Partida Rol por web

Aakesh comenzaba a sudar copiosamente. Los datos de las pantallas indicaban que si la escuadra se apagaba, reiniciarla sería muy complicado, y si no conseguía evitarlo, ocurriría dentro de poco. Además, los sensores indicaban el despliegue de la flota enemiga y de como el planeta Xhaguar se cargaba de energía.

Debería ir al encuentro de esos cabrones, no estar aquí medio muerto

De nuevo maldijo a la nave colmena que se había inmolado provocando los daños suficientes para estar detenido. El hindú no era ingeniero, pero aplicó los pocos conocimientos que tenía en ingeniería para reactivar la escuadra.

Si salgo de esta me pienso poner al día en ingeniería, y en otras muchas cosas

Pero sus esfuerzos no tenían éxito. Golpeó el teclado lleno de rabia, y retomó las operaciones para ver que podía hacer.

La situación se ponía interesante, el flanco derecho parecía aguantar y mermar al enemigo pero había que acabar el trabajo porque los refuerzos estaban ya en camino.

No tendremos mejor oportunidad de acabar con esas dos naves colmenas como ahora, solo nos queda una oportunidad o llegarán los refuerzos, acabemos con ellas.

Pero la atención de James rápidamente se centró en otro lugar, la flota principal con el planetoide ponía rumbo hacía su posición centrado en Abzu, pero lo que ponía los pelos de punta es el acopio de energía que estaba haciendo aquella esfera, sin duda se podía tratar de un ataque con algún tipo de rayo.

Por un instante James temió que la flota enemiga pensará barrer el campo de asteroides con una especie de ataque a gran escala por lo que el comandante se preparó para ejecutar su plan antes de correr ese riesgo.

James aún no había terminado de hablar cuando Jankowsky descargó sus baterías laser sobre la nave enemiga, estaba de acuerdo con el en cuanto terminaran con ella aún tendrían que hacer frente a los refuerzos. La capitana ya se dirigía directa al planeta enemigo, tenían que ayudarle a llegar.

-Tenemos que comenzar a abrir paso a Cristina cuanto antes.- Pero sus capacidades habían mermado, ya no contaba con su flota de drones y su nave estaba muy dañada, pese a todo ya había asumido que aquella sería su última batalla y pensaba hacer el mayor daño posible. -Así que quitémonos pronto a estos de encima.- 

Quedaba otra nave enemiga más atrasada siendo retenida por los drones de Artemisa, Eduard no pudo evitar cierto desasosiego, ¿podrían con ella los drones de Artemisa? -Artemisa, ¿deberíamos preocuparnos por esa nave?- 

- Vamos, acabemos con esta condenada - dijo mientras dirigía otro ataque a la nave colmena.

Maniobró para obtener un mejor ángulo de ataque, descargando los láser de la nave y los de los drones sobre la nave enemiga. Confiaba en que este ataque fuese fulminante y pudiesen quitarse de encima esa nave colmena y así poder reagruparse para elaborar un ataque a las naves recién llegadas.

- ¿Pero que haces James? - masculla al ver la maniobra de la nave para interponerse en la trayectoria de las naves que acompañan al planeta oscuro - Creo que quiere que le pongan su nombre a una nave...

Cuando en primeras instancias el Planeta X y sus muchas escoltas toman una dirección en línea recta, directo hacia Abzu, ahora en cambio dan un pequeño rodeo para evitar cruzar los dos cordones de asteroides que separan el planeta de la flota Primigenia. De este modo se verán obligados a pasar por el campo de batalla cercano, donde James y los demás pelean palmo a palmo contra una nave colmena.

Mucho más abajo, o arriba dependiendo de la posición espacial, las escuadras de Artemisa continúan replegándose ante la imposibilidad de frenar el avance del enemigo y su cuantioso enjambre.  Adicionalmente la colmena, que antes había sufrido daños por Eduard y Johnny, continúa su regeneración poco a poco. En cualquier momento el atacante y el defensor entraran en el campo de asteroides.

Un poco más lejos las naves de comando de Cristina y Artemisa inician la marcha a toda prisa hacia el Planeta X.

-Si señora, la sigo de cerca- responde Diana desde su nave de comando. Ahora, habiendo salido del cerco de asteroides, les será más fácil a ambos llegar a su destino.

