Partida Rol por web

Mientras os ocultabais de la soldadesca, el comunicador que llevaba Fillon recibió una breve respuesta por parte de Vindar respondiendo que lo había recibido. No debería tardar demasiado, pero el Bakurano lo iba a tener difícil para recogeros si la cosa se complicaba. Pero si los problemas no quisieran dejaros atrás, algo sucedió en las filas imperiales que las alborotó.

Los soldados de asalto empezaron a movilizarse, encarándose hacia el sendero donde estabais. Parecía que algo o alguien les había advertido de vuestra presencia, pues para cuando os quisisteis dar cuenta los diez soldados de asalto habían tomado posiciones y alguno os vio, porque los disparos os empezaron a caer en una densa cortina láser. Por fortuna, los cañones láser de los transportes aun no se habían posicionado, pero era un escaso alivio, ya que de retaguardia se escuchó el peligroso zumbido de un sable láser.

La inquisidora apareció a vuestras espaldas con la armadura destrozada por las garras del terentatek, percibíais que tenía alguna herida por cómo se movía, pero la mirada de sus ojos ambarinos preñados de ira infundía terror.

—Maldita escoria carroñera.. os destrozaré con mis propias manos —prometió avanzando hacia vosotros, encerrándoos en una mortal pinza a dos bandas.

Quizá contra los soldados podíais tener alguna oportunidad, pero con los dos frentes las posibilidades se reducían. La perversa mujer estaba por cargar, pero entonces una voz masculina irrumpió en la escena.

—¿Qué tal si equilibramos un poco la balanza? —de algún lugar elevado cayó un hombre de cabello corto pelirrojo, llevaba un desgastado poncho y, a su espalda, se desenganchó un pequeño droide que corrió hacia vuestra posición. El hombre prendió una sable láser azul y se interpuso entre la inquisidora y vosotros.

—Hagámoslo así —dijo apuntando su espada contra la inquisidora —. Yo me ocupo de esta y vosotros de los soldados, y esperamos a que vuestra nave llegue a tiempo antes de que todos los imperiales nos caigan encima, ¿hecho?

A esto el pequeño droide añadió algo, que había llegado junto a Fillon. Uno diría que casi parecía un saludo. No hubo tiempo de más, la inquisidora se lanzó contra vuestro impresvisto aliado empezando un furioso duelo de sables láser.

Los soldados imperiales os disparaban desde un poco más abajo, lo cual os daba cierta ventaja sobre ellos, pero en el momento que los cañones láser de los transportes os apuntaran esa ventaja iba a cambiar muy deprisa.

El movimiento de los soldados imperiales indicaba que, de alguna forma, los habían percibido o visto. Mientras la exploradora se preguntaba cómo había podido suceder, se cubría de la cortina de disparos y entonces el sonido del láser le dio la respuesta a su pregunta... Aquella mujer había avisado a los soldados... 

Sus latidos se habían acelerado, pensando mil y una opciones para salir de aquella extrema situación pues sabía que era harto complicado y ya pensaba en la manera de darles a sus compañeros el mayor tiempo posible para intentar escapar cuando aquella voz masculina la sacó de nuevo de sus pensamientos.

- No sé quién eres pero me parece buen plan... - Miró a sus compañeros - Vamos, esperemos a la nave mientras dejamos inconscientes a algunos de esos soldados... 

La ventaja es que había corrido con su pistola bláster desenfundada. 

Fillon hizo una media sonrisa, levantó la mano y se la llevó a la frente haciendo lo que pudiera ser una especie de saludo. 

— Bueno... parece que no todo van a ser malas noticias. Seas quien seas, eres más que bienvenido. —

Sacó su pistola blaster y tratando de conservar su cobertura comenzó a devolver el fuego. No tenía ni granadas ni nada que pudiera causar mucho daño en bloque... o joder, cuanto le gustaría tener ahora una maldita granada.

