Partida Rol por web

Gial desconcertado se levantó. No sabía que era lo que tenía en mente Sharene pero su confianza en ella era ciega. Con un pequeño cosquilleo en el estomago, tocó en el hombro a Daedar:

-Nos vemos en un rato. Cualquier cosa ven.

Se acercó a su "prometida" y la cogió por el hombro.

-Veamos que tienes en mente.

.-Me tengo que preocupar?-dije ante la propuesta de Sharene. En cuanto se levantó Gial para seguir a Sharene:-Sed buenos.-y me volví a quedar sólo en el bar del casino.

Y allí estaba otra vez, solo. Sharene y Gial iban a echar un polvazo con la Twi'lek, Trent estaba desaparecido y yo allí en un casino con una bebida. Qué podía salir mal? Decidí levantarme e ir a intentar conseguir algo más de dinero en las máquinas tragaperras. No podía permitir que ese duros se quedara con todo mi dinero. 

Miró extrañada cuando Gial hizo esa media invitación a Daedar, sin saber bien cómo tomárselo. ¿Era un S.O.S.? De haber tardado el chico un segundo más en decidirse, Sharene habría dejado a ambos en la mesa y se habría marchado sola con la twi'lek. En realidad, para lo que tenía planeado solo la necesitaba a ella y aunque le hacía gracia que Gial la acompañase y, en cierto modo, le divertía tenerle desconcertado, tampoco quería generarle demasiada incomodidad.

La twi'lek se acercó con una sonrisa. Tenía la piel púrpura y ojos color avellana. Pasaron al reservado dejando que Gial cerrase la puerta tras ellas y una vez dentro, Sharene hizo las presentaciones y se interesó por conocer su nombre. Con un elegante gesto de su brazo, le indicó que tomase asiento para después, sentarse ella en medio de los dos. Tomó un sorbo de su bebida, que había llevado consigo y le acercó una copa a ella.

-Gracias por atendernos -sonrió-. Nos gustaría tratar contigo un asunto de índole personal y por supuesto, contar con tu discreción -explicó, exponiendo el motivo de esta reunión y esperando un gesto acorde a que podía confiar en que lo hablado no saldría de allí. Si así era, continuaría.

-Verás... Hace muchos años, cuando yo era una niña, mi familia pasó por un momento de gran dificultad. Hubo un incendio. Perdimos la casa con todas nuestras pertenencias y cuando mis padres lo creyeron todo perdido y comenzaba a adueñarse de ellos la desesperación, se acercó a nosotros una twi'lek que nos cobijó en su casa, no sólo esa noche, sino muchas más.

-Poco sé de ella, apenas la recuerdo porque era muy pequeña. Sólo recuerdo detalles imprecisos como que vestía sus lekkus con telas y que su piel era verdosa. Ahora será bastante mayor...- se quedó pensativa un instante-. También creo que su nombre comenzaba por J. -se rascó la sien-. Me avergüenza un poco no recordarlo -reconoció.

Suspiró y entrelazó su mano con la de Gial, mirándole con nostalgia. Luego regresó su atención a la twi'lek.

-Lo último que supieron mis padres es que reside aquí, en Ciudad Nube. Quisiera reencontrarme con ella y manifestarle nuestra eterna gratitud.

Esperó un poco, con gesto amable, dejando que la twi'lek pensara e hiciese memoria. Con esos datos tal vez podría facilitarle cierta información.

Gial se dio cuenta de que por un momento había perdido el norte. Había casi olvidado por completo la misión. Los momentos vividos en el crucero con Sharene, lo habían relajado mucho más de lo que pensaba. Lo cual hasta cierto punto iba a ser bueno para liberar el cerebro.

El plan de la arqueóloga era más que perfecto. Cuando sintió la mirada de Sharene, le devolvió una sonrisa con un brillo de esperanza. Guardó silencio esperando a que le twi´lek les diese algún dato que permitiera localizar al contacto que buscaban

La twi'lek miró con sorpresa a Sharene. Tampoco era eso lo que esperaba. Al principio un poco confundida, pero sin duda versada en una buena variedad de conversaciones y con suficientes recursos solo fueron unos pocos segundos los que su rostro lo mostró.

Sonrío y asintió a las palabras de la mujer. 

- Una triste historia, lo lamento - Dijo comenzando la conversación. - Me temo que mis servicios no llegan hasta allí; pero estaré atenta por si apareciera por aquí alguien con esa descripción. -

Miró a la puerta y de nuevo a Gial primero y a Sharene después. 

- Trabajo aquí todos los días excepto los Benduday -  

-Gracias -respondió a la twi'lek cuando expresó empatía hacia su pasada desdicha. Luego su gesto fue de desilusión. No acababa de creer que no supiera nada, pero tampoco podía saberlo.

-¿Me podría decir si hay algún lugar interesante donde se reúnan los twi'lek? Algún punto de reunión, algún sitio que frecuenten, que esté de moda o que sea una costumbre... -se encogió de hombros-, no sé por dónde buscar -le dijo mirándole a los ojos.

