Partida Rol por web

Cristina escuchaba con interés a Reks y mientras más lo hacía peor se sentía, no solo por todas las coincidencias que había entre todo lo que los había traído allí sino porque los calmantes que le habían administrado estaban perdiendo efecto y con ello se acordó no sólo del dolor sino de que le quedaban 72 horas de vida...

- La semilla... Parece que todo gira en torno a eso... Y los vampiros...señor Mukherjee quizás sería conveniente que uno de nuestros hombres acompañara a Reks a por nuestras ropas, John podría hacerlo, sólo para cerciorarse de que no hay trampa ni cartón ¿No cree?- le dijo a su primero con el rostro cada vez más pálido y ojeras más que evidentes- Jan se bastaría para ir con la Princesa, tampoco tenemos tantos efectivos como para separarnos... Aunque me temo que...- la capitana no pudo terminar la frase una repentina tos le quebró la voz haciendo además que se doblará hacia adelante mientras se tapaba la boca con la mano que le quedaba, el rojo carmesí de su sangre sobre sus níveos dedos fue lo que le dio color a la blanquecina y maltrecha estampa que representaba De Alba

Reks parecía querer colaborar y sus palabras despertaron viejos recuerdos de aquel planeta, B-Sygnus, en Jankowsky. Que la Madre Computador fuera capaz de hablar en sus cabezas ya no le gustaba tanto, aunque pensó también en aquellos seres que les habían el ofrecido el paraíso a cambio de abandonarlo todo, no podía olvidar la sensación de que ser poseído y usado como un títere. No, definitivamente no le gustaba que se metieran en su cabeza.

La idea de la capitana de separar a grupo tampoco le gustaba demasiado, llegados a ese punto temía que dejarles si su protección pudiera ser un error pero no contradijo a Cristina. Si ella quería, seguiría sus órdenes.

Cuando tosió un escalofrío recorrió la columna vertebral de Jankowsky como un látigo, Cristina estaba terriblemente enferma. Con gesto sombrío y profundamente preocupado por ella se acercó y le dió un trozo de tela que arrancó de su improvisado disfraz para que se limpiara.

-...- Fue incapaz de hablar, a veces una mirada bastaba.

Aakesh valoró las palabras de la capitán.

-Es posible, pero si alguien acompaña a Reks podría llamar la atención y ser descubierto. Creo que tendremos que darle un voto de confianza, porque el riesgo sería alto.

Observó a Jankoswky y meneó la cabeza

-Creo que Jan no se bastaría solo contra Napoleón. Temo por el destino de Stevenson y T'arell. Tal vez si son más tendría alguna posibilidad de éxito, aunque tampoco es seguro. En este momento lamento que no haya nadie más de nuestra tripulación

Pensó por un momento en Diana

-Cuando llegue Reks podríamos....

No acabó sus palabras, al ver el estado de la capitán corrió hacia ella para auxiliarla. Jan le dio un trozo de tela, y Aakesh intentó que se sentase

-Descanse capitán. ¡Traer agua!

No sabía que hacer

-¿Tenemos alguna medicina o algo para darle?

Tal como se había vaticinado Cristina comienza su lento proceso de complicaciones en su cuerpo. Y la leve hemorragia es tan solo la puerta a todo lo que le ocurrirá de aquí a las setenta y dos horas aproximadas de límite que su organismo podrá soportar contra el hostigamiento de la semilla del mal que invade su cuerpo.

Entonces por acto reflejo Cristina lleva ambas manos a su rostro para cubrir su boca. Ambas manos, porque de la nada un sustituto del brazo (y parte del hombro) amputado aparece para suplir el auténtico. La nueva extremidad es idéntica a la original solo que oscura como el ébano mismo, sin mayores detalles pese a obedecer, por el momento, a  cristina.

Adicionalmente el evento tal vez fortuito genera una complicación en la mujer. Sus energías bajan muchísimo, al punto de quedar fuera de combate o mucho peor. Actualmente ella se bate entre mantenerse de pie o dejarse llevar por la inconciencia amenazante.

La descompensación y sorpresa en Cristina deja en segundo plano a Reks, quien había salido momentáneamente en busca de vestimentas para Aakesh y los demás. Solo que estaba tardando más de la cuenta. ¿O no había especificado cuánto?

Eso no es nada bueno – inquiere el capitán al ver lo que le ocurre a la mujer – y Reks no regresa. Deberíamos ir por él – advierte ante la ausencia de este.

