Partida Rol por web

- ¡Capitán! ¡Capitán! ¡Creo que viene algo! - Exclamé a mi llegada, deteniéndome junto a los demás y observando el aparato con detenimiento.

Daniel golpea ligeramente el costado del aparato, con intención de “solucionar” el desperfecto, pero nada cambia. El punto parpadeante se acerca más y más, siguiendo los pasos de Winwood rápidamente hasta casi alcanzar su posición. Sin embargo nadie llega por los oscuros pasillos.

En ese momento el Andoriano comienza a trabajar en el sistema de iluminación de la sección, justo donde la parpadeante luz indica la presencia de “algo”…

Sea cual sea la señal ya se encuentra allí, junto a todos...

Acto seguido se situó en el panel lateral del camarote-enfermería, lo abrió y se dispuso a reparar el flujo de energía del mismo.

El capitán estaba en lo cierto cuando mencionaba la falta de mantenimiento de la cubierta donde se ubican los camarotes. Luego de extraer los tornillos parcialmente oxidados Ishant logra retirar el panel de mantenimiento, desconectando el cableado externo y retirando las presillas de seguridad. Solo entonces comprende la necesidad de una mano hábil en la Zeshkan. Dentro del panel una maraña de cables y fusibles termoconductores presentan un estado deplorable, con algunos circuitos de seguridad quemados y otros descompuestos por rotura. Adicionalmente algún cableado multioptico se halla cortado limpiamente, lo cual es extraño considerando el estrecho túnel de mantenimiento. Quizás un niño andoriano quepa allí dentro, no más grande.

Pronto Ishant logra recuperar la energía necesaria para iluminar los pasillos y activar el soporte vital en las habitaciones anteriormente clausuradas por falta de energía.

Antes de colocar el panel en su sitio y cerrar el acceso de mantenimiento Ishant se percata de un detalle. Dentro del túnel de mantenimiento hay marcas en el mental y en la mayoría de las piezas dañadas.

Marcas de zarpas y hasta incluso marcas de mordidas son la prueba de los desperfectos en la sección. Incluso los delicados sentidos del andoriano le permiten vaticinar la aproximación de algo que avanza por el interior del túnel zigzagueante, el cual permite el paso a un humanoide gateando.

- ¿¡¿¡¿¡Que....?!?!?!? ¡¡¡¡shelat, she-she-shelat, zztann!!!!.- El grito de sorpresa y urgencia resonó en el pasillo poco después de que consiguiese que las luces volviesen a iluminar el pasillo. Manoteando, intentando moverse lo más rápido posible a pesar de su enorme envergadura, el andoriano intentó voler a colocar la tapa del conducto en su sitio, sellar la salida, algo. Consigió colocar la tapa en su sitio por un instante y con manos temblorosas por la velocidad del movimiento colocó uno de los tornillos oxidados y empezó a rebuscar el destornillador entre las herramientas que colgaban de sus ropas.

- zztann, zztann, zztann, zztannzztannzztann.- zumbaba constantemente, sabiendo que el tiempo era precioso pero se le excurría inexorablemente entre los dedos, igual que los tornillos oxidados y la resbaladiza tapa.

Cuando ya tenía uno de los pernos atornillado, el estado lamentable en el que se encontraba hizo que la cabeza del tornillo se partiese, dejando caer la tapa al suelo, resonando ominosamente en el corredor iluminado con el sonido de un gong.

Ishant retrocedió lentamente, mirando la oscura boca del panel de mantenimiento esperando que apareciese la sombra que había visto. Con un rápido movimiento sacó su Ushaan-tor ligeramente deformado y adoptó una actitud defensiva.

-¡¡¡¡¡ Nos atacan!!!!!

El dispositivo extraterrestre se encuentra muy arraigado al interior del brazo de Cristina, donde las “raíces” del guantelete han calado hondo dentro de los tejidos, músculos y huesos del brazo, dificultando la tarea que en apariencia es simple. Ahora es prácticamente imposible extraer el aparato-arma sin las herramientas adecuadas y sin una instalación medica conforme donde realizar todos los estudios pertinentes.

