejando escapar un gruñido de dolor acabe por sentarme en la cama mientras mis sentidos iban despertando.

Abri los ojos para mirar la habitacion de invitados de Killian. Killian. Mierda.

Suspire mientras me pasaba la mano por la cara. Menuda mierda. Habia que buscarle ayuda y habia que buscarsela rapido, lo de anoche dejaba claro el limite mental en el que se encontraba.

Me levante mientras era consciente del leve aroma de comida, indicando que en algun momento Kill se habia hecho el desayuno. El ruido de agua indicaba que estaba fuera ejercitandose. Quemar estres y tension mental con ejercicio fisico era bueno, pero no la solucion, solo eran parches.

Cogi el movil. Dizzy y Alyssa. Fui primero al de Alyssa, quizas hacia dos dias no hubiera sido asi, pero ahora... era diferente.

Observe su mensaje detenidamente. El emoji resultaba extraño, pero no de manera negativa. Teclee una respuesta.

Buenos dias babe,

¿Como tienes el dia?

Un beso.

Lo envie tras mirarlo. ¿Deberia incluir un emoji de esos? Suspire mientras pasaba a los de Dizzy.

Todo bien. Kill tiene TEPT. Estoy con el en su casa, ire luego al club. Gracias por lo de Alyssa.

Hay que buscarle ayuda y consigueme unos buenos "painkillers".

Tras eso, me coloque la ropa y sali en direccion al baño. Tras vaicar los depositos y lavarme la cara, sali al salon y de alli buscaria de encontrar a Killian.

Jesse había barajado la posibilidad de volver a casa, pero tenía demasiadas cosas que hacer al día siguiente como para perder más tiempo del necesario, así que ahora con el encierro acabado se metió en la primera habitación que pilló y se dejó caer en la cama sin preocuparse por nada más. Solo queriendo arañar cada segundo que pudiera robarle al reloj.
Pare cuando se despertó miró al techo y suspiró, miró la hora del móvil que había dejado cargando la noche anterior. Habría hecho lo que fuese por que lo dejasen dormir hasta las 15, pero no podía ser. Si quería llegar a su cita de la mañana y que le diese tiempo a la de medio día tenía que salir ya si o si.
Aun había muchas cosas que no sabía como iba a encarar, ninguna de sus reuniones eran fáciles, tendría que medir cada una de sus palabras en ambos casos, y aunque sin duda prefería la compañía de la primera a la de la segunda, en aquel juego al final siempre estaba solo. No había absolutamente nadie que estuviese en el team Jesse, cada uno tiraba por sus intereses propios mientras él se mantenía allí en medio intentando arreglarlo todo como un cirujano, intentando que en medio de una operación no acabara por irse todo a la mierda...

Sin más, y tras unos escasos segundos en los que se sentía terriblemente desgraciado, se levantó de la cama y se fue directo a la ducha, eso sin duda le sentaría bien. Parecía que no había nada de movimiento, pero le venía mejor, no quería que lo interrumpieran, solo tomar una ducha rápida y tras aquello coger la moto y tirar millas con la esperanza de que Miles tuviese un café decente aquella mañana.

Era temprano, al menos para los estándares de Mad, cuando la bailarina entró en el club arrastrando los pies. Se había dado una ducha después de levantarse y tenía el pelo algo húmedo. Estaba decidida a desayunar y entrenar un rato, así que llevaba unos shorts que dejaban sus piernas a la vista y una camiseta negra sin mangas con espalda de nadadora. 

Miró alrededor, extrañada por la ausencia de gente, y se fue directa hacia la cafetera de la barra. Necesitaba un café triple para despejarse. Suponía que Jesse también querría desayunar, así que preparó dos y también metió pan en la tostadora. Había que empezar el día con energía, aunque no descartaba echarse una siesta un rato después, ya iban varias noches seguidas acumulando falta de sueño.

Efectivamente, tu madre preparaba el desayuno en la cocina, a pesar de que en un día como cualquiera a estas horas ya estaría en el club. En esta ocasión, sin embargo, parecía no tener prisa. Aunque estaba vestida para salir, todavía no había lavado los platos de esa mañana, ni ordenado la cocina. Cuando entraste a la habitación, Jess te saludó con una sonrisa conocedora en la comisura de los labios.

—Siéntate —dijo, sirviéndote un plato con comida. Lo dejó en tu puesto, esperando a que tomaras asiento para hacer lo mismo.

Tu padre no se veía por ahí cerca, por lo que podías asumir que ya había salido de la casa. Kal, en cambio, estaba bajo la mesa royendo un hueso y moviendo la cola.

—¿Dónde vas tan arreglada? —preguntó, con la poca sutileza y respeto por la privacidad ajena que la caracterizaba.

