Partida Rol por web

Avanzando lograron llegar hasta su destino, una vez encontrado el mapa todo había ido rodando. De repente asistían a una escena con un Sith ejercitando sus oscuros poderes. La cara del tipo le era familiar, le recordaba a un tal "Endel" que conoció una vez, tenía esa mandíbula grandota y la piel cenicienta.

- Se acabó, vamos a por él. Es nuestra oportunidad de medirnos con lo que parece un maestro Sith.

Esa era la impresión que tenía, mostraba una barba blanca lo que indicaba que tenía mucha experiencia sobre sus hombros.

Esperó a que Zated se posicionara, apuntando con el rifle lanzando enseguida una primera andanada de disparos que les anunciaría.

—Arranquemos a ese pobre de su poder telequinético y ataquemos —susurró Mi-Neb, que era pacifista pero aquello no se aplicaba a señores del Sith. 

Con la iniciativa, podrían salvar al pobre desgraciado y luego ya luchar. No quería que el Sith por la sorpresa le partiera el cuello. 

- Espera, Mi-Neb. - Zated le detuvo con un movimiento de la mano - Intentemos acercarnos sigilosamente. Los muros de esa sala parecen robustos, y seguramente taparán el sonido de nuestros pasos, pero mejor intentemos que no nos vean, moviéndonos por las paredes. Debemos intentar que nuestra aura de fuerza sea el mínimo. 

—Vamos... pero rápido, salvemos a ese joven —asintió Mi-Neb. 

Avanzó lo más sigilosamente que pudo hacia la otra sala, esperando a estar más cerca para tratar de salvar al muchacho. Pero teniendo preparado su poder de movimiento telequinético para salvarlo. 

El zabrak podía ver al hombre en apuros siendo ahogado por el poder del sith, sus compañeros estaban acercándose con cuidado y pensó que él podría buscar una buena posición desde la que disparar cuando comenzara la inevitable lucha.

- Cargadle, no parece que ese tipo vaya a aguantar mucho.

Con eso trató de deslizarse en busca de un ángulo bueno. Lo peor es que no sabían quién era el que estaba en peligro, sea quien fuera, había que hacer el intento de salvarle.

Tanto los jedis como el soldado se acercaron tratando de no hacer ruido. Aquello debía ser fácil, ya que ellos no estaban escuchando lo que pasaba en la sala, y el ruido de los ordenadores en funcionamiento, y los ensamblajes del taller de la derecha podían ayudarles a pasar desapercibidos.

O al menos eso pensaban. Pues de repente el sith se envaró y miró a traves de la ventana en dirección a Mi-Neb y Zated. Lejos de amedrentarse por su presencia sonrió, de una manera que no parecía demasiado agradable. El tipo que estaba en el aire cayó al suelo mientras un sable de luz rojo aparecia en su mano y empezaba a moverlo de manera defensiva.

No parecía haber visto a Xostum, pues estaba bastante centrado en los Jedis.

Mi-Neb avanzó. Mientras con la Fuerza trató de romper el poder que el Lord Sith tenía sobre el pobre desgraciado y apararlo de él. 

—No creo que te vayamos a convencer de nada. Alguien que ha entregado su vida a algo tan horrible como el Lado Oscuro debe tener un espíritu quemado y podrido. Pero sabes que tu historia acabará un día, ¿no? Que todos tus planes, toda tu intriga no habrá servido para nada. Sólo eres un forúnculo putrefacto en la piel del universo. 

A Zated no le gustaba practicar la verborrea, y permanecía callado y concentrado. Sin embargo, Zated aplaudió para sus adentros la ejercida por Mi-Neb, que parecía que soltaba cuando estaba intranquilo. Justo detrás de él, el miraluka sacó el sable y lo encendió. Seguramente tendrían que concentrarse para poder vencer a este enemigo. No iba a ser un combate fácil, aunque se veía que el hombre estaba muy confiado... eso podría darles una ventaja.  

Con la lucha iniciada el soldado no lo pensó dos veces, tenía que empezar a golpear ya mismo. No veía al sith por lo que caminó hasta que apareció tras los cristales, fue entonces cuando realizó un buen tiro que iba a darle de refilón pues no había llegado a buscar una parte de su cuerpo desprotegida.

- Empieza la fiesta, tirano. ¡Haz tus últimas oraciones!

Tanto láser multicolor iba a iluminar el lugar como sucedía en los bares que Xostun visitaba para filosofar entre copa y copa.

El zabrak apareció de repente delante del ventanal y disparó al lord sith. No obstante el cristal debía de tener algún tipo de blindaje o protección porque sólo lo agrietó sin llegar a traspasarlo.

El lord sith pareció ingnorar el hecho de que el tipo al que estaba estrangulando se alejara de repente de su lado, y se acercó sonriendo al cristal agrietado. Estiró la mano que no llevaba la espada y un ariete de Fuerza impactó contra el ventanal. Este se hizo añicos lanzando una lluvia de esquirlas que alcanzó a todos teniendo que evitarla.

La verdad es que no os esperaba a vosotros. Pero tampoco puedo dejar que salgáis de aquí. Y menos ahora que está todo listo.

Mientras, el tipo que había alejado Mi-Neb se arrastró hasta Wann, el cual se había acurrucado en el suelo tratando de que no le alcanzase algún disparo perdido.

Zated consiguió adelantar a Mi-Neb momentáneamente, acercándose al cristal que acababa de estallar en mil pedazos. 

El zabrak asistió al golpe del blaster contra el cristal especialmente preparado para deternerlos, mas no a los poderes del lado oscuro que causaron toda una sacudida. Tomado por sorpresa no fue capaz de apartarse, ni echarse cuerpo a tierra, eso había sido bochornoso. Los cristales llegaron hasta él formando pequeñas heridas que escocían aunque no tanto como advertir después que estaba actuando con una lentitud que les podía conducir a la derrota.

Los cristales habían rajado la ropa del Jedi, pero Mi-Neb se concentró e ignoró los problemas. El sith estaba manejando sus defensas... pero quizás él podría hacerle estamparse contra la pared.

La lluvia de cristales consiguió el efecto deseado, deseado para el sith claro. Consiguió que el grupo de jedis tuviera que cubrirse y dejarlos donde quería. A pesar de que uno de ellos pareció evitarlos sin problemas e incluso tratar de contraatacar. Pero el Sith era demasiado poderoso.

Ha estado bien chico. Podrías llegar lejos si te diera tiempo. Cosa que no haré.

El poder de defensa del usuario del Lado Oscuro pareció bajar de intensidad, aunque en realidad lo estaba concentrando en su sable de color rojo.
Sonriendo de manera cruel el viejo lanzó su arma que se dirigió dando vueltas contra Mi-Neb, este trató de bloquearla con su propia arma pero le fue imposible. Lo peor de todo es que no acabó allí, si no que después de cortarle se dirigió hacia Zated, y el miraluka tampoco logró detenerla y le impactó de lleno. Siguiendo su camino contra Xostum. El zabrak no se esperaba aquello, y a pesar de que era bueno esquivando proyectiles no fue capaz de evitar el sable rojo. El cual le hirió de gravedad.
Cuando terminó con todos regresó a la mano de su dueño. Que seguía sonriendo.

Todavía podéis serme útiles. Si os rendis os dejaré con vida y con un trabajo que seguro que os interesará.

Mientras tanto el tipo que hacia un momento estaba siendo estrangulado por la Fuerza había agarrado a Wann y lo estaba moviendo.

Mi-Neb aguantó el golpe con esfuerzo, todavía podía acabar con aquel Sith.