Partida Rol por web

Julius y el espíritu guardián de BB son los primeros en reaccionar. El adepto lanza un hechizo sobre si mismo para volverse invisible mientras que el espíritu hace lo propio con todos los demás canalizando una versión más simple de la invisibilidad, aunque ninguno de vosotros notáis ningún cambio físico.

BB espera a que Vargaz lance las granadas con la vista fija en el final del pasillo seguida por el siseo crepitante del espíritu de Fuego, solo visible para los despertados.

Glitch y sus sprites se mueven a una clase colindante y el dron queda agazapado mientras, en el ciberespacio, empieza a intentar localizar el decker enemigo en la infinita avenida principal que es el puerto de entrada a la grid. En un mar de personas que se ignoran mutuamente, el Sprite se levanta ceremoniosamente con un leve asentimiento y le sigue raudo. -Sí, mi Señor- dice respetuosamente, tras lo cual se queda frente a él sujetando su katana en una postura de iaido.

Jax hace un ademán de ir a buscar su arma, pero a ciegas no le serviría más que para dar a uno de vosotros por accidente. - ¡Mierda! Joder… ¿Chicos? No me vais a dejar aquí, ¿Verdad? - Desenfunda con el seguro puesto, al menos el peso muerto de una Ares Predator en la mano le consuela. Con una rodilla en el suelo para evitar ser visto se abre paso entre los pupitres y se parapetea con ellos. Entonces empieza a manipular su RCC saltando de un dron a otro para controlarlos personalmente. ¿Quién quiere ojos cuando tienes varios pares de ellos sobrevolando la zona? -Amigos, esos cabrones están sacando unas cizallas para cortar las cadenas de la entrada. Van a meterse aquí a por nosotros- 

En ese momento Vargaz se pone en el extremo del pasillo armado con una expresión en la cara acorde con las dos granadas que sostiene en cada garra.

Los segundos se hacen interminables, especialmente cuando las pisadas y… ¿rugidos? se escuchan claramente a pocos metros. Llegan corriendo, y en una confusa mezcla de risas, gritos y discusiones acalladas entre ellos para mandarse hacer silencio.

Entonces los escucha, ¡Están hí! subiendo las escaleras en un repiquetear de suelas tachonadas. Vargaz lanza las dos granadas. Tras abandonar sus manazas, sobrevuelan los 5m de seguridad y entonces el dispositivo se activa. Rebotan varias veces por el pasillo con un ruido sordo y compacto pero directas al hueco de la escalera, justo donde quería.
BB lanza por detrás el conjuro de la barrera lo que hace aparecer un brillo translucido al fondo del pasillo.

Cuando el primer tipo asoma la cabeza por los últimos peldaños de la escalera, os lanza una sonrisa sardónica que parece deciros “¡pillados!”. Sin embargo, desaparece abruptamente cuando la granada le impacta de lleno en la frente arqueándolo hacia atrás y lanzándolo escaleras abajo. La sorpresa parece haber sido general, no estaban preparados para este tipo de recibimiento.

Me aparezco detrás del icono del decker enemigo y me acerco lentamente. -Hoy no es tu día. -Le suelto con una media sonrisa.

Cuando se gira, mi sprite arremete contra sus piernas placándole al suelo antes de que pueda reaccionar, al tiempo que yo me lanzo encima para cogerle de las muñecas y empiezo a pegarle con su propio programa de ataque.

Conjuro dos bolas de rayos en mis manos y las arrojo hacia la escalera ambas impactando donde yo quiero.

Las dos detonaciones crean un infierno de rayos que debieran abrasar a los intrusos.

BB se estaba arrepintiendo muy mucho de no haberse hecho más invisible como Julius, pero ya estaban donde estaban y la mejor defensa era un buen ataque, como se aprendía pronto en las calles. Julius como siempre tenía buenas ideas, por lo que copiarle lanzando un par de bolas eléctricas ella misma le pareció una buena opción. Al fin y al cabo había funcionado bastante bien contra los moteros de la noche anterior.

Quería contestarle a Jax, pero no podía perder tiempo en ello si quería centrarse en que su moho no la volase a ella por los aires.

