Partida Rol por web

Había llegado el momento, tras muchos años de espera por fin el Consejo Jedi en persona os encargaría vuestra primera misión en solitario. Eso indicaba que estabais muy cerca de dar el siguiente paso para ser caballeros Jedi.

Siempre habíais realizado misiones bajo la tutela de vuestros mentores pero el hecho de que hayan decidido encomendaros la misma misión a vosotros tres, amigos desde hace años, sin necesidad de que os supervisaran os llenó de esperanzas y porqué no, nerviosismo para los que no tenían aún dominado ese sentimiento.

Actualmente os encontráis en el pasillo que conecta con la cámara del consejo, estáis a la espera de que seáis invitados a entrar para recibir la información, vuestros maestros estarán allí dentro también.

Alassia tenía los ojos cerrados. Aquello la ayudaba a relajarse, a dejar las emociones atrás.

No existe emoción, sólo existe paz. 
No existe ignorancia, sólo existe conocimiento.
No existe pasión, sólo existe serenidad.
No existe caos, sólo existe armonía.
No existe muerte, sólo existe la Fuerza.

La mujer Vahla se repetía el mantra jedi, aprendido de su maestro para mantener las emociones a raya pero era complicado. Su primera misión. Un paso de gigante en el camino para convertirse en caballero jedi.

Alassia abrió los ojos y vió a Banth'aa Nuur y a Truk y sonrió. Era una sonrisa producto de la amistad incondicional, de la camaraderia surgida entre los tres tras tantos años de entrenamiento en paralelo. Los inicios habían sido duros para Alassia. Nadie parecía confiar en ella allí, debido a su raza y no le quedaba familia, aparte del maestro Kukdar (a quien consideraba casi su padre). Pero, con el tiempo,acabó encontrando dos nuevos hermanos, aquellos dos que tenía delante. 

-Que la fuerza esté con vosotros, hermanos.

Ahora, los tres se enfrentaban a su mayor desafío, un encargo del consejo, en solitario, sin tener a sus maestros para respaldarlos. De nuevo su corazón volvió a acelerarse y de nuevo ella cerró los ojos.

El miedo lleva al lado oscuro... -se repitió.

Banth'aa Nuur volvió levemente su cabeza para mirar a Alassia percibiendo su sonrisa como una vibración característica desu amiga que emanaba de ella y que le llegaba llena de ansiedad.

-Creo que mi parte te la dejo a tí, Ala. Estas tan nerviosa que te hará falta.

Se dirigió lentamente hasta ella, sentándose a su lado.

-Nos darán una misión de acuerdo a nuestras posibilidades. Nuestros maestros están ahí dentro, ellos velarán porque nos asignen algo que esté a nuestro alcance, no nos darán nada imposible. Aunque eso no quita que sea complicado o dificil de hacer -aseguró, asintiendo- solamente es una prueba más y confio plenamente en vosotros dos. Así que, estemos tranquilos... ¿vale? -al hablar transmitía algo más que seguridad, transmitía tranquilidad, que posiblemente era, en el caso de Alassia, lo que más necesitaba.

Pero esas eran sus palabras y lo que quería creer realmente. Lo que no quitaba que no estuviera ella misma nerviosa. No por la prueba en sí. Sino por lo que significaba. Era la primera vez que haría algo así sola, sin su maestro. No debería seguirlo, fijarse en como actuaba o hablaba. Ahora ya no tendría esa guia. Lo que había aprendido hasta ahora es lo que la ayudaría a desembolverse ella sola a partir de ese mismo día.

Si todo sale bien. Si sirvo realmente para esto... si soy lo suficientemente capaz de ser un maestro jedi...

Era mucho el peso que sentía sobre ella. Su propia raza, su historia, su maestro. Y sus dudas. Quizás no estaba totalmente preparada, o no lo que ella pensaba que era "esta totalmente preparada". Pero sabía que su maestro tenía la última palabra y, si estaba en aquel punto, era por que él lo creía.

Desvió su cabeza hacia la puerta que, al final del pasillo, les llevaría a la gran sala del Consejo. Sabía por experiencia que, aunque tuviera muchas ganas de que se abriera y conociera lo que les tenían reservado, ese momento llegaría. Y quizás echaría en falta no disfrutar de unos minutos más con sus amigos. Así que aprovechó aquellos minutos que les estaban concediendo allí fuera.

-Truk, ¿has pensado en qué puede ser? ¿Tu maestro te ha dejado entrever algo? Yo no tengo ninguna información, ninguna pista, aunque no sé por qué, la idea de ir a mediar en algún conflicto local en algún planeta remoto se plantó en mi mente cuando nos hablaron de esto.

