Partida Rol por web

La radio de corto alcance emitió una señal en lo que parecía código morse

Aquí el comandante James, ¿alguien puede oirme? ¿cual es su situación?

Aakesh se disponía a partir cuando el comunicador comenzó a producir estática, para inmediatamente aparecer una voz, era Stevenson. Durante unos segundos, debido a la sorpresa de escuchar la voz del comandante, Aakesh no reaccionó, pero no tardó en hacerlo.

-Aquí Mukherjee. ¡No me esperaba escucharle!. La tripulación de la Princesa se encuentra sana y salva. Un grupo nos encontramos en una ciudad, en un templo, intentando reactivar un dispositivo y anular el rayo tractor que tiene presa a nuestra nave. ¿Cómo se encuentra usted? ¿cual es su situación? ¿Y Napoleón?

Me alegro de escucharles, estoy a bordo de la D5 acabo de aterrizar debido al mismo rayo tractor que indica supongo.  Entiendo que la capitán y la doctora están con usted?

Encontré a Napoleón en la nave y tuvimos unas palabras... 

Cual es la situación táctica? Hay hostiles?

Aakesh aguardó durante unos segundos antes de responder

-La capitán sí, la doctora....ignoramos su paradero y estado.

De nuevo Aakesh tarda unos segundos en continuar.

-¿En que condiciones se encuentra la nave?, ¿dónde han aterrizado?. T'arrell...¿sigue viva?

Silencio otros segundos

-¿Ha "tenido una palabras" con Napoleón?, por favor, explíquese. ¿Que ha pasado? ¿Su amenaza está neutralizada?

-Respecto a la situación táctica, estamos en territorio hostil, pero sus armas son primitivas. En estos momentos reina la confusión y  estarán atemorizados con la presencia de la nave. Se trata de una sociedad dividida por estamentos o castas, la superior o noble, diría que una intermedia y luego la de los esclavos, a los que tratan como tales, como si fuesen escoria. No saldría de la nave al no ser que no quede más remedio y si lo hace, procure disfrazarse como cualquier ciudadano, evitando en lo posible los líos.

Las noticias que llegaban eran mejor de lo que cabía esperar después de todo.

La nave ha sufrido varios daños y necesitará un repaso, iniciaré un diagnostico para ver si hay daños criticos.  Respecto a la klingon me temo que Napoleón acabo con ella aunque no pudo conmigo, ya no será un  problema tengo su cabeza a unos metros.

La discovery sigue en órbita? han encontrado la ayuda que fueron a buscar?

James inicio un diagnostico de los sistemas de la nave a fin de ver los daños y si podría volver a despegar.  La situación parecía estar bajo control pero no sabía cuando aquello se podía torcer.

Tampoco sabía si la misión había tenido éxito o cual era el siguiente movimiento del grupo de exploración.

Aakesh sonrió

-Son buenas noticias, aunque lamento la muerte de T'arrell. Realice ese diagnóstico y por favor infórmenos del estado de la nave. Si consigue averiguar en que lugar de la ciudad se encuentra intentaremos facilitarle ayuda de algún tipo, aunque lo mejor sería poder salir de allí y llegar a donde se encuentra el resto de la tripulación.

Guarda silencio unos segundos

-Respecto a la cabeza de Napoleón, le aconsejo que la destruya. Ya pensamos en su momento que había muerto y dado que no fue así, no correría más riesgos.

-No hemos encontrado la ayuda que esperábamos encontrar, pero estamos en ello. Por cierto, le aconsejo que esté al tanto de los escáneres y sensores y no sólo para analizar los alrededores, también para comprobar si hay peligro procedente del exterior, tenemos indicios de que los X'aguar, en algún momento, podrían aparecer, pero desconocemos si será en breve o a largo plazo. Ignoramos el paradero de la Discovery.

El diagnostico ni siquiera acaba porque los sistemas redundantes generan fallos en cascada. Esta más que claro que la nave sin los sistemas no podrá despegar, lo cual refuerza la idea de necesitar un equipo de mantenimiento y reparación urgente. Por el momento la D5 es tan solo una fortaleza inexpugnable si James lo desea, ya que no ira a ningún lado.

Él puede permanecer allí tanto tiempo como lo desee pero es seguro que los otros necesitan tanta ayuda como sea posible.

La integridad de la nave no parecía tener problemas graves pero sin duda le haría falta un buen repaso para poder hacer un viaje en curvatura.   La situación parecía más o menos bajo control ahí fuera pero todo podía cambiar demasiado rápido,  James dió un últimno vistazo a la armería de la nave por si encontraba algún complemento más de utilidad y se dispuso a abandonar la nave para explorar los alrededores.

James tomaría la salida por la escotilla del puente a fin de no llamar la atención si alguien estuviera vigilando la nave.

La nueva búsqueda en la armería en esta ocasión es más fructífera que antes. Allí James encuentra un escáner y un comunicador personal de la Flota estelar, unos prismáticos digitales y un par de cuchillos de combate Klingon junto a dos rifles disruptores también Klingon. Lamentablemente no halló ninguna armadura que pudiera usar debajo de sus ropas, porque todas eran demasiado grandes para su talle y mucho menos para utilizar debajo de sus ropajes.

Al salir por la escotilla del puente de mando el comandante observo el área circundante y se dispuso a bajar sin llamar demasiado la atención al no ver moros en la costa ni otra cosa que peligrase su atención.

Hacia su posición llegaba el olor de los incendios por el cambio del viento pese a la distancia con respecto a las zonas bombardeadas.

