Partida Rol por web

Trent se pone firme y da un tono de urgencia: Dejadnos pasar, estamos llevando a estos dos prisioneros de alta prioridad a una de las lanzaderas. Debemos salir de la zona de combate lo antes posible. Ya sabéis lo que pasa con estos protocolos. No podemos demorarnos. Trent hace un gesto a Gial para empezar a mover a los prisioneros sin esperar una respuesta de los imperiales.

Gial vio que el soldado no parecía convencido con la argumentación ofrecida por Trent.

-Bueno, no sé si tendrás que comprobar para permitir el acceso pero...mmm estamos con bastante prisa, no queremos problemas con nuestro superior. -añadió dubitativamente. Estaba claro que no contaba con ser parados por otros soldados imperiales.

El primero de los soldados miró hacia su compañero que permanecía en la puerta. Este negó con la cabeza...

- No hay ningún protocolo en el que haya que sacar a ningún prisionero así. ¿Quienes sois? - 

Dijo mientras se preparaba para sacar su arma.

- ¡¡ Levantad las manos y no os mováis !! - 

Sharene y yo nos hacemos pasar por prisioneros:-Crucemos los brazos con las pistolas en las manos para que sea más fácil de entrar en acción. Colocadnos los grilletes pero sin cerrar, que al menos vean que los llevamos.-digo mientras Trent y Gial se colocan las armaduras de Stormtrooper. 

Empezamos a avanzar por los pasillos y sin mucha complicación llegamos a las puertas del hangar. Al abrirse vemos a un puñado de stormtroopers pero no se percatan de nuestra presencia:-Están demasiado ocupados con la batalla. Vamos a la nave y larguémonos.-digo en voz baja mientras avanzamos. Unos momentos después los dos troopers que habíamos visto nos paran preguntando a donde nos llevaban Gial y Trent. Éstos intentan engañarlos pero fallan y los troopers nos apuntan con los blasters y nos gritan que levantemos las manos. 

Como llevaba las manos sueltas pero con el arma cogida, desenfundo lo más rápido que puedo, apunto y disparo hacia los troopers:-VAMOOOS!!!-

Cuando todavía no había terminado de hablar el soldado imperial, Gial ya estaba desenfundando su arma, la cual apuntó directamente a la cabeza del soldado.

-Tirad las armas o alguno pierde la cabeza ahora mismo.

Gial esperó unas décimas de segundo para ver que hacían los imperiales, iniciar un tiroteo en medio de la nave era la última opción que deseaba tomar.

Al ver que Gial desenfunda y da la oportunidad a los imperiales de rendirse, Trent hace lo mismo y apunta a los dos soldados preparando el ataque en caso de que se produzca.

La idea de Daedar de ocultar el arma entre los brazos era mejor que la suya, así que la adoptó. Lo cierto es que le hacía cierta gracia ver a su compañero caminar de brazos cruzados. Parecía un niño enfurruñado que obedece a los adultos a regañadientes porque no le queda otra.

Le gustó lo que dijo Trent pero los soldados no le creyeron. Lástima. Tampoco a Gial. El soldado más cercano quiso saber quiénes eran y Sharene pensó en dejar responder a los falsos soldados, más que nada por curiosidad de ver qué inventaban, pero Daedar sacó el arma y bueno, todos hicieron lo propio.

Sharene sacó el arma y les apuntó con ella, dando la opción de retirarse. Tenía la esperanza de que hicieran cuentas y prefiriesen evitar el conflicto. Otra cuestión ya era que hubiesen refuerzos dentro y la ventaja numérica fuese fugaz.

Pasaron escasos segundos y algo silbó. Fue el arma de Daedar. La arqueóloga levantó una ceja y se encogió levemente de hombros.

-Es de gatillo fácil -justificó como si no fuese culpa de su compañero el haber disparado.

No era extraño que Daedar lo hubiese hecho. Ya antes en la celda casi escapa un imperial dando la voz de aviso por tenerle compasión. No le gustaba verse en esta situación, pero si tenía algo claro era que iban a salir de allí.

Apretó la mandíbula furiosa por tener que ir contra su naturaleza. Si los imperiales no reaccionaban inmediatamente y les dejaban seguir su camino, dispararía sin contemplación.

Los intentos de Gial y Trent no parecen funcionar con aquellos soldados que parecen dispuestos a atacaros. O parecían, la experiencia en las celdas os ha dejado claro que un soldado abatido es un soldado que no dispara y que no da la alarma... parece que vosotros siempre disparáis primero.