-Lo siento Ban, mis conocimientos acerca de esta situacion podrian ser los mismos o menores que los tuyos! diria sonriendo a mis 2 amigas. -Finalmente sea lo que sea debemos cumplirlo con eficacia, y tenemos las habilidades necesarias para lograrlo. Confio en nosotros Ban. 

Mientras decia esto ultimo me acercaria a Alassia, que parecia estar un poco nerviosa, al menos un poco mas nerviosa que los tres presentes y colocaria mi mano derecha sobre su hombro izquierdo intentando demostrar confianza y apoyo para cualquier cosa. -Confio en nosotros Alassia.

De repente la puerta que daba acceso a la cámara del consejo se abrió. De ella salió Nam Kukdar, el maestro de Alassia; le conocíais de vista y de lo que os podía haber comentado vuestra compañera. Se quedó unos instantes observando vuestros rostros.

- Muchachos, el consejo ha determinado que ha llegado el momento de que paséis, si sois tan amables - hizo un gesto con la mano invitándoos a pasar.

-Sí, maestro - dijo Alassia.

La padawan pasó ante su maestro seria, concentrada. con sus emociones bajo control. Sabía que él podía leerlas mejor que nadie y quería que estuviera orgulloso de ella.

sin embargo, al entrar en aquella sala circular, con los asientos del consejo distribuidos por la circunferencia de la habitación, mirando hacia ellos, no puso evitar sentirse impresionada.

Mace Windu, Yoda, Plo Koon... los maestros más poderosos descansaban en sus asientos sin perderlos de vista a ellos. Alassia miró por los ventanales, que se abrían al tráfico aéreo de Coruscant la ciudad-planeta. Parecía que fuera ayer cuando el maestro Kukdar la trajo a sus calles por primera vez.

Alassia se colocó en el centro de la sala y miró directamente al maestro windu, el más impresionante de todos, en su opinión, y trató de no mostrarse tan intimidad como se sentía.

-Maestros...

Las puertas se abrieron y el maestro de Alassia avanzó a través de ellas lentamente, indicándoles que ya era la hora.

Ban visualizó a Ala y a Truk un segundo, esperando que alguno de ellos diera el primer paso. No le hacia especial ilusión entrar en la Sala del Consejo aquel día la primera. No le gustaba sentirse el foco de atención y bastante lo iba a ser ya como, para encima, preceder a sus dos amigos. Alassia solucionó rápidamente la situación al levantarse de su lado y caminar hacia la Sala. Se volvió hacia Truk, asintiendo levemente. Ahí lo tenía, ya había llegado el momento.

Se levantó y siguió los pasos de Alassia.

-Gracias, maestro Kukdar-dijo en voz baja al pasar junto a él camino de la Sala.

Cuando cruzó el umbral buscó a su maestro. Allí estaba, en el centro, junto al maestro de Truk. Y tras ellos, en sus respectivos sillones, el resto de maestros jedi. Ban sintió sobre ella la importancia de aquella sala, el poder que emanaba de cada uno de los allí presentes. El silencio que todos guardaban estaba cargado de un sentimiento que nunca había experimentado antes.

Sí, solo que lo has estado negando. Son los nervios, lo que esto representa para ti. Son las horas y horas de entrenamiento que te han traído a este lugar, hoy, ante este Consejo. Ahora te conocen, no eres solamente una padawan más. Han hablado de ti antes de ahora. De Ala, de Truk...

Sintió sobre ella todos aquellos pares de ojos. Más allá, la inmensidad, de la que la separaban unos enormes ventanales que sabían rodeaban la sala. ¿Alguien más estaría mirando aquella escena desde alguna de las naves que sabían pasaban no muy lejos de alli? ¿Como se vería aquella reunión desde fuera?

No es tiempo de divagar, céntrate padawan, céntrate en lo importante.

Sus pasos la llevaron junto a Alassia, deteniéndose a su lado-Maestros...-saludó con una pequeña inclinación de su cabeza a todos los presentes.

Al incorporarse, no pudo evitar mirar a su maestro. Era tan importante para ella verlo allí aquel día...

Siguiendo el ejemplo de mis compñeros Ban y Ala, entre a la sala agradeciendo al maestro Kukdar por su amabilidad y respeto, asintiendo con la cabeza mientras pasaba junto a el.

La sala estaba llena de personajes poderosos y sabios, de seres unidos a la fuerza de formas unicas. Al observarlos simplemente pasaban por mi mente fragmentos de futuros imaginarios en los cuales me veia junto a ellos, siendo llamado tambien maestro.