Apenas empezabas a preparar tu primer café, cuando lograste divisar por la ventana del salón a Jesse, que se montaba en la moto y salía del club a toda prisa. El ruido de la máquina cafetera, acompañado del rugir de la moto del hijo del presidente, pareció ser suficiente para medio despertar a Junior, que se movió perezosamente en el sofá con un gruñido que se podría traducir, con mucha habilidad, a "cinco minutos más".

Por la ventana no se veía ninguna otra moto. Solo la furgo, y la moto de Junior. El coche de Charlotte seguía en el taller encerrado, pero por el momento no parecía haber nadie trabajando en él.

Al atravesar el salón del club, y con un rápido vistazo hacia el Excalibur, pudiste ver a Junior durmiendo justo donde se había quedado la noche anterior. No pareció darse por enterado en lo más mínimo cuando tus pasos apresurados resonaron contra el suelo del club, ni cuando saliste por la puerta. Mientras te marchabas, al montarte en tu moto justo frente a la ventana del salón, pudiste ver a Madison haciéndose un café en la barra del club.

Tardaste unos veinte minutos, acelerando un poco más de lo recomendable, en llegar a la casa segura donde se encontraba Miles. El camino lo habías hecho apurado pero en paz, sin sospecha alguna de que alguien te siguiera. No tenías demasiado tiempo a tu favor, pero al menos parecías, de momento, no encontrar ningún obstáculo que te quitara los pocos minutos de los que disponías.

En cuanto vi que solo estaba ella sonreí de medio lado - No tenias porque esperar a que despertara mama - Pues sabia de sobra que se había quedado para que no me despertara sola, bueno, eso y el claro interrogatorio que vendría de acompañamiento del desayuno.

No ver a mi padre no me sorprendió, no ver a Jill un poco mas. Claro que la visión de mi peluche precioso siendo malcriado por la abuela hizo que sonriera un poco mas. Hoy podrás ver a papa.

- Si, señora - conteste en tono casi militar mirándola y sentándome para mirar despues el plato, tenia una pinta estupenda y olía aun mejor. Sentía el estomago raro y sabia que era por los nervios, nervios por lo que pasaría tras lo de ayer y por que Chris saliera.

- Tengo cosas que hacer hoy y un par de personas con las que reunirme - Dije sin entrar en mucho detalle, ella sabia que no hablaba de temas de mi trabajo si no tenían que ver con el club, asi que eso me daba un poco de ventaja a la hora de “temas de trabajo” para que no se pusiera pesada, pues realmente nadie sabia aun que había pedido días en el trabajo. Di un trago al zumo y después cogí los tenedores comenzando a comer, pero antes de que se lanzara a mi yugular preferí hablar yo - estoy bien mama, de verdad, estoy mas preocupada por Kill que otra cosa, va a necesitar mucha ayuda y apoyo.

Respondi a los mensajes con tranquilidad mientras me iba moviendo hacia la piscina y el exterior de la casa.

Una vez fuera vi lo que habia alli y entendi lo que hacia Killian. Mas alla de ejercitarse, estaba agotandose fisicamente para que la cabeza no tuviera tiempo de pensar... o pensar mas alla de lo que debia. Era habitual sobreejercitarse para relajar tension y al mismo tiempo, evitar tiempo para pensar.

Comprendi que la situacion debia serle complicada por como no parecia saber como actuar, sobretodo ese momento donde abrio la boca para hablar pero acabo callando.

Suspire tras escuchar sus palabras, acercandome con ese dolor latente y pesado en mi clavicula. Me coloque delante de el y levante la mano para colocarla en su hombro. - No hay nada que disculpar, somos hermanos, es nuestro deber estar ahi el uno por el otro. No solo en los mejores momentos, sino tambien en los malos. - Le mire con intensidad para asegurarme de que lo captaba y luego tras apretar levemente su hombro, se lo solte. - Eso no quiere decir que no vayas a compensar mi nuevo hombro morado. - Busque algo de humor, malo, realmente malo pero todos sabian que no era lo mio.

Mire mi hombro. - Preferiria que lo mirase Doc, pero como ya eres el segundo que me dice que vaya al hospital, creo que quizas me lo plantee. - Una suave sonrisa ironica, para luego ponerme serio. - Aunque solo sea para ver que mentira cuentas para que no piensen nada raro.

Un leve suspiro nasal. - No hay maneras faciles de decir esto, asi que sere yo mismo. Entendido? - Espere un asentimiento. - Me tienes aqui para lo que necesites Killian, pero necesitas ayuda de un tipo que yo no puedo darte, ademas de que eso te ayudara a conseguir la baja del ejercito. Vas a tomar ese camino, porque ya perdi a muchos buenos hombres alli en la arena y no voy a perderte a ti, por los recuerdos de aquellas arenas. A ti no, menos en casa. - El tono denotaba lo serio que era esto para mi, lo importante que era tu vida. Eras mi ahijado.