Daedar y Sharene desenfundan sus armas y rápidamente solo quedan dos soldados en el suelo. No os supone mucho problema abrir la puerta, y ante vuestros ojos se abre el hangar. Parece que el camino que habéis seguido es el correcto. Desde vuestra posición todavía sin descubrir por el enemigo podéis ver que hay mucho trasiego. Veis el espacio exterior, y naves saliendo a combatir y entrando a reparar o repostar... y soldados, soldados por todas partes. 

Un rápido vistazo os deja clara dos cosas. La primera es que tendréis que correr mucho, la segunda que con un poco de suerte pasaréis desapercibidos entre todo aquel jaleo. Ahora solo quedaba decidir el medio de transporte en el que escaparíais. Justo al otro lado del hangar había una buena cantidad de cazas tie que no parecían tener dueño. Es cierto que había que cruzar todo el maldito hangar, pero esas naves eran perfectas para salir del destructor. Por otro lado, a mitad de camino una pequeña corveta corelliana clase defensora. Mucho más sencilla de alcanzar, pero sus sistemas de armamento estaban medio desmontados. Si teníais que entrar en combate no podéis saber hasta donde podríais pelear...

Gial volvió a echar un vistazo para valorar cuál de las dos opciones podría tener más éxito. Los cazas eran muy tentadores pero recorrer todo el hangar y conseguirlo los cuatro lo veía bastante optimista.

-Bien, según lo veo, la Corveta es la opción más factible de alcanzar, podemos tratar de caminar hasta ella y si en algún momento es necesario realizar una pequeña carrera para alcanzarla. Una vez dentro trataremos de hacerla despegar y salir del campo de atracción del destructor.

Sus compañeros asintieron mientras exponía el plan, salvo Sharene que parecía algo reticente.

-Yo también me muero de ganas de pilotar un TIE. –le dijo guiñando un ojo. –Quizás para la próxima.

A continuación se preparó junto con todos para salir hacia la Corveta.

-¡Vamos allá!

Observamos la corbeta y los cazas TIE, de estos últimos habría uno para cada uno pero su armazón es menos resistente que el de los X-wing rebeldes y si descubren que los hemos robado nos volarían en pedazos, tal vez alguno conseguiría escapar y seguir con la misión pero las probabilidades de morir eran muy altas. 

Al final decidimos ir a por la corbeta que al menos pasa más desapercibida.

Mejor seguir unidos en la corbeta que aventurarnos por separado en los cazas TIE que sin escudos y sin saber cuáles son los patrones de vuelo, seguro que alguno de nosotros no lo conseguiría.

Trent se acerca a la corbeta con el resto del grupo y trata de entrar para escapar.

Camináis con calma, el jaleo que os rodea parece que os da una especie de protección extraña, tensa y desde luego poco segura. Algo en vuestro interior os incita a correr, pero vuestro cerebro retiene las piernas, manteniendo un paso tranquilo. La primera mitad del camino recorrido y todo sigue en orden, una explosión hace que unas cajas caigan una decena de metros a vuestra derecha y varios gritos de soldados os alertan. No parecen tener nada que ver con vosotros. Un par de pasos más, tres cuatro. Estáis muy cerca, cuando a vuestras espaldas un grito.

- ¡¡ Vosotros !! ¡¡ Alto ahí !! - 

Estáis a no más de siete u ocho metros de la entrada de la corveta. Y en la entrada al hangar de la que venís aparecen un pelotón de unos ocho soldados, comandados por un noveno que os mira incrédulo.

- Intentan escapar. ¡¡¡ DISPARAD !!! - 

La primera línea de soldados, perfectamente adiestrados se agacha, dejando así que sea la mitad del pelotón la que tiene un disparo claro hacia vosotros. El primer disparo impacta en el suelo, el segundo en el mismo hangar hacia el que corréis como algo que lleva el diablo. Uno tercero hace saltar chispas dentro de la corveta y uno de los compartimentos de la misma se abre. No hay nada en su interior. Es el cuarto disparo y ultimo el que impacta directamente en la pierna derecha de Gial, haciendo que se tropiece y casi caiga al suelo. Se golpea con el lateral de la entrada, pero finalmente se repone y entra.

- ¡¡ Que no escapen !! - 

El interior de la nave esta oscuro, tan solo iluminado por las luces del hangar y los continuos fogonazos de explosiones. Un último vistazo al exterior os deja claro que los soldados corren a vuestro encuentro, y si no actuáis rápido abordarán la nave en la que acabáis de entrar...