-Negativo. Al llegar a los asteroides será más fácil atacarle por los flancos. – responde la MACO a su compañero Jankowsky. En parte el plan tiene sentido porque la colmena al ser de mayor tamaño le es difícil avanzar por entre las rocas espaciales.

En el otro extremo Aakesh observaba como su flota perdía energía y esta se apagaba poco a poco. Sin posibilidad de hallar la forma de preservar el núcleo de su nave y así evitar el apagado de seguridad solo le restaba tener un golpe de suerte y dar con la tecla.

Y mientras el planeta errante avanza inexorablemente hacia su destino varias situaciones se suceden con décimas de segundo de separación.

James descubre, a través de sus análisis tácticos, que la acumulación de energía del planeta se debe a su posible generador de distorsión espacial, el mismo que sirve de motor cuántico y generador de agujeros de gusano. El mismo tejido subespacial comienza a comprimirse, como consecuencia de ello, en otro punto del sector de Abzu, para finalmente abrir una brecha en la realidad. Un infierno rojizo ilumina casi tanto como el pequeño astro de Abzu, y desde el umbral de la brecha espacial algo comienza a agitarse con furia.

La mitad de los infames enjambres provenientes del Planeta X cambian su curso para ir directamente hacia James y su nave de comando. Al parecer han detectado su presencia y los Xhaguar no piensan dejar nada librado al azar tan cerca de su planeta maldito. El resto de los enjambres gana velocidad de intercepción contra Eduard y los demás.

Con los últimos ataques exitosos de Johnny y los demás la nave colmena aguarda al momento propicio para sobrecargar su núcleo y autodestruirse. Y con ello la nave insecticida pierde un fragmento de su mente de colmena, una mente masiva completamente dominada por los Xhaguar y su posesión telepática sobre estos y todos los demás esclavos. Todos sin saberlo en realidad solo han combatido contra esclavos, los cuales ahora se libran del yugo telepático de sus milenarios captores.

En el proceso de autodestrucción el resto de los escuadrones allí presentes de James son vaporizados y las flotas de Johnny y las naves comando de Eduard y Johnny sufren grandes daños.

El daño en la nave de Eduard ocasiona que su sistema automático de puntería deje de funcionar y de ahora en más deba ser el quien realice la tarea completa de sus baterías de cañones laser. Poco a poco sus sistemas automatizados podrían dejar de funcionar si continua recibiendo daños.

La nave de comando de Johnny tiene un destino peor. Con graves daños en el soporte vital ahora el timonel se ve confinado a su asiento, no pudiendo salir de la pequeña sala porque en el resto de la nave el soporte vital se ha perdido irreversiblemente. Tampoco cuenta con trajes espaciales ni nada parecido.

Poco después de todo lo solapado, algo comienza a cruzar el umbral en la grieta espacial. Algo que la mayoría de los defensores jamás pensó en volver a ver…

Cristina pilotaba a toda velocidad tanto los drones como la nave comando, tenía que llegar al planeta lo antes posible, maldijo para sí la decisión de haberse escondido tan lejos, sus hombres estaban cayendo y si ella no llegaba a tiempo de nada habría válido el sacrificio... Que por otro lado tampoco estaba dispuesta a asumirlo... Una cosa era que se sacrificara ella para salvar a sus hombres y otra que muriesen también ellos y eso no podía ser.

- ¡James! Haz el "puto" favor de no ser tan heroe, mis drones van de camino a tu posición. Eduard señor Lightman, resistan, los drones de Artemisa están a punto de llegar, no se os ocurra morir o soy capaz de ir al inframundo a por vosotros- tras unos improperios más en castellano se dirigió por los comunicadores a Muk que no parecía dar una con las reparaciones de su flota-  Señor Mukherjee ¿Me puede explicar cómo le dejaron aprobar en la Academia de la Flota? Se ve que las clases de Mecánica avanzada se las saltó... ¿Ha probado a recalibrar los fotones primarios con la energía auxiliar de los controles tres y cuatro? Casi siempre funciona para volver a encender.

Y entonces como si de una mala pesadilla se tratara Cristina vio como cocia acto de presencia el dios primigenio de los tentáculos que tanto les había costado vencer en su anterior misión, los fantasmas del pasado emergieron con un estrenduoso grito junto con los tripulantes caídos de la Excalibur que se unieron al clamor de todas aquellas voces que habían sido silenciadas y ahora gritaban de espanto junto a aquella horrible bestia del averno más profundo... La paralización de la capitana no obstante fue momentanea, apretando los dientes aceleró todo lo que pudo, con una sola idea en la cabeza llegar al planeta negro y meterles el brazalete por dónde les cupiera.

