Partida Rol por web

Tras hacerse con su botín, Carlam abandonó la Biblioteca con intención de reagruparse con sus compañeros y encontrar así una salida segura del templo.

Por desgracia, su avance fue abruptamente interrumpido por un grupo de soldados clon que tras girar una esquina se toparon de lleno el Jedi.

¡Ejecutad al Jedi!

La orden fue clara, aquellos soldados no se andaban con rodeos y eso provocó que tus sentidos se agudizaran... estabas a punto de enfrentarte directamente a los traidores.

Sin perder ni un segundo y viendo como Oso fue capaz de acabar con uno de los clones, Suka se lanzó a atacar al otro. 

El cuerpo a cuerpo era diferente a intentar golpear con el rechace de un disparo y ahí el jedi se creció, pivotó sobre sus pies lo justo para poder hacer un arco ascendente con su espada que evitara el arma del soldado, que era lo único que podía hacer que su ataque no fuera efectivo. Las manos le vibraron cuando la luz verde atravesó el peto de armadura, sin lugar a dudas el golpe había sido efectivo y había llegado al pecho. Suka apagó la espada inmediatamente, sabía que ese ataque había acabado con él.

Vamos. Dijo a su azulado compañero. No podían perder tiempo, quizás Carlam les necesitara.

Tras la última estocada de Suka, la amenaza de los soldados clones pasó a la historia.

Pudisteis continuar vuestro avance a gran velocidad, siempre orientados rumbo a donde considerabais que debería estar vuestro compañero Carlam.

Amplia fue vuestra sorpresa cuando descubristeis al final de uno de los grandes pasillos como un grupo de soldados clon estaba plantándole cara a aquel a quien estabais buscando. Era un combate desigual (un Jedi contra 3 soldados clones), y era evidente por la situación que no sería un momento agradable para Carlam, pero por fortuna vosotros estabais cerca.

¿Cuándo cesarán los ataques? ¿Tendréis mucho tiempo más antes de que todo el Templo esté ocupado por completo por las tropas de la República?

Tras vencer a los clones, desactivé el sable para envainar la empuñadura. Asentí a mi compañero Jedi y ambos nos movimos en silencio pero velozmente a través de los corredores en dirección hacia Carlam. Pasados unos minutos de búsqueda alcanzamos la posición de Carlam y para nuestra sorpresa le encontramos pero en mitad de un combate contra tres clones. 

En ese momento le hago una serie de señales manuales a Suka para indicarle que avancemos en silencio hacia los clones para atacarles por la espalda. Tras eso le hago otras a Carlam para que sepa que estamos allí y que atacaremos a los clones por detrás, realizando una maniobra envolvente. 

Sabiendo que estábamos allí tan solo era cuestión de coordinarnos y vencer a los clones para poder seguir con la huida del templo. 

Suka imitó a su azulado compañero a pesar de dudar que fuera lo más oportuno dada la situación. Los beneficios de atacar por sorpresa eran evidentes, sin embargo, no sabían si Carlam se encontraba bien o si necesitaba ayuda urgente y habría que ir corriendo y atacar a saco.

Sable laser en mano, el jedi moreno se dio toda la prisa que pudo, dentro que que no debía de hacer ruido como le había indicado Oso. 

Aún sintiendo aquella extraña sensación de poder recorriendo mi cuerpo, me alejé de la biblioteca con la intención de encontrar una vía de escape de la tumba en la que se había convertido el Templo y, de paso, poder reunirme con mis compañeros. Aunque no sabía si habrían conseguido escapar y, en ese caso, en qué condiciones se encontrarían.

Pero no iba a ser tan fácil, si es que en algún momento había creído que pudiera serlo. Tres clones me cerraron el paso sin ninguna intención de dejarme salir con vida de allí. Los que habían sido fieles compañeros de armas hasta hacía tan solo unas horas buscaban ahora mi perdición, al igual que habían acabado con cualquier jedi que se habían encontrado a su paso.

Me daba cuenta que intentar razonar con ellos iba a ser una tarea imposible, más aún cuando escuché la firme y tajante orden que uno de ellos daba. No quedaba otro remedio que plantar cara. La luz de mi espada láser iluminó con su tono azulado el gesto serio y concentrado de mi cara y, sujetando la empuñadura que con tanto mimo y tiempo había construido, me dispuse a entrar en acción.

