Partida Rol por web

Al final el combate duró menos que un suspiro y los contrincantes pusieron los pies en polvorosa sin presentar batalla. Johnny salió de su privilegiada posición y se reunió con los demás del grupo, que charlaban animadamente con la pareja salvada. Parecía que el hombre estaba muy agradecido, pero la mujer mostraba cierto recelo, sobretodo con las insistentes preguntas de Muk.

Johhny vio normal que quisieran irse lo antes posible, aunque después de haberles salvado la vida bien podrían dar toda la información que pedían.

- Parece que la ciudad está algo lejos. Será mejor que nos pongamos en marcha lo antes posible.

Por lo visto tendrían que hacer un largo recorrido.

-Capitán Gilbert, ¿tiene que preguntarles algo más a estos dos?

Gilbert pensó detenidamente sus palabras antes de preguntar algo a la pareja dubitativa.

- Si, y es lo siguiente. ¿Alguna vez han visto seres del espacio u otras razas que no sean las de ustedes dos? También si saben de alguna referencia en libros o historia antigua o mitológica servirá. -

Luego, mientras ellos decidían que responder al respecto, el capitán se acerca a Mukherjee para susurrar algo solo para su grupo.

- Mi contacto estuvo aquí. Puedo asegurarlo por completo, porque ademas no es como nosotros o ellos físicamente – murmura.

-No, no son nuestros prisioneros, pueden irse. Y les ayudamos porque su vida corría peligro, no por el mero beneficio propio. Es más, al intervenir podríamos estar poniendonos en peligro, señorita.

Ante las palabras de Aakesh la mujer realiza una pequeña reverencia con los brazos abiertos, siendo una especie de acción de gratitud.

- Muchas gracias. Son bienvenidos a quedarse en nuestro poblado cuando quieran. -

-¿No cree que llamaríamos demasiado la atención en esa ciudad?- ...

-Perdonen, una cosa, ¿como podemos entrar en la ciudad sin ser vistos? ¿Hay algún tipo de acceso discreto?...

- Junk logró sacarme de la ciudad dentro de un transporte con trabajadores que siembran los campos circundantes, pero no hay muchas salidas y todas ellas están vigiladas todo el día y toda la noche.

Quizás en nuestro poblado logre obtener vestimentas y algo de pintura ceremonial para sus rostros. - respondió, con mejor animosidad que antes a Mukherjee y los presentes.

-Muchas gracias por la información...Reks, ¿no?, ¿como podríamos encontrarlo en la ciudad?...

-¿Y en que lugar de la ciudad está ese palacio? ¿como podemos entrar? ¿tiene algún tipo de defensa o vigilancia?

-Ya que estamos antes de irse nos van a decir todo lo que saben sobre la ciudad, el palacio, sus defensas, etc. -Mira a la mujer- No, no pensaba retenerles, pero en vista de que nos falta información les ruego amablemente que se queden un momento con nosotros. Podemos atender sus heridas y que descansen mientras nos explican todo lo que puedan sobre la ciudad. Luego podrán irse.

-Otra cosa...¿ha escuchado alguna vez el nombre Xhaguar o X'Agroron?

Mi antiguo tutor, Reks, viven dentro del palacio y no sale de allí. Es el encargado de la historia de nuestra gente los Volkrom, y por ello trabaja en la sección inferior del palacio, donde según dicen esta la Madre computadora y los archivos históricos. El palacio se encuentra al pie de la pirámide sagrada y alrededor se alza la ciudad por muchos kilómetros a la redonda. Finalmente las murallas protegen la ciudad. No hay otras defensas, porque la Madre Computadora también se encargaba de eso y todo lo demás. Además yo no trabajaba en esa área… la verdad es que jamas nos preocupamos por nada hasta que la Madre computadora murió… - confiesa con gran aflicción.

Tal vez un poco de agua … si tienen. - pregunta Junk al mirar el equipaje de los humanos.

