Partida Rol por web

—¿Todo en orden L4? — le preguntó Reedha al droide. Luego se volvió hacia Roland.

— No es el dinero lo que hace a un lord Sith — comentó con seriedad. — A menudo, ni siquiera hay gran diferencia en el poder que puede llegar a desatar cuando se le contraría... Si lo que quieres son créditos, dinos el precio para la información que estamos pidiendo.

Saran estaba realmente preocupada por la presencia del droide, repentinamente presente en aquella conversación. ¿Acaso alguien lo habría hackeado?

—Responde L4, ¿por qué has abandonado la nave?

Roland pareció calmarse cuando la sith pareció no querer ponerse violenta, lo mismo aún tendría una oportunidad de salir de allí con vida. No le hizo demasiado caso al droide, ya que imaginó que venía con ellos pues lo llamaban por lo que parecía su nombre.

-Me alegra de ver que nos entendemos. Estoy seguro de que podremos llegar a un acuerdo con esos vuestros lord siths a los que servis.
Habéis destrozado mi flota de naves, así que si me la renováis-de repente se dió cuenta de con quien estaba hablando y carraspeó bajando el tono soberbio con el que había empezado.-Si me conseguís tres cazas nuevos, cazas de combate sith, estaré más que encantado de deciros donde está y como sortear las defensas que lo guardan.-

L4 se había quedado quieto mirando al pirata, pero cuando Reedha y Sarna le hablaron las miró fijamente unos instantes, o lo que parecía ser fijamente pues no dejaba de ser un robot y no tenía gestos que pudieran indicar algún tipo de estado o emoción.

-Por supuesto señorita Reedha. Todo marcha estupendamente. Pero estaba muy aburrido en la Fury, así que decidí bajar a estirar las piernas.-

Después de aquello se quedó mirando otra vez a Roland.

Reedha frunció el ceño un momento.

— Estarás de acuerdo conmigo en que nuestra acción fue exclusivamente defensiva. De no habernos atacado al acercarnos y haberte molestado en escuchar desde un principio, seguirías teniendo tus cazas intactos. Por otro lado, aún no te hemos pedido ninguna compensación por haber sido víctimas de ese ataque injustificado — dijo mirando fijamente a Roland, sabiendo que su mera presencia le ponía nervioso. — De la misma forma, tampoco hemos estipulado los costes en los que ha incurrido nuestra propia nave por culpa de tu acción...

Se volvió hacia Karak y se acercó a él para hablarle en voz baja.

— ¿Puedes contactar con tu maestro a ver qué podemos ofrecerle a este tipo? No soy una experta en negociación — comentó, dejando la puerta abierta para que él continuase tratando con Roland si quería — y probablemente mi mejor opción sea forzarle a decir lo que sabe con la Fuerza o cortarle las piernas de una en una. Así que mejor será saber hasta dónde está dispuesto a negociar Lord Thanton.

Ella ya había comunicado a su maestra la pérdida de Ebb, así que no creía que pudiera contar con su ayuda en esta misión. Por otro lado, había sido el maestro de Karak quien había iniciado el encargo.

Karak asintió, miró a Roland y sonrío, con malicia. Hizo un gesto con la mano a modo de despedida.

— Vamos L4... de vuelto a la Fury.  Estos tienen negociaciones pendientes. —

Sin más el sith se fue hacia la nave, listo para establecer contacto con su maestro, Lord Thanton.

Roland pareció titubear, por lo que Reedha hizo un leve gesto con la mano para presionarle hacia su razonamiento. El precio que había pedido era absurdo y estaba claro que, en estas circunstancias el nautolano tampoco tenía demasiadas opciones para negociar.

Saran se relajó un poco al ver que L4 no parecía estar bajo ninguna influencia extraña, y cuando Karak retrocedió por donde habían venido para irse con el robot, devolvió su plena atención a Reedha y Roland.

Cuando Roland la miró, le dedicó una fría sonrisa de suficiencia que claramente transmitía "mírame en algún lugar que considere inapropiado y te meteré un tiro entre los ojos".

Roland parecía que iba a protestar, pero de repente las palabras de Reedha le parecieron mucho más convincentes de lo que pensaba. Después de todo la cosa podría ir mucho peor.

-Vale. Tienes razón. Pero tenía que intentarlo. No obstante necesitaré al menos una nave para salir de aquí ¿no? No me puedo pasar toda la vida en este sitio. Está bien para resguardarse, pero uno tiene otras necesidades.-

L4 no se giró para mirar a Karak. Seguía con su atención puesta en el Nautolano y no se movió ni un milimetro. Cosa también por otro lado normal, los droides no es que se pongan nerviosos o traqueteen a menos que tengan algún fallo en la programación.