Jax permanece en su rincón saltando de dron en dron para cazar el máximo de imágenes posibles. Inconscientemente y en una funesta ocurrencia, decide empezar a grabar a vuestros asaltantes en caso de que en un futuro estas imágenes puedan ser de alguna utilidad.
"Idiota. ¿Vas a ir a la poli para ponerles una denuncia? Esto no es como quedarte con la matrícula del coche que te ha dejado sin retrovisor... más bien es como detenerse en medio de la carretera para apuntar la del tráiler de 5 ejes que viene de boca hacia ti" 

-¡Han cortado la cadena de la puerta! ¡Están entrando!- Os dice por encima 

Las granadas explotan en un flash resonando por todo el pasillo y en un parpadeo el hueco de la escalera se tiñe de rojo como si alguien hubiera reventado globos de pintura. BB y Vargaz creen haber visto varios miembros cibernéticos despegarse de los cuerpos como si fueran de plastilina.
Los tipos que no se pudieron preparar a tiempo quedan hechos puré por los cientos de proyectiles hiperpropulsados de apenas unos centímetros, en un espacio tan cerrado solo dos de ellos han conseguido en el último momento lanzarse al suelo con las manos en la cabeza para conseguir sobrevivir, aunque sin poder evitar llevarse cosida toda la espalda.

BB y Vargaz los escucháis maldecir o gemir, pero un pitido constante en las orejas no os permite discernir muy bien qué dicen, pues la onda expansiva ha pulverizado la barrera mágica como si fuera una cartulina y os ha alcanzado de pleno al final del pasillo. Ambos recibís una lluvia de clavos que resuena como disparos en las placas metálicas de vuestra espalda. Vargaz aguanta los chuzos como una roca, completamente ileso, pero BB, pese a estar parapetada detrás del troll, siente un mordisco en la espinilla cuando un trozo de metralla le rasga la pierna.

Julius aparece entonces y canaliza rápidamente dos bolas de energía muy parecidas a las que visteis en el aparcamiento del Discordia. Una tormenta de rayos a la que BB se une con otros dos proyectiles y que sacude sin piedad a los supervivientes que, tras el último crepitar, dejan de poder considerarse como tales.

El suelo está levantado, las paredes se caen a pedazos, si bien la estructura principal sigue en pie, del techo también han caído cascotes y el hueco de la escalera tiene el mismo aspecto que un sofrito de carne, metal y cemento abandonado el fuego. Cinco “bultos” principales totalmente carbonizados son lo más parecido a “cadáveres” que podéis encontrar, pero hasta a vosotros os cuesta recordar que “eso” fueron humanos hace unos instantes.

Mientras tanto, en el ciberespacio...

El decker enemigo se queda atónito cuando, en mitad de La Calle, Glitch se le lanza encima de repente y empieza a golpearlo duramente contra el pavimento de la acera.

Su Persona está representada como un hombre calvo barbilampiño extremadamente alto, completamente blanco y con discos negros en los ojos, como si llevara unas gafas engarzadas entre las cejas y el pómulo. Su musculatura está ridículamente hiper desarrollada y viste descalzo una sola pieza de una especie de estructura negra a modo de traje desde el pecho a los tobillos que sugiere la masa que podría haber dentro.

Pese a la diferencia en cuanto a portento físico, la persona solo se trata de una imagen, un avatar para transformar líneas de código en inputs sensoriales que el programa MPCP (Master Persona Control Program) arranca desde el corazón del cyberdeck y permite transformar los impulsos eléctricos del cerebro en acciones computables en este mundo digital.

Por lo que, aunque Glitch apenas le sobrepasa la altura de los codos, lo tiene fuertemente fijado al suelo y con cada golpe consigue hace crujir toda la estructura del vestido-armadura.

-¡Aggg!- gime en una mueca furiosa escupiéndote sangre, una representación virtual de cómo la terminal que le mantiene conectado está sufriendo daños- ¡Quien co- Quien coño eres TÚ!-

Maldita… aaarrgghh la herida dolía a pesar de no ser grave. Alejarme corriendo. La próxima vez tengo que alejarme cagando leches. Se recordó.

De su mochila sacó un par de piedras redondeadas de color verde oscuro y naranja dorado. Las acercó a la herida pasándolas por encima. Eso debería reorganizar las energías de sus chakras acelerando la curación.

- Tenemos que movernos. Por ahí desde luego no vamos a salir. – estaba claro que tendrían que enfrentarse con los moteros – A ver si la próxima vez podemos dejar las escaleras para salir – comentó.

Se movió para ir a por Jax.

- ¿Cómo sigues chico? ¿Puedes andar? – dijo cogiéndolo para que la usara de guía para salir de allí.

BB sana sin ninguna complicación. La herida se repliega sobre sí misma dejando apenas una leve marca rosada. 