Estaba mal el desear algo que podria o no llegar, sin embargo no podia evitarlo, pero era algo en lo cual debia meditar al salir de esta sala.

-Saludos maestros! Diria esperando sus palabras mientras me mantenia en posicion de descanso junto a Ban.

Vuestros maestros se colocaron justo a vuestra espalda, aquel gesto os hacía sentiros mucho más seguros y sobre todo mucho más orgullosos de vuestra trayectoria.

Mace Windu fue quien tomó la palabra, os dedicó una mirada seria, era difícil ver una sonrisa en su rostro, pero el mero hecho de saber que os había convocado os satisfacía.

- Es para mi y para todo el consejo un placer comprobar que tan excelentes alumnos han conseguido llegar tan lejos teniendo en cuenta cómo llegasteis hasta aquí - dijo con tranquilidad el maestro jedi

- Hemos estado siguiendo vuestra trayectoria con atención y hemos decidido que ha llegado el momento para que realicéis vuestra primera misión en nombre de la Orden Jedi y de la República sin la tutela de vuestros maestros, os consideramos lo suficientemente autosuficientes para hacer dicha tarea sin que corra peligro la misión - Dejó unos cuantos segundos de silencio a la vez que intercambiaba algunas miradas con sus compañeros del consejo

- Queremos que viajéis hasta el sistema Ruusan, en el borde medio. Allí hay una colonia humana que se encuentra bastante aislada del dominio de la República, necesitamos que vayáis hasta allí para ofrecer toda la ayuda posible por parte de la Orden Jedi, es muy importante que los sistemas menos civilizados tengan el amparo de la República frente a cualquier amenaza o necesidad que les surja - aquella fue la descripción de la misión, sin lugar a dudas una decepción. Era fácil esperar que sería algo más emocionante, una desarticulación de una banda criminal, la recuperación de algún artefacto o algo más impactante para padawan avanzados como vosotros ¿pero una misión diplomática rutinaria?

Alassia miró a sus compañeros, en busca de señales de que estaban tan sorprendidos (y decepcionados) como ella. No esperaba que les encargaran luchar pero... hacer de embajadores... tampoco era lo que esperaba.

-Eh.. ¿Nada más? ¿Sólo nos presentamos allí y ofrecemos la ayuda de la orden y de la República? ¿Y qué pasa si no la aceptan?

Ban escuchó atentamente y tuvo sentimientos encontrados.

Decepción, alivio, incredulidad, importancia...

Decepción porque había esperado algo mucho más complicado de llevar a cabo. Alivio porque eso suponía que casi seguro la misión iba a ser un éxito. Incredulidad, porque no llegaba a ver que para aquello necesitaran a tres padawans, lo que implicaba que no confiaban demasiado en ellos tres. E importancia porque una misión diplomática necesitaba de mucha mano derecha y de saber insuflar confianza a personas que casi no habían tenido nunca una relación cercana con el mundo jedi.

Escuchar a Alassia hablar le indicó que a su amiga le había pasado casi como a ella, aunque distinguía un regusto más amargo en su tono. Ella solo había visto una parte de la misión que les encomendaban. Pero la entendía perfectamente. Todos habían esperado algo más sustancioso, como mínimo que requiriese el uso de la fuerza en alguna ocasión potencial.

-Supongo que si no la aceptan no hay problema, inicialmente-dijo adelantándose al maestro Windu, a riesgo de equivocarse-Más que que acepten directamente nuestra ayuda, es que nos conozcan y que, en el momento preciso acudan a nosotros sabeedores de que responderemos afirmativamente y les protegeremos. Aunque no entiendo una cosa, maestro Windu. Quizás esté equivocada en mi planteamiento entonces. Ha comentado que nos ven autosuficientes para hacer dicha tarea sin que corra peligro la misión. ¿Con qué peligros potenciales podemos encontrarnos en esa comunidad? Son humanos, no se trata de ninguna especie inicialmente peligrosa para nosotros. ¿O quizás el peligro está en el propio sistema Ruusan y no en la comunidad con la que tenemos que contactar?

Cualquier mision directa por parte de Windu era respetable, incluso nuestros maestros estaban de acuerdo con que esta fuera nuestra primera mision solos, por lo cual no importaba que clase de mision fuera la que nos encomendaran estaria dispuesto a cumplirla con el deber merecido.

Sin embargo tenia preguntas que hacer, pero Ban ya las habia hecho por lo cual esperaria la respuesta por parte de los maestros para actuar. Me mantendria al margen simplemente escuchando a todos en la sala. Cada opinion era respetable y se podia aprender mucho de cualquiera en esta sala.