A estas alturas Matthew apuesta por las instalaciones avanzadas del cuartel general en San Francisco, o la Estación Júpiter; donde la tecnología de punta dedicada a la medicina se encuentra. Quizás, considerando la distancia, es más factible hallar ayuda en los planetas aliados y sus referentes en medicina y nanotecnologia antes que esperar semanas de viaje hasta la Tierra.

Afortunadamente el guantelete-arma, que es una pieza de bio-nanotecnologia , descansa en una especie de hibernacion que no presenta un peligro actualmente para la paciente.

Posiblemente en su, reducida pero amigable, enfermería el doctor pueda ahondar un poco mas en el dictamen medico.

Estaba tan centrado en el detector de movimiento que lo que ocurría a mi alrededor poco importaba. Las voces resonaban en mi cabeza como si fuesen ecos del pasado, mientras aquel incesante pitido y la luz parpadeante que saltaba de un lado a otro, continuaban siendo el centro de mi atención. Sin nada para poder comprobar si el aparato funcionaba bien y sin tiempo para ello, lo golpeé un par de veces, obteniendo la misma lectura.

- No se lo que es... pero no viene por los pasillos... salvo que sea capaz de atravesar las paredes. - Dije alzando la cabeza y buscando a Cristina con la mirada, la cual se encontraba nuevamente dentro del camarote y parecía ser atendida por el médico, que comprobaba su guantalete. No oculté mi rostro de sorpresa al ver aquello, pues no entendía lo que estaba pasando ni porqué el médico comprobaba aquella pieza. 

Los bip se sucedían y yo seguía mirando a de Alba y aquel guantalete. Estaba dispuesto a entrar y preguntar que demonios estaba pasando, cuando miré mi mano y vi la luz parpadeante cada vez más cerca. Lo que fuese debía asomar ya por los pasillos, pero no había nada ni nadie. Tan solo el tipo azul revisando un panel y... - No puede ser... - Susurré para mí, mirando la lectura y al andoriano. Lo que fuese estaba allí con él... pero no veía nada. 

- Señor... - Me dirigí a James, puesto que aquel hombre era parte de su tripulación y le mostré la lectura la cual marcaba claramente que no estaba solo. - Debería decirle que viniese... - En ese momento se recuperó parte de la iluminación del lugar y acto seguido escuché al andoriano gritar que nos atacaban.

Di un paso atrás y volví a mirar la pantalla del detector de movimiento, buscando la posición de aquella amenaza invisible, mientras el tipo azul se preparaba para entrar en combate.

Conforme más hablaba Ollander, De Alba más se indignaba, aquel oficial tan preciado para ella en al Excalibur había dado un cambio para peor y lo más preocupante es que no parecía tener arreglo, habían pasado muchas cosas durante aquellos interminables meses pero nada justificaba el comportamiento del ingeniero, precisamente porque a pesar de todo Cristina parecía estar maldita, puesto que nunca conseguía que sus hombres la respetaran... hiciera lo que hicera daba igual ellos tenían que hacer lo que se les salía por amor a la rebeldía o porque simplemente creían que ella había obtenido el rango de capitán en un tómbola.

Tras el discurso del ingeniero y una vez que el doctor Griffin pareció haber terminado el escaner se levantó de la cama hasta quedarse sentada y miró muy seria a su oficial.