Un movimiento al final del pasillo me desconcentró durante una milésima de segundo. Necesitaba saber si eran más clones que venían a apoyar a sus compañeros o, por el contrario, alguien venía a ayudarme a mí. Mientras desvía los disparos de los blásters y me movía con agilidad en zigzag, puede comprobar que se trataba de mis dos amigos. Pero aún se encontraban demasiado lejos y yo temía verme superado por los clones, a pesar de que tan solo eran tres y por mi preparación y entrenamiento debería resultarme fácil acabar con ellos.

¿Acaso me estaba dejando influenciar por aquel extraño y grandioso poder?

Los clones siempre habían demostrado ser unos magníficos soldados. Mientras estuvieron de nuestro lado se habían comportado de manera heróica, capaces de realizar las mejores hazañas, de enfrentarse a las más terribles batallas y conseguir salir victoriosos. Pero ahora que se habían vuelto nuestros enemigos...

Me estaba resultando bastante difícil abatir a los tres clones que tenía enfrente. Ni siquiera era capaz de alcanzarlos ya que solo conseguía, y a duras penas, defenderme. Pero al comprobar que mis dos compañeros cada vez estaban más cerca, preferí centrarme en uno de ellos para que, tanto Oso como Suka, se encargaran de los otros dos.

Esa era la única posibilidad de victoria que yo alcanzaba a ver. La única para salir de aquel templo que se había convertido en el cementerio de muchos jedis.

Sentí la tentación de atacar a lo loco pero me contuve, no era necesario expresar ira y decepción por la traición de los clones, Lo que hice fue acercarme con sigilo al clon que quedaba a la derecha de Carlam y justo antes de hacer contacto con él, encendí el sable dejando ver el fulgor cian de la hoja. Ataqué en diagonal ascendente por la espalda del clon y giré para colocarme delante de él para ejecutar otro corten en diagonal descendente y así abatir al clon en el acto.

Por fin alcanzaron el combate. Suka miró a Carlam desde más cerca para ver si se encontraba bien y paracía que si, afortunadamente.

El moreno jedi miró a Oso constantemente de reojo para sincronizarse con él, mientras intentaba no hacer ruido al igual que su compañero, cuando estuvieron a la espalda de los soldados encendió su sabe verde cuando notó que su azulado amigo hacía lo mismo. 

Al parecer Meneer no fue todo lo silencioso que requería la situación, pues el clon al que atacó fue capaz de esquivar su espadazo sin aparente dificultad. El chico intentó reponerse enseguida para volver a acometer otro ataque.

Meneer se recompuso del ataque fallado con gran agilidad y tras esquivar un golpe de culata de blaster por parte del soldado imperial, lanzó un nuevo tajo ascendente, que esta vez si acertó en el costado. El sable láser dejó su marca desde la cadera hasta la axila. 

Ya está. Dijo el moreno jedi en voz baja. De forma inmediata la luz de su espada se esfumó.

Suka miró a sus compañeros y se dirigió a ellos. Me alegro de que te encuentres de una pieza Carlam. Una leve sonrisa surgió en sus labios aún a pesar de la situación. Pero ya celebraremos más tarde, cuando de verdad estemos a salvo de esta masacre. Continuemos hacia el hangar. Planteó. Los padawan que Oso y él habían rescatado habían ido hacia allí, esperaba que hubieran podido ponerse a salvo sin dificultades.

Tras aquel reencuentro y con la situación resuelta (por ahora) el grupo de caballeros Jedi continuó con la siguiente parte del plan: ir al hangar para salir del templo de la forma más rápida y segura posible.

Mientras corrían por los pasillos pudieron comprobar que ahora el pulimentado suelo albergaba los cadáveres tanto de compañeros caídos como de soldados clones. Podíais sentir como las perturbaciones en la Fuerza eran dolorosas casi a nivel físico ¿se estaría extrapolando esa masacre por todos los sistemas de la galaxia? de ser así podría significar el fin de los Jedi.

Teníais el hangar prácticamente a la vista cuando sucedió algo que os dejó helados, hasta el punto que detuvo vuestro avance.

Anakin Skywalker, antiguo padawan del Maestro Kenobi, apareció en el hangar escoltado por un gran número de soldados clon. Para vuestro asombro y horror, comprobasteis como aquel que antes era compañero en el templo se dedicaba a atacar a los otros Jedi que había en el lugar.

Con su sable aniquilaba tanto a niños como a adultos. A los heridos y a los que se encontraban en perfecto estado. Estabais observando en primer plano la total caída al lado oscuro de alguien que muchos rumoreaban que era el elegido, aquel que traería el equilibrio a la Fuerza.