¿Xhaguar o X´Agroron? No, jamas oí esos nombres, aunque Reks podría saber algo… - responde bastante confuso sobre esos nombres.

- Si, y es lo siguiente. ¿Alguna vez han visto seres del espacio u otras razas que no sean las de ustedes dos? También si saben de alguna referencia en libros o historia antigua o mitológica servirá. -

 ¿Ehh… no? Aunque una vez Reks dijo algo de los dioses y sus carros de fuego bajando desde el cielo, que eran visitantes de otras estrellas...pero no soy bueno para memorizar esas cosas. Mi habilidad era organizar archivos y esas cosas por el estilo… - añadió, gesticulando trabajar con libros...

- Parece que la ciudad está algo lejos. Será mejor que nos pongamos en marcha lo antes posible.

Es medio día de viaje en disco, aunque el nuestro se rompió y el de Zelroth no … no lo veo por ningún lado. - responde al descubrir que el disco volador de sus antiguos perseguidores no esta más a la vista. 

Artemisa hizo una pregunta de manera capciosa y mal intencionada: - ¿Voy por los fugados?

Un extraño resplandor iluminó sus ojos. Pensaba descargar todos los palos que les habían dado a la pareja y resarcirse moral, social y psicológicamente de la agresión. Eso tenía un nombre:  "Venganza".

Aakesh asintió ante las palabras de Gilbert sin decir nada

-Gracias por la información y su ofrecimiento

Meditó unos segundos y susurró a su grupo unas palabras

-¿Que hacemos?, ¿aceptamos su ofrecimiento y les acompañamos para buscar ropas y disfrazarnos para entrar en la ciudad, o nos arriesgamos y vamos directamente a la ciudad? No me gusta que perdamos más tiempo pero tampoco arriesgarnos en exceso.

Ante las palabras de Diana Aakesh negó con la cabeza

-Nada más me gustaría que se ocupase de ellos, pero no merecen la pena, el desierto se ocupará.

Asintió con la cabeza, para no levantar más atención sobre ella de lo que ya lo había hecho, pero sabía que el desierto no terminaría con ellos y se los cruzaría otra vez. Sabía que sucedería, y ante las palabras del "Mando Accidental", ya tenía permiso, así que usaría su arma en modo aturdidor, o sea, a culatazos, en cuanto los pudiera tener a alcance, y si intentaban escapar … sería en "mata-mata".

-Nada más me gustaría que se ocupase de ellos, pero no merecen la pena, el desierto se ocupará.

El desierto se prolongaba kilómetros y aquellos seres no parecían especialmente preparados pero, siendo una raza desconocida, tampoco podían dar nada por sentado. -Enemigo que huye, puente de plata ¿no?.- Comentó hacia Aakesh -Aunque es cierto que no sabemos lo que pueden aguantar los de su especie bajo el sol, me hubiera quedado más tranquilo si estuvieran acompañando a Zelroth- Aún así consideraba que ya era tarde para ir tras ellos.

-¿Que hacemos?, ¿aceptamos su ofrecimiento y les acompañamos para buscar ropas y disfrazarnos para entrar en la ciudad, o nos arriesgamos y vamos directamente a la ciudad? No me gusta que perdamos más tiempo pero tampoco arriesgarnos en exceso.

-Aunque quizá nos retrase más de lo esperado yo optaría por ir antes al pueblo, podríamos tener más información de la ciudad e ir más preparados. Pero usted manda.- Remató su frase dejando claro que para él Aakesh tendría la última palabra. -Y creo que iríamos más rápidos en el módulo.-

Luego de oír a sus acompañantes, el capitán Gamesh aporta su grano de arena al pequeño escollo actual.
Esos tres si provienen de una ciudad que siente les dió todo es muy probable que no vean el siguiente amanecer. Después, sobre ir directo a la ciudad o no, me da lo mismo. Tengo todo el tiempo del mundo para conocer esa Madre computadora de la que tanto hablan, porque algo no encaja en todo esto. Podremos utilizar el disco volador para llegar a la ciudad, porque aproximarnos por aire no parece una buena idea. A menos que aterricemos bastante lejos pero eso nos quitará el factor de huida, en caso de necesidad. luego se dirigió a Mukherjee será como tú decidas. Me estoy divirtiendo con todo esto... afirma al señalar el desierto y sus similitudes con la tierra.