Jax alza la cabeza en un espasmo al escuchar su nombre casi en la dirección a BB. Tiene el contorno de las cuencas chamuscado y surcos de lágrimas de sangre reseca bajando hasta el mentón. 

-He visto situaciones más negras que esta- Al menos su sentido del humor sigue intacto. Aunque su sonrisa sardónica no llega a enmascarar el miedo de quien se encuentra en posiblemente el peor día de su vida.

-Los he perdido- dice refiriéndose al grupo - Han entrado por la puerta principal y no tengo ni idea de por donde están subiendo, pero mucho me temo que desde ambos lados del pasillo... ¡BB! ¡Tenemos que salir de aquí!-

- Tranquilo, los demás están aquí. Acabamos de hacer salsa chup chup con los que venían por la otra escalera. Deja que te vea esos ojos con más calma. - dijo poniendo en las heridas parte del emplaste que tenía preparado. – Esto debería aliviarte el daño. Los cibers tendrán que esperar a que Glitch pueda echarles un vistazo. Apóyate en mí. – le ayudó a levantarse – Si te dejo en algún momento es porque voy a hacerme invisible. Trataré de dejarte en algún lugar seguro si vemos a esos moteros. – Julius sería más que capaz el solito de lidiar con esos moteros.

Ignorando la pregunta cojo al hombre de su traje y pego un violento tirón para traer su cara hasta la mia.

-Chummer eres suficientemente listo para darte cuenta de que has buscado más problemas de los que sabes resolver; si quieres seguir vivo vas a hacer lo que yo te diga.

Desde mi mano empieza a fluir un leve calor hacia la persona, que siente como una febrícula inunda cada centímetro de su ser digital, debilitándole.

-¿Y bien? -Le interpelo para dar pié a que se someta.

Oh hermano del fuego, acude a mí en este momento de necesidad. Aparece entre los jinetes de caballos de hierro y causa el mayor daño y confusión posible y en cuanto empieces a recibir daño vuelve a mí.

BB en cuanto acabes el conjuro ponle esto, es automático y algo le podrá apañar. Digo pasándole mi medikit de nivel 3. 

Tras unos primeros auxilios, la cara de Jax tiene mejor aspecto, si bien sus pupilas siguen blancas y opacas, alguno de los drones-avispa entra en la habitación. Revolotean próximos a su cabeza y adoptan una posición bastante estable, mediante la cual su dueño las puede usar de ojos improvisados para moverse por el entorno -Gracias...no sé vosotros, pero ver el mundo a través de los ojos de tres insectos no es lo más intuitivo que haya experimentado nunca. Me gustaría salir de aquí cagando leches. He dejado esos tipos dividiendose en la entrada y subiendo por ambos lados del pasillo. ¡Ahora mismo suben de la primera a la segunda planta, en nada los tendrán rodeados!-

Vargaz es el único del grupo con suficiente estómago para acercarse al hueco de la escalera. Baja unos pocos peldaños y patea suavemente un torso carbonizado que rueda hasta chocar con otro cuerpo, no mucho más entero. Todo lo que queda de ellos es un amasijo de carne y metal chamuscado como si los hubieran olvidado en un horno. "En kuanto vean ezto, los pinchekabrronez  ke zuban porr aki ze lovana penzar doz vezes"

El orco husmea el aire y arranca una baldosa de la pared que causa que toda la sección se venga abajo en un estrépito de cascotes de polvo y runa. -¿GRRR Alguna idea genioz?-

- Tranquilo, Julius, de momento no hay nada más que curar, pero me lo quedo por si hay que haceros un apaño más adelante, salvo que tú también sepas manejarlo – le comento tomando el medikit que me pasa.

- Venga, vamos a movernos a la otra escalera y salgamos de aquí. Espero que esos mataos de las motos sean menos problema que los churrascos que dejamos atrás. – comentó BB poniéndose en marcha. Quedarse parados era una mala opción.

En el ciberespacio, el decker no parece intimidado por haberse quedado con su firewall más expuesto. Te contempla con una especie de... fascinación que parece ser absorbida por los dos discos negros que son sus ojos.
Permanece con una sonrisa incrédula, contemplando a Glitch como si hubiera sido atacado por un animal exótico, demasiado embelesado por la singularidad de este como para reaccionar a la amenaza predadora que le supone.  

-Pues que te he preguntado quien eres, ¡y harías bien en contestar!- Con un empujón se zafa de Glitch enviándolo unos metros en dirección al centro de la calle. 

