Partida Rol por web

Encargaos de los del edificio yo voy a darles un susto a los moteros, bueno mejor no casi mejor huir o escondernos , parece que magia se haya alterado.

Un espasmo de dolor y un gesto involuntario de terror se forma durante un segundo en el rostro humano de Julius cuando mientras esta conjurando su magia parece escapar a su control.

Mientras el drone comparte la información al equipo me aparezco delante de los iconos de las motos, deslizándome sin esfuerzo por el ciberespacio a su misma velocidad para mantenerme pegado a los vehículos y poner cómodamente tres manchas pixeladas de colores verdes y moradas al que va delante.

Sonrio. ¿De verdad esperaban llegar así sin más, a esta velocidad?

Menudos locos.

Envio una orden de bloquear la dirección violentamente hacia uno de los lados para causar un accidente, con la esperanza de que se produzca un efecto dominó donde se maten todos o por lo menos hacer que reconsideren si quieren continuar acercándose con tanta prisa.

-Están subiendo al primer piso. Cinco, y van llenos de cromo.- ... -Al menos no traen explosivos. Liquidemos a estos y larguémonos de aquí, ¿estáis listos?

Glitch toma el control de la Harley-Davidson de uno de los motoristas que va en cabeza y con un comando le indica al piloto del sistema de maniobrabilidad que gire la dirección 130 grados a la izquierda. El motorista se encuentra de repente saliendo despedido a más de 100 km/h contra la pared del edificio en su lateral y, aunque intenta corregir la trayectoria, semejante hazaña no está ni al alcance de sus reflejos aumentados cibernéticamente. 

En una fracción de segundo, la Harley va directa contra la fachada y revienta en mil pedazos con un choque que hace temblar el suelo, mientras que su conductor sufre el mismo efecto que una caída libre desde quince pisos de altura. 

Cruzarse diagonalmente con todos sus compañeros a esa velocidad tampoco resulta una maniobra poco imprudente. La mayoría lo esquivan entre gritos e insultos, pero el que llevaba justamente detrás no tiene tanto tiempo para reaccionar y choca con él perdiendo el equilibrio. Cae al suelo y tanto él como su montura empiezan a rodar furiosamente sobre el asfalto, lanzando por todas partes componentes mecánicos y orgánicos a lo largo de un buen tramo. 
Eso causa una nueva colisión, cuando un tercer motorista no llega a esquivar el vehículo de su camarada que aún está lanzando chispas, atropellándolos y chocando de bruces contra ellos, saliendo despedido y cayendo con un fuerte crujido sordo sobre la carretera. 

Los demás se siguen esquivando, incluso alguno se ríe macabramente del funesto desenlace, pero ninguno aminora la velocidad. 

BB hizo caso omiso de la advertencia de Julius confiada en sus propias capacidades, pero cuando invoco la magia pudo darse cuenta por si misma que en este lugar parecía más salvaje y difícil de controlar.

- Vale, llevabasrazón. – hablando ligeramente más rápido de lo habitual.

- Cuento atrás y nos volvemos invisibles para largarnos, preparaos. – les avisó antes de volverse a su espíritu guardián para darle la instrucción – A mi orden vuélvenos a todos invisibles, incluido tú, pero que podamos seguir viéndonos entre nosotros, hasta que te quedes liberado o te de una orden para dejar de hacerlo. – lo miró fijamente para asegurarse de que había entendido lo que le ordenaba. Había sido bastante explicita, por lo que esperaba que no hubiera hueco para una interpretación creativa de la orden por su parte.

- Venga, vamos. 3… 2… 1… Vuélvenos invisibles. – dio la orden y se puso en marcha con los demás.

-Vamos allá, os estoy mandando su ubicación a vuestros commlinks.

Los que se encuentran en realidad aumentada ven como en los pisos inferiores aparecen proyectadas cinco bolas rojas semitransparentes que se mueven rápidamente con saltos discretos. Junto a ellas aparecen también indicadores de la distancia hasta su propio commlink y los milisegundos que lleva sin actualizarse la posición.

BB asintió y se colocó sus gafas activando las visiones especiales de las mismas. Era probable que el comando ese también trajera equipo que los hiciera más díficiles de ver.

El orco tuerce el cuello a un lado y a otro, calentando, mientras echa mano a una de las granadas de fragmentación. Puede ser útil, si los cinco matones que viene a por ellos mantienen la formación en un grupo cerrado en lugar de dividirse para buscarlos. Observa las gafas de BB con recelo. Nunca le ha gustado esa mierda. Más fuerte; más rápido... pero no eres más que una máquina, en manos de tipos como Glitch (suponiendo que Glitch fuera algo así como un "tipo").