- Ha vuelto Calamardo... Hagan el favor de quitarse de su estela voy a tratar por todos los medios de llegar a mi destino. 

Aakesh seguía intentando evitar que su escuadra quedase inerte. Cuando fijó la vista en los nuevos datos que llegaban de la batalla, torció el gesto, pero ahora su prioridad era volver al combate.

Señor Mukherjee ¿Me puede explicar cómo le dejaron aprobar en la Academia de la Flota? Se ve que las clases de Mecánica avanzada se las saltó... ¿Ha probado a recalibrar los fotones primarios con la energía auxiliar de los controles tres y cuatro? Casi siempre funciona para volver a encender.

La transmisión de la capitán no fue de mucha ayuda, al menos moralmente. Activó de malas maneras la comunicación

-¡Venga capitán!, ¡estamos ante una tecnología desconocida combinada con la nuestra! ¡No es tan fácil!

El tono de sus palabras mostraba la tensión del momento. Tocó un par de controles

-Venga, hago la recalibración de esto...si es que esto son los fotones prim....

Pareció que comenzaba a funcionar. Aakesh se quedó petrificado. Pulsó el comunicador de nuevo con un tono de voz diferente

-Gracias capitán, creo que me reincorporo a la batalla.

Tierra trágame

Y eso tal vez podría estar a punto de pasar, pero en el espacio. Sus compañeros estaban sufriendo muchos daños y el planeta Xhaguar estaba acumulando una gran cantidad de energía. Cuando se fijó mejor detectó una distorsión y al enfocar hacia ella....algo que esperaba no volver a ver nunca.

¡Oh no!

Aakesh volvió a su asiento. No estaba seguro aún de que hubiese funcionado, pero necesitaba volver y ayudar a sus compañeros. Tenían que detener a los Xhaguar antes de que fuese demasiado tarde.

-Chaval, estoy en las últimas.- Aunque su amigo no estaba mejor. Entonces vió la amenaza tentacular que emergía de aquel agujero y a su mente vinieron viejos recuerdos. Rememoró una extraña ensoñación que había vivido hace un tiempo. Si el plan de ataque de Cristina no funcionaba estaban, sin duda, sentenciados.

Antes de ir a escoltar a la capitana quiso lanzar un ataque, que esperaba definitivo, a la nave enemiga más cercana para eliminarla de una vez por todas pero el control de sus baterías laser estaba averiado y le costaba adaptarse al sistema manual. Con un rifle phaser en su mano era letal, pero apuntar la artillería de una nave era una tarea mucho más compleja y a la que no estaba habituado.

-Mierda. Mis laser estan fallando como una escopeta de feria.- Se quejó por el comunicador. Jankowsky comenzó una serie de maniobras para llamara la atención de los Drones enemigos, mientras se centraran en el sus compañeros podrían atacar y así abrir un paso a Cristina. La maniobra era ciertamente suicida, su nave no podría aguantar muchos más daños. Por suerte la inmensa nave de comando se movía y respondía perfectamente realizando maniobras evasivas que podrían ser efectivas.

El flanco al fin parecía resolverse, tan solo restaba una nave de comando enemiga pero los daños y el precio a pagar había sido alto.  Los refuerzos estaban a punto de llegar y era hora de replegarse.

Jankowsky, Lightman, Artemisa hay que replegarse, busquen la seguridad del campo de asteroides ahora mismo no podemos hacer frente a los refuerzos que vienen.  Trataré de aguantar mi posición para llamar su atención  y facilitar el repliegue.

James había perdido los dos escuadrones que mando a la zona, pero había merecido la pena, ahora algunos escuadrones de drones se encaminaban a su nave de comando y James les iba a dar un buen recibimiento abriendo fuego con todo su pontencial aprovechando la falta de maniobrabilidad del enemigo entre los asteroides creando un caos dentro del cinturón.

Los sensores parecían arder cuando detectarón la anomalía que se estaba destando de donde emergía aquella criatura.

- ¿Os habéis fijado en quien ha llegado? Nuestro viejo amigo... ¿Quién iba a decir que lo encontraríamos aquí?