- Dos cosas señor Ollander... Una, no vuelva a llamarme por mi nombre de pila, acaba de perder el derecho a hacerlo. Dos, usted es jefe de ingeniería de la Excalibur, lo que implica otro par de factores... No estamos en la Excalibur, no tiene derecho ni permiso para fisgar en una nave claramente hostil que nos obliga a extremar cualquier precaución. Y lo más importante, sus oficial superior, que soy yo le dio dos ordenes... no pasear por la nave sólo y seguir las instrucciones de Stevenson, cualquier otra cosa que usted haga o piense, es un error que afecta directamente a la vida del resto de la Tripulación tanto de la Excalibur como del grupo de rescatadores que están arriesgando sus vidas por salvar las nuestras. Si estuviéramos a bordo de nuestra nave, usted ya estaría puesto bajo vigilancia en un calabozo. El orden de mando existe por una razón, la supervivencia del conjunto y usted la acaba de comprometer, no vuelva a actuar por su cuenta y más aún cuando le falta la información y la cordura para hacerlo... háganos un favor y quédese donde está.

Tras aquello volvió la mirada hacia el andoriano con pavor

- ¿Que demonios pasa ahora...?- dijo levantándose poniéndose en alerta para mirar a Winwood que la miraba aterrado

- No viene del pasillo señor Winwood... ¡lo que ha detectado su escaner proviene de la pared!... "PITUFO MANOSGACHAS"- exclamó buscando un palo o algo para defenderse- ¡A CUBIERTO!

Piense todo lo jodidamente mal que quiera, mientras me deje hacer mi trabajo y curarla, como si me maldice en 17 malditos idiomas- le respondió el doctor a la capitana, ignorando por completo al resto mientras iba leyendo los datos que el escáner estaba proporcionando sobre el guantelete y lo que le estaba haciendo a su mano, para centrarse en ellos. Y conforme los iba leyendo su rostro se iba ensombreciendo cada vez más.

Maldita sea…- pensó, preocupado no solo porque al parecer no iba a poder extraerle el brazalete sin instalaciones médicas mucho mejores incluso de las que habían en las naves de la Federación, sino porque el nivel de enraizamiento hacía difícil el que la extracción no dejase secuelas… y eso pensando en que no avanzase aún más.

Capitana, la buena noticia es que esa jodida cosa parece estar ahora mismo en hibernación, al menos de momento…- le dijo -Pero no sé si es temporal o no, ni tampoco cuando podría cambiar en caso de serlo o que podría hacerlo reactivarse… joder, con lo que tengo apenas se una mierda- dijo, con lo último en voz más baja y más para sí mismo que para ella -Así que procure no alterarse ni ponerse en situaciones estresantes… por jodidamente imposible que sea eso- le dijo, consciente de que en la situación actual, aquello era casi imposible de conseguir -Y si nota cualquier jodida cosa, aunque crea que se lo imagina, me busca inmediatamente, es una orden- dijo -Ni le he dado el alta ni pienso hacerlo, así que sigue siendo mi maldita paciente y yo su maldito médico ¿queda claro?- le dijo, dejando claro que superior a él en rango o no, no pensaba permitirle negarse -Además, en unas horas pienso volver a escanearla a ver como evoluciona- añadió, tras lo cual se volvió hacia Ollander. Sin duda, que hubiese estado centrado en el guantelete de la capitana no quería decir que no hubiese escuchado la soberana estupidez que no solo había admitido haber hecho, sino que incluso se atrevía a defender.

¡¿ERES JODIDAMENTE ESTÚPIDO O QUE NARICES TE PASA?!- le espetó -¿Cómo se te ocurre disparar sin provocación a lo que quiera que sea esa maldita cosa sin ni siquiera informar o pedir apoyo? Joder, incluso los MACOs más jodidamente inútiles saben que disparar a algo que no saben qué coño es solo da problemas- le dije -Tal vez no merezcas perder el jodido brazo, y te puedo asegurar que haré todo lo que esté en mis malditas manos para que no lo pierdas… pero por culpa de tu maldita estupidez, nos hemos quedados sin suministros médicos, ¿entiendes lo que significa eso?- le dijo, dejando que la idea de que sería culpa suya si alguien moría por no poder tratarlo adecuadamente, e iba añadir algo más cuando, sin previo aviso, Daniel empezó a decir incongruencias e Ishant, desde fuera, gritó que nos atacaban.