La sanitaria se quedó un poco pasmada al ver aquel nuevo personaje aparecer, cual absurdo príncipe en un aún más absurdo cuento de hadas. Al contrario que sus compañeros no dijo nada, pues la propuesta era tan preocupante como la alternativa. Al menos si de ella dependía. No tardó en mirar primero a la loca salvaje que los perseguía y que ahora se enfrentaba con el recién llegado y después a los imperiales que les cortaban el paso.

—Pues querida, como no seas una diana con patas no se que vas a hacer— se dijo a sí misma, consciente de su absoluta incapacidad para el combate. —La cosa es intentar ganar tiempo...

Apretando los dientes, se asomó para disparar. Había que intentarlo.

Mi arma apunto a la maldita loca que parecia haberse hecho cargo de la monumental bestia, mas en ese momento un chaval cayo de vete tu a saber donde y como si estuviera en el salon de su propia nave, comento de unir fuerzas. Ni siquiera iba a preguntar, si queria enfrentarse a esa tipeja, yo no tenia problema alguno en enfrentarme a lo que habia abajo. Ahora solo faltaba que ninguna de los dos flancos colapsara.

Me gire hacia los imperiales y con el rifle blaster en la mano, consegui cobertura antes de comenzar a disparar.

Hay que moverse... - Señale en direccion a las coberturas mas pesadas que habia no muy lejos. Si esos cañones se ponian en funcionamiento estabamos jodidos. Muy jodidos. - Thea! - Era simple, aqui eramos presa facil.

Buscaria ver si habia algun panel o algo en el costado de esos bichos que ayudase a anular su capacidad y sino, dispararia sobre los mas avanzados de los soldados.

La escaramuza estalló con toda virulencia. Mientras a vuestra espalda se desencadenaba un feroz duelo de sables láser, la soldadesca imperial cercaba vuestra posición haciendo llover fuego láser sobre vosotros. No sabríais cuánto tiempo iba a necesitar Vindar para alcanzaros, pero, a juzgar por la activación de los cañones láser de los transportes, esperabais que deprisa.

Thea se movilizó ganando el flanco de la posición imperial, y aunque no disparó estaba en una posición perfecta para avasallar a los soldados de asalto cuando estos avanzaran, además de estar en un punto ciego de los peligrosos cañones láser. Marc demostró una vez más su habilidad con el rifle, pues con absoluta precisión abatió a dos de los soldados de asalto más avanzados derribándolos antes de saber qué les había golpeado.

La primera línea imperial había perdido a dos soldados, pero eso no menguó sus esfuerzos por avanzar. Estos atacaron la posición de Isakaly, pero el conjunto de chatarra que había elegido para protegerse la salvó del fuego enemigo. Por desgracia los disparos acabaron por deshacer su parapeto dejándola expuesta a un nuevo ataque imperial.

Fillon no se quedó ensimismado, el veterano técnico apuntó a la línea imperial derribando a otro soldado, pero la pistola se le sobrecalentó por los repetidos disparos del arma. No era peligroso, pero sí incómodo para el técnico. Finalmente, una expuesta Isakaly devolvió el fuego con escaso éxito, pero maniobró para buscar otra protección aprovechando los disparos de cobertura de Fillon.

La desgracia llegó cuando los soldados de asalto de la segunda línea abrieron su salva, estos apuntaron sobre la posición de Fillon hiriéndole de gravedad. Un impacte humeante se elevó sobre su hombro, aun podía actuar, pero la tropa imperial se había cebado con el viejo del grupo.

Se movió, analizando y estudiando el campo de batalla en el que se encontraban y finalmente se colocó en una posición estratégica, aunque para ello tuvo que sacrificar el no disparar aunque su compañero había hecho lo que mejor sabía hacer, derribar imperiales. 

En cuanto vio como alcanzaban a Fillon miró corriendo a Isakaly.

- ¡Isakaly! ¡Hazte cargo de él! ¡Usa los Stimpacks que consideres!

Se posicionó de nuevo, respiró y apuntó a los cañones con el arma en aturdir, buscando así poder inhabilitarlos para que no pudieran dispararles. 

