Partida Rol por web

Asiento sonriente al pequeño ewok, me parece una buena idea. Tomo la cuerda que me tiende y la ato, intentando que no entorpezca el paso y que le facilite a la bolita de pelo el moverse.

Cuando Jenssar me da las botas magnéticas, me desplazo a por ellas con gracilidad. Aunque no las necesito, decido que no sé nada de ellos. Mejor no llamar más la atención. Me acomodo en un asiento, me ato para estar quieta unos momentos, los justos para ponerme las botas.

A continuación suelto el cinturón de seguridad y empiezo a caminar, haciendo el característico "clong clong" a cada paso.

Sigo a Jenssar que ya se ha ido hacia el núcleo. Aunque no sepa mucho, en esta situación cualquier ayuda vale. Supongo.

El movimiento de las estrellas en el exterior causaba una sensación ver vértigo; pero pronto el movimiento rotatorio de la nave pareció estabilizarse o, simplemente, habían conseguido adaptarse a ese movimiento tan poco natural en una nave. Resultaba extraño que los mamparos de la nave hubieran pasado a ser el suelo por el que caminaban, al crearse una nueva gravedad artificial por la rotación, en lugar del propio generador de gravedad estándar.

Con las botas magnéticas del los trajes, una vez acostumbrados al movimiento, no resultó demasiado complicado moverse por la nave. Era un movimiento uniforme, aunque más veloz que tiraba del cuerpo hacia un lado; y ahora los obstáculos al moverse por la Luna Errante eran otros mamparos, mobiliario anclado, cajas sueltas y canalizaciones.

No había fuegos, lo cual era un alivio. Sin embargo, algunas de las partes del Hiperimpulsor principal y, observaron con amargura, del de respaldo, brillaban incandescentes. Jenssar los enfrió con el extintor. Se terminarían de enfriar con el tiempo, pero no podría revisarlos con detenimiento hasta que no contaran con energía y estabilizaran, si podían, la nave.

Era un milagro que hubieran podido salir del Hiperespacio al espacio real, esperaba, enteros.

El núcleo de potencia seguía caliente, pero no lo suficiente como para examinarlo con seguridad. A la luz de las linternas, Jenssar hizo varias comprobaciones rutinarias, con la ayuda tanto de su compañero Rico como de la extraña Yast, mientras Karnwa miraba curioso a ratos o exploraba la sección de ingeniería.

El reactor parecía en buen estado, pero se aseguró de sustituir algunos de sus componentes más importantes como medida de precaución.

Los protocolos estándar para casos como este aconsejaban mantener apagados todos los sistemas y desconectar físicamente los motores, hiperimpulsores y todos aquellos sistemas que requería grandes cantidades de energía, de manera que el reactor no sufriera retroalimentación alguna, y así poder hacer un encendido gradual con seguridad.

Al principio con temor, encendieron el reactor. Los indicadores del núcleo fueron aumentando su valor al tiempo que el zumbido de la maquinaria. Un zumbido estable y tranquilizador.

Tenían energía.

¡Por las estrellas! exclamó Jenssar, con evidente alivio al escuchar el núcleo cobrar vida. Era lo más hermoso que había escuchado en mucho tiempo.

Vamos a tratar de dejar de movernos por un momento, ¿les parece bien? Revisemos el motor principal, y si no detectamos nada extraño, lo encenderemos para dejar la nave estacionaria. Luego ya veremos en dónde estamos y de a uno volveremos a encender los sistemas más críticos.

Una vez con las botas puestas la cosa parece más sencilla, aparte de esquivar todas las cosas que van flotando sin ton ni son, al menos estaban en el espacio real y aún respiraban.

La nave estaba hecha mierda pero con algo de suerte los sistemas más críticos no habrían sufrido daños graves, ahora tocaba la parte de hacer comprobaciones de todo y ver la situación real.

- Bien veamos como estamos de jodidos realmente.

Ayudo  a Jenssar iluminándole y alcanzándole las herramientas que va necesitando.

Cuando suspiran de alivio el y Rico, me tranquilizo.

-Espero que podamos arreglarlo. Hagamos como dices, primero los sistemas críticos y luego el resto. Espero que podamos usar el hiperimpulsor de emergencia.

Mientras los dos tripulantes trabajan y el ewok pasea (al cual no le quito un ojo de encima para que no rompa nada o no se rompa el) decido hablar de nuevo.

-Emm, quería agradeceros haberme sacado de allí. No querría haber tenido que hacerles daño a esos imperiales. Mejor así. Pero los cazas... ¿Por qué os perseguían? ¿Qué hacíais en la luna?-Me paro de pronto. Estoy haciendo demasiadas preguntas- Bueno, no es necesario que contestéis, no me conocéis de nada.

Ok, próximos pasos es  poner en marcha el sistema de soporte vital, lo que filtra el aire que respiramos, el agua, etc. Lo siguiente es prender el motor principal para dejarnos estacionarios, parar esta rotación que llevamos ahora.