¿Joder, y ahora qué?- pregunté, poniéndome frente a Ollander y la capitana con el cuchillo en la mano y buscando que narices era lo que les atacaba.

Doctor, es suficiente

Corto James al rapapolvo que el doctor y su genio estaban dando, las palabras de la capitana habían sido suficientes por si la perdida de un brazo no era lección más que suficiente. La pasajera calma ceso antes de lo previsto pues un sonido agudo y cada vez más seguido salia del aparato que Daniel portaba.

Stevenson sacó su phaser instintivamente mientras se interponía entre la pared y el doctor y sus pacientes, la tensión volvió junto con la adrenalina a los músculos del comandante, los camarotes podían convertirse en una ratonera pero sin duda podían cometer el error de dar por hecho cosas que no eran.

Estaba claro que aquella nave era peculiar, solo había que ver al capitán y a esa especie de cosa llamada golen, no sería de extrañar que aquello que pareciera moverse por la pared fuera otra de las criaturas de la nave y que no implicará ningún riesgo para la tripulación. Si no andaban con cuidado podían cometer el mismo error que Ollander y abrir fuego sobre una criatura potencialmente no hostil dado lugar a un problema de verdad.

Mantengan la calma, sea lo que sea no tiene porque ser hostil y no quiero provocar otro incidente.

El nerviosismo en los presentes es notable cuando la mayoría reacciona casi por instinto, buscando algo para defenderse, apuntando con el arma o empuñando pica hielos ritualistas.

Ante semejante alboroto los demás tripulantes de la Excalibur, que se encontraban alojados en otro camarote cercano, se aproximan por el pasillo hasta la posición de Daniel e Ishant.

- ¿Que sucede? - pregunta William McTagger, empuñando una llave hipersonica dañada.

- ¿Nos atacan? - añade Hans Kemp, oteando por detrás del ex MACO William.

Por detrás de ellos dos le siguen el sargento MACO Chandler y Harry Burgundy, el segundo en ingeniería luego de la desaparecida señora Naun.

Al instante que el gigante andoriano cierra con prisa el panel es cuando el dispositivo detector de movimiento de Daniel chisporrotea un poco y se apaga al soltar un poco de humo y olor a plástico quemado.

Aparte del exabrupto nada sucede, siendo el silencio el resultado a continuación...

Capitana, la buena noticia es que esa jodida cosa parece estar ahora mismo en hibernación, al menos de momento…- le dijo -Pero no sé si es temporal o no, ni tampoco cuando podría cambiar en caso de serlo o que podría hacerlo reactivarse… joder, con lo que tengo apenas se una mierda- dijo, con lo último en voz más baja y más para sí mismo que para ella -Así que procure no alterarse ni ponerse en situaciones estresantes… por jodidamente imposible que sea eso- le dijo, consciente de que en la situación actual, aquello era casi imposible de conseguir -Y si nota cualquier jodida cosa, aunque crea que se lo imagina, me busca inmediatamente, es una orden- dijo -Ni le he dado el alta ni pienso hacerlo, así que sigue siendo mi maldita paciente y yo su maldito médico ¿queda claro?- le dijo, dejando claro que superior a él en rango o no, no pensaba permitirle negarse -Además, en unas horas pienso volver a escanearla a ver como evoluciona

- Lo de no estresarme es complicado con usted a mi lado... Yo le avisaré si el brazo hace algo raro, de acuerdo aunque me da que lo voy a tener pegado a mí todo el rato, ¿No podría solicitar un cambio de médico cuando lleguemos a donde sea que vamos?, sería menos estresante tanto para usted como para mí... He tenido que ofender mucho a algún dios primigenio para merecer esto...- suspiró 

La escena, de no ser por el tremendo drama que se avecinaba, era todo un homenaje a una de las antiguas películas de la Tierra, no recordaba el nombre pero se desarrollaba en un camarote con unos hermanos llamados Marx, donde se apegotonaban un montón de gente sin orden ni concierto... y eso era precisamente lo que estaba pasando con la nueva incorporación de Hans, Chadler, Burgundy y William... o como se solía decir en España "Éramos pocos y parió la abuela"

Mantengan la calma, sea lo que sea no tiene porque ser hostil y no quiero provocar otro incidente.