-Tanto si lo es como si no -las implicaciones filosóficas de la naturaleza de Glitch no son lo que más lo preocupa en este momento-, el caso es que acaba de eliminar a tres moteros sin más que "pulsar un botón".

Tal vez su propia afición por las motos le esté jugando una mala pasada, pero un escalofrío recorre la espina de Vargaz. Si vienen aquí a toda pastilla, ¿no será porque saben que el otro equipo está aquí?

-Glitch -pregunta en voz baja-, zoz moteroz... ¿zon Orkoz?

¿Podrían ser, tal vez, del "equipo Tauren"? Que alguno de los dos grupos tuviera la más mínima intención de pelear de su lado sería demasiado bonito para ser cierto, pero desde luego los ninja implantados hasta las cejas se ajustan mucho más al perfil que cabría esperar del "Agente Dietrich"...

Sopesa la granada en su mano, y sonríe. Esto puede ser divertido.

O una carnicería.

La otra opción sería largarse de aquí cagando leches; él tiene equipo de escalada, y podría echar una mano a los Despertados, o incluso a Glitch, para descolgarse por cualquier de las ventanas.

Suponiendo que realmente sean invisibles, gozan de una cierta ventaja en ambos casos. Muestra la granada y la cuerda a sus compañeros, encogiéndose de hombros.

Vuestros commlinks zumban al instante con la ubicación de los enemigos fijados por Glitch. Los que tenéis una interfaz como ciberojos, gafas o visores podéis ver unas auras rojizas que parpadean en un intervalo de cada dos segundos. Los que no los podéis ver como simples puntos rojos en el mapa de vuestro commlink.

Los cinco se mueven juntos, rápidamente y ya se encuentran subiendo del primer al segundo piso. A ese ritmo, en un par de minutos estarán ya en el tercero, con vosotros. 

- Vamos, hay que moverse o se nos echan encima. – les espoleó BB para largarse de allí antes de que les comieran más terreno.

-¿Orkos? Sólo sé que también son más metal que carne, no perdamos más tiempo. -Me apresuro a decir mientras termino de recoger mis pertenencias y empiezo a correr. -Exacto BB. -Le respondo.

-Jmm -gruñe ante la respuesta de Glitch. Efectivamente, era demasiado bonito para ser cierto.

Echa un vistazo a la habitación donde se encuentran, valorando las posibles coberturas. Salir corriendo es claramente una opción, pero no termina de resolver el problema; una buena emboscada tampoco, pero es más divertido.

-¿Y zi peliamoz, güeys? -se golpea en el pecho con la granada- Tendemoz una mbozkada ztoz zinko, kuando lleguen loz pinchz moterros, zeguimoz la parrty con elloz.

-Zomo nviziblez, ¿no? -pregunta-. En kuanto azomen el morro lez lanzo un parr de granadaz.

El orco vuelve a otear el entorno, preocupado. Su idea es aprovechar esa ventaja inicial para atrapar a los miembros del comando en alguna habitación, o un pasillo estrecho, donde se maximice el daño de la explosión. Ahora bien, aunque él pudiera encontrar una cobertura razonable, detrás de una esquina, o agazapado detrás de una mesa, no deja de ser un espacio cerrado, y bien podría comerse una parte de la explosión.

-¿Y después qué? -se pregunta.

Después empieza la verdadera diversión. Si el equipo que han enviado a por ellos sigue en pie después de un par de granadas, probablemente las cosas se pongan feas. Muy pero que muy feas.

-No vamoz a darr zoz hijoz de la grran chingada lo ke kierren. Glitch, tu kuerrpo zun kacho metal, ¿verrdaz? Zi te matan, tú vivez en otrro zitio, ¿no? -desgraciadamente, él no puede decir lo mismo, pero un atisbo de plan empieza a formarse en su mente.

-No zé kién tiene ahoral komlimk -declara-. Ke lo koja BB y, zi ztoz madafackarr noz plantn btalla, Glitch y yo lozaguantamoz mientraz podamoz, mientraz vozotrrz zalís volando nun unikrrnio májiko, o una mierrda dzperrtada desas. OK?

No estaría de más contar con algo de ayuda mágica. En realidad, toda la posible. Pero si sus sesos iban a acabar desparramados en alguna mugrienta pared, que por lo menos sirviera para algo. No iba a ponerle el kommlink en bandeja a sus enemigos...