Mientras hablaba mandó a su nave un control de daños para evaluar el impacto de la autodestrucción de la nave colmena. Era peor de lo que esperaba. Casi sin drones y confinado al habitáculo de su nave.

- Esto es como si hubiera una pandemia y no pudiera salir de casa...

Pero de eso se ocuparía luego, lo importante por ahora era seguir con vida y replegar su flota de drones para preparar otra ofensiva. James, Jan y él eran los que peor estaban ya que se habían enfrentado directamente al enemigo, y si bien habían conseguido destruir algunas naves, no estaban en condiciones de un nuevo enfrentamiento, al menos no con la ayuda de las otras flotas que aun estaban algo enteras.

- Recibido, James. Me muevo para evitar caer en las fauces de esas naves. Con suerte igual logro que alguna nave me siga y así dividimos su flota.

Mientras maniobraba para alejarse y buscar cobijo en el cinturón de asteroides, lanzó un ataque a la desesperada para ver si lograba algún daño en la flota enemiga que avanzaba inexorablemente.

La aparición del ser interespacial, cuya existencia no tiene principio ni fin en los tejidos de la realidad es la palanca motivacional que más de uno necesita para actuar de una vez por todas.

Cristina es quien inicia la carga a toda marcha hacia el planeta maldito, seguida por Artemisa de cerca y posteriormente por Aakesh que logra reiniciar sus sistemas y poner rumbo hacia sus compañeros.

Jankowsky, pese al daño en su nave de comando, también avanza raudamente hasta una posición cercana a la de James y allí crea una barrera de fuego para disuadir al enemigo de su avance y dicho sea de paso abrir camino a Cristina.

Quien había vaticinado la estrategia ahora clama por que sus compañeros también hagan lo mismo. Por lo tanto James comienza con su estratagema para invitar al enemigo a su trampa, que de ser efectiva causaría un gran revuelo entre las tropas Xhaguar.

Entretanto el Planeta errante y sus huestes avanzan con la lentitud de quien no tiene prisa y disfruta de cada instante a sabiendas que la balanza se inclina a su favor. Sus flotas de avanzada prácticamente se posicionan frente a las naves colmenas y estas por delante del hogar de los Xhaguar y de sus amos los Primigenios.

Entonces los sensores de Cristina, James y los demás detectan algo familiar, procedente de la brecha dimensional por la cual la criatura de pesadilla pronto terminará de cruzar. Es la firma del transpondedor de la Excalibur. No hay duda.

Solo que la distorsión del umbral corrompe los escaneos y también la distancia es un problema adicionado a las irregularidades del propio sistema Abzu.

-Nada ganarán por defender al Marciano y ser partícipes de esta contienda privada…en comparación nuestra oferta no tiene igual. Vean… la ventana hacia vuestro mundo se encuentra allí, y también hemos traído la barcaza espacial que ustedes añoran…con aquellos seres queridos, compañeros y aliados que no deberían existir…es una oferta única que deben reconsiderar antes de perder sus vidas por algo sin sentido. No desaprovechen esta ofrenda de paz…-

En esta ocasión una imagen fantasmal se materializa frente a todos, en sus cabinas, y es la imagen humanoide que recuerda a los antiguos faraones de la Tierra. Solo que sus elementos decorativos son distintos a los conocidos.

Un halo brillante lo rodea, cual enviado celestial…

Aakesh sonrió cuando por fin parecía que su flota reaccionaba, dando posteriormente un grito de alegría que podría haberse escuchado hasta el planeta Abzu, si eso fuese posible. Volvió a su asiento y comprobó las lecturas. El planeta Xhaguar continuaba su curso y detrás de él la perturbación que ocultaba a la temible bestia que esperaba no volver a ver en su vida.

Dio un golpetazo en uno de los brazos de su asiento, comenzó a introducir instrucciones y cuando iba a poner en marcha su flota, una visión imposible empezó a emerger de la perturbación

No es posible

Era la Excalibur, su nave, la nave en la que había servido como Primer Oficial y a la que deseaba con todas sus fuerzas volver, y a la que daba por sentado que nunca más volvería a ver. Se quedó ensimismado observándola, cada línea, cada mamparo, cada forma...era su nave.