Cristina comenzó a temblar, ya no sabía si por el dolor indescriptible que la recorría de arriba a abajo o por el miedo de no saber que le estaba pasando... O en qué iba a terminar la cosa.

Incapaz de controlarse cogió el pañuelo que le ofreció Jan y aceptó la ayuda de Muk, pero la tos no remitía y la sangre no dejaba de manar por su boca por lo que por acto reflejo se llevó ambas manos a la cara... Para su sorpresa descubrió que volvió a tener el brazo...pero negro... Negro como el carbón, horrorizada lo miró atónita con el espanto reflejado en sus ojos miro a sus hombres y a Gilbert, no sabía qué hacer.

- No... No es bueno y... Por eso dije que alguien debería de haber acompañado a Reks... Ahora... Será mejor permanecer juntos... O... No dejarme sóla... No se que más cosas me pueden pasar

Aakesh contempla horrorizado el cuepor de su capitán. No sabe que hacer. La nueva extremidad que suple a la que había perdido, parece actuar como un miembro más, pero si será así por siempre o solo durante un tiempo es algo que no se sabe.

-Permanezca sentada y descanse capitán.

Valoró las opciones. Gamesh sugiere ir a por Reks, la capitán que no la dejen sola.

¡Que divertido es ser capitán en funciones!

-Gamesh, usted y yo iremos a por Reks, Jan, Lightman, cuiden de la capitán. Cualquier cosa avisen. Cierren las puertas y atranquerlas para evitar que nadie entre. Nosotros daremos tres toques seguidos, pausa y dos toques para que sepan que son nosotros y nos abran.

Contempló a la capitán, pensativo, luego a Jan

-En B Sygnus, había una máquina que reemplazaba el cuerpo original por uno nuevo e idéntico, ¿no es así? tal vez aquí haya algo parecido y tal vez....tal vez no quede otra opción, capitán.

-Mierda- Susurró Jankowsky al ver tan mal a la capitana. Se sentía del todo impotente y ver aquella mano aparecer era algo que no se esperaba.

Entonces Aakesh salió tras Reks junto con Gilbert sin darle apenas tiempo de réplica. Quedan en su cabeza las palabras del primero oficial recordándole B-Sygnus. -¿Cómo es posible?- Decía como si fuera incapaz incluso de creer lo que veían sus ojos. Tomó a la capitana en sus brazos ya que parecía a punto de perder la consciencia -Lighman, haz lo que dijo, aseguremos este sitio mientras vuelven.- Le dijo al piloto mientras buscaba un lugar donde recostar a Cristina. Usaría sus prendas para taparla y apoyar su cabeza en una almohada improvisada.

Cristina apretando los dientes miró a Mukherjee, todo se estaba repitiendo, o más bien parecía girar en torno a BSignus y a Sirril... Aunque el Vulcano no estuviera con ellos parecía que Cristina había ido a sustituir el papel que en principio iba a adoptar el oficial científico, puesto que el Sirrio original fue sustituido por una copia exacta con sus mismos recuerdos, solo que no era exactamente igual, había algo malvado en el Sirril que regresó al que nadie pudo ayudar... Lo que también explicaba otras cosas que se guardaría de momento para ella.

Escupiendo una mucosidad sanguinolenta al suelo dijo.

- No hago más que estar sentada y descansar, y eso es lo último que necesito. De momento puedo andar, ganaríamos más tiempo yendo juntos... No creo que me apetezca que me hagan un doble, ya sabe lo que le pasó a Sirril. Quizás sea mejor que yo muera de una vez...- De Alba estaba harta, hacia tiempo que había dejado de tenerle a la muerte.

Cuando Jan la cogió en brazos se lo agradeció pero pidió que la dejara en el suelo.

- Eduard, de momento con que me ayudes a caminar está bien. Deseo hacer las cosas por mi misma, mientras se me permita hacerlo.

Aakesh antes de irse observó a la capitán y sonrió

Cabezota, cabezota, pero si no fuese allí me preocuparía, no sería ella

-Capitán, no pienso intentar convencerla de lo contrario, la conozco lo suficiente para saber que no me hará caso, pero como primer oficial, le aconsejo que se quede aquí. No porque no creo que sea capaz de llegar a donde sea, ni porque necesite protección, al contrario, quien necesitará protección es quien se intemponga en su camino -sonríe- pero creo que así si Gamesh y yo...sufrimos algún contratiempo, ustedes podrán intentar cumplir la misión. No sabemos que nos encontraremos en el templo, y si ya dos de nosotros llamamos la atención vestidos de esta guisa, los cinco....