- Parece que algo de la pared va a salir... pero no sabemos que es, no entren.

Cristina tras el raspapolvo del doctor y la intervención de Angel, se quedó justo detrás de ambos hombres, que parecían haberse empeñado en protegerla de lo que fuera que iba a atacarles, en otro momento habría sido conmovedora la escena, pero tras el fundido del escaner de Daniel, Cristina ya no sabía si se iban a ver atacados por un montón de bichos o estos había decidido darse la vuelta para irse de cañas... no obstante se puso a mirar a su alrededor en busca de cualquier cosa útil, ya había visto demasiadas calmas precedentes a enormes tormentas y prefería estar preparada, las manos de la española se metieron debajo del colchón de una de las camas y tras una ligera exclamación sus dedos se aferraron a algo metálico, sin dudar tiró de el con celeridad para ver que había encontrado.

- Bueno... menos da una piedra...- dijo examinando el "arma" con cierto mohín de decepción pero aferrando el mango con determinación y ganas de pelea... al darse al vuelta todos pudieron comprobar de que se trataba, una poderosa y ergonómica sartén.

Aferrando la sartén con ambas manos, como si de un bate se tratase se colocó justo delante de Ollander, en actitud defensiva, a pesar de su enfado con el tripulante nadie osaría ponerle un dedo encima a su ingeniero.

Ishant consiguió ajustar finalmente el panel, conteniendo lo que fuese que había al otro lado. Sus antenas se agitaban tensas y nerviosas por encima de su cuero cabelludo, mientras tragaba saliva sonoramente. Sin poder evitarlo comprobó un par de veces el panel pera confirmar que estaba bien sellado y sólo cuando lo hubo hecho varias veces relajó ligeramente las antenas y guardó su daga.

- Había... "Algo" en los conductos de mantenimiento, del tamaño de un niño andoriano, ojos rojos y... No era nada que haya visto hasta ahora. Sea lo que sea debe de llevar tiempo allí, ha roido los cables y hay marcas de mordiscos y arañazos por todo el panel interior. No sé cuánto tiempo aguantarán mis reparaciones con "eso" ahí, pero es lo que cortó el soporte vital de los otros camarotes...- el ingeniero ladeó la cabeza, disgustado por el desarrollo de los acontecimientos.- los murciélagos rojos de esta nave son peligrosos.- dijo refiriendose a una plaga habitual en Andoria (al tiempo que un plato delicioso)

James bajó el arma al ver que la amenaza no era tan desconocida para la nave como parecía. Esa cosa llevaba tiempo entre las paredes de la nave y a esas alturas ya ni le pareció extraño, a saber cuantas sorpresas como aquella tenía oculta la nave..

Era mejor no pensar en ello y pasar las 17 horas lo más rápido posible para abandonar aquella nave que ponía los pelos de punta a cualquiera.

Esta bien, será mejor que lo dejemos estar. Haremos guardias en la zona de los camarotes por si esa criatura o cualquier otro peligro decide saludarnos, aunque no me extrañaría que fuera otra de las mascotas del capitán.

James indicó a Diana para que se encargará de organizar las guardias por parejas con los MACO disponibles en la zona de camarotes y asegurar así la zona donde se encontraban los pacientes y la tripulación podía "relajarse" en cierta medida.

Iré a ver al capitán en unos minutos.

James se metió en uno de los camarotes vacíos.

Los camarotes eran todo menos el lugar de descanso de la tripulación. Cerré los ojos, esperando que el médico fuera tan bueno como para recuperarme el brazo. No pude evitar angustiarme y opté por guardar silencio. No sé que haría sin poder trabajar como el ingeniero que siempre fui.