Sonó el intercomunicador

-Aquí Mukherjee, Stevenson, ¿me recibe?. Estamos en el interior de la ciudadela, nos adentraremos en un complejo subterráneo y posiblemente sea difícil contactar con nosotros. He avisado a Hope para que intente contactar con usted y le asista si es que ya no han establecido comunicación. Esperemos que podamos contactar pronto. Mukherjee fuera.

Recibido buena suerte

Todo parecía bastante tranquilo en los alrededores, después de los bombardeos posiblemente la gente del lugar no permanecería en las calles sin un buen motivo, además aquel lugar parecía algo alejado de la zona habitada.  James se preparó para descender de la nave e intentar hacerse al entorno.

La prioridad quizá sería no llamar la atención y para eso necesitaba algunas ropas que no llamaran la atención, ver el dialecto y las costumbres de los lugareños.

Reparar la nave o buscar una vía de escape parecía lo más sensato antes de iniciar el contacto con el grupo principal ahora que estos se adentraban en una especie de tunel.  No sabía cuando las cosas podían ponerse feas.

Realmente es un sector desértico. Sin nadie con quien toparse, según el escáner personal y el rastreo de señales vitales. Aunque de haber alimañas estas no podrían salir en el escáner.

Obteniendo un mapa de la ciudad a través de su dispositivo James debe tomar una ruta. Ya sea para decidir si ir con Aakesh y el grupo o salir de Abzu para encontrarse con el resto en el desierto.

Aproximadamente le queda recorrer un kilómetro más a pie para salir del área industrial abandonada y llegar al sector habitacional. Tampoco tiene suerte el comandante en hallar vestimentas, porque allí solo hay maquinaria herrumbrada y tecnología en desuso. Pese a haber piezas de tecnología incluso superiores a los estándares de la Tierra el desuso, abandono y decaimiento vuelve inutilizable todo aquello.

Pese a no haber descubierto a nadie hay una cosa que le parece extraña, y es la sensación de sentirse observado algunas veces.

Aquella zona tenía poco que ofrecer, James aseguro la D5 para que no se pudiera acceder y puso rumbo a las coordenadas de la comunicación.  Necesitarian un medio de transporte para salir de aquel planeta por lo que James mantendría los ojos bien abiertos, de camino intento interpretar el mapa situando los sitios importatnes de la ciudad y comprobando si había algún tipo de espaciopuerto.

La distancia hastala civilización no era mucha, sus vestimentas pudieran no ser adecuadas a la zona por lo que ante la imposibilidad de cambiarlas, James utilizó la suciedad de la zona para cubrir las partes más sensibles de sus ropajes, como escudos y demás así como dandoles un aspecto de ropa de calle.

Entrando a la zona urbanizada no es fácil toparse con algunos grupos esporádicos de habitantes que huyen formando largas filas y caravanas en dirección a las arterias principales de la ciudad. Las calles principales son un aglomerado de personas, carros y equipajes de todo tipo que se agolpan, chocan y caen en su afán por abandonar cuanto antes la ciudad en llamas. Grupos de menor tamaño en lugar de huir se dedican con todas sus energías en apagar los incendios que amenazan con extenderse por la ciudad, aunque su esfuerzo lo único que logra es mantener a raya los fuegos y apenas evitar que las brasas y las lenguas de fuego alcancen nuevas edificaciones.

Y estando casi a mitad de camino entre el sector industrial y el palacio es cuando James es visto por un reducido grupo de personas, de variada edad y géneros. Los ciudadanos, cuya apariencia le recuerdan a James a los Orionitas de su universo, llevan ropas delicadamente bordadas y de colores vividos. Todo ello denota una posición social superior a la media.

El descubrimiento por parte de ellos es de sorpresa y luego de temor, al punto de abandonar sus bultos para abandonar la callejuela por la primera intersección que encuentran. Entonces el comandante puede hacerse con vestimentas adecuadas para continuar su viaje hacia el palacio y poder reunirse con los demás.

Solo que a medida que se aproxima al corazón de la ciudad es cada vez más imposible no toparse con alguien.

Aquel lugar parecía una zona de guerra, la gente corría por las calles mientras el fuego devoraba las calles.  James avanzó por calles secundarias, su aspecto llamaba la atención y aunque había muchas otras distracciones un pequeño grupo se fijo en él.  

Consiguiendo algunos ropajes James pretendía pasar desapercibido, mientras se acercaba al palacio, no había ni rastro de ninguna nave que les pudiera sacar de allí, pero quizá el palacio había algún tipo de nave al servicio del gobierno que pudiera servir.

James avanzó nuevamente con toda la cautela que pudo para acercarse al palacio sin ser detectado

A estas alturas estaba más que claro que toda la tecnología que James podía observar en toda la ciudad estaba tan inerte como un cadáver, herrumbrándose quien sabe hace cuanto tiempo.

Y por ese motivo la civilización de Abzu había retrocedido hasta una sociedad pre-industrial al emplear animales de carga y hasta esclavos.

Tan solo dos vehículos fueron lo único que el comandante halló en los jardines traseros del Palacio, porque nadie cuidaba el lugar con tanto ruido proveniente del acceso principal del palacio y con las llamas tan cercanas.

Los vehículos eran una especie de automóvil sin ruedas y de aspecto circular, como los antiguos platillos voladores de las leyendas urbanas terrícolas del siglo veinte. Una cúpula deslizable cubría los asientos de los pasajeros y del piloto. Hasta incluso los controles no parecían demasiado extraños para James.