No supo cuánto tiempo estuvo así, pero una voz le interrumpió, una voz que reconocía como de los Xhaguar y que les ofrecía un pacto, con una recompensa que no podrían rechazar.

Una a una desfilaron delante suya los rostros de sus compañeros, aquellos que no volvería a ver porque murieron en servicio, aquellos que creía que no volvería a ver porque él no regresaría ni a su tiempo ni a su dimensión. Muchos nombres, y uno a uno los vió y recordó todos.

Durante segundos, o tal vez minutos, se quedó quieto.....hasta que reaccionó y pulsó el botón de encedido. Notó como su flota se ponía en marcha.

-Aquí Mukherjee. Por mi parte rechazo su oferta,  no cuenten conmigo. Muchos de mis compañeros murieron por su culpa y no dudaron en intentar acabar con todos nosotros cuando tuvieron ocasión, aunque afortunadamente sin éxito. Si hubiesen querido la paz, no estaríamos en esta situación. Por mi ustedes pueden irse a tomar cósmicas puñetas.

Dirigió a sus naves y drones hacia la flota enemiga. Su capitán necesitaba abrirse paso, sus compañeros iban a intentar darle ese paso, y él no pensaba ser menos. Recordó las últimas instrucciones de Stevenson, y siguiendo sus órdenes se replegó hacia el interior del sistema, alcanzando el límite del campo de asteroides.

Cristina solo tenía en mente una cosa, llegar al planeta lo antes posible, tenía que hacerlo todo lo demás no importaba, tan concentrada estaba en alcanzar la meta que se sobresaltó al escuchar y ver la imagen de aquel especie de faraón y aún más se desconcertó cuando sus sensores le dieron las lecturas tan familiares de la Excalibur, aquello consiguió que sus ojos se humedecieran y se le formase un nudo en la garganta, eran muchos los sentimientos que aquella nave provocaba en ella pero no podía permitirse el lujo de desfallecer de manera que con una violenta sacudida de la cabeza secundó las palabras de Mukherjee.

- ¿A eso llamas oferta de paz? Te la puedes meter por dónde te quepa maldito Tutankamón de tres al cuarto, como ha dicho mi primero ¡Iros a ”@#€#@@#€#@@"!

La española tras soltar su retahíla de insultos en español se lanzó sin contemplaciones al ataque con sus drones que iban en cabeza para apoyar a sus hombres y llevarse por delante a todos los zánganos que pudiera.

La flota principal se acercaba, la flota de James se había hecho fuerte en una posición tras el campo de asteroides abriendo fuego con una cortina de disparos sobre el campo intentando generar el caos entre los asteroides que sirvieran para dañar a las naves enemigas.

Para generar más caos aún, James mandó alguno de sus drones suelto para destruir una de las primeras minas y conseguir así una reacción en cadena que mandará un buen número de asteroides como metralla hacía los Xaguar.

Lightman, acerque su nave de comando cerca de mi posición en interposición a la dirección de la flota enemiga y preparese para dispensar minas.  Jankosky atravíese el campo de minas y mantenga la posición defensiva como yo despligue minas también si le es posible, tenemos que intentar aguantar esta línea de defensa jugando con el campo de asteroides a nuestro favor.

Al igual que los demás, Jankowsky ignoró las proposiciones de aquella momia postmoderna que se había aparecido.

-Creo que, a estas alturas, pueden darte mucho por el culo.- Le dijo en un tono soez poco habitual en él, como si la aparición no estuviera ahí, contestó a James, daba por hecho que el enemigo era capaz de escuchar sus conversaciones por lo que no quiso revelar demasiado. -Haré una comprobación de inventario pero creo que estoy sin minas.- Metido ya en el campo de asteroides, mantuvo la nave disparando sobre las gigantescas nubes de drones enemigos a fin de abrir camino a la capitana. Cristina solo tendría una oportunidad y estaba en mano de ellos aumentar sus probabilidades de éxito. 

Finalmente las armadas se encuentran en los lindes del anillo de asteroides externo y el caos se desata. Las flotas de James, Jhonny y Eduard literalmente contienen como pueden la avanzada de cientos y cientos de drones zánganos Xhaguar, que con ayuda de su poder de fuego y las minas espaciales logran causar un daño imprevisto para el enemigo. Aun así ellos continúan su avance inexorable hacia Abzu.