Sin preocuparse de que la disparasen o de protegerse¹ Isakaly corrió hacia Fillon. No había llegado a oír a Thea, pero si que había oído el quejido del anciano casi al tiempo que dejaba de cubrirla con sus disparos. Girando a mitad de camino, hacia los escombros tras los que había pensado cubrirse, se acercó al veterano del grupo, que parecía tratar de ponerse una inyección con la mano temblando. 

—Quieto— exclamo cogiendo el inyector y moviéndolo de forma que quedase algo más protegido de los disparos. A pesar de su apariencia frágil, la forma en la que le cogió para moverle mientras se situaba entre los soldados y él² denotaban que sabía bien lo que hacía. Sin demasiados preámbulos, la mujer descubrió el hombro de Fillon y le clavó el inyector. Mientras presionaba el émbolo para que el líquido entrase correctamente se percato del gigantesco cañón— Oh... mierda... agacha.

Senti mas que vi, escuche a Isakaly y comprendi que Fillon ya estaba en buenas manos. Esperaria por si algun canon me apuntaba y entonces cambiaria de posicion, mientras seguiria atrayendo su atencion.

Correr y disparar. No te quedes quieto o eso canones te van a convertir en pulpa. Atrae la atencion, sigue derribando imperiales. Thea sabe lo que tiene que hacer.

Me eleve por encima de mi cobertura y dispare de nuevo al primer imperial que asomara y estuviera cerca, a ser posible cualquiera que abriera fuego sobre los demas, para atraer asi el fuego en mi direccion.

— Joder... — Fillon se quejó cuando la aguja del inyector atravesó su dermis, pero la sensación de mejora cuando los estimulantes comenzaron a hacer su trabajo corrigió el dolor por una sensación de mejora.

— Gracias Isakaly — Dijo enseguida, dando un vistazo primero a los soldados que les disparaban primero y a los guerreros que luchaban con sus espadas laser después. Miró entonces al cielo. 

— Esperemos que azulito no tarde mucho en llegar. — Miró su arma y negó.

— No podemos parar ahora, tenemos que aguantar... hacerles frente. — Ya recuperado se asomó con cuidado y apuntó de nuevo, tratando de no perder la cobertura; pero un fuerte pinchazo en el hombro hizo que sus disparos se perdieran entre la chatarra.

— Joder... — Repitió el hombre al ver que había fallado.

El tiroteo se recrudecía, mientras la tropa imperial tomaba posiciones y escupía su tormenta de disparos láser sobre vuestra posición, el combate entre vuestro misterioso aliado y la Tercera Hermana llegaba al punto álgido. El combate parecía igualado, contrastaba la forma calmada que tenía el joven pelirrojo con las furiosas descargas que realizaba la inquisidora, en ese momento del combate, el resultado aun era incierto.

Pero lo inmediato era lo que teníais delante, y es que uno de los cañones láser de los transportes se había colocado en posición. Este apuntó a Thea, que se había expuesto más que los demás, pero la puntería de la exploradora encontró premio. En lugar de disparar a los soldados, afinó el tiro a la torreta. Una ráfaga azul impactó sobre la torreta causando que esta empezara a escupir arcos de electricidad y los cañones desactivándose. Parecía que habíais ganado tiempo.

Marc, por su lado, siguió disparando demostrando su destreza con el rifle láser derribando a otro soldado y dejando herido de gravedad a otro. El fuego de cobertura del militar estaba demostrando ser proverbial, algo que ayudó a Isakaly estabilizar las heridas de Fillon después de haber sido castigado por el fuego enemigo. Gracias al alivio que sintió, el viejo técnico aun tuvo tiempo para responder a los disparos enemigos, sin éxito, pero el viejo demostró que no iba a caer sin luchar.