Antes de despedirse pagó por sus servicios, aunque realmente no había obtenido más que una negativa, y tras un cordial y amable saludo, salió con Gial para reunirse con Daedar. 

- No hay un lugar en el que nos reunamos. No es que lo necesitemos la verdad - Dijo un tanto molesta. Enseguida corrigió su actitud y con un gesto de disculpa prosiguió. - En cualquier caso quizá pueda estar en alguno de los bares del distrito sur. Es donde más barato está el alojamiento en ciudad nube. Y donde más twi´leks residen actualmente. 

La twi´lek sonrío al ver el dinero y abrió la puerta, dejando pasar primero a la supuesta pareja.

Miró a Kli'tar un poco decepcionada. Esperaba conseguir algo más de información, pero parecía que la twi'lek no conocía a Jeralie, además de haberse tomado a mal sus palabras. ¿Tal vez la había malinterpretado?

Decidió no añadir más, tan solo agradecer su tiempo y sus palabras.

-Gracias, así lo haremos -sonrió levemente y le pagó la cantidad acordada. Después, salió con Gial del reservado para reunirse ambos con su compañero Daedar.

Gial se acercó al oído de Sharene.

-Ha sido una idea magnífica. No te preocupes, tarde o temprano encontraremos nuestro objetivo.

Volvieron a junto de Daedar, el cual por su cara no parecía estar teniendo demasiada suerte.

-Creo que ha llegado el momento de juntarnos nuevamente y ver si Trent ha tenido más fortuna. Además ha sido un día largo, no sería mala idea descansar y ver las cosas con más claridad mañana.

Fueron pocas palabras, pero el chico logró animarla.

-Gracias Gial -sonrió con afecto. Confiaba en que sería así. De un modo u otro darían con Jeralie, y si no, buscarían una forma de que fuese ella quien diese con ellos. Luego asintió a su propuesta, de acuerdo con él.

Daedar estaba apostando. Se preguntaba qué tal le iría.

-¿Necesitas suerte? -preguntó divertida al llegar a su lado.

No tenía mucha experiencia con los juegos de azar pero no podía ser tan difícil cuando el resto de jugadores parecían estar ganando dinero. Probé las máquinas tragaperras debido a que se trataba de un juego de agilidad visual y respuesta cognitiva frente a lo observado.

Me senté frente a una de aquellas máquinas e hice una primera apuesta de 30 créditos, si tenía suerte podría doblar o triplicar la cantidad apostada. Pulsé el botón de inicio y empecé a observar los símbolos en las tres columnas y pulsé rápidamente los botones para detener y emitió un sonido desagradable haciendo ver que había perdido el dinero. Dejé escapar una pequeña maldición y volví a intentarlo necesitaba recuperar al menos ese dinero para pagar por la información que había obtenido. Repetí la apuesta y esta vez me fijé mejor, esta vez en un símbolo únicamente, el siete de la suerte, pulsé los botones y acerté los tres seguido. Esbocé una sonrisa y pulsé el botón para que me devolviera el dinero. 

Satisfecho de haber recuperado el dinero me quedé observando la máquina y pensé que podía volver a intentarlo y acumular algo de dinero. Sharene y Gial aún no habían vuelto y no tenía nada mejor qué hacer hasta que volvieran. Repetí la misma apuesta de 30 créditos para ver si se repetía otra vez y no había sido un golpe de suerte. Volví a asegurar el tiro fijando los sietes en diferentes posiciones y volví a ganar. Decidí hacer un par de apuestas más aumentando el dinero y me sentía en racha. 

Había acumulado 300 créditos para cuando volvieron Sharene Y Gial, era el momento de volver a la misión:-No hace falta suerte cuando tienes buena vista pero gracias por ofrecerte.-le respondí a Sharene, mientras devolvía el vaso de licor a la barra y pagaba la bebida le dije a uno que observaba las máquinas tragaperras que probara en la que estaba sentado que estaba caliente.

Mientras salíamos fuera del casino escuché a alguien gritar de alegría me volví y vi al mismo con el que acababa de hablar slatar de alegría por que le había salido el gran premio. Esbocé una sonrisa y salí fuera del casino. Silbé fuerte y vi como ID descendía de las alturas y se paraba a mi altura:-Vamos a buscar a Trent.-le dije mientras le extendía la mano para que me devolviera el comunicador y le hice un gesto para que volviera al modo mochila.   

Rió despreocupada con el comentario de Daedar, desde luego parecía que estaba en racha. Le miró bastante sorprendida cuando invitó a un desconocido a jugar donde él había estado, pues a la arqueóloga no le importaba esperar unos minutos o adelantarse ella, si su compañero tenía la intuición de ganar un gran premio.

En efecto, así fue. Un gran alboroto se formó en el casino a la par que una sonrisa se dibujaba en el rostro de Daedar. Un gesto contagioso, cabe decir, pues no tardó Sharene en sonreír también. Parecía que su compañero estaba contento de haber compartido su suerte.

-¿Creéis que Trent estará bien? -preguntó mirando a ambos mientras se encaminaban hacia la exposición de joyas.