Partida Rol por web

— ¡Joder! —

No había visto como Marc era herido, pero si como Isakaly salía como una bala hacia su posición. Estaba claro que esa mujer tenía las pelotas más gordas que el Terantatek de antes.

— Tu cubro muchacha... te cubro — Dijo para si mismo mientras se asomaba aprovechando la ráfaga de Thea... y disparando por su parte a los soldados de asalto.

La valentía de su compañera inspiró a Fillon, que obviando el dolor de su reciente herida contuvo la respiración para apuntar directamente hacia los soldados. Era jodido, pero si lograba abatirlos a todos... o al menos a dos ellos...

Una rafaga desperdiciada, ningun enemigo muerto pero al menos esperaba haberle quitado presion a Isakaly. Una carrera entre escombros, un rapido deslizar y para cuando llego la respuesta imperial, la nueva cobertura aguantaba estoicamente su embestida. Una suave sonrisa, un instante de asomarme levemente para ver el terreno de combate... y entonces lo vi. Los cañones.

Mis ojos se abrieron. Una explosion hizo que se entrecerraran mientras veia como ese cabron de patron que teniamos llegaba a tiempo. Esperanza demasiado pronto. Ni siquiera lo vi venir, de repente mi cobertura volaba en pedazos y yo mismo salia disparado hacia atras por la potencia del impacto sintiendo todo mi cuerpo literalmente arder de dolor.

Encogido, tirado entre los escombros de mi cobertura, mi mente se descentraba, mis ojos eran incapaces de enfocar y solo oia ruidos que no tenian significado real. Dolia. Dolia... mucho.

Alguien a mi lado, intente centrarme. No era Thea. Era... ¿Isakaly?

Parpadee, intente abrir mas los ojos. Me queria despierto... pero todo dolia un monton. Abri la boca, intente hablar pero sono mas bien como un sonido rasposo, asi que asenti. Estaba seguro de que habia asentido. ¿Lo habia hecho? No lo sabia... pero si sabia que no podia rendirme. No lo entendia del todo pero no podia rendirme.

La imagen de Thea en aquel momento de encontrarla. La imagen de Thea con su armadura nueva, dispuesto a embarcarse en su primera mision.

No, no podia morir.

Abri la boca de nuevo, componiendo una especie de sonrisa marcada por el dolor. - Despierto...

Thea reaccionó alarmada al ver como Marc era herido de gravedad por los cañones láser el transporte, la joven exploradora sacó fuerzas de si misma y abrió fuego sobre lo que quedaba de la tropa imperial. La habilidad de Thea, así como su desesperada maniobra para cubrir a Isakaly, resultó ser efectiva. Dos soldados de asalto cayeron bajo sus disparos saliendo un denso humo blanco de los orificios de entrada.

Marc siguió aturdido mientras Isakaly llegaba hasta él, por fortuna para el soldado las heridas habían sido bastante más leves de lo que hubiera significado un impacto directo. Aun así presentaba quemaduras por buena parte de su cuerpo. Fue entonces cuando Fillon, el viejo técnico, se unió al contraataque desesperado de Thea demostrando una puntería alimentada por la necesidad de proteger al camarada caído. Fillon abatió los otros dos soldados de asalto restantes terminando así con su amenaza, habían ganado el tiroteo, pero aun quedaba la amenaza del cañón láser restante.

Isakaly alcanzó a Marc, desplegó su medpac e intentó estabilizar al soldado. Los nervios estaban a flor de piel, y aunque Isakaly no logró abordar con efectividad las heridas sí pudo aliviar un poco la tensión del cuerpo de Marc. Pero la médico hizo algo más, quizá era cosa de su propia presencia, pero Marc se sintió algo más aliviado de sus heridas, lo suficiente como para recuperar un poco la movilidad.

El transporte imperial fijó su objetivo sobre Thea, pero en esta ocasión la cobertura pudo proteger a la joven exploradora. Esta saltó por los aires, pero salvo cierto aturdimiento ligero, Thea estaba bien. Poco después la nueva pasada del Bakurano Errante destruyó el transporte, el tercero inhabilitado por la mujer emprendió la retirada ya que asumía que no podía enfrentarse a una nave. El grupo había vencido.

