No, padre. Hasta esta mañana, no los había visto en mi vida.
Podéis tirar "Averiguar Intenciones" cuando queráis. No hace falta que sea ahora, puede ser durante la conversación (si es que queréis que haya conversación, claro).
- ¿Como que no? Nos trajistes un paquete con viandas para pasar la noche. El cual estaba drogado.
¿Cuanta gente mas hay en la taberna? ¿ En este campamento tienen algun templo o algo por el estilo con un clerigo dentro? Si estuviera aqui Andrew seria mas facil.
Mira, pequeña. Está en peligro la vida de un enano, si, gruñón y con mal carácter, pero inocente. Si alguien te amenazó o te obligó a hacerlo no tengas miedo. Piensa que si no descubrimos a los verdaderos culpables pagará las consecuencias una persona inocente. Quieres que eso pese sobre tu conciencia? Digo negando con la cabeza. No temas, si nos dices quién te envió con las viandas nosotros te protegeremos. Se que no hemos entrado con buen pie en este campamento. Pero aquí nos ha traido una misión muy importante, y por fin encontramos a alguien que quería ayudarnos. Ni locos le hubieramos hecho daño, no somos unos asesinos.
Mi voz suena triste, en algún momento se me rompe, aunque intento hablar lo más claro que puedo.
Tirada: 1d20(+3)
Motivo: averiguar intenciones
Resultado: 19(+3)=22
Efectivamente ella vino anoche y nos dio de su parte comida y bebida la cual ha resultado estar narcotizada y por eso nadie pudo hacer anoche guardia y hemos estado a merced de todos y a desaparecido nuestro compañero Andrew.
Alguien quiere tendernos una trampa y echarnos la culpa de la muerte del pobre chico cuando el fue el único que nos ayudó y fue amable con nosotros.
Dice Ezhelmer serio y sin ningún tono de altaneria o acusación.
Mirad... —digo, frotándome los ojos con aire cansado— lo que os puedo garantizar es que no pensé en tener atenciones con vos y vuestro grupo, señor bardo. Y sería extraño que mi hija saliera de la posada sin mi permiso o el de mi mujer, más para regalar comida y bebida alegremente sin mi consentimiento.
Si querer nosotros ir a buscar la cesta en la que estar la comida y mostrar, así tú poder reconocer si ser tuya o no... Ser de noche y compañeros poder equivocar con persona que traer comida pero lo que sí que estar claro es que alguien regalar a nosotros y que amigo nuestro desaparecer dejando solo un charco de sangre en su sitio... interviene por primera vez desde que llegaron a la posada al ver que la situación no parecía mejorar
Doy un puñetazo en la barra y señalo al bardo con gesto amenazante.
No sé lo que intentáis con esto, pero hay una cosa clara: han visto a vuestro compañero, inconfundible, puesto que no hay más enanos acampando por aquí, entrar en la herrería esta mañana. Y varios testigos aseguran que ayer le hicisteis dos visitas. No os culpo de nada, pero creedme, vuestro amigo está plantado y a punto de la cosecha...
Intervengo, al ver que las cosas se ponen tensas. Las palabras del hombre cabra me suenan razonables, y daría cualquier cosa por suavizar los ánimos.
Os aseguro que anoche no salí. Pero padre, no creo que sean tan bobos como para inventarse algo tan fácil de desmentir. Echemos un vistazo a tu supuesto regalo, démosles algo de confianza... Y después, sólo como confirmación, Laron podría examinarlo en busca de veneno...
Estoy totalmente de acuerdo.- Dijo Oréganon - Luego se encara hacia Berto- Muy cierto, ayer visitamos la herreria, y aqui Xet te puede decir para que, peusto que necesitaba unas herraduras nuevas. ¿Es eso un crimen? Estoy de acuerdo de que el enano tiene sus cosas, y os aseguro que si en verdad es él el asesino estare completamente de acuerdo en aplicarle la sentencia por la muerte del joven Rondafirmamento.
¿Porque alguien guardó la cesta esa no?
El posadero enrojece. No parece el tipo de persona que disfruta dejando que su hija le eche un sermón, y encima razonable. Sin embargo, se encoge de hombros, intercambia una mirada con el señor Aldorpin, que asiente (aunque no muy convencido, y sin quitaros ojo) y, tras ordenar a sus hijas que vuelvan al trabajo, os indica que vayáis delante. Conforme os dirigís a la puerta de salida, ambos hombres os siguen en silencio.
No era una cesta, eran dos hatillos.
Parecer bien, además vosotros si querer poder ver campamento y comprobar que nosotros no mentir cuando decir que amigo desaparecer y probablemente estar herido y así poder ayudar a buscar
Oréganon va en silencio mirando a la gente del campamento que se encuentra por el camino directa a los ojos. El no tiene nada de lo que sentirse culpable.
Pues dos hatillos lo mismo da.
Aunque por una parte de desalienta, encuentras que la chica es de lo más sincera. O es una mentirosa de primera o ella no abandonó la posada anoche.
La puerta se abre y, tras un guardia (arma en ristre, por lo visto no se fían de ti), te asombras al ver aparecer a la mujer morena, de cuyo desdén y amenaza fuiste víctima la tarde anterior. El guardia vuelve a salir cuando ella se lo pide.
Plantada en medio de la habitación, te sonríe con un aire sarcástico que te da bastante por saco.
Contesta Sólo para el director.
En bonito lío os habéis metido, señor Mirthern.
Oh más bien, en el que me han metido...
Dígame, señora mia... ¿Cómo sabe el nombre de mi clan? Solo uso mi nombre de pila. -Tras una pausa, digo- Está bien, me tenéis apresado, y al resto de inútiles buscando la manera de demostrar mi inocencia. Dime, ¿qué os motiva a tí y a los vuestros? ¿Por qué habéis hecho esto?
Deberíais saber que los enanos somos gente con la que se puede negociar. No hay que llegar a estos extremos. -Me rasco el mentón, y mesando mi barba, digo- está bien, ahora, me gustaría saber a qué has venido. ¿Acaso vienes a mofarte de mi situación?...
Menos mal, ya pensaba que me iba a tirar solo leyendo posts dos meses...
La verdad es que sí. Veréis, tengo un pequeño problema con los enanos... llamadlo prejuicios. O racismo —suelto una risilla—. Sin embargo... si sois, a todas luces, culpable, no veo por qué no intentáis escapar. Lo único que hacéis en esta habitación es retrasar lo inevitable. Esta noche estaréis saludando a vuestro creador.
Aún no ha contestado a mis preguntas señorita -digo mesandome la barba...
Oh, perdón. Creí que había sido clara... sí, vengo a mofarme de vuestra situación. Y, sin embargo... sabed que seré testigo en el juicio. Podría interceder por vos si me convencéis de que sois inocente *suspiro teatral* Me encantaría que un enano me debiese la vida. Son tan tercos y soberbios...
El posadero examina atentamente los restos de comida que le mostráis. Se da unos golpecitos en la palma de su gigantesca mano con un hueso de carne roído y mira al horizonte, pensativo.