-Además -piensa para sí-, no me van a coger por sorpresa, como al puto Oxycode. En esta ocasión, nosotros golpeamos primero. Si eso no basta, estamos jodidos, pero ¡qué carajo!

-Let'z go! -sonríe, enseñando los dientes.

- Ok, yo lo pillo – confirmó BB que ya se había guardado el commlink en la mochila – Si les lanzas las granadas, dame un toque antes. Puedo crear una barrera mágica para encerrarlos. No sé si será lo suficientemente potente para bloquear toda la onda expansiva en nuestro alrededor, pero al menos la debilitará y quizás aguante. – se encogió de hombros sin aminorar la marcha.

-Hm.. esto.. sí pero.. bueno, s-sí sí,  seguiría vivo, sí. -Reconozco a Vargaz sin forma de desmontar su argumento. Desde luego no me hace ninguna gracia dañar mi cuerpo, después de tanto tiempo tiene un valor incalculable sentimentalmente; y económicamente también vale bastante.

Confiando en que los dos podamos retener a la avanzadilla enemiga, me pongo a seguir el orco al sitio de la emboscada.

-Pero... ¿Y luego cómo vamos a salir nosotros? 

Desde el fondo del pasillo por el extremo Este se escuchan pisadas apresuradas y alientos furiosos escapándose entre dientes apretados. Esos tipos se os van a echar encima ahora mismo y parecen venir a todo trapo. Por las ventanas escucháis el creciente rumor de las motocicletas. Los demás llegan aullando y haciendo sonar el claxon completamente victoriosos como si acabaran de terminar una carrera. 

Los primeros llegan casi pasándose de largo a causa de la exacerbada velocidad, muchos otros frenan derrapando y dejando sus motocicletas dispersadas por el carril en ese sentido. En breves estarán congregándose en la puerta y no tardarán en averiguar cómo entrar. 

Veis que todos comparten una estética ruda, casi feral propia de camorristas callejeros hiper aumentados. Chalecos con músculos bien visibles, pantalones altos con tirantes y botas militares que parecen una versión más grunge de los clásicos bonehead de finales de siglo XX. 

De repente Jax grita como loco cubriéndose sus ojos cibernéticos. - ¡AHHHH!! ¡Qué coñ-! ¡MIERDA! ¡AHHHHG!- Entre los dedos se le escapan unas pequeñas chispas y es obvio que algo le está ocurriendo. Trata de frotarse los ojos sin saber muy bien qué hacer y tras un pequeño instante se queda de rodillas y descubre la cara. Está contemplando las palmas de sus manos ligeramente ensangrentadas. Pero él, ya no puede verlas. 

-No...No veo nada. ¡No veo nada! ¡Estoy ciego!- dice con un gemido de rabia que trata de ocultar una profunda angustia -joder joder joder ¡joder! ¡Tienen un puto decker!-   

Prácticamente al mismo tiempo, todos sufrís ataques parecidos. El las gafas de BB empiezan a mostrar patrones erráticos en la realidad aumentada y, literalmente, explotan en un estrépito de chispas y humo. El commlink de Vargaz empieza a recalentarse hasta límites preocupantes y para cuando reparas en ello está muerto. El dron de Glitch también sufre daños, al parecer la unidad K-K está recibiendo instrucciones dañinas de algún tipo de malaware lo que está dañando sus componentes cibernéticos, haciendo que sufra espasmos y alterando los sensores. Al estar ciberpilotando directamente la unidad en sufres ese daño como propio quedando conmocionado.  

-Pero qué demó… -UGH -Exhalo de dolor con una furia que llena todo mi ser. -¡Este descendiente de chimpancés no sabe dónde se ha metido!

Me apresuro a entrar en una clase, desde luego no quiero estar en un pasillo cuando empiecen a llover balas. -Váis a tener que ocuparos vosotros de estos durante unos segundos-. Una vez escondido, vuelvo mi atención al ciberespacio y empiezo a buscar el icono del cacho carne que nos ha atacado mientras le digo al companion que me proteja de un próximo ataque.

La matrix es un sitio atestado de flujos de datastream y no te resulta nada fácil buscar a la persona que os está atacando entre literalmente millones de ellas. La grid actual tiene activado un protocolo para superponer a las personas, de manera que cuando se acumula mucha gente es posible atravesarse como si fuerais fantasmas, permitiendo así que el flujo de data no sature sistemas enteros. Afortunadamente, este sitio solo parece tener nodos de empresas exportadoras al por mayor y de compraventa de bienes metalúrgicos semi-confeccionados. 