Sabíais que ir de frente al hangar podría suponer la muerte. Aquel Jedi estaba escoltado por demasiados soldados clon, probablemente no tendríais oportunidad. Ahora vuestro objetivo era sobrevivir, cueste lo que cueste...

Mantuve una postura defensiva durante el breve combate, tras abatir al clon y ver como Carlam abatía al suyo, tan sólo restaba el clon que combatía con Suka, pero le costó un poco vencerle pero pasados unos segundos consiguió abatirlo. Con el combate finalizado le contamos a Carlam lo de los otros dos Clones y los niños que rescatamos y fue entonces cuando sentimos que él estaba en peligro.

Nos dirigimos hacia el hangar tal y como estaba planeado. Recorrimos pasillos, viendo la muerte de todo ser que habitaba el templo y de sus atacantes. La Fuerza estaba perturbada y el dolor en aquellos pasillos era demasiado pero superamos aquello para encontrarnos otro hecho que habría derrumbado cualquiera, estando apunto de alcanzar el hangar. 

Skywalker, liderando un batallón de clones y aniquilando a todo Jedi que encontraba a su paso, niño y adulto:-No puede ser cierto. Ha caído en el lado oscuro.-dije tras ver sus ojos amarillos y casi inyectados en sangre y una mirada de odio contra los que fueron sus hermanos:-Van hacia el hangar, tendremos que encontrar otra forma de salir de aquí.-añadí a continuación:-No podremos hacerles frente aunque quisiéramos.-dije apretando los dientes ante aquella oleada de ira pero entonces recordé las enseñanzas de Yoda:-La ira lleva al odio, el odio al sufrimiento y el sufrimiento al lado oscuro.-Somos Jedi, no podemos caer en el lado oscuro como él, no sé que puede haberle pasado para que acabe así pero ahora no podemos hacer otra cosa que sobrevivir.-expliqué de la manera más estoica que pude y me puse a pensar en una forma de salir de allí. 

.-Se me ha ocurrido, no será bonito pero podremos huir por las cloacas.-dije tras un momento de iluminación que tuve.

Entre los tres habíamos superado el último obstáculo que por el momento se nos había presentado y, mientras apurábamos el paso para llegar al hangar, mis compañeros me fueron contando lo que habían estado haciendo el tiempo que estuvimos separados.

El panorama que nos íbamos encontrando por los pasillos resultaba dantesco. Los cadáveres, de jedis y clones por igual, salpicaban el recorrido y, a cada paso que dábamos, la sensación que me oprimía por dentro se hacía cada vez más fuerte. La perturbación en la Fuerza resultaba cada vez más agobiante, cada vez más difícil de soportar. La masacre de jedis no debía estar ocurriendo solo en el Templo...

Teníamos nuestra meta al alcance de la mano. Tan cerca... Pero lo que nos encontramos hizo que me detuviera en seco, paralizado por el horror y con la incredulidad brillando en mis ojos. El general Skywalker, el jedi al que más admiraba y que, al igual que muchos otros, yo también consideraba el elegido, avanzaba a la cabeza de numerosos clones matando a cualquier jedi que se encontraba a su paso sin importarle ni la edad ni su estado físico.

¿Cómo era posible? ¿Qué podía haber sucedido para que alguien como Skywalker se hubiera dejado sucumbir por el lado oscuro con tanta intensidad? Preguntas que en esos momentos no tenían respuesta y que quizás nunca la tuvieran.

Mis dientes rechinaron con rabia y frustración. Enfrentarse al general, con la fama que tenía, sería un suicidio y mucho más aún con la cantidad de clones que lo seguían. Había que buscar otra vía de escape antes de que nos detectaran.

No podía apartar de mi cabeza la imagen de aquel Anakin tan distinto al que todos conocían, del odio que reflejaba sus ojos y un estremecimiento me recorrió al pensar en lo sucedido en la biblioteca. ¿Era tan fácil sucumbir al lado oscuro?

Las palabras de Oso me sacaron de golpe de esos pensamientos poco tranquilizadores. Negué con la cabeza, con menos confianza de la debería haber mostrado.

—No. No podemos caer en el lado oscuro —murmuré, buscando convencerme a mí mismo—. ¿Por las cloacas? Tampoco es que tengamos muchas otras posibilidades así que podríamos intentarlo...

