Partida Rol por web

Una vez hubieron salido del campo de asteroides, pudieron comunicarse con sus superiores. El anuncio llegó por sorpresa. Ahora eran caballeros Jedi. Mi-Neb había esperado otras circunstancias, pero sin duda no podía culpar a su Orden de hacerlo lo mejor posible y de trabajar por la Paz en la Galaxia. 

—Que la Fuerza te acompañe a tí también, Maestra. 

Xostun se animó mucho. Mi-Neb casi sonrió. 

—Gracias, amigo. Es genial. Ojalá en tiempos mejores, pero genial. Eso sí, si no mostramos mucha felicidad es porque debemos mantener la calma y no dejarnos llevar por el orgullo. Ser Caballero es un deber y no un privilegio. Es una losa y no una prerrogativa. También indica que nos creen suficientemente competentes para empezar a hacer nuestros propios sables personalizados. 

El jedi trazó un rumbo hiperespacial. El droide se negó a ayudar, refunfuñando por el pilotaje anterior, pero el trayecto no era difícil de preparar. 

—Lo de ese local... ¡Mujeres! —se estremeció— es justo lo que no debemos hacer, Xostun. Pero tú puedes y debes celebrar por los tres. 

—Ahora me retiraré a comprobar si como dicen los maestros estoy preparado para crear mi sable. 

El zabrak miró con fingida decepción a Mi-Neb, levantando la mano en gesto de despedida.

- Para alcanzar la iluminación hay primero que revolcarse en el fango, ¿no sabes eso, Jedi? ceder a la tentación para luego ser capaz de negarla con conocimiento de causa. Y te pregunto, ¿te has revolcado alguna vez con dos twi-lek a la vez? pues eso ¡nunca trascenderás!

Se fijó en Zated que por ahora no había dicho nada.

- Tampoco vas a aceptar, ¿cierto? como veas, si me tengo que revolcar yo con tres, lo haré. Es lo que haría un amigo.

Luego cambió mentalmente de tema, volviendo al que les interesaba antes incluso de que Mi-Neb se alejara demasiado.

- Esa tecnología tan peligrosa que tiene ese ingeniero que buscamos, ¿podéis eliminarla de su cabeza o conocéis a alguien que pueda hacerlo? ese tipo va a tener por siempre a los Sith detrás suyo dándole caza.

Zated no se dejó llevar por el júbilo, a pesar de que había estado persiguiendo aquel logro durante muchos años. Por fin era caballero Jedi, algo que tarde o temprano llegaría, dada su dedicación al camino de la fuerza. Mi Neb puso en palabras los pensamientos del ahora caballero Jedi Zated Criss' nemerm. 

Sonrió a Xostun como respuesta a sus palabras. No se podían dejar llevar por los placeres de la vida, aquello era una desviación de su objetivo. 

- El objetivo es protegerle y llevarle a un lugar seguro. Luego... el Consejo decidirá. - no se planteaba tampoco qué pasaría después. Seguro que ellos tomaban la mejor decisión. - También he de retirarme, si hay problemas da la señal de alarma, R8. 

Una vez recibidas las instrucciones y las ordenes, junto con las felicitaciones por el rango concedido a los jedis, tocaba ponerse en marcha.
Las coordenadas de Balmorra fueron introducidas en el ordenador de navegación y la nave saltó al hiperespacio.

La travesía duraba varios días, por lo que aprovecharon el tiempo. Sobretodo los usuarios de la Fuerza, que lograron crear su sable de luz como requisito final para su ascenso a Caballeros Jedi.

En cuanto llegaron pudieron ver que, tal y como les habían indicado, el planeta estaba en guerra. Las fuerzas de la República y los Sith querían ese planeta, y estaban dispuestos a pagar cualquier coste en vidas que requiriese.

Las coordenadas que les había dado Roland eran precisas. Pero para bajar al planeta iban a tener que meterse en medio del fregado.

El viaje a través del hiperespacio terminó en mitad de una gran batalla, al verla creyó escuchar el rugir de los blasters, algo imposible dada la ausencia de aire, mas su cerebro hizo el truco durante un par de segundos.

- Esperaba otra cosa, algo menos caliente. Voy a la cabina a hacer algunos tiros, lograré que algunos se desvíen.

En mitad de un enfrentamiento habría que disparar para que los adversarios mantuvieran la distancia.

- Aunque si avisamos por un canal republicano de que somos aliados podemos ganar mucho. Los sith pueden confundir el diseño de nuestra nave y dejarnos pasar. Es una conjetura.

Fue a tomar asiento, listo para abrir fuego si de verdad era necesario.

- Para alcanzar la iluminación hay primero que revolcarse en el fango, ¿no sabes eso, Jedi? ceder a la tentación para luego ser capaz de negarla con conocimiento de causa. Y te pregunto, ¿te has revolcado alguna vez con dos twi-lek a la vez? pues eso ¡nunca trascenderás!

—No, justo lo contrario. Si caes en el Lado Oscuro, para siempre determinará tu destino —dijo Mi-Neb muy seguro— Sólo he curado heridas de esclavas Twi-lek, y las he atendido tras lo que hacen con ellas sus amos. 