Aakesh meditó todas las opciones

-Iremos primero con ellos al pueblo, conseguiremos ropas para pasar desapercibidos y si es posible más información, e iremos a la ciudad. Iremos con el disco volador, pero alguien tendrá que quedarse aquí con el módulo y que pueda pilotarlo en caso de necesidad.

Tengo todo el tiempo del mundo para conocer esa Madre computadora de la que tanto hablan, porque algo no encaja en todo esto

-Totalmente de acuerdo, y pienso que esa Madre computadora podrá darnos bastante información, será conveniente echarle un ojo.

Iremos con el disco volador, pero alguien tendrá que quedarse aquí con el módulo y que pueda pilotarlo en caso de necesidad.

Yo me quedaré en el módulo. No pensaba abandonarlo igualmente. Y su hombre, el de comunicaciones, podría quedarse también para coordinar el enlace de radio en todo momento. Por otro lado el disco volador no es muy diferente de un automóvil, solo que estas máquinas levitan a casi medio metro del suelo. Es algo a tener en cuenta así como su velocidad máxima, que al superar la velocidad permitida el aparato tiende a inclinarse hacia adelante. Eso es lo que les sucedió a ellos y acabaron por arruinar el disco además de quemar el motor. –

Con esas palabras Gilbert indica su reticencia en abandonar su único método para salir del planeta, y que ante cualquier dificultar no desea perder del módulo, que es lo único que puede regresarlo a su nave y su preciada carga.

La combatiente había prometido en su día, acompañar, aconsejar, proteger y no abandonarlos nunca a sus suerte, así que ya daba por supuesto que si marchaban al pueblo por ropas, ella iría. No había tenido en ningún momento lugar a dudas. Lo que también le hace entender es que no se puede quedar la navecita sola, y pocos mejor que ella, para protegerla. Eso si, al comentar el Capitán Gamesh, que quedaba en la nave con nuestro especialista en comunicaciones, se sintió aliviada. No sería ella la que vigilase, aburridamente una nave y a un tipo que despreciaba, hasta cierto punto (como a todos los hombres), sino que sabía que no podía dejar solos a sus jefes. Ellos no eran capaces de valerse en combate por si mismos. Ya lo vio en el silo de misiles, así que tendría que hacer de "niñera".

-Chico, creo que te toca conducir.- Dijo Jankowsky a Lightman con buen humor. Después de la explicación de Gilbert era mejor dejar los mandos del disco a un piloto con experiencia y Lightman había demostrado con creces que podía mover cualquier cosa. Además quería recuperar su amistad despues de lo de la Klingon por eso se adelantó a la orden de Aakesh quien debía elegir al piloto.

Por lo demás él ya había mostrado su preferencia por ir antes al pueblo así que estaba de acuerdo en ponerse en marcha cuanto antes. 

El piloto asintió ante la opción presentada por el primer oficial Muk.

- Cierto, es buena idea. Mejor pasar desapercibidos, y si vamos camuflados con ropajes locales mucho mejor. Además así podremos recoger más información sobre el lugar y a qué nos enfrentamos.

Cita:

Johnny esbozó una sonrisa ante ese comentario con el buen tono de Jan. Parecía que quería recuperar su amistad, y no le parecía mal. Pese a las diferencias con el incidente con la klingon, todos necesitaban de la ayuda y confianza de los demás. Y a parte, ya había perdido a demasiado gente, no quería perder a más allegados por disputas y reyertas sin sentido.