Efectúos disparos de cobertura en cuanto somos descubiertos por los soldados de aslato. Por fortuna tienen tan mala puntería como decían los informes y solo aciertan a los blancos por pura potra. Gial Había sido alcanzado pero la armadura había cumplido y pudo recuperarse a tiempo y subir a la nave:-El que sea mejor piloto que se ponga a los mandos, yo me pongo en el puesto de técnico de apoyo!-dije antes de que despegáramos 

-Si atacan esta cafetera no habrá próxima ocasión -había susurrado a Gial cuando con un simpático gesto él dijo que los TIE quedaban pendientes para otra aventura. La arqueóloga estaba preocupada porque aunque era más fácil llegar a la corveta, también era más complicado cruzar fuego amigo y enemigo en esa nave a medio preparar. 

Ahora le sabía mal, porque él tenía razón. Corrieron como alma que lleva el diablo sabiendo que en cualquier momento podían ser abatidos. Desafortunadamente en esa carrera contrarreloj Gial recibió un disparo, pero sacó fuerzas para entrar en la nave.

Sharene entró en la corveta y de un salto tomó el asiento de piloto. Tenían que salir de allí cuanto antes y sin pasajeros indeseados. Si los imperiales conseguían entrar en la nave la cosa se pondría muy fea. Mientras encendía los interruptores del panel de control miró de reojo a su compañero herido, una fugaz mirada y de nuevo se centró en arrancar la nave.

-¡Aguanta Gial! Lo siento pero hasta que no estemos a salvo no podré echar un ojo a esa pierna. Le sabía mal pero lo único que podía hacer al respecto era lanzarle su kit de supervivencia-. ¡Toma! Esto puede servirte de ayuda.

Se mordió el labio y agudizó la mirada evaluando la situación en el exterior. Iba a sacarles de allí costase lo que costase.

-Tranquilos ha sido un disparo superficial, ahora lo importante es salir de aquí .-dijo a sus amigos mientra cogía el kit de supervivencia que le ofrecía Sharene.

Los habían descubierto a pesar de haber sido discretos, por suerte la comunión del grupo hizo que cada uno se dirigiera hacia el lugar de la nave donde iban a ser más efectivos. Por lo que Gial avanzó hacia uno de los puestos de artillería de la nave. Encendió el puesto de artillería, no era la nave con el mayor armamento de la galaxia pero tenía que valer. Se colocó los cascos con el comunicador para estar en contacto con todo el grupo.

-¡Sharenne sácanos de aquí!

La pierna todavía la notaba adormecida del disparo pero por suerte no la iba a necesitar para disparar.

-Trent vayamos marcando objetivos para tratar de hacer el máximo número de blancos.

Trent sigue al resto dentro de la corbeta y mira preocupado a Gial. Una vez dentro y al ver que Sharene ya ha ocupado el puesto de piloto sigue a Gial a los puestos de artillería. 

Sharene actúo deprisa, encendió los motores activó el sistema de navegación; pero para cuando recordó que la rampa de entrada a la nave seguía bajada ya era demasiado tarde. Tres soldados de los nueve ya habían logrado subir y un cuarto se agarró en el último momento. Los otros cinco se quedaron en el exterior disparando con poco éxito a la nave. Daedar ya había levantado los escudos y una intensidad de fuego tan baja no haría nada contra ellos.

La nave tembló y se elevó. Giró rápidamente embocando la salida del hangar. Solo fueron unos segundos lo que costó atravesarlo y salir al espacio exterior. Allí la situación era bastante caótica. Pudisteis contar hasta cinco destructores y cientos de ties sobrevolando a vuestro alrededor, inmersos en combate contra muchas menos naves Ala-x.

El planeta Troiken estaba justo ahí, y las cordenadas que había metido Daedar indicaban la ruta más rápida hasta la ubicación del templo... La cámara de la sala de control^[1] mostraban que los cuatro soldados de asalto que habían logrado entrar estaban hablando entre ellos, puede que trazando algún plan de actuación. Uno de ellos comenzaba a dar órdenes y comenzaron a desplazarse por la nave fuera de la vista de Sharene y Daedar.

.-Sharene tenemos polizones a bordo, cuatro para ser exactos.-digo al ver a los cuatro soldados de asalto. Conecto el comunicador de los guantes del soldado que había saqueado con los de Trent y Gial para advertirles de la situación y que se agarren fuerte. Desconecto la comunicación con ellos dos y vuelvo a hablar con Sharene:-Voy a abrir des de aquí la puerta de la zona de carga para que se produzca presión negativa y expulse a los soldados, o al menos a la mayoría. Bloquearé las puertas de acceso a la cabina y artillería para que no nos afecte la despresurización. Después volveré a conectarlo todo y si queda alguno que Gial y Trent se encarguen.-

Y empiezo a tocar los botones en la secuencia correcta y de forma casi melódica.