Asi que si me quieres compensar por lo ocurrido, empieza por ahi. No solo por mi, sino por ti. Lo necesitas hermano... y nosotros te necesitamos a ti, aqui, entero.

Me quede mirandole, esperando una respuesta, cualquier gesto. Quizas demasiado directo, pero con el peligro a un lado, era el mejor momento sobretodo cuando era capaz de comprender el daño de lo ocurrido.

Había intentado ser lo más precavido posible, lo último que quería era llevarle a Miles compañía inesperada. Aun así los tiempos normalmente no jugaban a su favor, no era tan sencillo desaparecer mucho rato sin levantar ningún tipo de sospecha, por lo que intentaba siempre asegurarse de que nadie lo seguía lo más rápido posible. Era arriesgado, pero tampoco quedaba otra.

El viaje en moto le sirvió para airearse un poco las ideas, debía poner a Miles al corriente de todas las cosas que habían ocurrido en los últimos días, muchas fichas se habían movido, y tanto los jodidos nazis como los rusos acercaban posturas de una forma u otra. No es que nadie mandase en Jesse, al final siempre hacía lo que le daba la gana, pero quería saber la opinión del FBI, y sobre todo la de Miles sobre cual sería el siguiente paso a seguir, aunque después sería él mismo quien decidiese si le gustaba o no.

Jesse miró alrededor una vez más observando lo que había a la vista, y tras cerciorarse de que no había amenazas se acercó a la puerta para llamar.

Mad se encogió mentalmente de hombros al ver que Jesse se marchaba sin desayunar. Pero el café que le iba a preparar no se desperdiciaría, simplemente lo heredaría el novato. Así que siguió entretenida en su tarea de preparar el desayuno y cuando tuvo las tostadas y los cafés se fue hacia Junior, dejó su vaso en la mesa para que el aroma le fuera despertando, le apartó las piernas con todo su morro y se sentó en el sofá. 

—Oye, Micky —habló, como si el chico no estuviera dormido—. Gracias por ir a rescatarnos anoche, te portaste. Voy a tener que pensar un premio para ti.

Todo parecía normal esa mañana en el barrio de Miles. No viste ninguna señora cotilleando por las ventanas, ni ninguna presencia sospechosa que te pusiera en alerta. Más importante aún, tampoco habías notado que alguien te siguiera, o que aparcara extrañamente cerca de tu destino. Lo cual, además, era una suerte, porque esta vez no te habías quitado el chaleco antes de llegar.

Solo bastaron un par de golpes a la puerta para que Miles abriera. Como siempre, te recibió con una sonrisa y un abrazo, haciéndose a un lado luego para que pudieras pasar. Una vez dentro, en una casa que parecía un poco más desastre que la vez anterior, el hombre se dirigió a la cocina.

—¿Quieres un café, una cerveza, un bagel? ¿Desayunaste algo? —preguntó desde ahí —Tengo pizza fría también —comentó, suponiendo que mientras irías tomando asiento.

—Ya pensaba que no vendrías —comentó preparándose un café, mientras esperaba a que le dijeras los motivos de esa reunión. Aunque, todo sea dicho, a él también le venía bien.

Le sonreí, pues no iba a discutir con ella porque se quedara, sobretodo porque la entendía perfectamente, esto no era solo una cabezoneria mas de la bruja, era su amor en estado puro, era ella preocupándose de que estuviera bien y por eso no iba a discutir, ademas que sabia que asi tambien se quedaría mas tranquila.

Su respuesta hizo que suspirara y como siempre las medias verdades eran las mentiras perfectas - Es lo único que tengo de cuello alto sin que sea de invierno mama ¿Entiendes porque el maquillaje y este vestido? - Pregunte elevando la mirada a ella unos segundos. Y no, claramente no iba a ser por un chupeton - No quiero mas problemas para Kill y como llegue al club con una sola marca se que a mas de uno se le puede ir la cabeza - Apoye una de mis manos en la suya - Y a mas de una. - Porque todos sabíamos que matarlo mi madre no lo mataría, pero quizás cortarle un dedo o tirarle el aceite hirviendo de la freidora en una pierna...

Mire mi plato notando de golpe el estomago algo mas cerrado - Porque no se dio cuenta - O eso me pareció a mi - No... Kill no era consciente de lo que hacia hasta que me vio mal, mama... - Apretémoslas los labios - De verdad que...necesita mucha ayuda, lo que sea que le pasara alli... lo ha destrozado y... ayer, aunque no lo parezca solo queria protegerme, de fantasmas que tiene en su cabeza, pero lo que queria era mantenerme lejos de todo para que nada me dañara ¿Entiendes? - Volvi a la comida y la mire triste, porque realmente no sabia como terminara esto y no queria que le pasara nada a Killian.