La tropa imperial no se quedó plegada, y respondió apuntando, primero, a Thea acertándola debido a que se había quedado expuesta. El impacto fue más aparatoso que letal, pues la armadura absorbió la mayor parte del fuego dejando un denso humo gris y olor a quemado. La otra escuadra de imperiales localizó a Isakaly como la médico del grupo y se ordenó atormentar su posición con fuego masivo. Por desgracia para la médico, la famosa puntería imperial se abrió paso haciendo que una piedra estallara junto al oído de la médico dejándola confundida unos segundos.

Por ahora no había ni rastro del Bakurano Errante, pero el comunicador cobró vida con la voz de Vindar al otro lado.

—Un minuto —fue la sobria comunicación del chiss.

Iba a ser un minuto complicado, pues los otros dos transportes ya estaban apuntando con sus cañones láser.

El disparo había rozado el hombro de Thea lo que provocó que un gemido de dolor saliera de su garganta al sentir el quemazón y aún así volvió a disparar a uno de los cañones pues estos podrían ser los que más daño podrían hacerles. Aunque estaba comenzando a estar cansada por lo que esta vez fue un disparo más rápido para así después poder volver a buscar la cobertura que previamente había encontrado.

Con un quejido, Isakali se llevó la mano a la cabeza mientras sentía que todo retumbaba. La mujer se agachó al sentir toda aquella artillería centrada en ella. Temblando se apartó las manos de las orejas y vio un poco de sangre. Suspiró aliviada. Era poca. Debía de haber sido una rozadura de la piedra al explotar.

—Estoy bien— dijo a Fillon que estaba lo suficientemente cerca como para oír su grito de sorpresa, Frunciendo el ceño miró hacia Thea. No parecía muy herida, pero de lejos no podía asegurarlo. Además, se estaban centrando en ellas y, si no se movía, era cuestión de tiempo que la acertaran a ella o de rebote a Fillon. Incluso podían aprovechar para tirar un explosivo— Cúbreme

Sabía poco de combate, pero sabía que era mejor estar moviéndose que estar esperando a que te disparasen. Y no podía evitar ir a ayudar a quien lo necesitaba.

Fillon fue a apoyar a Isakaly, a ver si le habían dado cuando la mujer no solo se recompuso y le dijo que estaba bien. También le pidió fuego de cobertura para ir a por la recién herida Thea... estaba demostrando tener más agallas que muchos de los tipos que había conocido en la prisión; ¿incluso más agallas que el propio Fillon?

— Joder —

El amor propio del hombre salió a relucir ante la muestra de valor de su compañera médico. Sacrificó la cobertura para tomarse un tiempo en apuntar a los soldados en cuanto Isakaly salió y abrió fuego. Si no podía derribarlos al menos intentaría que no disparasen mientras su compañera corría.

Thea hace su magia y un cañon de uno de los transportes deja de funcionar. Bien hecho, esa es mi Thea. Mas nuestros enemigos demuestran la fuerza de su numero y su respaldo. 

Frunzo el ceño, mi gesto se endurece al ser consciente de como mis compañeros van recibiendo disparos y heridas. El dolor asoma en nuestra parte del campo de batalla. Dos heridos y buscando cobertura.

Sin duda siquiera salgo de mi cobertura y disparo en direccion a mis enemigos. Me concentro antes de hacerlo, focalizandome en que si estos no son diezmados pronto, lo podriamos ser nosotros.

A cobertura. Ya! - Esperaba que me hicieran caso.

Tras eso y esperando para ver que hacen mis enemigos, y cuando uno de esos cañones apunte a mi quebradiza cobertura, saldre corriendo en direccion a la cobertura mas solida que haya cerca.

Poco a poco vuestro aliado pelirrojo iba tomando ventaja sobre la Tercera Hermana, aunque le estaba costando. Os preocupó una situación en la que la inquisidora no estuviera herida por el terentatek, pero, por fortuna, no era tal escenario. Aun así, el duelo distaba mucho de estar terminado. Lo que debía preocuparos eran los imperiales a los que combatíais, pues ahora iban a tener el apoyo de los cañones láser de los transportes.