Se encongió de hombros

-Lo que usted ordene, pero si vamos todos juntos, al menos no vaya delante hasta que esté mejor.

Sacó el escáner

-Intentaré localizar signos de vida para saber si alguien viene hacia aquí y por donde no debemos ir para evitar encontrarnos a alguien. También para intentar localizar el punto exacto donde se encuentra la fuente de energía. Supongo que alli estará el computador.

Sin dilación Gilbert sale por el pasillo seguido de Aakesh. Ambos en busca del perdido Reks.

Los dos se dirigen al final del pasillo, donde un amplio salón conecta las demás alas del palacio y el tránsito de personas es mucho mayor.

Detrás quedan Eduard y los demás refugiados en el cuarto de archivos hasta el regreso. Pese a estar encerrados ahora pueden comunicarse por sus aparatos personales con James e incluso con el grupo en tierra que se encuentra cerca de la ciudad. También disponen de sus escáneres personales para observar la actividad en el palacio y sus alrededores.

En el salón, precisamente en otro pasillo opuesto, un par de guardias ha detenido a Reks con intenciones poco benignas. El erudito lleva consigo un montón de prendas similares a la suya.

Desde la posición de Aakesh y Gilbert no es difícil oír las preguntas amenazantes de los guardias por las acciones del anciano y la falta de respuesta del interrogado.

-Podríamos derribar a esos dos pero llamaríamos demasiado la atención- murmura Gilbert al ver que el salón es un punto de gran tránsito en donde mucha gente va de un lado para otro.

Por ahora nadie repara en los guardias ni en Reks…

Johnny observó atónito cómo la capitana recuperaba su extremidad. Realmente esa situación recordaba a lo ya vivido con sus compañeros en esa pasada misión. No tenía que ser lo mismo, pero los parecidos eran notables. Oyó como hablaban de los pasos a seguir, si separarse o no. - Creo que es mejor dividirnos, de esa manera tenemos más opciones y el grupo explorador tendrá más libertad de movimientos y de respuesta que si vamos todos juntos. No se ofenda, capitana, pero en su estado es más una carga que un elemento favorable. - mencionó Johnny - Tenemos que maximizar nuestros recursos y Gilbert y Muk serán más ágiles si pueden moverse con más libertad. Siguiendo las indicaciones de Jan, se dispuso a fortificar la habitación donde estaban una vez los citados Gilbert y Muk salieron por la puerta. - Si viene algún agresor, nos defenderemos bien - dijo a Jan y a la capitana - Y ustedes no corran riesgos innecesarios, y regresen si la cosa se complica.

Aakesh analizaba la situación. Parecía que Reks estaba en problemas, pero si intervenían, la situación podría complicarse

-Tenemos dos opciones, intervenir y rezar que al ver nuestros disparos la gente huya y con la confusión podamos alejarnos con Reks, o esperar acontecimientos. Ambas opciones no me gustan porque si no sale bien, tendremos complicaciones.

Aakesh preparó su arma

-Esperemos, Reks nos dijo que nuestras ropas llamarían la atención aquí. Tal vez Reks pueda desambarazarse de esos dos. Si intentan llevárselo intervenimos. Me encargaré de disparar al más alejado.

Cristina era una mujer fuerte e independiente y aprovechaba cualquier ocasión para recordarlo pero Jankowsky ya lo sabía:

-Por supuesto, pero si me necesitas basta con que hagas un gesto.- Le dijo con cariño. -Ahora mismo no parece que nadie de este planeta tenga mucho interés en nosotros pero me gustaría irme cuanto antes, este sitio no es seguro.- Comentó mientras Johnny aseguraba el lugar y se unió a él en la tarea. -No se de que va ese Reks, espero que sepan mantener las distancias con él, no me fío.- Dijo con cierto disgusto, de entrada Reks le había parecido confiable pero ahora tenía la mosca detrás de la oreja con él.

Cristina había visto como Muk y Gilbert se iba tras Reks, ella consciente desde hacía mucho que no podía hacer gran cosa, se había limitado a pedir que no se la dejara atrás, ni tenía intención de ponerse a combatir ni ponerse al mando porque desconocía lo que podía pasar con el avance de la semilla sobre el control de su cuerpo, sólo sabía que era malo y que prefería que alguien a su lado la detuviese si aquella cosa terminaba por ganarle la partida.