El duelo se acercó a su clímax. El pelirrojo realizó un quiebro que desequilibró a la Tercera Hermana, solo tenía que darle una estocada y todo habría terminado para la inquisidora. Pero el golpe no llegó, contra todo pronóstico la Tercera Hermana contraatacó desencadenando una poderosa oleada psicocinética que lanzó despedido a su adversario. El pelirrojo impactó contra un viejo motor de speeder soltando un grave quejido. 

—Maldito estúpido —espetó jadeante la inquisidora —. ¿Te creías rival para el Lado Oscuro? Pagarás con tu vida.. Ahora.

La Tercera Hermana cargó contra vuestro aturdido aliado dispuesta a ensartarle inmisericorde.

—Vamos Marc... El bakurano está aquí. Estamos todos bien.

Isakaly no estaba centrada en su paciente, tratando de parar las hemorragias, no sabía si lo que decía era cierto o no, pero no le importaba. Lo que le importaba era que Marc se estabilizase por completo. Y afortunadamente, parecía que lo iba consiguiendo. Marc era un tipo resistente y, de algún modo, parecía que iba recuperando el ritmo de la respiración. Incluso parecía que podía hablar. Aquello era bueno. Nerviosa, se pasó la mano, llena de sangre por la cara y cerró la ultima herida, apartándose para dejarle sitio y que pudiese respirar. Afortunadamente estaban cubiertos, aunque llevaba unos segundos sin oír disparos, quizás ni siquiera hiciese falta ya. Fue entonces cuando vio la situación del jedi. Ni siquiera había oído el ruido de como chocaba contra el speeder, tan centrada como había estado en Marc pero entonces levantó la cabeza y lo vio.

—¡Déjalo, zorra!

Thea observó algo aliviada como Marc parecía ir recuperándose y sabiendo que estaba en las buenas manos de Isakaly se centró en los enemigos que tenía delante. En el preciso instante en el que vio aquella arma apuntando a ella se escondió tras su cobertura y fue testigo de como ésta saltaba en mil pedazos pero ella salía indemne del ataque. 

La presencia del Bakurano Errante y su ataque le devolvió de nuevo la esperanza, aunque entonces el ver a aquel muchacho al borde de la derrota hizo que su atención se centrara ahora en la hermana, apuntándola con su blaster aunque esta vez su disparo no fue acertado y tuvo que respirar a causa del cansancio. 

Aun sentia como todo estaba fuera de lugar, incluso el borde de mi vision seguia algo borrosa. Mi vista estaba mas centrada, al menos si no movia la cabeza mucho, pero aparte de eso la realidad es que estaba forzando mas que otra cosa. Aprete mis dedos, notando la rugosidad de la empuñadura de mi arma pero si me ponia a disparar ahora era mas posible que no acertase  nada, ni aunque fuera del tamaño de una luna.

Asenti a las palabras de Isakaly. - Mas os vale... mas os vale estar a... todos... bien... - Tosi mientras buscaba entender cual era el pronostico de la batalla. Estar bien y combate terminado eran dos cosas muy diferentes.

Buscaba a Thea, lo hacia con cierto punto de ansiedad, hasta que Isakaly solto aquel improperio y no pude mas que seguirla con la mirada.

El pelirrojo estaba empotrado contra algo y la loca de los cojones con su espadita laser pensaba hacer un pincho moruno del chaval.

Cojonudo. Simplemente cojonudo. Zorra al cubo con espada laser. Chico si es tu novia... tienes un gusto pesimo...

Intentaria de poder, apuntarle con mi rifle y disparar en forma de rafaga, mas para provocar una supresion que otra cosa. 

Dudaba poder acertarle de verdad, pero oye... la suerte es de los valientes... o locos... o gilipollas... ya puestos.

— Ooo vamos... —

Dijo Fillon para si más que como un comentario para que nadie le escuchara. Volvió a apuntar a la mujer de la espada láser, temiendo que los rumores y las historias de niños fueran verdaderas... ¿Podría realmente devolverle un disparo con aquella espada?

Apuntó con su blaster, intentando controlar la respiración...

La Tercera Hermana cargó contra vuestro aliado dispuesta a acabar con él, pero vuestra rápida intervención hizo que abandonara sus pretensiones para defenderse de vuestros disparos. Los láseres fueron reflejados por la inquisidora sin que ninguno llegara a acertar al blanco, pero aquel tiempo fue precioso, ya que el joven pelirrojo aprovechó la distracción para arrancar una plancha de metal y lanzársela telequinéticamente a la mujer.