Pero suponía que el Zabrak estaba de broma. Escuchó lo que decían los demás. 

—Lo de quitar cosas de la cabeza no serviría. Los sith seguirían tras él. El consejo son los únicos que pueden protegerle, como dice Zated. 

Una vez en Balmorra, comprobaron que seguía siendo un campo de batalla. 

—Buena idea, Xostun, sí les damos los códigos a la república y aprovechamos las dudas de los Sith...¡Podremos pasar sin peligro!

Dicho y hecho, la nave se deslizó entre los diferentes grupos de combatientes sin participar en enfrentamientos pesados. 

Zated sentía que Mi-Neb tenía todo controlado, de todas maneras permanecía atento por si hubiera de actuar. 

La Midrim explorer atravesó la zona de batalla sin problemas. Los códigos de la Republica ayudaron, y la pericia en los mandos de la nave y la puntería de la torreta hizo el resto.

Al bajar al planeta pudieron ver que no era muy diferente a lo que sucedía en órbita. La guerra asolaba Balmorra. Se detectaban zonas seguras sin conflicto, seguramente los centros de mando de ambos contendientes. Y quizás algún que otro oportunista. Como el sitio donde iban. Tal y como había dicho Roland estaba en zona de la Republica, pero alejado de la zona caliente. Al sobrevolar pudieron ver que estaba pegada a una gran montaña, seguramente para mejor protección. Y aunque parecía desierta y destartalada el pirata les había asegurado que estaba protegida.

El acercamiento fue bien, las naves pasaron enfrascadas en su propio conflicto mientras ellos se escabullían, le pareció que se habían deslizado con elegancia. La nave atravesó después la atmósfera, cayendo hacia su destino, cubiertas en llamas hasta que el ritmo hubo de disminuir.

La base quedó a la vista, mostrándose de un modo que calificaría de fantasmal. Había esperado encontrar alguna nave propia del imperio sith. Sin movimiento, invitaba a entrar.

- No hay más alternativa que seguir adelante con toda la prisa posible. Hay que sacarlo en menos que se enciende un sable luz.

Xostun tenía claro que habría que apretar el paso, lo expresó mientras se fijaba en los detalles del descampado.

- Z8 debería de esconder la nave y estar listo para recogernos. No nos podemos arriesgar a que sea destruida.

Comprar el droide fue una gran decisión, les aportaba esa facilidad de maniobra.

—Sí, debemos entrar cuanto antes —dijo Mi-Neb—, pero dame un instante, sujeta los mandos. 

El jedi se concentró, tratando de que la Fuerza le avisara de posibles emboscadas o problemas. Se había centrado en sentir la Fuerza aquellos días y podía poner en práctica su entrenamiento. 

En cuanto Mi-Neb trató de mirar dentro de la instalación se topó con una oscuridad insondable unida a una gran rabia que casi lo engulle. Afortunadamente pudo cortar el contacto y la cosa no pasó de ahí. Pero sin duda alguna había alguien poderoso en el lado oscuro de la Fuerza dentro.
También reconoció el poder que habían usado para ello. Su maestro le había hablado de el en alguna ocasión. El lado oscuro a veces podía ocultar lugares a otros usuarios de la Fuerza, usando normalmente su rabia y oscuridad interior para ello. Una habilidad que solamente usaban los sith, o gente que estuviese consumida en el lado oscuro.

Zated trató de entender cómo eran los accesos y cómo estaba incrustada la instalación en el terreno para entender cual sería la mejor forma de aproximarse sin exponerse demasiado. 

Zated se fijó un poco más en la estructura. A pesar de estar descuidada y en condiciones penosas, siendo como era una instalación secreta, lo mejor era que todo pareciese en desuso pero que en realidad estuviera activa y totalmente operacional. Es muy posible que las defensas antiaereas no se activasen a la primera pasada, pero si una nave se quedaba demasiado tiempo estática o daba demasiadas pasadas en un corto periodo empezasen a disparar.
En lo que al interior se refieren ya saben que van a encontrarse con guardias por lo que les dijo Roland. Más concretamente con soldados sith.

Ante la información de Zated, Mi-Neb propuso aterrizar a unos pocos kilómetros, en algún lugar resguardado, para llegar a la base sin activar las posibles defensas antiaéreas. 

Xostun estuvo al tanto de lo que sucedía, la idea de aproximarse a pie le parecía la mejor. Él ya estaba embutido en la armadura, con las armas preparadas para un asalto que iba a ser complicado.

- Sabéis que ésta es una misión fea, ¿verdad? ese mecánico no puede seguir en manos de los Sith. Corremos un grave peligro debido a esos planos de esa arma letal, imaginad que lograran fabricarla.

Expuso mostrando una cierta preocupación por tener que introducirse en una base enemiga.

- El otro bando Sith tiene sus propios agentes, hay que estar preparados para un ataque por la espalda. Zated ha de ir delante y yo detrás, me mantendré alerta.

Zated asintió con la cabeza, lo mejor era aproximarse desde una distancia prudencial, a pie, y tratando de esquivar posibles defensas en forma de cámaras o sensores. Tendrían que ir muy atentos.