Thea seguía parapetada en su posición respondiendo al fuego imperial con el suyo propio, a pesar de la herida la tiradora seguía dando guerra. Decidió apuntar a una de las torretas, pero su arma, aunque certera, apenas mostró daños significativos al transporte. El blindaje era demasiado grueso para las armas de las que disponían, y, para acabar de agravar la situación, puso mal el pie al retroceder a la cobertura y resbaló quedando expuesta a los disparos enemigos.

Por su lado, Marc intentó atraer los disparos enemigos lanzando fuego de cobertura, y aunque no acertó a ningún soldado de asalto en esta ocasión, sí logró hallar una cobertura sólida para cuando fuera a recibir la respuesta imperial. Y la respuesta llegó, pero los disparos simplemente calentaron la cobertura pesada de Marc.

En ese momento, Fillon, recién atendido por Isakaly, se reveló que también era capaz de tener buena puntería. El viejo técnico lanzó una breve ráfaga de disparos derribando a dos soldados de asalto, pudiendo dar aire al grupo. Por un momento, Isakaly pareció aturdida por la explosión junto a su oído, pero la médico demostró tener un temple de acero y siguió cumpliendo su abnegada labor. Atravesó los disparos imperiales llegando a la posición de Thea e inyectándole el estimulante, la joven rebelde sintió reavivarse un poco. Aunque ahora las dos estabas expuestas.

El resto de la escuadra imperial vio que Isakaly estaba atendiendo vuestras heridas, por lo que dirigieron su ataque contra ella soltando varias ráfagas de sus rifles, pero sin encontrar objetivo. El peligro llegaba ahora de los cañones láser, la acción de Marc se había ganado la simpatía de los dos que quedaban operativos. Apuntaron y.. solo abrió fuego uno. Uno de los transportes voló sorpresivamente por los aires después de una potente ráfaga del Bakurano Errante que sobrevoló vuestra posición justo a tiempo.

—Aguantad. Viraré para destruir el otro transporte —dijo Vindar por el comunicador con su habitual sobriedad.

Por desgracia para Marc, el otro cañón destrozó su cobertura y le alcanzó. La potencia del impactó lo lanzó despedido con el cuerpo humeante encogido por el dolor. Seguía vivo, pero tenía quemaduras por todo su cuerpo.

- ¡Marc!

Un grito de desesperación salió de la garganta de la joven exploradora al contemplar como su compañero era alcanzado por aquel disparo. La expresión de Thea mutó en una cargada de odio e ira.

- Isakaly, ve, poneros a cubierto y cúralo. Te cubro.

Su voz sonaba fría y algo despiadada, como si una parte de ella se hubiera roto al contemplar tan de cerca aquel evento que ponía en peligro la vida de quien tanto significaba para ella.

Tomó aire, respiró y se preparó para disparar hacia aquel cañón de nuevo, esperando con ello acertar y buscar después cobertura, aunque estaba al borde de caer por agotamiento. 

Esta vez el tiro fue más preciso, buscaba inhabilitar aunque fuera el cañón para así prevenir otra posible ráfaga contra ellos. 

—Saldrá de esta

Isakaly estaba sudorosa  y agotada por las carreras, pero no había ni rastro del miedo que había manifestado en el interior de la nave. Incluso con dos seres semimíticos peleando a pocos metros y los continuos disparos parecía más segura de si misma. No solo era el que ahora se estaban enfrentando a algo conocido, sino que tenía un objetivo claro en mente. La mujer echo a correr bajo el fuego, tratando de moverse en zigzag para llegar a socorrer a Marc. Una vez allí arrastró a Marc para que quedase a cubierto y comenzó a tratarlo lo mejor que pudo, dada la situación.

—Despierta, Marc... No puedes dejarla tirada, venga— animaba la mujer mientras procedía, agachándose de vez en cuando sobre el joven al oír estallar algo cerca, pero sin dejar de hablar en su esfuerzo porque mantuviese contacto con la realidad.— Ya vienen por nosotros, en breve estaremos a salvo