La plancha voló hacia ella como un proyectil, tan rápido que le impidió reaccionar a tiempo y le impactó en el estómago arrastrándola contra un montón de escombros. El choque de la chatarra había sido tan violento que la ensartó partiéndola por la mitad matándola en el acto. La inquisidora abrió mucho los ojos, balbuceó algo y la boca se le llenó de sangre para caer muerta sobre la plancha de madera.

—Ha ido de poco.. —dijo jadeante mientras se ponía en pie. Su cuerpo mostraba múltiples cortes y quemaduras del sable de luz de la Tercera Hermana, y puede que hasta cojeara un poco —. Gracias..

Mientras todo esto sucedía, Isakaly logró estabilizar a Marc. Manejó el contenido del medpac con habilidad y pudo apurar las heridas más feas del soldado, ya no corría peligro de su vida. Un silencio abrumó el sitio, solo roto por el rugido de los motores del Bakurano Errante que viraba para recogeros.

— Joder ya era hora... — Dijo Fillon mirando la Bakurano, y comprobando que tenía el núcleo de datos por el que habían ido todavía en su sitio guardado.

— No se quien eres, pero gracias. Creo que nos has salvado amigo. — Fillon no tendió la mano, todavía temía las habilidades de aquel chaval. Seguramente podría rebanarles el cuello o tirarles alguna piedra antes de que se dieran cuenta.

— Supongo que... hasta otra. — Dijo finalmente tomando camino hacia la nave de su patrón... cuanto antes salieran de allí mejor que mejor. Y con todo el jaleo que habían montado era probable que el imperio no tardara en volver a mandar más efectivos.

—Vamos, ya terminó todo

Con cuidado, ayudó a levantarse a Marc, que parecía que saldría de aquella sin secuelas, aunque necesitaría descansar. La médico estaba algo mareada por al tensión del momento, pero dedicó una sonrisa a su compañero. Si bien había curado heridas peores, lo cierto era que nunca había tenido que hacerlo en una situación como aquella. Cansada, se sentó en un trozo de nave destrozada y echó la cabeza hacia atrás, tratando de localizar su nave y no pensar en la mujer partida en dos que estaba junto a ellos.

El comentario de Fillon le hizo mirar al pelirrojo y al ver sus heridas se levantó de nuevo y se acercó a él. El cojeo no le preocupaba tanto como aquellas heridas. Parecían quemaduras y las quemaduras podían infectarse con facilidad, entrar en la sangre y... adiós muy buenas.

—Espera, te echaré un vistazo— Si bien es verdad que la razón principal de su ofrecimiento era simplemente era para ayudar a su salvador, pero una parte de ella quería ver que tipo de heridas hacía aquel arma. Parecían terriblemente graves, pero a la vez, el joven estaba muy entero, como si no fuesen más que heridas superficiales. —Por cierto, quizás deberías llevarte tú esa cosa, ese arma... No sé quien sería esa mujer, pero...

Había solo una cosa que la médico tenía clara en ese momento: no estaba dispuesta a rapiñear y vender el arma de aquella mujer por mucho dinero que les diesen, aunque le diesen lo suficiente para conseguir material médico para años. Le aterraba que un arma así, no sabía muy bien por qué, pero le aterraba. Prefería mil veces que aquel tipo que les había salvado tuviese dos a que acabase en manos de otra loca como aquella porque se la habían vendido a la persona menos adecuada. O peor aún, dejarla allí y que otro aliado de esa mujer lo recuperase.

Todo parecía haber terminado, al menos, de momento. Por eso Thea cerró momentáneamente los ojos respirando profundamente mientras guardaba su bláster y una vez abiertos los ojos de nuevo comenzó a caminar en dirección a Marc. Antes de decirle nada a él miró a Isakaly.

- Gracias.

Tras aquella única palabra cargada de sentimiento y gratitud miró a Marc y le dio un golpe en el hombro, uno suave pero firme. 

- No vuelvas a asustarme así... ¿Me oyes? Nunca más... 

Una lágrima luchaba por caer desde su ojo pero ella la contuvo con calma para después mirar a aquel muchacho.