- Eso parece - dijo devolviendo la sonrisa - Veamos lo que conseguimos de este trasto. Suerte de las indicaciones de Gilbert, así sabemos qué cosas habrá que tener en cuenta a la hora de pilotar.

El piloto se acercó al vehículo, antes de subirse quería examinar el exterior y fijarse el todos los detalles posibles de la construcción del vehículo.

Aakesh se dirigió al vehículo 

-Pongámonos en marcha. 

Observó a los alienígenas

-Convendría que vayamos juntos. Capitán Gilbert, mantengamos la comunicación. Si hay problemas  contactaremos o contacten con nosotros.

La respuesta amable de Johny animó mucho a Jankowsky, el joven seguía siendo su amigo y se sintió muy agradecido con el. por lo que no pudo evitar sonreir.

-Venga, vamos allá.- Dijo animado.

Se ponían en marcha, buscó un sitio dentro de aquel disco y se sentó en la parte de adelante, por seguridad prefirió que el primer oficial se colocara detrás, un poco más protegido.

-Mejor que usted vaya ahí.- Le pidió.

El disco volador al tener tan solo cuatro asientos requiere que los seis se ubiquen dentro del vehículo un poco apretados, ocupando los asientos de adelante Johnny, al mando del volante, Eduard y Chasianna, quien conoce el camino al poblado. Detrás, en la segunda fila de asientos, Aakesh viaja junto a Artemisa y Junk.

Viajando por algo más de un par de horas llegan al limite del desierto, donde la ladera de la montaña que se alza enfrente pronto comienza a brindar una cobertura para el sol en forma de abruptos y escarpados riscos. Entonces, desde allí, el disco abandona la carretera e inicia un viaje entre senderos ocultos a simple vista hasta que un valle decorado por un rio se abre frente a los viajeros.

- Hemos llegado – Confirma Chasianna – Es mejor guardar el disco entre los arbustos y continuar el viaje a pie. Mi gente vive rio arriba y el disco no llega hasta allí por lo irregular del terreno. - Ella es la primera en bajar, seguido de Junk.

La mujer no tardó en seguir a los extraterrestres que salieron sin más. Ella, y su adiestramiento, la empujaron a ponerse en guardia, con su arma en ristre, y desconfiadamente, como le habían enseñado, echó un vistazo en derredor, para asegurarse de que no era un lugar hostil. el tipo verde y la "novia" habían bajado sin preocupación alguna, pero ella no lo tenía tan claro. Era una combatiente, y esto era territorio hostil.

No se atrevía a dar un despejado, para que bajasen los comandantes. No las tenía todas consigo, y tendría que hacer una inspección mucho mayor. Eso requería tiempo.

En pocos minutos Johnny se familiarizó con los controles del disco, y consiguió obtener el máximo rendimiento del vehículo. Aunque algún susto tuvieron en alguna curva cogida a demasiada velocidad. El estar tan apretujados impidió poder hacer las maniobras correctamente.

- Esto es más fácil que conducir un Chevy del 57, ¡pero es que Jan ocupa demasiado espacio!- bromeó para excusarse de las maniobras bruscas al tomar giros y acelerar en ciertos tramos.

Ayudó a esconder el disco, era mejor conservar esa baza, un transporte de ese tipo les permitiría llegar a la ciudad de manera rápida.

El viaje no fue cómodo, cuando Chasiana bajó Jankowsky sintió cierta liberación.
-Perdóname por necesitar respirar.- Contestó irónico al comentario de Lightman.
Salió del vehículo y estiró sus extremidades para desentumecer sus entrenados músculos, sintió cierto alivio aunque sus casi curadas heridas le recordaron que seguía ahí.
-Menuda lata de sardinas- Protestó mirando como bajaban los demás del pequeño disco. -Ahora caminemos, nos vendrá bien estirar las piernas- Animó a sus compañeros.
Cuando oyo la voz de Stevenson por el comunicador miró a Aakesh esperando su respuesta.