El estilo de combate es violento, casi dirías que rabioso, pero ha sabido ocultarse bastante bien pese a su vulgar falta de esfuerzo. Para cualquiera en VR el ciberespacio se construye como una avenida inmensa hasta donde alcanza el horizonte. Todas la casas y edificios son hosts privados cuyo interior ya no se rige por las convenciones imperativas de GOD Corporate Court. Literalmente cualquier cosa es posible dentro de ellos y se cuentan por miles de millones. 

Finalmente, das con lo que podría ser el cacho-carne. Encuentras iconos operando en silencio en un punto indeterminado a unos 100 m de vuestra ubicación. Un segundo chequeo te confirma que se trata de un decker activo. Lamentablemente, solo puedes saber que opera con un device de rating 3 y con un firewall de 5. 

-¡JRRR! -gruñe, molesto- ¡Ala mierrdal fucking kommlink!

Odia ese cacharro. En realidad, todos los cacharros. Pero, desgraciadamente, no se puede vivir sin uno, así que no le quedará otro remedio que ir a la pinche tienda de turno y...

En ese momento oye las quejas de sus compañeros.

-Vale -reconoce para sus adentros-, a lo mejor no odio todos los cacharros. Solo casi todos.

Pero, cuando llega el momento, uno tiene que confiar en sus propios músculos. Los de verdad, no una cibermierda implantada, que un empollón pajillero puede controlar desde el sofá de su casa justo en el preciso instante en que peor te viene. Como ahora, por ejemplo.

-¿Y qué pasa con los despertados? -se pregunta-. Si tienen un decker, es posible que cuenten también con algún mago... ¡Bah! ¡Demasiado tarde para pensarlo!

La idea de BB le parece excelente. No le hacen falta puntitos de colores para saber que los cinco furiosos deben estar subiendo las escaleras a toda hostia en este preciso momento. Muy bien. Pues aquí les esperamos. Vargaz toma posiciones al final del pasillo, cubriéndose con la pared a uno de los lados, y le indica a BB, con una granada en cada mano, que ella haga lo propio en la otra esquina. Si la invisibilidad funciona, ¡mira qué bien! Pero, llegados a este punto, no piensa jugarse el cuello.

Cierra los ojos y escucha con atención. Si estuvieran muy convencidos de su superioridad y quisieran aprovechar el factor sorpresa, podrían cargar hacia ellos directamente, pero parece más probable que los chicos del otro equipo adopten una alineación similar a la suya, al otro extremo del pasillo, y aguanten el tipo a la espera de que los refuerzos motorizados les hagan la pinza por la otra escalera.

-En cualquier caso, es fácil -decide-: en cuanto oiga la primera pisada en el pasillo, lanzo ambas granadas hacia el otro extremo, intentando que lleguen a las escaleras.

Vargaz aprieta los dientes. Tanto si avanzan en piña como en fila india, un par de buenas detonaciones contra la pared del fondo deberían servir, como mínimo, para bajarles los humos a sus adversarios; da igual si se encuentran todos en el pasillo o todavía quedan algunos subiendo por las escaleras. Una explosión en un sitio cerrado siempre merece la pena... y si BB consigue hacer esa barrera suya, ¡más todavía!

-Zi alguno loz ve ponerr un pien el pazillo, kavize -susurra a sus compañeros.

Confía bastante en su oído, pero a estas alturas cabe esperar cualquier cosa. Si alguno de ellos da la voz de alarma, no va a pensárselo dos veces: es mucho mejor perder a lo tonto un par de granadas por lanzarlas antes de tiempo que comérselas con patatas teniendo a los enemigos encima.

- Yo los tengo aún en el commlink – le confirmó BB a Vargaz conforme avanzaba hasta colocarse en la posición que le indicaba. Se había quitado las gafas cabreada, resistiendo la tentativa de tirarlas al suelo por si Glitch podía arreglarlas después. También había ayudado a Jax a apoyarse contra una pared cerca de una puerta. “Metete por esta puerta que está a tu derecha” le había dicho antes de marcharse para ayudar con la defensa de su posición.

- Estoy preparada – confirmó a Vargaz indicando que estaba acumulando mojo para crear la barrera mágica y envolver a sus enemigos en cuanto Vargaz lanzase la granada.

Quería confiar en que Julius, mucho más experimentado que ella, estuviera preparado para decantar la balanza en favor del equipo.  

Rápidamente alzo un velo potenciado para escapar a los ojos de criaturas y máquinas. Y ordeno mentalmente a mi aliado flamígero que se materialice y al primer oponente que entre que lo ataque con un rayo de fuego.