- Gracias... ¿Viniste a ayudarnos o simplemente estábamos junto a tu presa? - Preguntó mirando a la mujer ahora partida en dos.

Tras unos pocos segundos se encaminó hacia el cuerpo de la mujer y aunque al principio parecía que fuera a cogerle algo simplemente buscó cerrarle los ojos con respeto.

- Descansa y... Lo siento... 

Isakaly me ayudo a levantarme, la verdad es que era dificil hacerlo en estos momentos y aunque lo peor habia pasado gracias a la habilidad de la mujer, yo aun sentia como si algunos de mis huesos vibrasen tras semejante impacto.

Mi mano fue a mi nuca, tomandola mientras yo mismo destensaba algunos de mis musculos, sin forzar en momento alguno los apaños de Isakaly. - Gracias. - Una sonrsai cansada, pero directa y franca a la mujer mientras mi mirada recorria el cielo un instante buscando a nuestro patron.

Un craso error. Cometi el enorme error de observar lo que menos importancia tenia, y por eso mismo la persona a quien correspondia ese puesto no dudo en venir a por mi.

Un golpe claro y firme, proveniente de un puño pequeño. No hizo daño pero sin duda reclamo mi atencion. Mire a los ojos de Thea y acabe por sonreir, no sin antes y sin saber de donde venia, alzar mi mano y acariciar su mejilla. - Prometo ser bueno la proxima vez...

Baje la mano, con ese punto entre la necesidad de seguir ahi y el ser consciente de lo que estaba haciendo. Un tenue rubor, antes de buscar donde apoyarme, para acabar haciendolo, si no ponia pegas, en Thea. 

Mire al chico pelirrojo. - Gracias, sin ti seguramente no lo hubieramos contado. - La verdad es que me importaba menos porque estaba aqui, que el hecho de que estaba, a menos que hubiera acabado con ella para luego acabar con nosotros, pero no parecia ser esa su lei motiv.

Me toco recuperar la compostura cuando Thea se movio en direccion a la mujer, un escombro cercano sirvio de apoyo para mi cuerpo.

Observe lo que hacia y como lo hacia, pues conocia lo bastante bien a la explorador y acabe suspire levemente, pero dejando al final una tenue sonrisa en mis labios. Thea era Thea. No habia ninguna duda de ello.

El pelirrojo agradeció las atenciones de Isakaly con un asentimiento, las heridas del arma de la inquisidora habían sembrado de quemaduras su cuerpo. Los sables de luz se habían abierto paso sin impedimento por su carne, pero, a su vez, el plasma supercaliente de la hoja cauterizaba de inmediato las heridas abiertas. La médico estaba convencida que de haber recibido algún golpe más certero, la muerte habría sido inmediata y fulminante.

—Ha sido un combate duro, pero lo hemos sacado adelante —dijo al fin, habiendo recuperado el aliento, entonces volteó la mirada hacia Thea —. Vine a por el holocrón de la nave —hizo un gesto con la cabeza montaña arriba —. No lo lleváis encima, ¿verdad?

El hombre preguntó con calma, sin presionaros. Haciendo caso a lo que dijo Isakaly, se acercó al sable de luz de la Tercera Hermana y lo recogió. Mientras charlabais, el Bakurano empezó el aterrizaje.

—Pero no, presiento que no lo tenéis —dijo con tranquilidad —. Vinisteis a por otra cosa y la Fuerza ha querido que nos cruzáramos en el camino. Ha sido un feliz encuentro, ya que nos hemos ayudado mutuamente —sonrió confiado.

Una vez cerró los ojos de la mujer regresó con el grupo*

- ¿Qué es el holocron ese del que tanto se habla? Yo lo único que sé es que en aquella nave había algo oscuro y malvado que me llamaba... Casi ataco a mis compañeros por aquella cosa... Si la quieres, la tienes en la nave, en lo que parecía el camarote del capitán. también habían armaduras de soldados clon. 

Observó como la nave aterrizaba y respiró aliviada mientras dedicaba una amplía sonrisa a Marc para después mirar al muchacho.

- Gracias, nos has librado de una buena... ¿Quién eres? 

—¿Holocron? Eso era lo que esa mujer buscaba... ¿Queréis decir un holoproyector?— la mujer le miró de arriba a abajo. Había algo en ese muchacho que le resultaba ¿familiar? ¿confiable? En todo caso, no pudo evitar contarle parte de lo que habían visto—Si es eso, vimos uno. Hablaba de... uno de los tuyos, supongo... espero. 