A cada paso que daban la situación estaba peor. La masacre que se estaba llevando a cabo en el templo jedi era algo nunca visto y que nunca se habría podido imaginar. Para Suka ver los cuerpos de sus compañeros caídos era duro, su corazón se estremecía a cada paso que daba y se tenía que llevar a la cabeza lecciones del maestro Yoda sobre los sentimientos negativos y el lado oscuro constantemente para mantenerse sereno. 

Al llegar al hangar todo aquello por lo que Meneer estaba luchando cobró mayor sentido. ¡Es Anakin! Pensó sorprendido. Si él, aquel destinado a traer el equilibrio, había sucumbido ante el poder del lado tenebroso de la fuerza, cualquier esfuerzo que realizará por controlar sus emociones era de vital importancia, pues su talento no estaba ni cerca del joven Skywalker.

El joven y moreno jedi respiró profundo y analizó las opciones de enfrentarse a Skywalker y su ejercito de clones, miró a su alrededor buscando alguna estrategia que pudiera darles la ventaja para paliar la desventaja numérica, pero por más que lo intentó no dio con nada.

Con sus palabras, Oso y Carlam sacaron a Suka de su ensoñación sobre la utopía de hacer frente a aquel ejército. Es imposible si. Dijo convencido tras pensar en varias opciones. Huir es nuestra mejor opción sin duda. Las cloacas son poco agradables, será uno de los últimos sitios que registraran. Es una gran idea. Dijo sereno a pesar de la situación, parecía que sus esfuerzos para controlarse si servían para algo.

Gracias a la idea de Oso, el grupo de Jedis tuvo un plan para huir del templo por una ruta alternativa.

Utilizando el conocimiento que tenían sobre la instalación, encontraron el camino más óptimo para alcanzar el sistema de alcantarillado que les llevaría hasta el exterior.

Después de atravesar un maloliente conducto donde los deshechos circulaban hasta un lugar adecuado, los Jedis pudieron llegar al exterior del templo con la incertidumbre sobre lo que iba a pasar ahora.

Observaron con preocupación como Coruscant estaba repleto de soldados clon a mandos de la República... o al menos eso es lo que creíais ahora puesto que a medida que os mezclabais entre el gentío pudisteis escuchar como circulaba un rumor hiriente: Palpatine se había autoproclamado Emperador de la República, creándose así un nuevo Imperio Galáctico con el objetivo de instaurar la paz bajo las manos adecuadas... para vosotros aquello era una broma de poca gracias tras haber vivido aquella carnicería. Órganos como el Consejo Jedi habían perdido autoridad y credibilidad bajo el envenenado discurso del nuevo emperador, definitivamente el final de la era dorada de los jedi había llegado.

Sabíais con seguridad que Coruscant no era un lugar seguro, teníais que abandonar el sistema tan pronto como fuese posible y después pensar con más calma un plan a largo plazo, sin embargo no podíais usar los transportes del propio templo, tan solo quedaría buscar una alternativa en los suburbios de la ciudad, el que por ahora parecía el único lugar seguro para proporcionaros anonimato y opciones.

Gracias a las infinitas horas recorriendo el templo, durante la etapa de padawans, pudimos sortear las pocas patrullas de clones que habían hacia los niveles inferiores del templo y no encontramos a ninguno a nivel de los sumideros del templo. Pudimos atravesar las alcantarillas para llegar al exterior del templo pero todavía seguíamos en peligro, debíamos llegar a los niveles inferiores de la ciudad para mezclarnos con los habitantes y así poder sortear las patrullas de clones. 

.-Debemos cambiarnos las ropas, destacamos demasiado llevando las túnicas. Así podremos mezclarnos mejor entre los locales.-propuse a modo de evitar ser detectados como jedi por las ropas. Mientras meditábamos sobre ello nos enteramos por la holonet sobre el porqué nos habían atacado los clones. Palpatine era el responsable. Nos había tachado de traidores a la República, mancillando nuestro honor diciendo que un grupo de jedis habían atentado contra su vida y había convertido la República en un Imperio Galáctico:-Pero no tiene sentido que los clones hayan acatado esa orden sin cuestionarla. Tiene que haber alguna explicación.-comenté después que la transmisión del Emperador terminara para que los presentadores de noticias mostraran imágenes del templo en llamas 

.-Tenemos que conseguir un transporte para salir del planeta. Es probable que los clones registren a todo el que quiera subir a una nave por lo que deberemos entrar en una sin que nos vean.-comenté a modo de opción para salir del planeta.