Ante el comentario de Yast, Jenssar responde – Hasta donde sé, todos los imperiales estaban tras de ti, nosotros apenas si habíamos llegado a Endor, no teníamos ninguna razón para que los imperiales nos dieran caza… pero ya habrá tiempo de conversar luego.

Jenssar revisó los sistemas de soporte vital y de motores, y tras unos minutos, comentó – Bien, estamos listos para encender estos. Aquí vamos.

- Jenssar tiene razón, nosotros simplemente estábamos en el lugar equivocado por suerte para ti, cuando esto este más estable nos tendrás que explicar que hacías allí.

Dicho esto prosigo a la tarea de ir reparando cosas.

Karnwa, ajeno a la conversación sobre reparaciones que está teniendo lugar alrededor, se dedica probar la tensión de su cuerda, sujeta entre una pared del pasillo y la entrada a la cabina, y se dedica a hacer intentos de ir moviendose por las paredes agarrado a la cuerda. La situación es muy extraña, pero tras los primeros pasos y pasada la desorientación por el cambio de gravedad, empieza a moverse más rápido y dar saltitos agarrado a la cuerda, moviendose a lo largo del pasillo, mientras lanza grititos de entusiasmo. Parece que se lo está pasando bien...

En algún momento que Jenssar y Rico quedaran solo, Jenssar le susurraría... 
- Oye Rico, creo que es hora que interrogues a esta Nautolana. No sabemos nada de ella más que es fugitiva del imperio y que tal vez por su culpa nos hayan asociado con ella. Además está armada. Tu eres el poli, averigua si podemos dormir tranquilos con ella en la nave... yo seguiré con el encendido de sistema
 

Miro con una sonrisa casi maternal al ewok, viendo como juega sin gravedad. Antes las palabras de Jenssar, arrugo en entrecejo. ¿Todo eso era por mí? Lo dudo.

-Bien, luego hablaremos.- No me olvido de que él no ha contestado a mi pregunta, así que algo estarían haciendo que no fuese muy... legal tal vez.

Sigo ayudando como buenamente puedo a los pilotos e intentando que el ewok no rompa nada.

Alivio. Alivio y esperanza. Eso era lo que significaba tener energía.

Los últimos eventos no habían hecho que no pudieran preocuparse por otra cosa que no fuera mantener la nave de una pieza, y ahora empezaban a notar que aire viciado del ambiente. Eso facilitaba la decisión de elegir cuál sería el primer sistema en reactivar.

Los filtros y recicladores de la nave comenzaron a mover y procesar el aire cuando Jenssar activó los sistemas de soporte vital. El humo se fue desalojando poco a poco y el aire limpio ocupó su lugar, aliviando pulmones y aclarando la mente. Luego, las luces iluminaron los compartimentos de la Luna Errante. Pero antes de que Jenssar activara la gravedad artificial, Latoso lanzó un pitido de advertencia. Antes habría que estabilizar la nave. Si activaban la gravedad y los compensadores inerciales antes de dejar de rotar, lo iban a pasar realmente mal.

Jenssar aferró los mandos y, cuando todos se hubieron sentado y asegurado, asintió a Rico. El agente se encogió antes de activar los motores subluz. Los subluz requerían mucha energía y eso significaba un buen tirón para el reactor. Activó los controles. Los motores subluz entraron en funcionamiento y su sonido inundó la nave con total normalidad.

Rápidamente y con maestría, Jenssar estabilizó la nave y las estrellas dejaron de dar vueltas.

Los compensadores inerciales entraron en acción y, por mera comodidad, la gravedad artificial fue activada.

La nave, aún herida, navegaba estable por el espacio real.

Rico sintió un alivio enorme cuando la nave se estabilizó y la rotación paró, la situación era grave pero al menos ya sólo tenían que centrarse en ir activando sistemas poco a poco.

Jenssar tenía razón en su aviso, asi que aprovecho el momento de respiro para hablar con Yast, mientras Jenssar seguía con Latoso revisando sistemas.

- Yast creo que ya podrías aclarar que pasó en Endor, si te estaban persiguiendo sería por algo, no somos amigos del imperio, pero si me mientes lo notaré, antes de dar tumbos era investigador privado y aprendí una cosa o dos.

Colgado de su cuerda, ahora innecesaria, Karnwa nota como el peso normal de sus articulaciones vuelve progresivamente y el juego se va acabando. Se deja caer pesadamente sobre el suelo, estira un poco sus músculos y tantea el movimiento. Sí, parece que todo vuelve a la normalidad. Lastima, ya le había pillado el truco a la cuerda...

Con sus cortos pasos, se acerca a la puerta de la cabina para mirar por las ventanas, un negro inmenso punteado por miles de estrellas se despliega al otro lado del cristal.

- ¿kartie anachoosa?* - Pregunta curioso...