- Tiene usted una psicología parda abrumadora señor Lightman... Sí, que me ofendo y no, no lo voy a perdonar. Ya sé que no estoy en condiciones de pelear y que me consideráis un estorbo desde que tuve la brillante idea de coger "el puto" brazalete para salvaros la vida en la Arena. Lo único que he pedido ha sido que no me dejen sola no porque este deseosa de compañía y porque me de miedo la oscuridad sino para ayudarme a que la cosa que está dentro de mi no haga de las suyas ¿Ha visto que brazo tan adorable me acaba de salir? ¿Recuerda usted que llevo la dichosa semilla y que previamente una versión malvada tomó el control de mi cuerpo? Quiero que me mantengan vigilada "c...o" Así que haga el favor de ahorrarse conmigo sus opiniones, gracias.

​​​​​​​​​​Lightman era un experto en tocar las pelotas con su aire rebelde y su barba de tres días... pero ella no estaba para nada y mucho menos para soportar que la llamarán estorbo en toda su cara.

- Gracias Eduard, sí... Lo poco que he visto de este sitio no me gusta, pero parece que estamos obteniendo respuestas... Reks, no creo que nos ayude pero como punto positivo tenemos el regreso de James con la Princesa, esa nave es crucial en todo... Lamento lo de tu amiga la klingon... - le puso la mano sana sobre su brazo unos segundos, no quiso añadir a la doctora en sus condolencias, Jan era buen tipo y sabía que les había cogido cariño a ambas mujeres.

-Esperemos, Reks nos dijo que nuestras ropas llamarían la atención aquí. Tal vez Reks pueda desambarazarse de esos dos. Si intentan llevárselo intervenimos. Me encargaré de disparar al más alejado.

La organización de Aakesh y Gilbert queda en la nada, porque las habilidades diplomáticas del erudito Reks salen a relucir luego de superar el nerviosismo inicial ante el encuentro con los funestos guardias.

Tal es la dialéctica del avejentado servidor que los guardias acaban por pedir disculpas y alejarse rápidamente del hombre para desaparecer por un pasillo lejano.

- Creo que no hace falta ir al rescate. El anciano parece un mafioso italiano con su lengua. – comenta jocosamente Gilbert al ver que Reks se aproxima con paso victorioso y prendas en brazos.

-Perdón por la demora. Esos guardias insistían que los acompañara. Hay una reunión de emergencia del consejo de ancianos de la ciudad y no aceptaban un no por respuesta. Por suerte uno de ellos tiene un hijo bajo mi tutela, y ello sirvió a mi favor. Aunque me temo que más tarde volverán en mi búsqueda porque no es común que falte a la reunión. ¿Volvemos con sus amigos? – habla por lo bajo el anciano al llegar junto a ambos.

Aakesh rió por lo bajo ante el comentario de Gamesh y asintió

-Creo que es capaz de vender un frigorífico a un esquimal

Aakesh bajó el arma y esperó a que el anciano se reuniese con ellos. Ante su explicación Aakesh asintió

-Sí, y más si puede que vengan a buscarle, hemos de darnos prisa

Pensó en T´arall, había resultado se una buena compañera y mucho más servicial de lo esperado. Asintiendo ante las palabras de Cristina contestó.

-T´arall cumplió su parte con creces. Interesante raza los klingon, quien sabe si con el tiempo vemos a uno como tripulante de una nave de la flota.- Hizo la hipérbole sin creérsela demasiado y miró a Johnny a quien no le había gustado su trato con la klingon.. -Ahora esperemos no tener más bajas.- Quitó de su cabeza la visión de la doctora con la que había llegado a intimar un poco, -era demasiado joven- pensó.

Johnny hizo una mueca ante la respuesta de la capitana, aunque igualmente esa el tipo de respuesta que esperaba que ella hiciera. Pero por mucho que ella dijera lo contrario, no estaba en condiciones óptimas para seguir a todo el grupo. Hizo caso omiso a su petición de opiniones. Si es necesario, se lo repetiré pensó para si mismo.

Terminó de asegurar la habitación, con los objetos que encontró en ella. Esperaba que fuera suficiente para mantener el sitio seguro. Se sentó para descansar un poco y recobrar fuerzas.

- Ojalá podamos verlo - respondió al comentario de Jan - Creo que dado los misterios de los universos y los peligros que entrañan, es mejor que las razas estén unidas.