Habíamos sobrevivido a tanto que aquel accidente no era más que un pequeño obstáculo. Al menos, esa frase resonaba en mi mente como un mantra que repetí hasta dormirme.

- Murciélagos...- comentó Cristina cuando el andoriano informó sobre la plaga que la nave de los mercenarios llevaba en sus entrañas- Y nos quedan 17 horas... - se le antojó eterno, pero había sobrevivido seis meses en la Arena, aquello era sólo el último tramo a su calvario... O al menos trató de conformarse con esa idea.

De Alba suspiró cuando el andoriano terminó por cerrar el conducto y se irguió más relajada con la sartén bien cogida por el mango, era la mejor arma que había encontrado en la nave y hasta que no salieran no pensaba soltarla.

- Caballeros, tenemos que aguantar 17 horas a bordo de la nave, como han podido comprobar es peligrosa y estamos en la cuerda floja- les dijo a todos sus hombres- Vamos a tratar de pasar esas horas lo mejor posible, para ello tienen prohibido deambular por la nave y mezclarse con la tripulación, no son nuestros amigos y los secretos que guardan es asunto suyo.- miró a todos unos segundos para comprobar que lo habían entendido- Permanezcan en los camarotes que han sido habilitados para nosotros y no se queden solos, aprobechen para descansar o charlar, pero repito no salgan a investigar, es muy peligroso hacerlo y nos arriesgamos a poner en peligro el acuerdo entre el capitán y el señor Stevenson. ¿Queda claro?- volvió a mirarlos a todos y se detuvo especialmente en Daniel- Señor Winwood...- Le preocupaba especialmente Daniel y su facilidad para perderse- Es posible que me resulte más de utilidad su colaboración en este camarote asistiendo al doctor que tratando de encontrar cosas útiles en la nave... Además el señor Ollander puede ayudarle a reparar su escaner.

Atento a cualquier cosa que pudiese surgir de a saber qué lugar, Matthew mantuvo el cuchillo frente a su rostro, dispuesto a acabar con lo que sea que saliese y amenazase a sus pacientes… pero lo único que apareció fueron varias personas, que a juzgar por las voces, llegaron al pasillo, aunque no les reconocía.

¿Joder, es que cada rincón de esta maldita nave tiene algo dispuesto a matar a quien se acerque?- dijo tras escuchar a Ishant, bajando finalmente el cuchillo cuando quedó claro que el peligro había pasado… bueno, más o menos teniendo en cuenta que seguían estando en aquella nave -Ishant, más vale que hayas vuelto a sellar la pared- dijo el doctor, alzando la voz para que se escuchase desde fuera -¿Y quién narices hay ahí fuera?- pregunté, pues pensaba que eran los únicos en aquella nave… aunque bueno, tras la aparición del tal Daniel, todo era posible.

Y tú, ¿de dónde narices has sacado eso?- preguntó cuándo, al girarse, descubrió que la capitana portaba una jodida sartén en las manos -En fin, da igual, si le estresa mi presencia, tendrá que joderse… aunque no sé cómo no se ha vuelto loca si unos malditos tacos ya la hacen estresarse- le dijo.

17 horas aún hasta llegar al punto de encuentro…- pensó el doctor -Más les vale no hacer ninguna jodida estupidez que les haga acabar heridos…- se dijo mientras miraba a los allí presentes… demasiados para el pequeño tamaño del camarote enfermería.

Por lo pronto, quien no tenga ninguna maldita herida, será mejor que vaya saliendo de aquí… bastante malo es este sitio como una jodida enfermería, como para que además lo llenemos cual ratonera- dijo -Y el señor Ollander necesita descansar, no trabajar…- le dijo a de Alba, con un tono que parecía añadir “y tú también” -Así si alguien necesita reparar algo, que hable con nuestro ingeniero- añadí.