Las gigantescas naves colmena también se unen a la pelea, logrando dañar aún más la nave de comando de Jankowsky y a la armada de Lightman. Incluso James sufre algunas perdidas menores pero en definitiva todos los defensores son agraciados por la flamante tecnología de escudos deflectores en las naves marcianas. Sin esto último las bajas habrían sido considerables.

Mientras tanto Mukherjee reanuda sus acciones al tiempo que el monstruo cósmico abandona su portal y se lanza a toda velocidad hacia las flotas defensoras arrastrando consigo la pequeña nave clase NX.

Del otro lado de los asteroides Cristina y Artemisa siguiendo la órbita y el empuje gravitacional del astro logran avanzar un enorme tramo en dirección de sus amigos.

Finalmente una de las naves colmena logra eludir el bloqueo de Artemisa y sus escuadrones y pone todo su esfuerzo en llegar antes que nadie al planeta Abzu.

Poco a poco el cerco se cierne sobre los defensores…

-Es una pena que desperdicien la oportunidad que se les ha ofrecido. Ahora sufrirán las consecuencias junto a los defensores del Tercer Poder. El legado será nuestro y los secretos de sus antecesores también…- contesta la imagen fantasmal del extraño faraón antes de desaparecer.

La flota de Aakesh y sus drones avanzaban hacia su objetivo. Aakehs estaba muy serio, con un reguero de sudor que recorría su frente. El combate con la flota del planeta había comenzado y aunque sus compañeros parecían aguantar, necesitarían de su ayuda.

¡Vamos, vamos!

Se fijó en que una nave colmena había roto su bloqueo y sobrepasaba las defensas de Artemisa poniendo rumbo hacia Abzu

¡Mierda!

-¡Tenemos una nave colmena hacia Abzu, repito, tenemos una nave colmena hacia Abzu!. Artemisa, sugiero que retroceda y le de caza, ¡no puede llegar!

Para colmo, el monstruo cósmico salió del agujero llevando a la Excalibur con él y dirigiéndose también hacia Abzu

-¡El calamar culturista está suelto!

Pulsó los controles e intentó obtener la máxima potencia de todos ellos. Tenían que abrir paso a la capitán y detener a ese monstruo

Escuchó la voz del Xhaguar, torció el gesto ante sus palabras

-¡Vete a la mierda!

La capitán había estado tan cegada por llegar al planeta a tiempo que quizás no se había percatado en la posibilidad de parlamentar con el enemigo... No sabía que le pasaba pero de la fuerte determinación que acaba de mostrar le surgió una gran duda, la duda de no saber si lo estaba haciendo bien, la duda de poder detener al descomunal enemigo que tenía enfrente y sobretodo la duda de conseguir llegar al planeta con las fuerzas mermadas ante el descomunal enemigo que tenían... ¿Habría desperdiciado la oportunidad? ¿Acaso había mandado sacrificar a sus hombres por nada? Apretando el puño trato de rectificar

- Artemisa, debo agradecer tu leal servicio ya no voy a necesitar más escolta, ahora estás bajo las órdenes del señor Mukherjee.

A continuación se dirigió a aquel engendro de faraón que les había hablado

- ¡ESPERA! Tengo algo que buscáis si en verdad estáis dispuestos a dejar que mis hombres vivan, aún estamos a tiempo de negociar. Para demostrar que voy en serio haré que mis hombres detengan el fuego.

La capitán de la Excalibur sabía que había estado a punto de perder la única posibilidad de victoria y que en realidad estaba complicado negociar... Le perdian los nervios, le perdía la boca... Pero confiaba en que lo que portaba era tan valioso para los xhauars que quizás aún estaba a tiempo de cumplir con su deber y arreglarlo.

-​​​​​- ¡Señor Mukherjee, Señor Lightman, Eduard, James, Artemisia! ¡ALTO EL FUEGO! ES UNA JODIDA ORDEN.

Cristina mostró el tono más tajante que había utilizado en su vida, ni admitía discusión ni réplica, estaba decidida a parlamentar con el jefe de los xhauars y tenía que tratar de volver al diálogo o de lo contrario ninguno de ellos saldría con vida.

- Era muy reacia a entregaros vuestra arma, pero quiero que mis hombres vivan. Yo soy la portadora del Colmillo Primigenio, me da igual lo que hagáis con Abzu o en este Universo si mis hombres viven y les permitis volver a casa, soy vuestra. ¿Hablamos?