Porque la otra opción sería nuestra muerte

—Del General Tapal. Pero no te recomiendo entrar, había algo... maligno allí dentro, había una estructura— Isakaly cruzó los brazos con un temblor al recordar aquello, aquellas sensaciones tan terribles que había tenido y como parecía querer sacar lo peor de ella.— No sé que era, pero era horrible.

Por fin de pie, con el arma colgando del hombro y algo mas aclaradas las ideas, aunque la hostia habia sido de ordago, estaba claro que Isakaly sabia lo que se hacia.

Escuche por encima lo que se decia, pero tampoco es que fuera especialmente de mi interes. Aun asi mire al chico, recordando los perniciosos pensamientos y formas de ese holocron. - No se para que querrias esa cosa, pero... exuda maldad. - Mire a la mujer muerta, por algun motivo parecia que le pegaba mas a ella que a el, para luego devolver la mirada al chico. No tenia mas que decir, cada uno estaba ahi por un motivo, si el suyo era eso, esperaba que supiera donde se estaba metiendo.

Un sable laser. Dos sables laser. Preferia no pensar en ello, ya me dolia bastante la cabeza.

La nave aterrizo, mire a Thea viendo su sonrisa y sonrei de vuelta, para luego dirigirme a las dos mujeres. - Nuestro carruaje ha llegado señoritas... y por mas que nuestra actual compañia es mas agradable que las ultimas dos citas que hemos tenido, espero que no tengais inconveniente en irnos de este lugar.

Tomaria de nuevo el rifle porque solo faltaban los bastardos de antes para completar el dia, mientras me encaminaba hacia nuestra nave. Eso si, sin ir demasiado rapido y atento a los demas, sobretodo a Thea.

El pelirrojo os miró con detenimiento, como si pretendiera evaluaros, aunque se fijó de más en Isakaly como si viera algo más allá de lo evidente para los presentes. Aunque enseguida volvió su atención sobre las preguntas de Thea.

—Me llamo Cal, encantado —sonrió apurado —. Disculpad, la situación no se daba a presentaciones me temo.

En cuanto se abordó el tema del holocrón, Cal iba a responder, pero entonces escuchó la mención del general Tapal y su gesto se ensombreció un poco. Respiró hondo, el nombre le había afectado de algún modo, pero enseguida recuperó el semblante tranquilo.

—Un holocrón es un repositorio de conocimientos. Conocimientos antiguos, de la Fuerza —explicó tratando de ser sencillo en su explicación —. Sí.. sé que el holocrón que busco no es.. benigno. Pertenece al Reverso Tenebroso. Pero pretendo evitar que caiga en manos del Imperio. Contiene información importante, crucial, y.. si puedo, lo destruiré —aseveró con convicción. Entonces se dirigió a Isakaly —. Es más bien un objeto piramidal. Esa nave se estrelló a finales de la guerra clon, o poco después.. perteneció.. al Emperador.

El nombrarlo pareció generar una especie de silencio siniestro, roto por los motores en marcha del Bakurano, que ya había bajado la rampa. En ella apareció el mohino R3 con sus pitidos de resignación. Cal alzó la mirada hacia el droide recién llegado.

—Quizá nos volvamos a ver —dijo dando unos pasos de espaldas en dirección a la senda que llevaba a la Imperialis —. Gracias de nuevo a todos. Que la Fuerza os acompañe.

Dirigió una última mirada a Isakaly, y antes de volverse, dijo algo más.

—Ándate con ojo, oculta eso, o atraerás atenciones indeseadas —asintió y se puso en marcha hacia la Imperialis.

De nuevo los pitidos de R3 os llamaron, Fillon fue el primero en llegar y meterse en la nave, faltabais vosotros.

Thea terminó de revisar el cuerpo y salvo un comunicador, la mujer no llevaba nada que pudiera ponerles en peligro así que simplemente regresó junto a Marc.

- Un placer Cal, es comprensible, no pasa nada.

Viendo que aquello ya no iba con ella y que el muchacho parecía tener interés en Isakaly, miró a Marc haciéndole un gesto de comenzar a subir a la nave.

- ¿Vamos Marc? Cuanto antes salgamos de aquí, mejor.