Cuando la gravedad artificial vuelve, me siento mejor. Entonces Rico me preguntó por mi relación con los imperiales. Asiento con la cabeza. Es justo.

-Bien, pero mejor que estemos todos. Y así vosotros me contáis también que hacíais en la luna de Endor.

 Y tras apagar el magnetismo de las botas, voy hacia la cabina, donde Jenssar está a los mandos.

Entro en el puente.

-Buen trabajo, Jenssar. Bien.-Entra Rico detrás de mí.-Rico quería saber porqué me siguen los imperiales. Supongo que tú también. Y estoy de acuerdo en contároslo, pero antes he de saber cuál es vuestra relación con el imperio.-Me encojo de hombros.-Entendedme, aunque me hayáis salvado la vida, no se quienes sois.

La Estrella Errante se había estabilizado y seguía en una pieza. Ya eso era una hazaña que Jenssar relataría en los años por venir. Su espíritu estaba animoso de nuevo y tarareaba bajito una canción de su planeta.

Tomo los mandos y comenzó a desacelerar la nave, paulatinamente. Accionó el altavoz de la nave  – Voy a dejar la nave estacionaria, para conservar energía mientras terminamos de ver qué nivel de daños hemos sufrido. Latoso, voy a prender ahora los sensores y los escudos. Eso nos permitirá saber dónde estamos y además evitar que cualquier partícula perdida nos taladre el casco. Rico, Yast, cuando puedan, dejen las botas en el pañol de trajes.

Jenssar accionó los comandos y la nave se detuvo suavemente.

-Bien, Latoso, revisa los niveles del núcleo a medida que enciendo sensores y escudos…

En ese momento entra Yast a la cabina. Jenssar la miró asombrado. - ¿Nuestra relación con el imperio? Dianas de tiro, por si no lo notaste… ¿Te pareció que tuviéramos algún trato positivo con ellos, o que el combate fue todo una charada para impresionarte? Casi nos matan… y no diré que fue culpa tuya, pero hasta donde sabemos, estos imperiales estaban atrás de ti y tu Ewok… Rico y yo caímos en fuego cruzado. Si quieres saberlo, y te lo diré porque obviamente amiga de los imperiales no eres, es que somos dos profesionales tratando de ganarnos la vida y pagar las deudas, cuanto más lejos de enredos imperiales mejor. Solo espero que mi jugada con los sensores les haya impedido identificarnos, es algo que tendré que comprobar la próxima vez que acceda a la holored. ¿Satisfecha?

Ahora que había energía y la nave estaba estabilizada, era el momento de protegerla y buscar respuestas.

Los generadores de escudos extendieron su campo alrededor de la nave, añadiendo algo más de seguridad en el ánimo de los tripulantes. Luego, los sensores pasivos comenzaron a inundar las pantallas de datos, mientras la interfaz de Latoso se movía en ambos sentidos al comunicarse con la computadora. El reactor permanecía estable.

- ***Localización: Desconocida*** - anunció el droide -. ***Datos insufucientes. Recopilando información e iniciando triangulación espacial***.

Escucho las explicaciones mientras me quito las botas magnéticas y las guardo donde me ha indicado. Parecen sinceros.

-Bien, es de agradecer. Simplemente con el hecho de saber que no sois simpatizantes me llega. Entendedme, podrían haber disparado a la nave sin saber quienes iban dentro, y más aún después de lo que sea que hayas hecho para enmascarar la identidad de la nave.

Me coloco los tentáculos un poco y me siento.

-Bueno, un resumen rápido es que estaba en el lugar equivocado en el momento equivocado y me enfrenté a los imperiales equivocados.- Con un gesto de la mano hago que no protesten.- Ya va. ¿Conocéis Alpheridies? Es un bonito planeta del sistema Abron. Allí me crié. Hasta que un día vino el Imperio, y lo atacó. Yo me resistí con otros, combatimos, pero la resistencia fue fútil. La aplastaron. Yo huí. Y llevo huyendo desde entonces de ellos. Me consideran peligrosa y me llaman "terrorista" creo, pero lo cierto es que lo único que hice fue defender mi hogar.

Me encogí de hombros. Espero que con esto llegase.No he mentido. Si tengo que empezar a contar mi infancia con los mirakula... espero que el hipersalto no funcione porque tendremos mucho tiempo por delante.

-Y esa es la razón. Pero me extraña que nos hayan perseguido con tanto encono. Nunca me habían perseguido así, si me encontraban iban a por mí y me escabullía, nunca me había perseguido un escuadrón de cazas. Por eso creí que eso era cosa vuestra.

Por un momento, al oír la palabra ewok, Karnwa levanta las peludas orejas, pero pierde interés en la conversación al no enterarse mucho de que habla. Sigue mirando por la ventana fascinado por las estrellas, hasta que vuelve a repetir su pregunta.
- ¿kartie anachoosa?* -