El Maestro Windu frunció el ceño. Igual esperaba una reacción diferente por parte de los aspirantes a caballeros Jedi.

- Si no aceptan la propuesta deberéis hacerles ver que estarán fuera del amparo de la República, algo que en los tiempos que corren no es una buena idea - comentó con calma. Poco después prestó atención al comentario de Banth'aa Nuur.

- Excelente pregunta - aclamó el maestro jedi

- Como bien debéis saber, incluso la tarea más rutinaria puede verse alterada por la voluntad de la Fuerza. A veces lo que en apariencia parece sencillo puede tener más complejidad si sabéis ver más allá de lo evidente -

- Partiréis dentro de dos horas, así que por favor, id a vuestros aposentos y coged lo que consideréis necesario para vuestra misión. Habrá una nave de transporte en el muelle 26 que uno de vosotros tendrá que manejar. Que la fuerza os acompañe - comentó mientras os invitaba a salir con total cordialidad. Comprobasteis que vuestros maestros se quedaron aún en la sala del consejo, era como si los altos cargos aún tuvieran cosas que debatir con ellos.

Tras cerrarse las puertas tan solo quedaba seguir las instrucciones de Mace Windu antes de embarcaros en vuestra primera misión sin la tutela de los mentores.

Ban asintió al maestro Windu. Su tono de voz le hizo notar que no aceptaría más preguntas. Todo lo que tenían que saber estaba dicho y, cualquier pregunta o duda adicional, pondría en evidencia a quien la formulase.

Asintió igualmente a su maestro y, finalmente, con una inclinación final dedicada al resto de maestros en la sala, encaminó sus pasos al exterior.

Sintió tras ella los pasos de sus dos amigos y, un par de segundos más tarde, el sonido quedo de las puertas de la sala al cerrarse tras ellos, dejándolos de nuevo en el pasillo.

-Bueno, no ha sido tan mala nuestra primera entrada en la Sala, me la esperaba...diferente. Pero las cosas rara vez son como suponemos que van a ser. En fin, solo tenemos dos horas para coger lo que necesitemos. Para mí es más que suficiente, pero antes de partir quiero averiguar algo más sobre el planeta al que vamos. Yo me encargaré de eso. Las crípticas palabras del maestro Windu me indican que ese planeta no debe ser demasiado amigable en si y prevee algún tipo de posible complicación. Quizás no tenga nada que ver la naturaleza del planeta, pero quiero ir prevenida-comentó volviéndose hacia Ala y Truk-Si os dais cuenta, no me ha respondido realmente cuando la pregunta era sencilla de responder. No bajemos la guardia, no nos dejemos llevar por que la misión en sí es sencilla. Nos envían a tres, eso no es algo muy usual. Y lo que al principio me quiso hacer creer que era simplemente por no enviarnos solos en nuestra primera misión y que se habían basado en la amistad que nos une, quizás tenga alguna razón mucho más importante de ser.

Al responder a su pregunta el maestro Windu, Ban había pensado que le daría una respuesta directa. Al no ser así, todas sus alarmas se habían despertado. Había algo que no les habian contado. Su prueba en sí, quizás, no era el mero hecho de obtener el sí de la población local a la ayuda jedi. Quizás, solo quizás, había algo más.

-Nos vemos en dos horas en el muelle. ¿Alguno tiene especial interés en pilotar la nave que nos asignen? -pero no esperó a que se decidieran allí mismo, aquel era un tema secuandario- Bueno, creo que cualquiera me llevará viva a ese planeta-bromeó ligeramente a la misma vez que comenzaba a andar por el pasillo-Se que no os hace gracia que pilote alguien sin... -se señaló fugazmente el lugar en el que naturalmente se deberían encontrar los ojos y sonrió. Sabía que causaba una sensación rara en ciertas situaciones y, pilotar una nave, era una de ellas. Sus dos amigos bastante habían bromeado con eso, sobre todo al principio de su relación-No tardeis, ¡dos horas!

Alassia asintió ante lo dicho por Ban.

-Tienes razón. Yo también creo que nos espera más de una sorpresa en el sistema Ruusan. Por cierto, ¿Ha llegado a especificar a qué planeta nos dirigimos?

Bueno, en cualquier caso, creo que debemos realizar una rápida investigación sobre nuestro destino. 

En cuanto a lo de pilotar, ya sabeis que no se me da especialmente bien. Y a mi no me importa que lo pilotes tú, Ban. La fuerza es fluye a través tuyo y te guía mejor que cualquier par de ojos.