Partida Rol por web

He aquí la Tasca que buscábamos para descansagg... ahogga podggeis tomagg un tentempié - dice el Señor Hez con una sonrisa satisfecha por encontrar la Tasca sin perderse.

Lorena miró hacia arriba para mirar la tapa.

Uff, ya era hora de que llegasemos... no soportaba más este olor...-pensando viendo la salvación de la tapa.

¡De acuerdo, p'arriba entonces! Unas tapitas nos vendrán de maravilla otra vez... -dijo la maña acercándose a las escaleras que subían a la tapa de alcantarilla, aguantando la respiración y soltando sus manos de su nariz y boca para poder ascender.
¡Al que suba detrás que ni se le ocurra mirarme el culo o le meto una bala por el suyo! -gritó intimidatoriamente cuando se dió cuenta de su error...

Quizás sería que, al tener un olfato mucho más desarrollado que los humanos, la cantidad de olores que ahí abajo se concentraban me habían dejado un tanto fuera de combate.

Estuve todo el camino callado, intentando respirar lo mínimo, para no coger más aire del necesario, y llenarme el pico de esa cantidad de olores.

Sin duda, una verdadera pena, ya que, esos seres verdes, al parecer eran ninjas. Por supuesto, yo no soy un ninja, un ninja tiene menos carisma, yo soy un karateka, siguendo una de las tres ramas de kárate que se pudo rescatar en el futuro, y que los humanos habían creado. No obstante, seguro que podrían haberme enseñado un par de golpes nuevos, o quizás alguna tática no descubierta en el futuro.

Pero... ¿Y si ellos también eran seres buscadores de arenques?. Si así era, me alegraba mucho. Si permanecían aquí, no encontrarían nada, y, así; yo podría buscar por otro sitio. Mejor era no decir nada, por si acaso...

Tras un buen rato caminando por el lugar, y tras el encuentro con aquellos seres, por fin parecía que habíamos llegado al lugar adecuado. Pero... ¿sólo lo parecía, o realmente era así?

Alma encabezó la salida a la superficie y todos los rebeldes la siguieron evitando mirar hacia arriba para no ser objetivo de las iras de la maña, y es que como todo el mundo sabe, no hay nada más peligroso que una mujer maña encolerizada y armada. Aunque exceptuando a los macutes, que frecuentemente creen que disparar es mirar por el agujero del cañón y apretar el gatillo con el dedo gordo del pie, todo el mundo puede ser peligroso con un arma en la mano.

Una vez arriba, comprobaron que habían salido en una esquina de la plazoleta en la que se encontraba la Tasca Brón. Ya era media tarde y en el exterior de la Tasca podían ver a algunos de los parroquianos que ya habían conocido.

-Bueno pues dijo Patxi mientras forcejeaba intentando hacer pasar su piedra por el agujero de alcantarilla Ahora que hemos llegau, vamos a ver si esos señores tan majos nos echan una mano, quel jamosito de antes estaba delisioso, y me vendrá de maravilla para recuperarme de la fatiga.

Siguió tirando, hasta que con un ensordecedor ruido de pavimento crujiendo al romperse, consiguió sacar la piedra ensanchando el agujero con un estallido que hizo volar algunos cascotes.

-Redios, si es que las piedras de Amezqueta lo aguantan todo pues dijo dándole unas palmadas a su objeto sagrado, y cargándoselo de nuevo a la espalda.

Alma se quedó perpleja observando al vasco sacar su pedrusco por el bujero de la alcantarilla. Ya le costaba creer que él hubiera conseguido subir y pasarlo sin dificultad como para pasar también la piedra. Pero como buen vasco era un hombre cabezota y lo consiguió, con su consecuente banda sonora de cascotes, por supuesto.

Al ver que el resto se quedaban algo flipados por la buena orientacioón "mierdil" del Señor Hez, Alma que había subido la primera y ya había asimilado esto, empezó a caminar hacia la Tasca con las tripas rugiéndole pensando en lo que se zamparía nada más llegar a la barra. De hecho, ya iba metiendo las manos en los bolsillos para ir sacando monedas para pagar.
Ay, cojona, me pica la molleja* -iba diciendo la mañica con la boca salivándole.

El Señor Hez antes de salir recoge unos cuantos zurullitos de calidad y se los acopla a su cuerpo. El jamoncito estaba rico si, pero estaba mucho más rico cuando pasaba por el estómago y los intestinos de una persona e iban a parar después al Señor Hez.

- Yo me apunto - dice el Golem marchando detrás de la maña tetuda.