Karak se detuvo al ver que el droide no le seguía. Dispuesto a ordenarle que lo siguiera... sin embargo no lo hizo. Al escuchar al nautolano dar su brazo a torcer. Sonrío y se giró, no sin antes recuperar su rostro serio. Se colocó al lado del droide, preocupado por alguna programación defectuosa o quizá algo que no supieran del mismo. Al fin y al cabo había nombrado a otro Sith y el droide no tenía claro si Lord Thanton lo había puesto allí o había sido algún rival.

— En ese caso quizá lo mejor sea que vengas con nosotros hasta asegurarnos que la información es veraz. Luego podemos dejarte donde quieras con una nueva y flamante nave —

Miró a Reedha un momento, y enseguida centró su atención en el droide. Listo para reaccionar en caso de ser necesario.

Reedha asintió ante las palabras de Karak.

— Sí, mi compañero tiene razón. Dado que estás aquí aislado por culpa de tu imprudente ataque, que nosotros te saquemos de esta roca debería ser pago por tu información. Desde nuestro destino te podrás encargar de conseguir un transporte para los hombres que dejen aquí... Como alternativa, te propongo que, a cambio de los datos que buscamos, enviemos una nave para sacaros a todos de aquí, pero tendrías que esperar más tiempo. ¿Qué prefieres?

Ronald sacudió ladeó la cabeza, estaba derrotado y lo sabía. Levantó las manos un momento dando a entender que se rendía. Ahora sólo quedaba tratar de salvar su vida.

Si no os importa prefiero esperar aquí. Al menos estaré cómodo y con algún que otro lujo. Dudo mucho que lo tenga si voy con vosotros.

Suspiró resignado.

En fin el tipo al que estáis buscando, Lian-Wan, se encuentra en Ba...

En ese momento pasaron varias cosas. Por un lado del pecho de L4 apareció un cañón con el que disparó al pirata, Karak encendió el sable y trató de golpear al droide pero no fue lo suficientemente rápido. Pero quien sí lo había sido fue Roland, que se agachó en el último momento esquivando el blaster por milímetros.

Las sospechas de Karak se volvieron realidad y tan pronto como el droide realizó su disparo el sith sacó su sable de luz y trató de seccionar la parte de L4 que había sido convertida en arma. No quería destruirlo del todo por si podían sacar información de él... aunque en caso de ser necesario no dudaría en hacerlo.

Parecía que estaban por el buen camino...

Reedha pareció relajarse un momento cuando Roland empezó a hablar, sólo para ver cómo al droide se le fundían los circuitos e intentaba acabar con el único que les podía dar la información que buscaban. Esto no tenía ni pies ni cabeza, pero no podían perder ahora a su informador, no después de lo que les había costado llegar aquí.

Con un paso lateral, se colcó entre Roland y L4, encendiendo el sable en posición defensiva, orientado hacia el droide, pero sin perder de vista al nautolano. En vez de atacar, se concentró una vez más en la mente de Roland, tratando de cargarlo.

— No se preocupe, nosotros nos encargamos de este inesperado incidente... — dijo, esperando que Karak tuviera todo controlado.

Saran saltó hacia un lado después del disparo, quitándose de en medio de la trayectoria de un posible fuego cruzado.

—Me cago en la puta, ¿qué coño hace vuestro robot?

Acto seguido, apuntó con su bláster al robot, temiendo que pudiese llegar a disparar otra vez antes de que Karak lo inutilizara.

La situación pareció descontrolarse por un momento. A pesar del golpe de Karak el chasis de L4 aguantó entero, pero no parecía que fuese a detenerse ahí.

Por su parte Reedha trató de calmar los nervios del pirata, el cual parecía llevarse la mano a la oreja pero finalmente el gesto quedó a medias y asintió a la sith. Aunque no por eso dejó de coger su pistola y cubrirse detrás de la mesa, sólo por si acaso, pero sin la intención aparente de hacer nada.

Visto que el droide seguía resistiendo, Karak lanzó de nuevo una nueva estocada con su sable de luz. Sin embargo parecía que su armadura había sido diseñada para resistir más de lo que un droide y el ataque no tuvo efecto más allá de algunas chispas saltando y una fea marca en el chasis...

El espadazo de Karak parecía haber cercenado el cañón bláster incorporado en el cuerpo de L4, pero este había sido capaz de retraerlo a tiempo para evitar el daño que se limitó a su chasis. Como el robot a todas luces iba a continuar su asalto, Saran abrió fuego, intentando derribarlo.

L4 pudo esquivar la nueva andanada de espadazos de Karak y el disparo de Saran. O al menos interponer las partes más duras de sus chasis. Claro que el droide sabía que no iba a poder aguantar una buena estocada de un sable de luz pese a ello. Y además Reedha todavía no se había metido en la refriega, por suerte para él.

Señorito y señoritas. Deberían dejarme hacer mi trabajo. En realidad les estoy haciendo un favor. En serio.

Una vez más trató de disparar al pirata, pero entre su agilidad y la cobertura que tenía era casi imposible de acertar.