Entonces se lanza impulsado por ambas piernas y descarga varios golpes con una potencia atronadora. El primer golpe es muy previsible, pero el segundo aparece como un rayo desde abajo. En ese momento el Sprite Companion emerge salido de ninguna parte, ejecutando un perfecto movimiento de iado, con el mando de la espada deflecta el golpe y terminando de desenvainar se interpone entre el hacker y Glitch. Completada su tarea, hace una reverencia a su creador y acto seguido se descompila en aquellos datos que Glitch había utilizado para compilarlo, volviendo a formar parte del continuo flujo de data. 

Los combates a plena calle en el espacio público están terminantemente prohibidos, ya que vulneran los protocolos que se tienen establecidos por la (GOD) Grid Overwatch Division. Los demigods de la red estatal de Seattle no les hará ninguna gracia y es posible que aparezcan pronto para poner orden y amonestaros. 
Existen millones de lugares dentro de hosts privados donde los combates están aceptados. Tales como dojos, federaciones de e-games o simplemente empresas donde se permite que tu jefe pueda cortarle la cabeza a tu avatar si no le gusta el informe que le has presentado.  
Aunque cientos de miles os ignoran y pasan de largo, no es usual que nadie (de bien) se exponga tanto, de manera que algunos mirones empiezan a detenerse y a acercarse para animar a uno, al otro o a que hagáis "algo molón" de verdad. 
Un avatar desde un terminar legal solamente recibe una sanción y a lo sumo su "muerte" equivale a ser expulsado del host o de la matriz entera. 
Nadie sabe que las heridas que os hagáis en la pelea pueden tener consecuencias bastante graves para ambos.  
 

Vamos a darle un espectáculo a estos mirones.

-¿Quién soy? -Sonrio- Ahora te lo explica el cefalópodo.

De debajo del suelo se aparece lentamente una densa nube negra del tamaño de un gigante troll que se acerca perezoso hacia su objetivo. Los que se fijan atentamente pueden intuir alguna parte de su anatomia. Un grueso caparazón, flagelos, escamas y numerosos tentáculos. Al llegar a la distancia que considera apropiada, el monstruo empieza a voltear unas largas y pesadas cadenas por encima de la cabeza en un movimiento físicamente imposible hasta que las proyecta hacia el avatar enemigo, estrangulándole.

De los huecos de las escaleras se oyen trotar pares de botas acompañados de aullidos y gritos más propios de una celebración que de una coordinada operación para rodearos. Sin embargo, los diecisiete aumentados que contáis que quedan se han dividido de alguna forma y cada uno de los dos grupos ya se encuentra subiendo las escaleras del piso inferior al vuestro. En unos instantes habrán llegado al pasillo. 

El sprite fault de Glitch obedece abalanzándose sobre el decker enemigo al emerger de la calle y lo atrapa con las pesadas cadenas que sostiene mientras lo atrae hacia sí. Unas fauces verticales con finos dientes se abren donde antes no había nada y, fiel a su código, el cefalópodo trata de inculcar al avatar de su presa todo tipo de errores de código hasta destrozarlo. El rugido amenazador y babeante es simplemente para darse el gusto. 

Más apéndices emergen del asfalto como si fuera agua y golpean duramente al decker que trataba de resistirse haciendo que se doble sobre sí mismo. Al ver flaquear a su presa, la bestia lo apresa todavía más y empieza a descargar una tormenta de señales corruptas. Los pulsos digitales hacen gritar al decker enemigo, quien ya no se muestra para nada confiado. 

Sus ojos esféricos negros están mellados y cada vez que el sprite da una descarga de malaware su vestido-armadura cruje sufriendo graves daños al tener debilitado su firewall. Ahora sí que está jodido y en buenos apuros. 

- Venga, ¿por qué no os movéis? – les preguntó BB extrañada a sus compañeros – Avancemos y busquemos un lugar donde poder cogerlos. Con el muro puedo pararlos lo suficiente para que Julius y yo les soltemos un par de bolas de electricidad. Venga.

-Afirmativo. -Responde el piloto automático de la unidad K-K, que empieza a seguir el grupo obedeciendo a Beth.

Mientras tanto, Glitch, confiado de la situación se acerca al decker haciendo un gesto de sacar algo del bolsillo. En ese momento se materializa en su mano un sello automático que estampa dos veces en la frente de su pobre víctima.

-¿Quién os ha enviado? -Le exige.