Tras salir por el nuevo, mejor, y más grande agujero que Patxi a hecho, miro a mi alrededor. Mejor dicho, inspiro. Por fin un sitio que no huele a marcas de humano por todos lados. Bueno, si que huele a humano, y a rancio, pero, al menos, no es tan insoportable como aquello de ahí abajo.

Y... ¿Donde decís que vamos? -pregunto, sin tener realmente ni idea de dónde vamos. Los lugares que los humanos ponen a los sitios me parecen bastante confusos- Bueno, da igual. Yo os sigo.

Y, dicho esto, espero a que se pongan en marcha.

Al salir, Lorena inspiró para sentir el aire puro, mientras se estiraba un poco. Tras eso, observó la Tasca y comenzó a andar hacia ella.

¡Uis! ¡Ya había ganas de llenar algo el estómago! :P

Al acercarse a la Tasca Brón, uno de los parroquianos se percató de la aparición del grupo y se levantó de la silla en la que estaba sentado. Lo pudieron reconocer como Manolo, el mismo que los había encañonado cuando se acercaron la primera vez, y el que los invitó al jamoncito de media mañana.

-Hombreee compadréh ¿Otra veh andai porakín? Al ver el lamentable estado de Patxi y Lorena se alarmó Pero bueno shikilloh, ¿Ande oh habei metio? La urtima veh que ví unah carah como lah vuehtra fue en el ehcaparate duna pehcadería. Venió paentro, anda, que me da que ya habei tenío problemah con la ley. ¿Leh habei dau par pelo a ezoh franshuteh?

Claro que sí y... ¡¡les hemos agujereao más que ellos a nuestro vasquito!! -gritó Alma mientras señalaba los bujeros del vasco y miraba a Lorena para ver su reacción al escuchar de otra persona el mal aspecto que realmente tenía la pobre mujer.
Mira a ver si nos puedes poner unas tapitas y algo de beber para relajarnos después del susto de la pelea, buen hombre. -le dijo al Señó Manolo contenta de sentirse de nuevo a salvo.

-Joé, Manolo, tú si que sabes cuidarnos. Unos gazpachitos nos vienen de lujo. Tus tapitas son nuestra savación.

Curt apartó una silla de la primera mesa que encontró libre y le cedió el sitio a Lorena. Después se sentó lo más lejos posible de ella.

Despues de pateaggles el culo a los hombgges de negggo nos toca descansagg y seguido igg a pogg DeMeggde. Esas tapitas seguggo que les vienen bien a mis compañeggos. Yo mientggas tanto igge a visitagg el W.C. - dice el Señor Hez que pasa directamente al baño para ver si habían dejado nuevas deposiciones desde la última visita. Con suerte alguno habría dejado los restos de una tapita de jamón.

Lorena se sentó en la silla que le había ofrecido Curt, pero evitando mirarle, ya que el se habia sentado en el otro lado de la mesa.

Desde luego... ¿este de que va? Primero de salido y luego se hace el símpatico... a mi no me la da...¬¬-pensaba intentando no enfadarse... después de todo, ahora tendría que centrarse en tomar trnaquilamente las tapas junto con sus compañeros.

-Es usted como el Yoda que nunca tuve le dijo Sergio al noble zevillano Manolo Sus tapitas hacen que mis midiclorianos fluyan agradablemente por todo mi ser. Añadió con un tono de pedantería un tanto repelente y luego,mirando a sus compañeros mientras todos procedían a empapuzarse a base de jamoncito del rico, les dijo a estos:

-Propongo que no perdamos más tiempo del necesario y realicemos el asalto cuanto antes, no sea que las que hemos estado liando por zevilla alerten a De Merde. Sería bueno que ataquemos en cuanto anochezca, por eso de que a la noche todos los gatos son pardos, digo, que para infiltrarnoso mejor.

Patxi asentía con la cabeza mientras comía a dos carrillos, quejándose de vez en cuando por los dolores de tanto agujero en su vigoroso cuerpo:

-Me parese muy bien pues, le respondió a Sergy Afilaré la piedra para tenerla preparada dijo, significara lo que significara eso de afilar una piedra de 200 kg.

Y de esta manera, nuestros valientes ¿Heroes? recurrieron a la ayuda de los simpáticos zevillanos, quienes estaban ya hasta las narices del De Merde y sus tejemanejes, no dudando ni un momento en apoyar a los que podían meterle el dedo por el ojete.

Las horas de la tarde transcurrieron con relativa calma, entre sonidos de sorbidos provenientes de los servicios de la tasca y ruidos de masticar como animales de los sentados a la mesa, tras lo cual, Sergy procedió a continuar con las curas que dejó pendientes en la última escena de guardado del juego y una vez estuvieron listos, procedieron a preparar el asalto.